****Capítulo dedicado a: SoyGreis128898 Ily👑****

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Cuando llegamos a la casa de Rosi y subimos a su habitación,  colocaron música a todo volumen y me alegró saber que no era la única chica loca que se movía descontroladamente. 

El video había llegado a casi veinte millones de reproducciones, era un exabrupto, ni siquiera podía volver a responder los comentarios de tantos que había, así que cree una página de Facebook con mi nombre y compartí el video ahí, de esa forma podía interactuar con las personas sin que quisieran seguir agregándome a mi Facebook personal.

Se sentía raro ser tan reconocida, había comentarios en muchos idiomas e intentaba comprenderlos. Mi nuevo grupo de amigas me recomendaron compartir los videos que había subido a mi Facebook de mi tocando el violín para que así tuvieran más cosas qué ver que mis fotos, así que lo hice y las reproducciones comenzaron a subir inimaginablemente, ¿Cómo es que una influencia como Calvin pudiera tener tanto poder en el mundo?

Muchas personas habían vuelto de eso un desafío con el hashtag #MuevetecomoClausHarrisonChallenge donde muchos comenzaban a bailar en ropa interior, compartí los videos que me parecieron graciosos y comenté lo más que pude sintiéndome de alguna forma apoyada y querida en ese momento donde solo quedaban los restos de mi corazón. 

Apagué el teléfono cuando Rosi se apareció con una enorme caja de suministros de maquillaje, productos para el cabello y pinturas de uñas.

— ¿Hace cuánto que no te lavas el cabello? —preguntó Carla quitándome la cinta que sostenía mi cabello, este por inercia cayó completamente espeso y enredado por mis hombros soltando un extraño olor fétido.

— ¡Uf! Algo se murió ahí —dijo Moon— debes lavártelo al menos una vez a la semana, es higiene.

Me sentí un poco apenada, ni siquiera recordaba la última vez que me lo lavé.

—Báñate y péinate el cabello mientras estés bajo la ducha —dijo Rosi entregándome un peine—, ahí hay champú, échate al menos tres veces ¿entiendes?

Asentí con la cabeza e hice lo que me dijo, me sentía como una niña pequeña poco femenina entre súper modelos. 

Me lavé el cabello y lo peiné, no me había dado cuenta de lo mucho que me había crecido, casi me rozaba mi trasero. Cuando salí nuevamente a la habitación usando la ropa con la que había salido esta mañana, Rosi sostenía una afeitadora en una mano y en la otra una clase de adhesivos.

—Hora de afeitarse —anunció con voz melodiosa que a mi parecer me sonaba completamente malévola, negué con la cabeza despavorida.

—Yo estoy completamente afeitada, siempre lo hago —era verdad odiaba el pelo corporal en mi cuerpo, me afeitaba casi diariamente.

—Es un avance —dijo Rosi—, pero me refería a tu cara.

Me hizo acostarme en la cama, Moon me pintaba las uñas de los pies mientras Carla me pintaba la de las manos, no podía parar de soltar gritos cada vez que Rosi adhería y despegaba las cintas de mi rostro llevándose el vello con eso, ¿en serio todas las chicas hacían eso? ¡Era doloroso! Las lágrimas se corrían de mis ojos cuando terminó y sentía como si me hubieran dado una buena paliza, mi cara palpitaba de ardor.

—Para ser bella —dijo Rosi—, hay que ver estrellas.

Pues yo había visto el universo o tal vez la luz que se veía cuando se está a punto de morir. Rosi me aplicó una crema para aminorar el dolor, era la primera vez que hacía algo como eso, me levanté de la cama tocando mi rostro, la piel se sentía completamente hinchada y me ardía.

— ¡Vaya! —Dijo Moon observándome mientras se peinaba el cabello con sus dedos— eso sí es un cambio.

Me acerqué al espejo y me sobresalté, mi rostro estaba tan rojo e hinchado que no estaba segura si me habían de verdad dado una golpiza, pero ignorando los detalles, la forma de mis cejas había quedado perfecta, ni siquiera tenía ese bozo sobre mi labio superior y mis uñas estaban pintadas de un lindo rosado, mi cabello ahora que estaba peinado comenzaba enroscarse. Saqué los lentes de mi bolsillo y me los coloque, seguía siendo la misma de siempre.

— ¿Esos lentes, los necesitas realmente? —Dijo Moon—, yo usaba lentes de corrección cuando era pequeña, pero dejé de usarlos en la calle.

—Estos son para refrescar la vista —murmuré, como a veces leía en la computadora y usaba el teléfono en la oscuridad de mi habitación, me protegía la vista o al menos eso decía mi mamá.

—Entonces no los necesitas realmente —dijo Moon—, úsalos si quieres cuando estés en tu casa, pero no en la calle, solo es un consejo.

Los quité de mi rostro, todo se seguía viendo igual, pero me sentía extraña, los lentes eran como una pequeña mascara ante el mundo, los volví a guardar, los usaría cuando fuera necesario.

—Siéntate, debemos terminar con tu cabello —dijo Rosi, pero a mí me sonó como una amenaza, algo temerosa tomé asiento en donde me indicó y comenzó a secármelo con el secador de aire caliente, jalándome y haciéndome volver a ver la luz que parecía más cercana a la muerte que a la belleza.

Cuando por fin terminó, Carla me llevó a mi casa en su auto, me sentía mareada y la vez completamente ligera, el cabello no me pesaba tanto, se sentía suave luego de que lo plancharan. Carla iba hablando de la fiesta del viernes, las chicas estarian disfrazadas, planeaba que todas nos cambiaramos en su casa como harían el resto de las muchachas, y de ahí nos iríamos juntas, me agradaba la idea de tener nuevas amigas fabulosas, que quisieran que resaltara tanto como ellas, no como Trami que estaba a gusto teniendo una amiga fea que resaltara su belleza.

Maldición, debía dejar de pensar en Trami.

—Gracias, realmente gracias por ayudarme –dije cuando Carla estacionó el auto frente a mi casa. Ella espabiló una mano con esa sonrisa suya enorme y completamente agradable.

—Por nada, ahora somos amigas y las amigas se apoyan, siempre puedes contar conmigo –respondió. Asentí con la cabeza, maldición, no quería llorar otra vez.

Salí del auto, Carla pitó dos veces cuando arrancó y la vi desaparecer cuando cruzó la esquina. Debí unirme a ellas desde el principio, no parecían juzgarme ni ser tan superficiales como creí, en tal caso yo era la envidiosa que hablaba mal de ellas.

—Miren quien llegó, ¿Qué haces llegando tan tarde? –la voz me hizo alzar la vista y mirar a mi alrededor sin saber de dónde provenía, de repente observé a un hombre salir de entre los arbustos que dividía mi casa con la de los Craft, me quedé parada del otro lado de la calle debajo del farol, hasta que pude vislumbrar que se trataba de Calvin.

— ¿Me esperabas? –Alcé una ceja— de seguro no tienes muchas cosas qué hacer por aquí ¿verdad?

Cruzó la calle con las manos detrás de su espalda, su camiseta negra resaltaban sus bíceps lleno de tinta, en la oscuridad sus ojos verdes resplandecían como esmeralda, este hombre de seguro que jamás pasaba desapercibido, era hermoso.

—No, en realidad no –admitió, cuando estuvo lo suficientemente cerca frunció el ceño mientras sus ojos pasearon por mi rostro—. Vaya, ¿la fama ya te cambió?

Sonreí y solté una ligera carcajada, extrañamente sentía de alguna manera que mi confianza estaba volviendo, agradecía que mi rostro se hubiera comenzado a desinflamar y recobrara su estado normal. 

—Seguí tu consejo, me junté con personas geniales, cambié un poco mi imagen —dije— y al parecer ahora soy famosa.

—Espera un momento, ¡se está yendo! —Pareció angustiado mientras intentaba agarrar algo en el aire pero parecía que se escapaba de sus manos, creí que intentaba atrapar una mosca, pero no lograba ver nada— rayos, se fue.

— ¿Qué se fue? —murmuré sin entender. Él se llevó las manos a su cintura y negó con la cabeza mientras veía hacia el cielo sin poder ocultar su decepción.

—Tu ego –dijo—, salió volando.

Me crucé de brazos y giré los ojos, ¿En serio había hecho algo tan infantil?

—Tú fuiste en primer lugar el que publicó ese video –refuté— y me siento mejor conmigo misma ahora, intento salir de donde había caído...

—Cálmate, solo bromeaba –interrumpió—. Me siento orgulloso de lo que estoy creando contigo, eres como mi experimento de vacaciones, mi rata de laboratorio o... la mariposa que se convirtió en oruga.

¿La mariposa que se convirtió en oruga?

—Estoy muy segura de que quisiste decir eso al revés.

—Como sea, también podría decir: la desaliñada cliché que se convirtió en una princesa, creo que ese es un doble cliché.

— ¿Crees que luzco como una princesa? –fingí real asombro y llevé una mano a mi pecho para sobreactuar mi alago—, eso es lo que resulta de la fama.

Calvin intentó fruncir los labios pero la gracia que le causó mi comentario ocasionó que una carcajada se escapara, parecía realmente entretenido en la conversación, ¿Acaso yo le parecía interesante?

—Eso creí. –dijo luego de un momento, lo miré sin comprender y él agregó: — Tienes una personalidad sobresaliente, ya me gustaría iniciar esta segunda parte del plan.

Claro, siempre mi personalidad hacía ese extraño lazo con las personas, no como para ser buenos amigos, pero si como para caerle "bien" a la mayoría.

— ¿El plan? –Repetí incrédula— ¿de qué hablas?

Observé como tomaba asiento en la acera de modo que su mirada estaba puesta en mi casa, él guardó silencio, parecía esperar a que me sentara, así que lo hice, y él dijo:

—Quitarle el novio a Trami, recuperar a tu "verdadero amor".

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Yo siendo ella me olvido de Brian e intento violar a Calvin...:v

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