Tenía casi dos mil solicitudes de amistad y casi treinta mil notificaciones, no entendía qué estaba pasando, entré en el perfil de Calvin y me di cuenta que en realidad era su página de fans donde tenía tres millones de seguidores, en la publicación estaba escrito:

“Esto es sentir la música al nivel Claus Harrison, buenos movimientos chica”.

Me metí en los comentarios observando los múltiples memes que habían creado de mí, como: “cuando te pagan en el trabajo” y salía mi foto tomada del video donde casi parecía tener un orgasmo.

Mi rostro estaba tan rojo que mis mejillas cosquillaban cada vez más fuerte, todos los comentarios se reían de mi cabello revuelto y de mi cuerpo sin curvas, habían unos más crueles que me catalogaban como zorra, puta y descerebrada drogadicta borracha y otros animándome a ser libre y la libertad gay... maldita sea, intenté denunciar la publicación pero me hacía muchas preguntas, respondí en lo mejor que pude, pero no lo borraron.

No sabía cómo sentirme al respecto, no estaba molesta porque incluso me parecía gracioso mi pequeño momento de fama y no era como si hubiera estado desnuda, eso si hubiera sido trágico y hubiera acabado con la poca cordura que me quedaba. Me topé con un meme donde habían agarrado mi foto de perfil de mi Facebook personal y colocaron: “Cuando eres famosa, pero sigues siendo fea y sin dinero”.

Apagué el teléfono, ya no tenía cabeza para pensar nada más, mucho menos para aguantar comentarios desagradables que destruían la poca autoestima que había estado esfumándose de mi ser. Subí al baño y me di una larga ducha bajo la regadera, sentía la tristeza convertirse en amargura y grandes ganas de vengarme contra Trami, pero sabía que el único consejo que seguiría de Calvin era el de buscar nuevos amigos, lo necesitaba.

El lunes en la mañana tuve que poner todo mi esfuerzo para levantarme de la cama, el día era gris, nublado, o puede que así lo veía yo, ni siquiera tenía lágrimas que derramar, todo me fastidiaba, todo me valía y me sabía a mierda. Cuando llegué a la escuela, todos parecían verme, otro se reían cuando al parecer no veía y me hicieron sentir realmente incomoda, nunca había llamado tanto la atención.

Entré a mi aula y todos guardaron silencio, maldición, solo quería devolverme a mi casa y volver a desaparecer en mi habitación, de seguro sabían lo que había sucedido entre Trami y yo, esa cachetada que le di el viernes estaba segura que resonó hasta en China.

Tomé asiento y saqué mis libros tardándome más de lo necesario, como si eso fuera muy importante. Escuché pasos y cuando alcé la vista me encontré con la deslumbrante sonrisa de Rosi, su grupo de amigos también estaban a mí alrededor.

Oh-oh.

Que todo el grupo del consejo estudiantil me rodeara quería decir que me darían una larga charla del por qué no debía abofetear a los otros estudiantes, pero no me arrepentía, incluso estaba predispuesta a mandarlos a la mierda.

— ¿Sabes que tu video salió en CNN esta mañana? —Dijo Rosi, parecía emocionada— ¡Tiene más de ocho millones reproducciones!

¿Video?, ¿Por eso todos me veían y murmuraban? Ahora comprendía, había olvidado incluso el video que Calvin había hecho. Fruncí el ceño ¿Ocho millones? ¿Tan famoso pudo ser un video de una chica bailando?

—Sí, decían: “Lo viral del momento” —dijo Carla—, ¿Cómo hiciste para que Calvin Craft publicara eso?

Entonces se acercaron porque al parecer “era la famosa del momento”, no para darme una charla. Eso extrañamente me hizo sentir importante, nunca me había sentido de esa forma, ni siquiera en los conciertos que teníamos en la orquesta donde a veces tenía un solo de violín.

—Es hermano de un chico al que le doy tutorías de matemáticas —me encogí de hombros, no quería decir que era mi vecino, no aguantaría que todos quisieran visitarme con el pretexto de conocer a esa “super estrella”.

Todos se rieron ¿Había dicho algo gracioso?

—El Viernes nos reuniremos en mi casa —dijo Rosi—, como vuelve mi hermano de las vacaciones de la universidad, haremos una fiesta, si quieres invita a Calvin, aunque de seguro mi hermano ya le aviso, estudiaron juntos en la UDC.

¿UDC? ¡Vaya! Esa era la escuela más reconocida del deporte y también la más costosa.

Ah, entonces todo era porque un video mio se había hecho viral y porque conocía a Calvin Craft. Asentí con la cabeza mostrando una débil sonrisa, nunca me habían invitado a una de sus fiestas y sí que eran memorables, no me importaba que fuera por interés, ahora necesitaba nuevos amigos geniales, que le dieran a entender a Trami que ya no la necesitaba.

Todos volvieron a sus asientos cuando la profesora llegó. Podía sentir la mirada de Brian sobre mí, cuando me atreví a voltear y nuestras miradas se encontraron, él me hizo un gesto con la mano en saludo, no una sonrisa, ¡movió su mano! Cuanto hubiera dado para que hiciera eso unas semanas atrás, ahora solo me hacía sentir un fuerte nudo en la garganta. Apenas logré asentir con la cabeza en respuesta y no volví a despegar la mirada de mi cuaderno durante el resto de la clase.

En el receso Rosi me invitó a ir con ellos al almuerzo, casi me negué pero después recordé que ya no era amiga de Trami, por ende, no tenía con quien almorzar, así que decidí ir adaptándome a mi nuevo ambiente, ellas eran tres chicas, Rosi, Carla y Moon, todas rubias y parlanchinas, parecían leerse la mente entre ellas porque se completaban las frases, solo habían dos chicos, Victor y Daniel, ambos altos y un poco robustos, influían confianza y a la vez comodidad, todos parecían hechos para ser políticos o personas importantes, yo me sentía fuera de lugar o como “el patito feo”, aunque ellas me intentaban incluir, no me sentía cómoda.

Trami y yo solíamos decir que ellos eran el “grupo superficial” algo así como los populares, todos hablaban de ellos, tenían ropa de marca y personas rogando caerles bien, puede que en lo mas profundo les tuviéramos envidia porque nunca nos invitaban a sus súper fiestas, ahora yo estaba invitada y Trami no, ¡por perra!

Mi mirada siguió a Trami cuando entró al comedor, parecía un poco triste, siempre que estaba así ella decía que yo le iluminaba el día cuando  intentaba hacerla sentir mejor, extrañaba ser su complemento así como ella era el mío. De repente sonrió y no fue hasta que envolvió sus brazos alrededor del cuello de Brian y lo besó frente a todos que cualquier simpatía melancólica que pude sentir se esfumó al instante.

Perra, perra, perra.

—Si te hace sentir mejor —dijo Rosi tocando mi mano—, escuché que los padres de Brian no les agrada Trami, creen que es una aventada.

Casi tuve el impulso de defenderla, pero no tenía por qué hacerlo, la odiaba y si querían hablar mal de ella me sabía a mierda.

De repente fruncí el ceño ¿por qué me decía eso?

— ¿Cómo sabes el por qué estamos peleadas?

—Todos sabían que ella se veía a escondidas con Brian —dijo Carla— y también todos sabían que tu siempre habías estado enamorada de él, solo era cuestión de tiempo. 

No sabía si era psicosis mía, pero en ese momento todos los del comedor parecieron voltear indisimuladamente a ver mi reacción cuando Trami y Brian salieron de ahí  tomados de la mano, ahora que era “la chica del momento” todos parecían saber de mi traición amorosa, ¿Podía existir algo más humillante?

— ¿Y por qué nadie me dijo nada? —dije ofendida, era la única estúpida ciega, que no vio que su mejor amiga la apuñalaba y se ría a sus espaldas.

—Nadie se mete en relaciones de terceros —dijo Moon—, es un consejo sabio que te evita problemas.

Todos sabían, pero nadie se atrevía a meterse en la vida de los demás, en parte era bueno, pero hubiera preferido que me lo dijeran.

—Bueno, ella me dejó claro que Brian había estado muy fuera de mi alcance de todas formas —dije—, jamás hubiera tenido oportunidad con él.

— ¿Te dijo eso? —Dijo Carla pareciendo ofendida—, es una perra.

La miré a sus ojos claros y sonreí débilmente.

Sí así es, Trami la perra.

Me estaba comenzando a sentir cómoda con ellas.

— ¿Quién es una perra? —intervino Victor el cual había estado distraído hablando con Daniel.

— Victor, ¿Qué opinas de Claus? —Dijo Rosi—, ¿te parece bonita?

No quería escuchar la respuesta.

No por favor, no digas nada malo.

No podía soportar que volvieran a acuchillar mi autoestima como había estado sucediendo últimamente.

—Tiene rasgos bonitos —esquivó Victor sin atreverse a mirarme, como si su pasta con salsa fuera lo más interesante del mundo.

—Si soltaras tu cabello, creo que te sentirías más cómoda contigo misma —dijo Daniel—, tienes potencial, solo te falta explotarlo.

¿Qué se suponía que iba a hacer para explotarlo? ¿Tragar explosivos?

Bajé la mirada hacia mi pasta Boloña, me sentía como una niña con las llaves de un auto deportivo pero sin licencia, sin saber qué hacer para poder “explotar”. Percibí como Rosi cruzaba una mirada con Moon y Carla.

— ¿Qué te parece si vamos a mi casa cuando salgamos de clases? —Dijo Rosi— tendremos tarde de chicas,  te arreglaremos el cabello, las uñas y las cejas, ¿Qué opinas?

¿Eso era explotar el potencial? Me sentía tan superficial, pero a la vez sabía que todas las chicas de mi edad se arreglaban, incluso mi madre iba al salón de belleza una vez a la semana, siempre me decía que la acompañara pero como los sábados debía dar tutorías nunca podía.

—Tentador —Murmuré—, pero tengo clases de música.

Tenía práctica los lunes y los jueves en la tarde, pero el hecho de pensar en ver a Trami y respirar su mismo aire ya me comenzaba a hervir la sangre.

—Pero puedo faltar —agregué—, por un día que no asista, no creo que se acabe el mundo.

Me gustaba como sonaba eso, casi podía sentir como me salían cachos sobre mi cabeza al pensar en caminar con mi nuevo grupo de amigas frente a Trami y Brian demostrándoles lo hermosísima que había quedado.

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Esta historia me rompe el corazón cada vez que la leo, tiene una parte de mí😢
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