Capítulo 2
Un pequeño toque en la puerta escuchó el kage, sin levantar la mirada simplemente recibió a su visita, sabía quién era- Naruto-kun- el rubio continuó revisando sin ver a su prometida a la cara- ¿sucede algo Hinata?, estoy algo ocupado- una hermosa azabache tomaba asiento en el sofá de la oficina con algo de vergüenza- me preguntaba, sé que estás ocupado, no quiero distraerte de tus labores, ¿te molestaría si llevo las invitaciones de nuestra boda a los invitados con mi equipo?, se acerca la fecha y es importante que aparten el día en el calendario, que compren los regalos con calma y bueno, ¿ya sabes?-
Naruto levantó sus azules con seriedad, habían perdido levemente su brillo con los años, ahora eran afilados y serios, la seriedad que conllevaba su puesto, las dificultades, dolores y tristezas de su vida, así como la sensación asfixiante de soledad que nuevamente se fijaban en su vida, lo habían consumido poco a poco, apretó ligeramente el ceño algo ofendido, era tradición que la pareja fuera a entregar las invitaciones -¿por qué la prisa?, quedamos que el fin de semana iríamos ambos- la chica sonrió tímida acomodando su cabello tras su oído siendo un poco coqueta- lo sé Naruto-kun, seré tu esposa y cómo tal, debo ver por ti también, estás cansado, no quiero que te distraigas en tonterías sin importancia, tienes una importante tarea, no puedo -el rubio dejó de escucharla por un momento, apretó ligeramente el ceño molesto, ¿“sin importancia?”, sonrió amablemente usando una sonrisa que desde su infancia había aprendido a usar, una sonrisa totalmente falsa, ocultaba sus sentimientos y frustraciones en ella- entiendo, te agradezco- la chica sonrió contenta- lo sabía Naruto-kun, me agrada que pensemos igual, somos el uno para el otro-
El rubio la vió en blanco salir de la oficina, negó con fastidio- debió decirle que no le agradó su decisión -el kage levantó sus azules con seriedad hacia la esquina de su oficina, se sentía extraño que el sujeto lo llamara con extremo respeto, podía recordar vagamente que hace tiempo lo llamaba por su nombre, dejó eso de lado -tal vez, pero no ganaba nada haciéndolo, no me importa ir a entregar las dichosas invitaciones, simplemente me molestó que tomara decisiones sin consultarme, en teoría es mi pareja, ¿no es así?- un silencio de algunos minutos guardó la oficina kage donde el rubio continuó su labor -su padre eligió la casa donde vivirá y los muebles del lugar, hace semanas se lo dijo, ¿no se sentirá ajeno a su hogar?- Naruto mordió su mejilla, apretó el ceño con molestia, era verdad, ambos guardaron silencio, apretó la pluma con frustración.
El anbu no entendía a su kage, ¿qué ganaba con un matrimonio sin amor?, claramente no era un sentimiento compartido del rubio con su novia, pensaba que tal vez era una clase de presión social o algún genjutsu extraño, era evidente que no tenía nada en común con la chica, eso de pensar igual como dijo la chica, era basura; observó al rubio trabajar con dedicación, leía las necesidades de la aldea y separaba el presupuesto para los distintos departamentos de poder de la aldea; tenía años a su espalda protegiendo su vida, era su sombra y aún así, no lograba definir el porqué de su decisión respecto a la Hyuga, recordaba que el primo de la chica había muerto defendiendo al rubio en la guerra, no pensaba que fuera motivo suficiente para sentirse en obligación de casarse, todo cambió en aquella misión, apretó el ceño y sus puños con frustración y coraje al recordar.
Recordó cómo antes de esa misión, había una tensión agradable entre el rubio y él, había vida en sus azules, emoción, chispa, bajó su mirada con dolor, ese cambio sucedió cuando Naruto regresó de la misión de la luna antes de asumir su puesto como kage, era como si simplemente fuera alguien más, después de su regreso no había más largas pláticas entre ambos, no había más salidas a cenar, no había más bromas, ni coqueteos, trató de buscar algún genjutsu o truco barato en él, pero no había nada, quiso hablar y aclarar las cosas, pero siempre sabía cómo evitar las pláticas, con el pasar del tiempo se rindió, simplemente aceptó que el rubio había elegido a la Hyuga, lo peor, es que no podía alejarse, lo había intentado en distintas ocasiones, pero estar lejos de él hacía su corazón sentirse vacío, esa soledad era aún más asfixiante que cuando estuvo de infiltrado en Akatsuki lejos de su hermano, cada que la Hyuga se acercaba, su sangre hervía llena de coraje. Levantó su mirada alerta al sentir un chakra en la puerta, apretó el ceño con incomodidad y sorpresa.
Naruto levantó el rostro con seriedad, sus cejas se alzaron con ligera sorpresa al ver a su amigo después de años de ausencia en konoha- ¿creí que nunca volverías?- Sasuke apretó ligeramente el ceño- tch, no pensaba hacerlo tan pronto dobe, pero hay problemas- el rubio se enderezó escuchando, el anbu observaba a su hermano con algo de sorpresa, tenía bastantes años sin verlo, ahora era un hombre- ¿veo que por fin maduraste dobe?- Naruto apretó ligeramente el rostro- supongo, ¿qué sucede?- Sasuke lo vió con duda, no era el mismo Naruto que vió aquélla vez cuando salió de konoha hace años, podía recordar una sonrisa retadora y sus gemas llenas de luz, no hubo el recibimiento exagerado que creyó que habría, su mirada lo hizo sentir incómodo.
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