4-Bajada de humos

Los entrenamientos de CC iban cada vez mejor, notaba como tenía una amplía visión del juego y se le daba cada vez mejor. Pero también había una diferencia, la forma de hablar al resto de compañeras cuando fallaban algún pase o no le daban el balón para hacer gol. Al principio el resto de chicas no le dieron tanta importancia pero al cabo de poco se cansaron porque ellas también deseaban formar parte del juego.

—¡Angelica tenías para pasarme la pelota!—le recriminaba a su compañera en el vestuario tras un partido que ganaron 7-2 y ella había metido seis de esos siete.

—Mira CC, estamos cansadas de tus quejas—replicó ella colocándose cerca suyo—vale que seas la estrella pero es un juego de equipo. También has criticado la forma de defender en un gol. 

—De no ser por mí este equipo no metería ni un puñetero gol—dijo enfadada—¿acaso no quieres ganar?.

—Si, quiero ganar, pero también divertirme. No todas queremos ser profesionales, muchas nos metimos a esto para hacer amigas, crear una amistad y hacer ejercicio.

Las discusiones siguieron hasta que la entrenadora puso paz, o por lo menos que dejasen de echarse cosas en cara la una con las demás. Un vestuario dividido era un gran problema.

CC llegó enfadada a casa donde tiró la bolsa de deporte a un lado.

—Deberían de agradecer que este en su equipo—gruñó enfadada.

En el entrenamiento del día siguiente se podía palpar la tensión entre las chicas y CC. De hecho la entrenadora la tuvo que apartar ante el enojo de esta en una entrada que le podía haber hecho daño.

Se notaba con fuerzas y el enojo que llevaba encima hacia que desease quitarse el mal día que llevaba así que fue con Tn.

Este se encontraba dando toques al balón. Se acercó y le saludó.

—¿Viste que partidazo ayer?—preguntó con una sonrisa orgullosa.

—No estuvo mal, pero no deberías discutir con rivales y menos con las compañeras—respondió tranquilo—y más cuando el segundo gol fue en el tiempo de descuento, era imposible que remontasen.

—Lo que deberían dar es gracias, desde que estoy en el equipo no hacemos más que ganar.

Tn arrugó el entrecejo.

—CC, ya hemos hablado de ello. Los pies en el suelo—comentó.

—¡Todo el mundo dice lo mismo, me he ganado el derecho a decirle las cosas como son, necesitamos estar siempre enfocados en el partido, ese gol podría habernos eliminado si hubiera sido empate!—replicó.

—CC baja tu tono, muestra respeto—dijo este.

—¿Tú también quieres controlarme?

—No, solamente tu mal genio. Ahora calienta, necesitas mejorar ciertos aspectos

—Puedo meter gol desde cualquier parte fuera del área, podría regatearme a las once jugadoras.

El joven suspiró y le repitió que fuera a calentar.

—¿Has visto a mis compañeras?, si fueran la mitad de buenas que yo ganaríamos por mucho más—dijo acercándose.

—He visto a diez jugadoras pasarlo bien y hacer piña mientras su estrella se peleaba con las rivales—eso enfadó a la joven.

Había tenido un mal día, las peleas con sus compañeras y la tensión con su madre estallaron en ese momento.

—¡Qué tú no hayas cumplido tu sueño y que hayas acabado siendo un fracasado no significa que yo lo vaya a ser!—replicó enojada.

Tn volteó a verla con cierto cabreo en su cara. CC retrocedió. El chico fue hasta el banquillo y se quitó la sudadera y calentó un poco ante la mirada de ella que sabía que la había cagado. Luego tomó un balón y se acercó a ella.

—Muy bien superestrella, veamos si puedes quitarme la pelota—era un desafío.

CC se posicionó, dudó durante unos momentos antes de atacar. Con elegancia, técnica y soltura, el chico evitaba a la joven quien se vio incapaz de quitarle el esférico. Daba igual lo que intentase, él siempre encontraba un hueco o algo e incluso le hacia algún caño. 

Intentó entrarle tirándose por el suelo pero este movió el balón a un lado y esquivó a esta quien se quedó tirada en el suelo.

—Dime algo CC—se puso a dar toques—si yo que soy un fracasado he conseguido humillarte de está manera...¿en qué te convierte a ti?—se colocó unas gafas de sol y sonreía mientras seguía a lo suyo.

La rubia golpeó el suelo con los puños enfadada.

—Recuerda, una mente amueblada lleva al éxito, ¿cuántos jugadores has visto que se han echado a perder por la arrogancia?—preguntó mientras se acercaba.

CC sabía que llevaba razón, odiaba admitirlo. Ahora estaba más calmada y sabía que había actuado mal con todo el mundo. Debía aprender a gestionar su ego o no llegaría lejos.

Tn le tendió la mano y la ayudó a levantarse.

—Lo siento—dijo—no debí haberte llamado fracasado.

—Si, estuvo mal de tu parte—respondió.

Ella sintió como liberaba todo y rompió a llorar ahí mismo, parada y cabizbaja. El joven sabía que debía ser muy duro para ella la situación que estaba viviendo. Acercó su mano, le acarició la mejilla y fue quitando las lágrimas. CC lo miró mientras trataba de desahogarse.

—Estoy aquí para ayudarte, ya lo sabes—la futbolista le abrazó fuertemente y él dejó que llorase en su pecho—todo va a ir bien. Mañana te disculpas con tus compañeras.

Durante el camino de regreso a casa, CC estuvo en silencio sin mediar palabra.

—Siento haber sido una idiota—dijo.

—Eh, estás pasando por mucho, la presión que tienes te ha hecho actuar así. Eso se soluciona hablando, cualquier cosa me llamas, ¿vale?—ella asintió y este le dio dos besos.

—Gracias.

Ambos se miraron durante unos instantes, CC se notaba rara, el estar con él la hacia sentir completamente diferente a cuando estaba con sus amigas o familia. 

—Nos vemos—ella salió del coche con un pequeño rubor.

En el partido del día siguiente todas estaban preparándose cuando CC tomó aire y les pidió un momento de atención.

—Mirad, he actuado mal...con el paso de las temporadas...he olvidado lo que nos unía a este deporte...la amistad y el compañerismo. Lo siento, lo siento mucho...—se inclinó—prometo dar lo mejor de mí misma para cambiar mis actitudes.

La entrenadora sonreía desde su sitio y las demás se miraron para ver si la perdonaban. Finalmente asintieron.

—Chicas...

—Eh, venga superestrella, tienes que meter unos cuantos goles—dijo Angelica.

—Si, contamos contigo—comentó otra.

Una a una fueron animando a la joven. 

Salieron con muchas ganas al campo, especialmente CC quien cedió un penalti a una de sus compañeras que había regresado hace poco de una lesión y logró meter gol. Todas la abrazaron y después del partido se fueron a cenar.

Mientras celebraban, le llegó un mensaje de Tn.

—Bien hecho—escribió este.

—Gracias—escribió ella.

Esto generó una sonrisa en ella. Su amiga le quitó el móvil y al leerlo en voz alta todas preguntaron y ella tuvo que responder.

—Así que te gusta Tn—dijo.

—Una pareja que ama el deporte y encima fue un buen jugador de instituto...te pega—dijo Angelica.

—¡Chicas!—replicó ruborizada.

Esa noche CC pudo dormir más relajada mientras se esbozaba una sonrisa al recordar la escena del coche donde pudo notar como el corazón le latía con fuerza.

Tn tenía algo que le gustaba.

Continuará...

Espero que les haya gustado :)

Un saludo.

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