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🟪🟪🟪🟪🟪🟪🟪🟪🟪🟪🟪🟪🟪🟪🟪🟪🟪WYVERN
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🟥🟥🟥🟥🟥🟥🟥🟥🟥🟥🟥🟥🟥🟥🟥🟥🟥EXEMONSTER
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La batalla comenzó con un grito ensordecedor de parte del titán, para que acto seguido este dé media vuelta y salga volando en dirección contraria de donde estaba el demonio, aparentemente escapando.

La reacción de este no se hizo esperar, pues rápidamente dió un salto hacia el aire con el que se puso a volar, yendo a gran velocidad hacia el titán. Este, mientras se intentaba alejar, había empezado a lanzar incontables misiles desde su cuerpo que no pararon de perseguir al rey del infierno quien, al ver las molestias con las que tendría que lidiar, recordó una idea que ya había puesto en práctica algunas décadas antes del nacimiento de su hijo Max.

Pronto, dió una ligera sonrisa entre su seriedad y aumentó el paso, esquivando por muy poco cada uno de los cohetes a la vez que daba alguna que otra acrobacia; él acabó llegando a la cara del robot y, tras mirarlo un segundo desde su lado derecho, decidió adelantarlo mientras todos los misiles iban detrás suya. Luego, Exemonster se atravesó en el camino del titán, cambiando al lado izquierdo del mismo y viendo satisfactoriamente cómo es que los misiles golpeaban a su amo, a pesar de que los ataques no causaron un daño mayor.

Wyvern se notó molesto, por lo que, viendo que el soberano del infierno estaba adelantado suyo, abrió la boca y prosiguió a disparar unos rayos de energía rosados hacia su contrincante. Él, que se dió cuenta al último segundo, empezó a esquivar por poco los ataques debido a su velocidad.

- ¡Woa! Más cuidado, Wyvern. Esta es zona de... - antes de siquiera terminar una broma tan mala, el titán golpeó al demonio como si fuera una mosca y lo alejó un par de cientos de metros. Tras dar un par de volteretas por el golpe, Exemonster se detuvo en el aire y dirigió una mirada entre seria y enojada al robot, para acto seguido irse volando hacia el mismo, yendo en línea recta en un principio. Por esto el titán abrió la boca y comenzó a disparar aquellos rayos de energía nuevamente, los cuales eran esquivados por el molesto erizo demoniaco.

Al ver que lo que hacía no funcionada, Wyvern esperó a que su enemigo esté lo suficientemente cerca para ejecutar su siguiente acción, preparando nuevamente sus misiles para atacar. Exemonster se preparó para un impacto directo e hizo un spin dash para asegurar aún más el daño, pero fue cuando Wyvern desapareció de la nada que el demonio se detuvo en el aire, teniendo que mirar alrededor para buscarlo, sin éxito alguno.

Fue cuando el soberano infernal miró hacia atrás suya que, a la vez, empezó a huir mientras una serie de misiles teledirigidos lo estaban persiguiendo sin dar descanso. El rey del infierno generó un par de esferas rojizas en sus manos a la vez que veía a los misiles acercarse a una velocidad mayor que la suya, haciendo un par de cálculos rápidos en su cabeza antes de lanzar una de las esferas a uno de los proyectiles, causando la explosión de este mas la distancia entre todos los cohetes era tal que no podría hacer una reacción en cadena, por lo que lanzó la otra esfera y continuó volando, teniendo que esquivar los misiles a gran velocidad.

El demonio, viéndose acorralado al ser rodeado de proyectiles, se dirigió hacia uno de los mismos y, aprovechando su anchura de un metro, apoyó su pie sobre la superficie metálica para luego correr por el misil antes de que otro impactara con el mismo, teniendo medio segundo como mucho. Exemonster, obviamente, se vió alcanzado por la onda expansiva de la explosión, saliendo de la misma con algunas heridas gracias al poder que le fue entregado a la máquina, y fue por esto que, aunque el soberano intentó huir, recibió los impactos de los proyectiles restantes, haciéndolo caer hasta estrellarse contra el suelo, haciendo un hueco enorme en el mismo.

Wyvern, que no tuvo suficiente, lanzó los misiles restantes al lugar donde el rey infernal había caído, causando que varias rocas y montón de tierra llenaran el agujero causado, para que cuando terminara, el titán ya no pudiera sentir la presencia del demonio en el lugar. Había desaparecido. El robot, al ya no sentir al otro, dió la vuelta y se empezó a retirar con la victoria...
















































Sin embargo...

Entonces, Wyvern pudo ver cómo es que el desierto donde estaba empezó a temblar sin control alguno, al mismo tiempo que las rocas en las que Exemonster debía estar se quebraron y destruyeron llamando nuevamente la atención del volador. Pronto, se pudo escuchar un sonido agudo, y luego, un destello dorado acompañado de un estruendo sin igual llenaron el desierto entero, levantando toda roca, arena y tierra perteneciente al suelo mientras una figura se volvía a alzar de donde acababa de ser derribado. Exemonster volvió al campo de batalla, ahora más preparado gracias a su Super Forma.

Wyvern, al ver que las posibilidades de ganar se habían reducido brutalmente, intentó darse vuelta y huir nuevamente, sin saber que esta vez sería inútil. El rey del infierno, que ahora iría en serio, se movió como un destello hasta la punta de la cola de la máquina para acto seguido agarrarla con ambas manos y empezar a hacer que dé vueltas a una velocidad que haría marear a cualquiera; poco después, el titán fue lanzado con fuerza hasta chocar contra una cordillera, destruyendo así más de una montaña. El robot volvió al aire, pero fue sólo para recibir una patada en la mandíbula superior de parte del soberano infernal, cayendo así al suelo, cosa que no fue desaprovechada por el demonio quien fue rápidamente hacia él con intenciones de dar un puñetazo desde arriba, siendo evadido gracias a la desaparición del titán, cosa que causó que Exemonster se detenga justo antes de golpear.

Esta vez, el demonio desapareció en un Chaos Control, dejando confundido al titán quien empezó a buscarlo con distintos sensores, sin éxito. Pronto, acabó recibiendo un spin dash a su cara desde el lado izquierdo para luego verse cómo es que el demonio gira alrededor del cuerpo de la máquina, dejando su aura dorada en forma de un espiral. Acto seguido, agarra nuevamente la punta de la cola del robot y lo lanza directamente al suelo, levantando así una cortina de tierra y polvo; esta vez sin dejar que se levante, él alzó ambas manos así generando varias esferas amarillas de energía que flotaban en el aire.

Luego, el demonio bajó ambas manos, que apuntaban al Wyvern aún en el suelo pues el impacto había apagado su sistema unos segundos, causando que aquellas esferas se volvieran una lluvia de proyectiles que cayó rápidamente hacia el robot, generando así varias explosiones que no pararon de impactar contra el titán. Cuando el tiempo pasó y la lluvia cesó, Exemonster miró a la cortina de polvo levantada un par de segundos con una cara seria y los brazos cruzados, aunque cambió rápidamente a una pose de pelea y mirada fastidiosa al aún poder ver al Wyvern en el interior, quien no tardó en resurgir mostrando que había activado la siguiente fase para la batalla, soltando varios proyectiles de esferas rosadas a distintas direcciones.

El robot dió un poderoso rugido en señal de impaciencia, cosa que fue respondida por un gruñido de parte del rey infernal, quien miró a la máquina para acto seguido pronunciar unas palabras, así expresando lo que pensaba en ese momento.

- Si, yo también estoy harto de esta pelea. - declaró antes de poner su mano en una altura cercana a la de su cara, donde empezó a generar una esfera de energía cuyo color era un particular rojo brillante - Así que... ¿Qué te parece si la acabamos? -

El soberano del infierno dió una sonrisa de confianza, viendo que el titán dió otro rugido poderoso para luego dirigirse directamente hacia el Super Exemonster. Él, viendo a la máquina acercándose, sostuvo la esfera con ambas manos y, con un aura roja reemplazando a la dorada, hizo un gran Spin Dash contra la embestida del Wyvern, así logrando que ambos hagan un choque de fuerza que duró poco más que unos segundos con un claro ganador.

Tras su victoria, él miró hacia atrás, observando cómo es que el robot se desintegraba en el centro de su cuerpo a la vez que caia al suelo, para acto seguido explotar por la cantidad de energía acumulada.

- Creo que le pondré un nombre a esta habilidad... Pero lo pensaré luego, Spin es mi prioridad. - dijo Exemonster mientras su Super Forma se desactivaba, a lo que él, sin importarle demasiado, salió volando hasta llegar a un lugar donde abrió un portal que traspasó enseguida, pasando a la siguiente dimensión donde buscaría.

En otro espacio, en el mismo tiempo...

Giganto, el "hermano" de Wyvern, acababa de perder el equilibrio y buscaba la presencia que, nuevamente, se había escapado de su campo de visión. No tardó mucho hasta que lo vió aparecer frente suyo, volando como si la gravedad no existiera para él, rodeado de un aura rojiza, y con una mirada seria que cambiaría al este chasquear la lengua en señal de desaprobación.

- Máquina o entidad, sigues siendo igual. Crees en destinos y tiempos, pero no te das cuenta de que el destino no está escrito, sino que el futuro se forja con las acciones y decisiones que uno toma, y yo tengo mi decisión clara. No soy un héroe, pero tú tampoco eres un villano, y eso significa que puedo enfrentarte y detenerte con total libertad. - declaró el Chaos Hunter molesto, viendo al robot que estaba cayéndose sobre su propio cuerpo, el cual no tardó en dar su respuesta

- Dioses y criaturas han luchado como tú. Siempre me han encarcelado, retrasado, ignorado. Pero el final siempre llega, incluso para seres como tú. Yo soy inevitable. No se me puede negar. Y sobre todo, no se puede escapar. - dijo el robot poseído por Owari, quien intentó levantarse una vez más; sin embargo, recibió una embestida de parte del demonio que, tras unos segundos, acabó atravesándolo por completo así forzando a la máquina a autodestruirse.

- Hmm... Eres igual a los otros... Recuerda mis palabras: Aún si destruyen todos mis cuerpos con cada gota de su voluntad, no cambiarán nada. Encontraré la forma de levantarme y así, como debió haber sido, todos caerán ante... - sin embargo, antes de que el titán controlado acabe con su monólogo, una fuerza dorada, conocida tanto por él como por Trixtian, impactó su mandíbula desde abajo con una patada tan potente que lo hizo levantarse del suelo.

Elevaciones y rocas se hicieron trizas por la onda expansiva, tierra y muros no pudieron hacer nada más que elevarse y destruirse gracias a la gran fuerza, y la cara del Cazador cambió al son de unas emociones que no sentía desde hace demasiado tiempo: impresión y sorpresa. Sin duda, aquella estrella fugaz de luz dorada no era algo que siquiera dioses exteriores pudieran comprender.

La fuerza del impacto fue tal que, en una velocidad que hacía que la luz quedara prácticamente inmóvil, el robot saliera disparado más allá de la vía láctea, el universo, y quizás del multiverso donde estaban, explotando un instante después. Entonces, el de color dorado volteó a ver al demonio y, con una cara que dejaba en claro que aquella acción no era nada para él, pronunció unas palabras hacia el de color azul oscuro

- Ey, hola Trixtian. ¿Cómo has estado? - tal par de oraciones hizo que al mencionado le saliera una pequeña gota de sudor en la parte de atrás de su cabeza

- Ay... Típico de Star. Haces una hazaña físicamente imposible y luego saludas como si fuera cosa de cada Lunes. - esas palabras hicieron que la estrella fugaz se llevara la mano a las espinas de atrás de su cabeza a la vez que daba una sonrisa, algo que hizo que al otro suspirar una vez más. - Tu aparición hizo que este final fuera anti climático y muy estúpido. Espero que lo arregles en los próximos capítulos. -

- Jajaja, tranquilo pequeño Trix, hay muchas cosas que te aseguro van a asombrar a todos. Sobretodo, una pequeña mejora en la escritura en la que he estado trabajando. No te preocupes, la historia está en buenas manos. - mientras Star daba su pulgar hacia arriba, el Hunter exhaló, resignado, y simplemente se quedó escuchando las estupideces que proseguió a decir su abuelo en ese lugar.

Seguirá...

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