Jeon Jungkook

Tres semanas después.

"Y dime, Tae, ¿cómo va la convivencia con tu nueva mascota?"

Terrible, pensó el omega mientras tomaba un largo trago de soju. Las semanas habían pasado sin que su gato mostrara la más mínima señal de respeto hacia él. La situación empeoró drásticamente el día que Taehyung decidió cambiar por completo la dieta del gato, obligándolo a comer puras croquetas en lugar de la carne a la que estaba acostumbrado. En su defensa, Taehyung no tenía otra opción. Sus ingresos apenas habían cubrido el alquiler del mes, y cada centavo contaba. No podía permitirse el lujo de comprar carne que ni siquiera él podría disfrutar.

"Mi gato me odia. Se la pasa gruñéndome a cada rato, y no sé qué hacer. Además, siento que cada día su comportamiento empeora.", confesó Taehyung

"Nadie dijo que tener una mascota sería fácil, especialmente los gatos. Ellos no confían mucho en las personas; tienes que ganarte su cariño", respondió su hyung..

"Lo sé, hyung. Me gustaría que Cookie sea amable conmigo algún día", suspiró el castaño, "Mañana me pagan. Tal vez pueda comprar la comida favorita de Cookie. Además, la señora Kang dará un bono por Navidad, así que no habrá problema para cubrir los gastos extras."

"Me dijiste que ese gato solo quiere comer filetes, ¿verdad?"

"Sí, parece que su anterior dueño solo le daba eso."

"Bueno, entonces tardará un poco en adaptarse a su nueva vida. Es irónico, ¿no? De ser un gato privilegiado, acostumbrado a lujos, ha pasado a ser un gato con un dueño que apenas puede pagar la renta."

"Hyung," reclamó Taehyung.

Yoongi soltó una risa suave. "Sabes que lo digo en broma. Pero, en serio, me alegra ver que ya no estás tan desanimado. De alguna manera, ese gato te ha dado un nuevo propósito y una razón para seguir adelante. Recuerdo que en nuestra última reunión, te veía desalentado, casi sin ganas de luchar por tus metas. Ver cómo has recuperado el ánimo es realmente reconfortante. Parece que este gato ha traído un cambio positivo a tu vida."

"Sí, creo que tienes razón," murmuró el omega. "Ya hemos hablado suficiente de mí. Ahora cuéntame, ¿cómo va tu vida, Yoonie? ¿Te están tratando bien en tu trabajo?"

Min Yoongi, era el mejor amigo de Taehyung, había sido su vecino de piso durante mucho tiempo. Pero mientras Taehyung estaba solo, Yoongi compartía su reducido cuarto con su mamá y hermana. La situación económica de su familia no era la mejor. Sin embargo, todo cambió cuando el jefe de Yoongi le ofreció una recomendación para trabajar en una empresa especializada en servicios de protección. Este cambio le permitió a Yoongi transformar su vida: se mudó a un nuevo vecindario y alquiló un apartamento más grande, dejando atrás la vida austera que había conocido.

A pesar de este cambio, Yoongi nunca le reveló a Taehyung detalles específicos sobre su trabajo en la empresa. Aunque le habló sobre la oportunidad que había tenido, prefirió mantener en secreto la naturaleza de su empleo. El tema era sensible para él, especialmente después de los recientes eventos que habían ocurrido.

Yoongi cambió su expresión. "No quiero hablar de eso", dijo con un tono grave. "En este momento estoy pasando por una situación difícil. Solo te diré algo: nunca confíes en las familias adineradas. Son de lo peor."

"Hyung, ¿pasó algo malo? Tú estabas tan feliz cuando me contaste sobre tu nuevo empleo", preguntó el omega.

"Por la paga no me quejo, pero si hubiera sabido que me tratarían como a un perro, nunca habría aceptado el trabajo. Aun así, no puedo renunciar, tú sabes que mi familia depende completamente de mí", explicó Yoongi.

"Entiendo, hyung...", respondió Taehyung.

"Estoy seguro de que las cosas mejorarán para nosotros. Solo tienes que esperar un poco. Dame tres meses, Tae", dijo el alfa.

El omega se quedó perplejo, sin entender completamente la situación. "No entiendo, hyung, ¿por qué me dices esto?", preguntó Taehyung, intentando captar el verdadero significado de esas palabras.

"Se podría decir que estoy involucrado en un proyecto importante. Si todo sale bien, obtendré suficiente dinero no solo para comprar una casa, sino también para ayudarte", explicó Yoongi.

"No es necesario, hyung", respondió Taehyung, visiblemente apenado.- "No quiero que te sientas obligado a ayudarme."

"Sí lo es", insistió Yoongi con firmeza. "Me apoyaste en mis momentos más difíciles, y ahora quiero hacer lo mismo por ti. Solo necesito que esperes un poco. Dame tres meses y te prometo que te mostraré lo que puedo hacer. Tu apoyo ha significado mucho para mí, y ahora es mi turno de estar ahí para ti."

Sí, tres meses. Ese era el plazo que le habían dado a Yoongi para recibir el dinero por su colaboración en la desaparición de Jeon Jungkook, perteneciente a uno de los clanes más poderosos de Corea.

No es que Min Yoongi fuera un secuestrador o alguien que, por desesperación, hubiera recurrido a actos ilegales para obtener dinero. A lo largo de su vida, Yoongi siempre había sido enseñado a hacer las cosas de la manera correcta. Sin embargo, la situación que enfrentó lo llevó a tomar decisiones desesperadas bajo circunstancias extremas. Todo comenzó cuando la empresa en la que trabajaba fue contratada para proteger a la familia Jeon. Si. Esta empresa se especializaba en ofrecer servicios de guardaespaldas, y la familia Jeon había realizado un depósito significativo por adelantado para asegurar estos servicios.

Fue en ese momento cuando Yoongi vio la oportunidad de obtener el dinero necesario para brindar una mejor vida a su familia. Inicialmente, se le asignó la tarea de proteger a Park Lalisa, la futura pareja del primogénito de la familia Jeon. Junto con otros hombres, Min Yoongi pasó un mes protegiendo a esa omega. Durante ese tiempo, descubrió de manera amarga que las personas adineradas no siempre son lo que aparentan. Park Lalisa, aunque hermosa y delicada como una flor, resultó ser ingrata y narcisista, con espinas que lastimaban a quienes lo rodeaban.

Al final del mes, la situación en la unidad de protección de la empresa donde trabaja Yoongi cambió drásticamente. Lo que inicialmente había sido un encargo para proteger a Park Lalisa llegó a su fin, y Yoongi recibió una nueva asignación. En lugar de seguir cuidando a ese omega narcisista, ahora su responsabilidad sería proteger a Jeon Jungkook.

Su abuela siempre le había advertido sobre los alfas dominantes, diciéndole que debía tener cuidado con ellos. Y, en efecto, tenía toda la razón. Jeon Jungkook era un alfa imponente, una figura de temer, y aunque tener guardaespaldas a su lado parecía innecesario - dado que él mismo podía lidiar con numerosos adversarios sin dificultad -, la realidad era que Jungkook imponía respeto por su capacidad de protegerse a sí mismo. Yoongi sentía una mezcla de admiración y temor hacia él. A diferencia de la mujer con la que Jungkook se casaría, el alfa era serio y culto, gestionaba su imperio con mano dura y una intensidad que imponía respeto. Sin embargo, como siempre, las apariencias engañan. Jungkook no solo era imponente, sino que en sus momentos de furia podía ser un peligro real. Yoongi fue testigo de la brutalidad del alfa en una ocasión, cuando llegó unos minutos tarde a su trabajo.

La ira de Jungkook casi le costó la vida.

Esta experiencia, junto con otras situaciones difíciles que Min prefería no recordar, como la vez que él y otros subordinados de Jeon fueron humillados de la peor manera posible.
Contribuyó a que él y otros miembros de la unidad de protección decidieran colaborar en la desaparición del primogénito del clan Jeon. La decisión de traicionar a Jungkook no fue tomada a la ligera; fue el resultado de una acumulación de presiones y maltratos que habían tenido que soportar durante meses.

"Recuerda cuál es tu lugar, Min. En este mundo existen la clase alta, la clase media y la clase baja. Pero tú... tú ni siquiera perteneces a la más baja. Tu sitio está entre las ratas, en medio de la basura. No te engañes creyendo que eres importante. Al igual que los demás, solo eres una mascota que usaré y desecharé cuando ya no me sirvas. Así que no te hagas ilusiones de ser más de lo que realmente eres..."

Min Yoongi estaba resentido.

Ahora, tenía que esperar solo tres meses. El plazo establecido antes de que Jungkook fuera declarado oficialmente muerto si no se le encontraba.

"Sabes, Tae "-comenzó Yoongi con una sonrisa -"Hoy yo pago las cervezas, te invito. Además, como tu cumpleaños está a solo pocos días, quiero darte un regalo adelantado. ¿Qué te parece una televisión nueva?

Taehyung lo miró preocupado. -"Hyung, no, guarda ese dinero para comprar algo para tu familia. Sabes que ahora estoy bien y no necesito nada."

Yoongi insistió, moviendo la cabeza con determinación. -"Te dije que iba a ser un regalo de cumpleaños. Este año, al menos quiero comprarte algo que te guste. Vamos a las tiendas y tal vez me anime a comprarle algo también a ese gato que tienes."

El Omega frunció el ceño. -"Hyung, te dije que no es necesario. No quiero que gastes tu dinero en mí."

"Vamos "-dijo Yoongi con firmeza, no dispuesto a escuchar más objeciones.-" Ahora que tengo dinero, quiero hacerte un regalo. Así que levántate, vamos a la tienda."

Taehyung se dejó arrastrar por su amigo. Yoongi pagó las botellas que habían compartido en el bar, y pronto ambos hombres se dirigieron hacia un centro comercial cercano. Aunque Taehyung aún dudaba sobre el regalo, no pudo evitar sentirse tocado por la generosidad de Yoongi.

"¡Cookie, mira lo que he traído!" gritó Taehyung con entusiasmo, sosteniendo la caja de la televisión nueva. "Un amigo me hizo este regalo."

Sin embargo, Cookie no prestó atención a su dueño. En lugar de eso, el gato se acomodó aún más en la cómoda cama del omega, claramente en plena siesta y deseando el absoluto silencio. La llegada de la televisión parecía no haber interrumpido en lo más mínimo el descanso de su felino compañero.

Taehyung, cruzando los brazos y frunciendo el ceño, pensó para sí mismo: "Esta es la quinta vez en el día que me ignora". Con un suspiro resignado, agregó en voz alta, "Está bien, sigue durmiendo, Cookie. Si no quieres ver la televisión, al menos yo disfrutaré de ella."

Cookie ni siquiera se inmutó ante el entusiasmo de Taehyung. El gato continuó acurrucado en la cómoda cama, sumido en una profunda siesta. Y aunque al principio le costaba admitirlo, el aroma de ese omega le resultaba reconfortante. El sutil perfume de lirios que emanaba Taehyung se intensificaba en la cama, creando un ambiente que Cookie encontraba especialmente agradable para descansar.

"Cookie, mañana es Navidad," dijo Taehyung con un tono animado, hablando más para sí mismo que para el gato. "Solo trabajaré hasta las 10 de la noche, y la señora Kang me dará un bono. Planeo preparar una cena deliciosa para nosotros. Haré postres, te cocinaré tu filete favorito, y nos quedaremos toda la noche viendo películas navideñas. Será un día espectacular, te lo prometo. Haré todo lo posible para que sea una Navidad memorable para ti."

Taehyung sonrió al imaginar la celebración que planeaba, aunque esa sonrisa se desvaneció rápidamente cuando se dio cuenta de que Cookie seguía completamente ajeno a sus palabras. El gato, inmóvil y profundamente dormido, no parecía interesado en sus planes.

"No tiene remedio," pensó Taehyung, mientras se preparaba para ir a trabajar. Se dirigió hacia la puerta de su cuarto y, al salir, se volvió para darle un último ultimátum a su gato. "Cookie, ya me voy. Come las croquetas que te dejé en tu plato, ¿sí? Deséame suerte," añadió, casi gritándolo mientras cerraba la puerta detrás de él.

El cuarto quedó en un profundo silencio, interrumpido solo por el sonido del cerrojo al cerrarse. Cookie, que había permanecido inmóvil durante la conversación, se levantó lentamente y abrió los ojos. Aunque el gato había permanecido en calma durante la despedida, había escuchado cada palabra de Taehyung.

Ese omega que se emocionaba por cualquier cosa.

"Suerte... Taehyung"-dijo Cookie en lo más profundo de su ser. Odiaba admitirlo pero ese tonto chico se había ganado su respeto.

Aquel Omega no era una mala persona, más que solo tener la mala fortuna de haberse topado con Jeon Jungkook.

🌟

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