Capítulo 11: Pelea a golpes.


Era jueves, el día parecía más claro, pero curiosamente nublado y muy frio, hoy me había colocado un jean y un suéter de mi mamá, era hermoso, tenía colores brillantes y me quedaba realmente adorable. En la clase, Brian volvió a acercarse a mí solo para preguntarme como estaba, sin embargo apenas le respondí y lo ignoré hablando con Carla del examen de mañana, no tuvo más opción que irse, era extraño porque ni siquiera le había coqueteado, estaba distraída pensando en los labios de Calvin y la manera en la que aferraba deliciosamente mi piel con sus dedos, ansiaba verlo, quería hablar con él, pero luego recordaba que debía bajar mi ansiedad y mi ilusión, no debía enamorarme de él, no quería volver a sentir lo que ocasionó Trami y Brian, no creía poder soportarlo.

Me encontraba en el comedor, escuchaba a Rosi hablar de las bebidas que había pedido para la fiesta de mañana, al parecer iban a estar alteradas con alcohol, no era una novedad, se suponía que así eran todas las fiestas de los Connor, o eso había escuchado.

Enrollé con mi tenedor la pasta de mi plato preparándome para meterlo a la boca, cuando sentí que alguien tocó mi hombro, todos en la mesa guardaron silencio, por un momento no entendía qué ocurría hasta que volteé encontrándome con la perra Trami ahí parada, sus ojos curiosamente brillosos pero por la forma en la que apretaba su quijada noté que estaba molesta.

Maldición, hoy creí que sería un día perfectamente normal, incluso se me quitó el apetito.

— ¿Puedo hablar contigo? —su voz me chilló el oído, creo que todo de ella me molestaba, ¿Qué le hacía creer que quería hablar con ella? El odio de su traición renació en mi pecho, creí que lo estaba superando pero al parecer no era así.

Perra, perra, perra.

Me acomodé deliberadamente en mi asiento como si no hubiera visto a nadie y miré a Rosi quien terminó de exponer su idea observando mi reacción.

— ¿Entonces después del examen nos iremos a tu casa? —pregunté para que se enfatizara el hecho de que ignoraba a Trami a propósito.

—Claro hermana, nos pondremos bellas para que tu chico no pueda apartar la mirada de ti —dijo Rosi mirando de reojo a Trami, Moon tuvo que tomar jugo para ocultar la risa que le causaba la situación, en cambio Carla, Victor y Daniel parecían estar enfocados en comer, fingiendo estar ajenos a todo.

—Claus... —escuché el murmuro de Trami a mis espaldas.

No pude evitar pensar en los perros de la calle que rogaban por un trozo de comida cuando las personas comían en el camino e intentaban simular no verlos, Trami era la perra en esta situación.

—El Dj que tocará está por irse de gira internacionalmente —dijo Moon—, será famoso, tiene mucho talento.

— ¿Sí? ¿Quién es? —pregunté, en realidad no me importaba, pero quería seguir ignorando a Trami, que sintiera la humillación de su traición.

La perra Trami caminó y se apoyó de la mesa de modo que ahora no podíamos ignorarla porque prácticamente estaba en todo el medio, su acción ocasionó que un vaso semi vacío se derramara en una bandeja salpicando a Rosi y a mí con gotas de jugo de frambuesa.

— ¡Claus! —Gritó, su rostro rojo de ira—, ¿Ahora te crees tan importante como para no hablar conmigo? ¡Un video donde sales semi desnuda no te hace popular! ¡Te hace zorra!

Todo el comedor quedó en un ensordecedor silencio, nuestra mesa era el foco de atención, sentía que todos me observaban. Me limpié las gotas que habían caído sobre mi mejilla sintiendo mis manos temblar de ira, ¿Cómo se atrevía a gritarme?, ¡¿Cómo se atrevía a llamarme a , zorra?!

—Ven Claus, vámonos —dijo Rosi levantándose del asiento y tomándome del brazo para ayudarme, todos comenzaron a levantarse, sin embargo Trami parecía furiosa de que la siguiera ignorando. Antes yo siempre estaba al pendiente de ella, haciéndola sentir importante, estaba segura que sus dientes rechinaban porque yo era “la chica del momento” y tenía nuevos amigos.

Comencé a caminar junto a Rosi cuando sentí que algo agarró mi cabello y lo jaló hacia atrás con fuerza causando un intenso dolor que se extendió por toda mi cabeza.

— ¡¿Ahora te crees importante porque descubriste como peinarte?! —Volvió a gritar—, ¡que rápido se te subió el ego!

Me zafé del agarre que Trami tenía en mi cabello y mi puño voló antes de siquiera sopesar lo que hacía, estrellándose en la cara de Trami, ella se tambaleó hacia atrás cubriendo su mejilla con sus manos, parecía recordar que yo era más alta que ella cuando me acerqué y ella se echó hacia atrás.

— ¡¿Cómo te atreves a gritarme cuando fuiste tú la culpable?! —Grité prácticamente en su cara— ¡Eres una envidiosa!, ¡zorra!, ¡solo espero que te pudras en el infierno!

— ¡¿Envidiosa?! —Repitió con ironía descubriendo sus dientes, nunca la había visto tan molesta—, ¡solo porque te hayas quitado el pelo de la cara no dejaras de ser la misma bestia repulsiva!

Me iba a aventar hacia ella para encajarle otro golpe cuando Victor me abrazó y me echó hacia atrás, Daniel tomó a Trami y le demandó alejarse como autoridad del consejo estudiantil.

—Vamos Claus, no vale la pena —dijo Rosi, Carla acarició mi cabello al igual que Moon y Victor me arrastró hacia la salida, debía recordar que ellos eran del consejo estudiantil, no les convenía verse implicados en una pelea.

No podía dejar de temblar, tenía demasiada rabia, Rosi me guió al baño y me echó agua en la cara, pero seguí teniendo un intenso dolor en la cabeza de impotencia.

— ¿Qué se cree esa perra? —Dije— ¿Cómo se atreve a llamarme a , zorra? Me molesta que se crea con el derecho de estar molesta conmigo.

—Está envidiosa, tú eres en este momento la chica de la que todos los hombres hablan —dijo Moon—. Escuché que todas las chicas de su salón no le hablan por lo que te hizo, ¿Quién podría confiar en alguien así?

—Exacto, tanto tiempo siendo “mejores amigas” y a tus espaldas engatusaba al chico que te gustaba —dijo Carla—, no es una buena persona.

Sus palabras de alguna manera me reconfortaban haciéndome sentir mejor, el timbre sonó demandando que volviéramos al aula, cuando salimos del baño, Victor se acercó, por su expresión no parecía tener buenas noticias.

—El director quiere verte Claus —dijo—, ya Daniel y yo le dijimos lo ocurrido; que no fue tu culpa, pero él insistió en hablar personalmente con ustedes. 

Asentí con la cabeza y me dirigí a dirección, la secretaria me dijo que podía pasar, así que empujé la puerta y recordé que debía calmarme cuando vi a Trami ahí sentada, su mejilla estaba hinchada, casi quise reírme en su cara, pero me limité a alzar la comisura de mis labios con satisfacción. Esa perra se lo merecía.

El director nos dijo lo que suponía, que no se podía tolerar este tipo de comportamiento, que se lo notificarían a nuestros representantes y nos dejó ir con la advertencia de que si volvía a suceder nos expulsaría por dos semanas sin derecho a recuperar evaluaciones.

Cuando salimos, ya casi terminaba la hora de clases, así que preferí irme a mi casa, sin embargo pude sentir los pasos de Trami detrás de mí cada vez más rápidos hasta que me llevó el ritmo.

—Lo único que quería era hablar contigo, Claus.

No la miré, sabía que si abría la boca la volvería a ofender y probablemente terminaríamos en otra pelea donde nos expulsarían a ambas.

— ¿En serio seguirás ignorándome?

¡Sí!, no quiero hablar contigo, perra.

Solté un suspiro y llevé una mano a mi cabello para masajear mi cuero cabelludo en un intento de aclarar mis ideas.

— ¿Qué pretendes que te diga, Trami? –Dije deteniéndome y cruzándome de brazos para poder contener mi ira— ¿Que cómo estás?, ¿Que cómo te va con Brian? No, no me importa lo que hagas con tu vida, desde el viernes para mí estás muerta.

Trami abrió la boca y luego afirmó débilmente con la cabeza, podía ver real tristeza en su expresión, pero no sabía si estaba actuando, ella fingió cinco años ser mi amiga, merecía un oscar.

—Escuché que estas saliendo con Calvin Craft —imitó mi postura de brazos cruzados, lo dijo como si fuera una burla, como si ese disparate fuera una completa mentira inventada por mí, como si yo me hubiera ocupado de difundirlo para hacerme importante, así de bien la conocía... aunque nunca lo suficiente.

Volví a caminar por el solitario pasillo, sin embargo ella me alcanzó.

—También escuché que iras con él a la fiesta de mañana —volvió a decir en el mismo tono irónico—, no tienes que crearte novios inventados, a Brian no le interesas, y creo que es patético que llegues mañana y todos vean que has estado mintiendo para ganar popularidad.

Me detuve y la enfrenté, ella se echó para atrás posiblemente creyendo que la volvería a golpear.

— ¿Qué es lo que quieres Trami? –Dije ya harta de escucharla—, ¿Tienes alguna razón para perseguirme como una perra fastidiosa?

Ella frunció el ceño y abrió la boca completamente ofendida.

— ¿De mejores amigas pasamos a peores enemigas?

Solté una pequeña carcajada sin gracia y tuve que volver a respirar hondo para calmarme.

—Tú me traicionaste —expuse—, deja de actuar como si yo tuviera la culpa.

Parecía no saber el daño que habían causado sus actos, ella no sabía la magnitud de su error.

—Estás dejando que un chico rompa nuestra amistad, Claus —dijo—, no vale la pena pelear por eso.

Claro que no valía la pena pelear por el amor de Brian, pero me dolía era su traición, jamás podría volver a ser su amiga, me había roto el corazón y había echado los trozos al mar.

—No —refuté—, traicionaste nuestra amistad por un chico.

Mis ojos se cristalizaron y tuve que volver a caminar, maldición, ¿desde cuando la puerta principal quedaba tan lejos? Ella volvió a caminar detrás de mí.

—Como sea, igual supongo que nunca fuimos realmente amigas. —dijo, al ver que la ignoré agregó: — Solo espero que no te creas tus propias mentiras de tu novio Calvin Craft.

Por fin crucé la puerta principal hacia la fría brisa de la calle, Trami seguía caminando detrás de mí ansiosa de que sus comentarios pudieran afectarme, pero ella me valía mierda.

Mis ojos pararon en el deslumbrante Ferrari parado frente a la institución y en el hombre que se apoyaba descuidadamente sobre éste, estaba vestido con una elegante franela de botones, su pantalón negro y sus zapatos completamente brillosos. Ni siquiera me importó preguntar que hacía Calvin aquí, solo me acerqué a él observando mi reflejo en sus lentes de sol y sus cejas se alzaron cuando pegué mis labios a los suyos con completo descaro.

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Claus es toda una fiera :v ¡Recuerda votar eso me anima a seguir!

Les dejaré algo para pensar:
¡Vacila el meme!

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