Momentos con Andrés y Alex

En una cabalgata  del Mezquital, fuimos papá, Camila y yo. Solamente para ver aquella  función  que se estaría  presenciando aquel viernes y que de hecho no estaba destinado a ir. Pero cómo  papá siempre tomaba esa colonia para llegar a la casa, eran las seis de la tarde, casi siete y al pasar por la plaza del Mezqui decidió  ir a ver los caballos, los estuvimos siguiendo por buen rato, recuerdo cada calle de la colonia. Fueron cómo  dos vueltas completas, los caballos iban al pasito, nosotros  decidimos mejor caminar en vez de irnos en carro, y aunque Cami quería  estar en el mitote mientras papá  manejará la camioneta, el se negó. 





- No, mejor caminando –

Apa, es que. –


- ¡Oye! , no te gusta caminar, que huevoncita. –






Entonces  se entrerío y así  le dimos hasta cansarnos.


Posteriormente nos sentamos en las bancas de aquel parque, cerca de el kiosko, simplemente para ir comprar algo de beber. Mi padre vió  a un amigo de la Infancia, un compa que llevaba rato sin ver y que de pura casualidad se saludaron  y platicaron  un buen rato allí.





Me acerqué a saludarlo sin saber quién  era, luego  hice lo mismo con Mauricio ( su hijo mayor), su esposa y su hijo de nombre "Emilio". Al final, a un colega de Andrés, "Alex", el cuál  trabajaba en la cerrajería con este, saludo  a mi padre, sin nunca antes conocerlo.




En esos tiempos, papá  se fue haciendo amigo de Alex y es que este lo buscaba para irse a eventos dónde  Alex tocaba sus cintas, ya que sí, así  es, los fines de semana trabajaba cómo "Dj" .



Me llevaba regularmente, aunque  ciertas veces solamente le ayudabamos  a cargar el equipo y de ahí nos íbamos  a casa.




Estuvimos un tiempo acompañandolo, hasta que finalmente papá se vió afectado en la pandemia, pues a inicios del 2020 vendió la camioneta  debido a la falta de dinero que tenía  por los respectivos  sucesos  de sus padres del año.





La Qest, esa camioneta que nos llevó  a muchos lugares.

Esa troca que nos transportó hasta el estadio  de Rayados, esa dónde  fuimos a La Pastora, la que nos llevó  al Mirador, la que pudo llevarnos hasta la Cola de Caballo, esa camioneta  que aunque  tenía  ciertas fallas, al final se animaba a arrancar, capaz de todo, esa que talle y enjuague  cada fin de semana, junto a él abuelo, esa en la que se vivieron ciertos sucesos. Se vivieron  hermosos momentos, recuerdo cuando cantaba arriba de ella, esas canciones  que me gustaban  y maravillaban. 


Nos hizo tanta falta después  de venderla, pero papá sabía  que era el momento y no había  otra estrategia para no deshacerse  de ella.






Con Andrés, en 2019, vió  junto a Chalo, un viejo conocido, la final de la cuál jugaron contra América. Después  de eso, las reuniones fueron surgiendo con el paso del tiempo.

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