Capítulo 15. Mente consumida
No me moví. En ningún momento lo hice. Un poco de temor invadió mi ser. La Reina de los Xenomorfos nos miraba sin dejar de diseñar por lo bajo, y sacando más huevos para tener nuevos huéspedes. Una gota sentí resbalar por mi sien y tragué saliva.
—Has dicho… mi nombre.
—Yo conocer a Princess Laura —siseó la criatura en tercera persona—. Tú objetivo de los Antiguos.
Esa noticia me sorprendió. Claro, esto pasó con el mundo de Kimetsu no Yaiba. Los mundos están cayendo en el lado oscuro y los Antiguos lo dominan para obtener información a donde me encuentro.
—Yo fallar porque una mujer parecer a Princess —dijo. Ella se refería a la madre de Roy.
—¡¿Y por qué capturaste al niño?!
—Llamar atención. Niño morir.
—Esa cosa da mal rollo —comentó Izou—. Deberíamos irnos de aquí.
—Princess quedar —gruñó—. Orden de los Antiguos.
Iba a decir algo, pero escuché a Poupou gritar y ponerse nervioso. Los guerreros de la Reina están bloqueando las entradas o salidas. Está claro que habla en serio. Tenemos que buscar la manera de salir de aquí. Tomé con valor el lanzallamas y apreté el gatillo para asustar a esas bestias. Rugidos escuché proveniente de la Reina. No le gustó para nada mi reacción. Esto era una advertencia. Lo entendió porque le dio el comunicado telepáticamente a sus subordinados para que se alejaran. Yo indiqué con la cabeza al resto para que caminaran hacia la salida. En ningún momento aparté la mirada en ella.
—Princess no podrá huir siempre —habló la criatura—. Princess buscar esto.
Los brazos extras de la Reina se apartaron para mostrar una piedra incrustada en su caja torácica. Eso es.
—Mierda, el trozo de la Estrella Cobalto —murmuró Golzy.
—Piedra brillante poder. Yo poder hablar con los humanos.
—Debemos matarla —dijo King.
Estoy de acuerdo. Apreté con fuerza los labios no sabiendo qué hacer. Si peleamos en este lugar, no sé si el techo se derrumbará. Tengo que pensar con claridad. Una gota iba resbalando por mi sien. Estaba atrapada entre la espada y la pared. Si me entrego, no hay vuelta atrás.
—¿Princess dudar? La piedra brillante no ayudar a Princess. No poder liberar la oscuridad en su corazón.
Lo siguiente que pasó todo fue muy rápido para mi. La criatura gritó con fuerza porque una estaca se clavó en su pecho, casi cerca de la piedra. Poco a poco se iba desintegrando cual galleta. Solo una persona tiene esa habilidad. Charlotte Cracker había atacado a la Reina sin dudarlo. Este tiene el rostro fruncido porque no le gustó demasiado las palabras del Xenomorfo.
—¡Cállate! Solo eres un bicho feo y horrible que está siendo manipulado por esos idiotas. Vamos a liberar esa oscuridad que tanto tú hablas. ¡Tú y nadie va a tener a Princess!
Me sonrojé un poco. Ellos —Cracker, Katakuri, Lucci y Marco— están dispuestos a protegerme de cualquier mal. Ellos no quieren que sucumba ante el lado oscuro. Yo no debo caer tan fácilmente. Volví a tomar el lanzallamas con total seguridad apuntando a la Reina y apreté el gatillo. La bestia no paraba de chillar con dolor, causando que los guerreros salieran de su escondite. Menos mal que teníamos a Golzy porque, en un santiamén, los cabornizó. Les dije de retroceder para salir de este lugar antes de que sea demasiado tarde, aparte de que la Reina puede separarse de ese saco y perseguirnos.
Sé que ellos no son unos cobardes, pero es la mejor opción. Cuando llegamos enfrente de las puertas del ascensor tuvimos la suerte de que estaban abiertas. Se escuchaban los ruidos de los Xenomorfos gritar con agonía o hablar entre ellos. Daba cierto repelús. ¡Venga! ¡Funciona! No paraba de apretar el botón para que subiera porque oí unos pasos grandes aproximarse. ¡Listo! Me alivié bastante. La verdad es que no me gustaría enfrentarme, pero si no quedara otra opción, tendré que hacerlo.
No. La Reina tiene incrustada la piedra. Mierda. Eso significa que debemos enfrentarnos a ella. Sin embargo, debe ser en un lugar abierto porque esa cosa es gigantesca y podría destruir todo a su paso. Estamos subiendo bastante. No sé a dónde llegaremos. Tal vez no nos encontremos con el resto del grupo. Mejor porque no quiero muertes en esta batalla.
Las puertas del ascensor se abrieron y, efectivamente, estamos en una sala bastante amplia. Bien, estoy preparada. No le tengo miedo. Todos corrieron, pero sentí que se detuvieron al no seguirles. Una gota de sudor iba resbalando por mi sien cuando escuché el sonido de la puerta del ascensor abrirse. Unas manos grandes aparecieron y ella iba saliendo poco a poco. No paraba de sisear con cierta molestia. No le gustó que huyera. La bestia salió por completo mostrando su altura de más de siete metros. Está claro que supera con creces a las estaturas de Katakuri o King.
—Princess no huir —me dijo.
—Aquí estoy —comenté con cierta seguridad mostrando el lanzallamas—. ¡Ven a por mí!
El Xenomorfo gritó y corrió con cierta rapidez hacia mí. ¡Joder! No pensaba que fuese tan rápido. Un tirón sentí en mis hombros. Casi la Reina estuvo a punto de atraparme, pero yo salí volando. Miré hacia arriba dándome cuenta que Marco me cogió. No sé si tuvo el presentimiento de que iba a suceder eso. Ella nos perseguía con devoción absoluta hasta que un rugido soltó porque Izou estaba disparándola con el smartgun. Está claro que le está doliendo mucho porque se quejaba. Es raro que los guerreros no hayan salido de su guarida.
Me callo. Están apareciendo un montón para defender a su reina. Sin embargo, como dije, Golzy es una bruja capaz de crear ciertos elementos. King la ayudaba, imbuyendo fuego en su espada y los cortaba en pedazos. Katakuri los retenía con su mochi para que el Lunaria se encargara. Yo le grité a Lucci que no se atreviera a usar el shigan con ellos porque su sangre es corrosiva. Lo entendió. Cracker, por su parte, creaba guerreros de galleta para retener al resto.
Marco me dejó en el suelo, mientras volaba en dirección hacia el resto del grupo para ayudarlos. La Reina corrió hasta mí. Yo apreté el gatillo escuchando un rugido por su parte, pero tuve que esquivar porque mi Vision me advirtió sobre su siguiente ataque. Es muy rápida. Debo evitar sus brazos largos. A la mierda el lanzallamas. Esto no va a funcionar. Debo usar los puños como bien sé, pero antes cogí una granada dispuesta a lanzarla y golpearla de lleno. Eso no fue suficiente para matarla. Ella me rugía con cierta amenaza a punto de atacar.
Analizaba mi entorno para buscar un objeto contundente o tal vez un sitio para crear una trampa. Y luego miraba al otro grupo que no están teniendo ningún problema. Estaba empezando a sudar. Es una exageración.
—Princess rendir.
—¡Nunca!
La Reina está dispuesta a capturarme para entregarme a los Antiguos. Entonces corrió. No hacia a mí. ¡La maldita fue directa hacia los chicos que están concentrados!
—¡Chicos, cuidado!
—¡Ah, poupou! —exclamó Poupou.
Golzy le dio tiempo de crear un escudo para detener el ataque abrupto de la Reina. Ella sabe que la bruja es sumamente peligrosa y quiere eliminarla. Golzy se arrodilló porque la fuerza que está empleando es inmensa. La Reina se alejó, siseando por lo bajo mientras analizaba la situación. No podrá con ella.
—¡Cracker, no!
El mencionado aprovechó la ocasión para clavar su espada en la cola de la criatura, cortándola. La Reina gritó con mucho dolor. Ante esa amenaza y cercanía, ella agarró a Cracker y lo aplastó en el suelo. ¡No! ¡No! Poco a poco lo iba levantando. Cracker se quejaba de dolor. Es como un muñeco casi sin vida. Ella agarró sus brazos casi a modo de crucifijo.
Un momento. No lo hará, ¿verdad?
—Si Princess no unir, yo matar.
—¡Cracker! —gritó Katakuri.
Todo se volvió oscuro a mi alrededor. Solo veía a Cracker ser asesinado por el gran Xenomorfo. No quería verlo morir. Él siempre me ha demostrado a su manera que yo le gustaba. Él haría cualquier cosa por mí. Y ahora está a punto de morir. Mis ojos lo veían a cámara lenta.
Y esa sensación de vacío iba adentrándose en mi cuerpo. Conozco estos sentimientos.
Vacío.
Remordimiento.
Ira.
Placer.
Todas esas emociones juntas en una sola. De repente, todo se tiñó de rojo y vi cómo partió en dos a Cracker.
Solo me centré en mi objetivo: en la Reina.
De un movimiento rápido golpeé el pecho de la criatura quien gritó de dolor y rodó hacia atrás hasta chocar con una pared. Rocas y vigas cayeron encima de ella, pero sé que eso no la detendrá. Ella solo es un insecto quien se creé superior a mí. ¿Miedo yo? Para nada. Ella debe temerme porque yo soy más poderoso. Solté un rugido fuerte advirtiendo que se rindiera, pero la Reina es tozuda. Ella corrió a mí dispuesta a agarrarme con sus brazos largos, sin embargo, yo la detuve. Yo soy más fuerte que esta bestia estúpida.
La derribé con mucha facilidad y me puse encima de ella teniendo mucho cuidado con aquella cola, aunque es una molestia. Tomé la decisión de coger aquella articulación y clavarla en su espalda. No podía escapar. Ella intentaba cogerme y yo se lo impedía. La ira me cegó tanto que agarré con fuerza la cabeza de la Reina. Escuché un crujido. Sí, estoy separando su cabeza de su cuerpo ampliando mi fuerza monstruosa. Ella iba a decir algo, pero yo se lo impedí porque acabé con ella.
No paraba de respirar agitadamente y rugir con mucha rabia. Siento que esto no ha acabado. Mis ojos vieron a los guerreros alejarse con cierto miedo hacia mí. Obviamente, maté a su Reina. La decapité definitivamente. Entonces mi Vision me avisó sobre otra amenaza a punto de atacarme y yo reaccioné. Me abalancé hacia mi atacante, un Xenomorfo con intenciones de matarme. Mis manos tomaron su garganta porque mi intención era asfixiarla.
—Princess.
Una voz desconocida escuché. No. Debo matar a mi enemigo. Yo debo demostrar que soy Madre de Dragones. La nueva conquistadora de mundos.
—¡Princess!
Rugí al responsable de esas llamadas. ¿Cómo se atrevía a interrumpirme? Si continúa, lo mataré. Poco a poco ese rojo intenso iba desapareciendo y el desconocido se convirtió en Marco. ¿Eh? No lo estaba comprendiendo. Escuché un quejido y vi al responsable que es Golzy.
Yo me alejé de golpe y con cierto miedo. Estoy confundida. No sé qué ha pasado. Miré a mi alrededor intentando comprender la situación. La Reina estaba muerta. Está claro. Y Cracker… ¡Él está vivo! ¿Mi mente me engañó? ¿Me cegué e imaginé?
—¡No me toques! —exclamé, viendo la intención de Marco—. Yo… no… —balbuceé con lágrimas en los ojos por lo ocurrido.
—¿Qué es lo que pasó? No parecías tú —murmuró Izou.
—Esas son las consecuencias del hechizo —dijo Golzy recuperándose—. El hechizo es muy poderoso. Te nubla la mente y lo que quieres es asesinar todo aquello que te molesta.
—Yo pensaba que… te había matado —dije—. Yo…
Quería seguir hablando para sacar todo este dolor. A cambio unos brazos rodearon mi pequeño cuerpo para reconfortarme. Era Cracker quién lo hizo. Yo no paraba de llorar porque me estaba dando cuenta lo importante que era él para mí. Yo correspondí el abrazo no deseando separarme de él. Cracker lo comprendió tanto que no tuvo problemas en levantarme cual niña pequeña.
—Tenemos otro trozo —habló Golzy consiguiendo la segunda piedra—. Nos faltan seis.
—¿Esto será siempre así? —preguntó Katakuri—. Has dicho que los mundos están siendo dominados por los Antiguos. ¿El resto de sitios que iremos será igual? ¿Intentarán capturar a Princess?
—... Me temo que si. Y si no nos damos prisa, la niebla la consumirá y no hay vuelta atrás. La chica que has conocido, ya no será la misma.
Yo ya no sé qué hacer cuando ocurra eso. Perderé todos mis recuerdos. Escuché a Golzy murmurar ciertas palabras difíciles de entender, pero eso significaba que es hora de partir. En ningún momento quise que Cracker me soltara. Yo realmente me siento como un verdadero monstruo que no es capaz de controlar sus emociones. No quisiera dañar a alguien. A los seres queridos que tanto aprecio. Mis párpados se cerraron, deseando que esto sea un simple sueño.
Todo mi vello corporal se erizó a causa del frío. Cuando abrí mis ojos me llevé la grata sorpresa de que nos encontrábamos en un lugar lleno de nieve. Es sumamente extraño. ¿En qué mundo estamos? Alcé la mirada para ver el cielo. Copitos de nieve caían sobre mi rostro. Lo más lógico sería encontrar un sitio donde resguardarnos de este frío no tan infernal, sin embargo, Golzy chasqueó los dedos para cambiarnos de indumentaria. Ahora me siento más cómoda. Ahora que caigo, están todos con sus tamaños normales.
—Que sitio más raro y friolento, poupou.
—¿A dónde nos has llevado ahora, bruja? —cuestionó Lucci.
—Uhm, pues sinceramente no lo sé.
—¡¿Nos llevas a unos mundos que tú ni sabes?!
—Relájate, tipo de las coletas. ¿Sabes? Necesitas desahogar toda esa furia con una buena follada.
Cracker estaba echando chispas. Pelear no servía de nada. Solo tenemos que averiguar que mundo es este. Lo mejor será caminar porque me estaba congelando un poco por el frío. Todo a nuestro alrededor solamente hay árboles, arbustos y piedras grandes. Algún que otro sendero hemos visto, pero no sabemos a donde nos lleva. No sé, este sitio me da cierta paz que buscaba. Volví a cerrar mis párpados para centrarme en el sonido de las pisadas en la nieve, en el viento y algún pájaro cantar dando la bienvenida al sol. Me quedaría aquí si fuera necesario. O el primer mundo que hemos visitado, sin tener en cuenta el celo.
Estar en los brazos de Cracker me sentía segura. La verdad me alivia de que esté vivo. El hechizo está creando imágenes irreales en mi mente para hacerme creer que fue real. Una magia peligrosa. La "nada" desea consumir y nublar mi mente para convertirme en un ser sin emociones.
De repente, unos aullidos de lobo me alertaron. Estamos en un bosque y, probablemente, en el territorio de esas fieras cuadrúpedas. No me gustaría encontrármelas de frente. O tal vez estén huyendo de algo. ¿De qué? Esa pregunta se resolvió sola porque apareció una especie de gigante azulado que rompió todos los árboles con una piedra que iguala su tamaño. Este bicho rugió no gustándole mucho nuestra presencia. Lucci reaccionó con rapidez golpeando con violencia el pecho de este. El gigante retrocedió sólo unos escasos metros y levantó su piedra como arma para dar de lleno al moreno, pero este lo esquivó a tiempo.
Cracker me dejó en el suelo y se puso delante de mí con intenciones de protegerme. Él creó guerreros de galletas para atacar al gigante. Tiene pinta de que es un troll de nieve por su aspecto y por su arma con forma de estalagmita. Golzy usó magia de fuego para derretirlo, pero no está surtiendo efecto. Es resistente esa criatura. Izou disparaba todo lo que podía, pero las balas no atravesaban su pecho. Mierda. Esto se está poniendo difícil. Voy a pelear. Tengo que ayudarlos.
Mi cuerpo no respondía. ¿Esto es causa de lo sucedido de antes? Estoy temblando. No. No puede ser. Vamos cuerpo estúpido, responde. Todos están peleando menos yo. No quiero ser inútil en estos precisos instantes.
Un grito llamó mi atención. No viene de uno de nosotros. Una persona salió de los arbustos dando un tremendo salto para clavar su hacha en el cuello de la bestia. Lo derribó, usando su fuerza bruta. Clavó una y otra vez hasta decapitar la cabeza del troll. Impresionante. Ese si que es un verdadero monstruo. Otra figura apareció. Este es más pequeño que el otro. Es un niño. Un momento… Ellos me suenan.
—¡Padre! ¿Estás herido?
Este solo gruñó por lo bajo con cierta molestia, mientras quitaba el hacha. Es un hombre calvo y fornido de dos metros con barba pronunciada. Se destaca por su gran tatuaje color rojo que recorre su figura. Portaba un hacha y unas espadas gemelas.
El otro niño es de pelo corto castaño y piel blanca como su padre. Él tenía como arma una pequeña daga junto con un arco.
Ellos son…
—¡Ala! —exclamó el muchacho al vernos—. ¿Son gigantes?
—No. La cuestión es quiénes son.
—Oye, hombretón, si fuiste capaz de decapitar a ese troll, me imagino que en la cama eres una bestia… ¡Auch!
—¡Hay un niño delante, joder! —le grité a Golzy y le di un buen golpe en su cabeza.
—¿Golzy?
Una voz desconocida se hizo presente. El hombre echó la mano hacia atrás para coger una especie de cabeza que estaba viva. ¡Está viva!
—¡Por las barbas de Odín! ¡Pero si es Rocksy Golzy! ¡La última descendiente de las brujas del universo!
—¡Mimir! Te noto… cambiado —dijo—. ¿Cómo coño te han decapitado?
—Larga historia —bufó—. Ahora me he convertido en el guía del chico y del grandullón.
—Mimir, ¿la conoces?
—Desafortunadamente sí, chico. Ten cuidado. No te fíes de esta bruja —le advirtió—. Sin embargo, a sus acompañantes si que no los he visto nunca.
—Bueno, voy a resumir las presentaciones porque son muchos nombres. —Golzy chasqueó los dedos.
—... ¡Ala! —alzó la voz el chico—. Se me metieron los nombres en la cabeza.
—Típico de la bruja.
—Me desagrada —gruñó el hombre.
—A ti todo te desagrada —murmuró Mimir.
—Ya conocéis a Mimir. Yo soy Atreus y él es mi padre, Kratos.
¡Lo sabía! No estaba soñando. Estábamos en el mundo de God of War. Tengo enfrente al Dios de la Guerra del mundo griego. Entonces el otro trozo tiene que estar en alguna parte de este mundo. Yo me acerqué al joven que se encogió un poco y yo le di unas pequeñas palmadas con suma suavidad.
—Encantada, Atreus. Es un bonito nombre.
—G-Gracias. Lo escogió mi padre por un viejo amigo suyo —me comentó con un pequeño rubor en sus mejillas.
Vale, esto significaba que ya visitaron al Reino de los Gigantes y esparcieron las cenizas de su madre. Pero ¿no deberían estar en casa? Supongo que las aventuras lo llaman.
—¿Y se puede saber que haces en este mundo, Golzy? Hace milenios que no sé nada de ti.
—¿Has visto un trozo de piedra similar a estas? —preguntó.
—Vaya. Sí, en alguna parte. Pero mi memoria está bloqueada, como si no quisiera recordar el lugar —respondió Mimir. Eso son buenas y malas noticias—. ¡Por las barbas de Odín! ¡¿Estás buscando la Estrella Cobalto?! —Golzy asintió—. No. Imposible. Esa piedra es un objetivo mágico creado para destruir el hechizo de esos monstruos. A no ser…
Mimir me miró. Yo me cohibí un poco porque que te mire una cabeza decapitada no es muy común. Los ojos de aquel ser no muerto se abrieron de par en par. Creo que ya lo intuye.
—Madre de Dragones.
—Prefiero que me llamen por mi nombre. Ese título lo odio.
—¿Madre de Dragones? —repitió el chico—. ¿Es capaz de engendrar dragones?
—Es una historia muy larga. Atento.
Y ahí es cuando Mimir contaba la historia a Kratos y a Atreus. Una nueva aventura nos espera en este mundo lleno de magia y criaturas extrañas.
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