Inaka, un lugar desolado (IX)
Aparezco en las afueras de la cueva, frente a mi está el anciano con la túnica blanca, la princesa Tai y Doragon. Solo la princesa sonríe, sin embargo, veo conformidad en la mirada de los demás. Me acerco a una pequeña roca lisa y me siento. Mi vestimenta cambia de color a roja y azul, pero el cinturón en forma de X no desaparece. La verdad estoy agotado y no quiero más lecciones por hoy, tampoco que me digan que actué bien, solo quiero dormir en Oxi.
—Seré la primera en hablar —dice la princesa acercándose—. Te pido disculpas por no decirte donde te traería Doragon, si lo hacía, tú cometerías errores y necesitabas pasar la prueba. La verdad, no creí que lo hicieras y me sorprendiste. Ingresaste a la cueva, bueno, te llevaron a la fuerza, sin embargo, no pediste ayuda. Eso te convierte en valiente, en inteligente y a pesar del miedo, seguiste caminando. Las sombras que te llevaron, quienes te obligaron a ingresar a su lugar, a las cuevas del miedo, se llaman Jokan. Eran pobladores del planeta verde, estoy segura que lo recuerdas, ya que Dorothy no deja pasar oportunidad en ninguna reencarnación de Hícari para contarlo. Pero lo que no te dijo es que estos pobladores no temían por su vida, eran organizados y leales a la sociedad que estaban formando. Al no poseer un alma corrompida, casi todos fueron erradicados. Lo que alimenta a los demonios son las peores emociones y las almas dañadas, por eso, los humanos son perfectos para eso, por eso fueron los elegidos. En las antípodas están los Jokan, tú viste con tus propios ojos que sucedió con el meteorito y con la mujer. Ella murió igual, en manos de Ingnisute. Sin embargo, tú no la dejaste allí sufriendo, y eso Luke es el trabajo del guardián. Elegiste la única opción posible para demostrar que tu alma es pura, digna para llevar a cabo la misión de terminar con la guerra. Salvaste a una mujer, a sus hijos, y el pueblo te aclamó. Desafortunadamente, los pocos que se salvaron son los que viven en las cuevas que no se adaptan al mundo de los sueños y creo que no lo harán nunca. Su planeta, su mundo, lo que conocieron siempre, desapareció y solo esperan la muerte en silencio.
»Pero no todo es desolación, conociste la luz de la verdad, la luz que todo lo muestra, que todo enseña. Ella en silencio, te enseñó lo que necesitabas saber, lo que presumió que tú debías proteger, aunque fuera un recuerdo. Ella se quedó a tu lado, sabiendo que odiarías su compañía, pero no quería que te sintieras solo. Los Jokan pudieron escapar gracias al anciano que ve el futuro y supo de la explosión, por eso actuó en base a lo que consideró correcto. Encerró a los pocos Jokan que pudo en una gran burbuja y viajaron por unos largos diez años, hasta llegar aquí. Bueno, no era lo que te quería contar —sonríe incomoda.
»La luz de la verdad se creó en la explosión del planeta verde, siendo la primera alma de algo no vivo. Viajó hasta llegar al mundo de los humanos y Sunshine, la protectora de la luz, la trajo aquí, sabiendo que los Jokan serían aptos para protegerla. Su nacimiento es la completa demostración que las almas existen y que todo lo que se dice de los humanos, es mentira.
»Edaxnios necesitaba marionetas para poder culparlas de sus males y devorarlas. El alma es algo primordial en la vida de todos los seres, solo que Él quiere otra alma, una que se combina con la de ustedes, produciendo una forma de vida más inteligente que los Jokan, pero más perversos también. Ahora se suma una tarea más a tu compleja misión, que es impedir que el Dios oscuro cree una nueva forma de vida que pondría a todos en peligro. Lo único que debemos lograr para impedir ese plan siniestro es que nadie conozca esta cueva, porque si eso sucede le faltará a Edaxnios uno de los dos ingredientes más importantes.
»Me sorprendió —dice levantando una ceja—, que tuvieras tan pronto el ritual de iniciación con los Jokan, que el líder te vea como un par y que la luz de la verdad haya visto algo que aún nadie observó en ti. El líder te dio dos tatuajes, el primero, la media luna con dos puntos, significa aliado en su idioma. Luego el otro, las tres líneas que recorren todo tu brazo izquierdo, significa luz, tiempo y razón. También muestra a los demonios que tú eres el bueno, y ellos los malos. Marcus no consiguió el suyo, los Jokan no lo dejaron entrar. Los demonios tiene tatuajes en forma de letras, aún no hemos descubierto qué significa, por la simple razón que no hemos conocidos a todos —la miro y en mis pensamientos le pido que me muestre el suyo. Sonríe y accede, levantándose la túnica hasta un poco más de la rodilla, mostrando un dibujo bellísimo. Es un dragón negro envuelto en un manto blanco y debajo un círculo con tres puntos—. El dragón no significa nada en especial, solo me parece un animal inteligente y frío a la hora de actuar. Sin embargo, el otro significa los tres estados de la mente: el consciente, donde todo es real; el subconsciente, donde los sueños y las pesadillas conviven con cierta armonía y uno, con dificultad, puede distinguir lo verdadero, de lo absurdo; y el inconsciente, el peor de todos, donde vive escondido en la oscuridad todo lo malo que nos sucede y queremos ocultarlo. A veces el inconsciente en los humanos es el peor enemigo si esta muy herido. No obstante, yo soy la protectora de la mente y la razón, y el tatuaje, el círculo, me da la obligación que las tres cosas convivan en equilibrio y que Jigoku no prevalezca sobre el mundo de las pesadillas.
»No quiero olvidarme —suspira mientras niega con su cabeza— que pronto se despertará un tercer tatuaje, el único en su tipo, y serás el primer guardián en tenerlo. Solo quiero que comprendas que tal vez duela, que tal vez sientas que todo es penumbras, pero puedo asegurarte que todo, algún día, terminará.
—Entiendo —digo con cierta tristeza—. Ahora comprendo mi misión, y lo siento por los Jokan, nadie merece que su planeta sea destruido por ser diferente, por no ser malvados. ¿Por qué los tatuajes me ardieron, como si se combinaran con mi cuerpo?
—Tu sangre se combinó con la de los Jokan, algo que jamás sucedió y espero que funcione. Todos los guardianes tenían sus tatuajes pero se los hacíamos con la tinta obtenida de las plantas silvestres del bosque tramposo. Con el tiempo tendrás la sabiduría de los Jokan, su apatía para las batallas y su concentración para resolver los problemas.
El anciano hace sonar su bastón mientras camina, levanta sus manos y de ellas salen dos nubes que parecen de algodón, la primera con una cola pequeña y blanca, se mueve hasta que se combina con la segunda nube celeste, formando una única masa con los colores mezclados equitativamente.
—Eso es lo que sucedió contigo —aclara la princesa Tai—. ¿Crees en el destino?
—No —niego con seguridad.
—Deberías hacerlo —acota con una mueca de fastidio—. En el universo nada sucede al azar, todo está destinado a que acontezca. En la creación que te relataron, Akuma sabía que seguiría su rumbo aunque él lo quisiera evitar. Cuando el universo te destinó en el momento de tu concepción, tu alma navegaba por el río puro oculto en el mundo de los sueños. Pudimos salvarlo de los demonios y el día que coloquen sus garras allí será el fin de todo. Algún día, cuando sea el indicado te daré las coordenadas. Como decía —continúa seria—estas almas nadan en sus aguas esperando para ingresar a un cuerpo, para luego llevar una vida que los humanos piensan que son sorpresivamente casuales. No obstante, como te dije, todo ya está predestinado. Imagina, si tu alma sabe al cuerpo que irá, entonces tu fecha de caducidad, también está escrita.
—¿Entonces por qué se esmeran en entrenarme si saben cómo moriré? —pregunto con desgano.
—Te confundes, sabemos o presumimos lo que harás pero no de la forma y el día, al menos no nosotras. La ficha de cada alma se encuentra en el gran fichero en el palacio flotante, solo el gran rey Kingu puede ver algunos destinos, y hasta él tiene ciertas limitaciones. Los demonios no pueden saberlo por eso continuamente buscan destruir el palacio y si eso sucede, todos los destinos se verán comprometidos y los demonios podrán modificarlos, haciendo todo para su conveniencia.
El anciano me muestra un edificio que esta en los cielos, es blanco con pilares dorados y el techo, verde oscuro. Rodeándolo hay cuatro guerreros con sus lanzas apuntando hacia arriba. El piso, en forma de rombo, es negro con líneas diagonales de color blanco. Dos árboles verdes con frutos amarillos reposan a los costados del edificio y no observo gente en las afuera.
—Este es el palacio flotante del rey Kingu —dice la princesa Tai—. Las estatuas de los guerreros arrojan un conjuro de protección. Por lo tanto, si un demonio intenta ingresar, será desintegrado por el escudo que lo cubre. El lugar es bellísimo y esconde todos los secretos prohibidos de la primera guerra y de la selección del guardián.
—Creo que allí —muevo mi cabeza negando lo que estoy por decir—, se esconde algo que puede cambiar todo lo que hasta el momento se creyó. Creo... Bueno sería mejor no decirlo, no en este momento.
—Lo dos pensamos de la misma manera —me mira con mesura.
—Quiero hacerte una pregunta, ¿qué sucedió con la guardiana que supuestamente nació en la misma época que yo?
El anciano da dos golpes con el bastón y aparece una adolescente bellísima. Es de mi altura, con pecas en todo su rostro, cabello color rosa, un piercing en su nariz, de color negro. Su vestimenta es sencilla, una remera larga blanca con la inscripción «La oscuridad soy yo» y unos pantalones abombados. Se encuentra en un vehículo fumando un cigarrillo y escuchando algo en sus grandes auriculares. Su forma de vivir se parece a la mía hace un tiempo, esperando morir.
—Ella es Nora de la ciudad de Hanchi, es el otro extremo del mundo —aclara la princesa Tai—. Intentamos hablar con ella, sin embargo, no es el momento hasta que no sepamos si ella también es una guardiana. Mientras tanto tenemos personas que la cuidan mientras ella vive su... Bueno, si eso se puede llamar vida —niega frustrada.
—Un momento —digo colocándome de pie molesto—, algo aquí es raro. ¿Cómo puede ser que no supieran de ella antes? Si me dijiste que el destino está escrito. Por lo tanto, el rey Kingu debería haberlo sabido para entrenarla de la misma manera.
—Ella... —se silencia.
—He sido paciente al escucharlos a todos mientras me enseñaban todo lo que debo saber, el por qué vine a este mundo, el que en algún momento moriré en manos de Edaxnios. Pero parece que todos mienten o no me dicen toda la verdad.
—Hay cosas que es mejor no saberlas —niega sin mirarme.
Una furia me invade como una gran tormenta, no puedo pensar con claridad y todo se vuelve oscuro en mi mente.
—Entonces tendré que tomar la misma decisión que Nora —la miro desafiante.
—No puedes, ya fuiste elegido —sus manos se cierran.
—¡Me tiene sin cuidado! No puedo salvarme a mí mismo, no lo haré con los niños. ¡Estoy cansado! —grito—. Los demonios me llevan milenios de ventaja y solo tengo catorce años. Nora me dio la mejor lección, vivir en la plenitud del desconocimiento y esperar la muerte. Ahora —respiro con ansiedad— si el alma de Nora estuvo en el mismo río que yo, debería tener una parte del alma de Hicarí y, si el alma se dividió en tres, mi poder es inferior al de los demonios.
—El alma de Hicarí se dividió en dos hace cien años y nunca más lo hizo. Debes calmarte, estás viendo de manera incorrecta las cosas —dice y en su voz puedo notar enojo.
La furia no desaparece, la oscuridad invade por completo mi mente, mis decisiones. Sé que la princesa Tai es más recta que Azura y que se está conteniendo para no darme un escarmiento.
—Entonces no hay nada más de qué hablar. —Camino hacia el borde de la montaña—. Cuando llegué a este mundo pensé que había encontrado mi lugar, un lugar donde mi pasado no fuera un problema, donde mi cuerpo pase desapercibido, y mis pocas cualidades sean ignoradas. No obstante, me confundí, lo único que quieren es entrenar a un adolescente para que no tenga emociones, que sea inteligente, y acabe con cada demonio. Me enoja que se me prive de tener una voz propia en las decisiones, solo es entrenamiento y conocer mi destino. Mi vida se acabó cuando mi familia murió, no pensaron que eso no es un comienzo, sino el final de mi camino. Por supuesto que las almas puras me interesan, pero nadie me preguntó, si yo quería hacerlo. Para ser las protectoras son indiferentes a lo que siento. Tuviste la posibilidad de ser como mi hermana mayor, pero el peligro no solo se enfrenta entrenando, sino protegiendo al más débil.
—Entiendo Luke pero...
—No lo entiendes y no hay peros —digo de forma tajante—. Mi voz siempre fue acallada por muchas cosas y mi verdadero hogar esta al lado de David, quien fue el único que se preocupó por mí. Nunca me pidió nada a cambio, ni siquiera me reclamó mi forma poco amable de decir las cosas. Él solo me traía comida, una manta, una mano. Me dijo que yo puedo modificar mi destino, que las cicatrices del dolor estarán siempre pero que tengo que vivir con ellas. Luego viene un Dios a decirme que quiere devorarme. Tengo que huir de mi hogar, vivir en las calles, en un vehículo destartalado. Y aquí me tienes, en un mundo maravilloso, sin embargo, no es mi lugar, no lo siento como tal, y eso nunca cambiará. Lo siento princesa Tai.
—No tienes que hacerlo, pero permíteme llevarte al palacio flotante y que conozcas al rey Kingu y luego decides lo que deseas.
—¡No quiero hacerlo! ¿No lo entiendes? —grito con tanta furia que mi cuerpo se siente poderoso. La princesa Tai me mira asustada y en mi mano derecha aparece una llama azul que gira como un tornado. Doy dos pasos hacia atrás preocupado. Cierro la mano y todo desaparece. Mi furia se apaga y caigo sentado con muchas ganas de llorar.
—Tienes quedescansar, ahora nos quedaremos en silencio —coloca su mano en mi hombro yjuntos vemos el ocaso del día en el mundo de los sueños.
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