El Uchiha besaba sus labios con cariño sintiendo las manos de su pareja en su pecho -Ita… chi- susurro con amor deseándolo con locura, la puerta de la oficina sonó, el azabache desapareció en su esquina, Naruto suspiró lamiendo sus labios con el rostro bajo mientras hacía como que leía un documento, había terminado su trabajo con ayuda de algunos clones, tal vez pensando en escapar en una cita con su novio, se sentía feliz desde que su relación comenzó- Naruto, necesitamos hablar -el rubio no levantaba el rostro suponiendo qué le diría su sensei, apretó el ceño con molestia- ¿qué necesita Iruka-sensei?, estoy algo ocupado-

El sensei de academia veía con molestia al chico -creí que habías prometido cuidar a tu prometida, estaban por casarse, ¿por qué dejar de lado a una buena chica?, creí que eso era lo que deseabas, por lo que veo no has madurado, lastimaste a Hinata- Kakashi entró escuchando los gritos del castaño, levantó una ceja con molestia -Iruka, ¿por qué no dejas que Naruto se explique?, tal vez tuvo una razón para hacerlo, ha cambiado bastante, no estoy de acuerdo con que no ha madurado, lo ha demostrado con creces- el rubio sonrió ligero por las palabras del peliplata, suspiró con fastidio viendo con molestia al castaño que veía a Kakashi con reto.

-kakashi-sensei tiene razón, tal vez debería recordar mi posición antes de venir y gritar en mi oficina como si fuera un niño pequeño -abrieron sus ojos bastante, Naruto tomó un pergamino y lo abrió con calma, comenzando a leer nuevamente un tratado comercial, sin levantar la mirada habló- lo hablé con Hiashi, sólo dije la verdad, no la amo, no iba a atarme, ni atarla a ella a un futuro lleno de infelicidad, debe aceptar que el amor de Hinata sólo es un simple capricho, una obsesión insana, por otro lado, no tenemos nada en común, nunca nos dimos tiempo de conocernos mutuamente, ella sólo habla del Naruto de hace años, las personas cambian y se adaptan a las circunstancias, es obvio que no soy el mismo y no busco serlo- selló el documento, lo colocó en su portador cilíndrico de pergaminos, cerró la tapa y lo colocó en una bandeja diferente, revisó los registros del tratado en la computadora, ambos sensei se habían quedado en shock- pero Naruto-

El rubio giró su mirada afilada a Iruka quien estaba preocupado- aún recuerdo aquel día que fui a su departamento a pedirle que fuera como mi padre a esa boda- guardaron silencio- estaba nervioso por pedirlo, así que bromeé, usted lo tomó a mal, me gritó “¿sabes todo el tiempo que pasa Hinata pensando en casarse contigo?”, jaló de mi mano, me sacó de su departamento llevándome casi a rastras a disculparnos con Hinata por no haberme enseñado bien, ahora me pregunto, ¿un padre piensa en la felicidad de su hijo o en la del resto?- Iruka abrió sus ojos bastante sintiéndose mierda, Kakashi no sabía nada de ello, negó con fastidio.

-¿Ya avisaste a los kages, princesas y Daimyos?- el rubio asintió- esta misma mañana envié sapos a todo el mundo, ya todos deberían estar enterados- Kakashi suspiró más tranquilo -¿te ves más tranquilo que hace unos días?, te veías algo acabado -Naruto sonrió ligero al recordar el porqué- he estado descansando un poco más sensei, le agradezco venir a diario a darme una vuelta para ver si sigo vivo- Kakashi sonrió de ojos, giró su mirada algo incómodo, había sido una gran indirecta para Iruka quien realizó una reverencia y salió del lugar bastante ensimismado.

-Tal vez deberían darse un tiempo, volverá -Naruto negó con fastidio- supongo- el peliplata veía que su alumno era duro, sabía que le dolieron las palabras de Iruka, podía entender esa máscara de seriedad que a veces mostraba, en algún momento la vida debía alcanzarlo, todo el daño que sufrió en su vida lo había colapsado, creyó que nunca sucedería, aún así podía vislumbrar una sonrisa sincera en su rostro y eso le daba esperanzas.