Prólogo

Sangre

Era lo único que el pequeño Kageyama podía ver con todo el ataque sobre la manada, tan solo era un pequeño de dos años que apenas empezaba a dar sus primeros pasos, aun así, su vida le fue arrebatada como si no importase.

-Por favor Kageyama, es la única esperanza de la manada, huya. - El mejor amigo de su padre, su beta, lo soltó para que pudiera correr libremente, su rostro ensangrentado y seco con la sangre de otros corriendo por él, todo se ofrecieron para ser su escudo. Era débil.

Gotas caían por su rostro, no sabía identificar si eran sus lágrimas o la propia secreción de su cuerpo por correr, su única idea fue esconderse entre los matorrales entre los que jugaba siempre, sus padres vendrían a buscarlo al conocer ese lugar. Aun así, siguió mirando a escondidas entre los ojos, totalmente oculto.

Y la cabeza de su padre siendo escupida por un enorme lobo le llamó la atención.

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El pelinegro se sobresaltó, reincorporándose de entre sus sabanas mientras el sudor se escurría por su sien, hacía mucho de aquello y aun así no lograba olvidarlo. Miro el reloj en la pared, apenas era medianoche.

El gemido de su tía le sobresaltó al pensar que alguien estaba siendo atacado, luego recordó lo que estaba ocurriendo, el maldito invierno.

El invierno es conocido como la temporada de apareamiento de los lobos, y al ser ellos cambiaformas, esa característica recaía en ellos era como si sus dioses programaran los celos de todos en unas fechas en concreto.

Todos se mantenían en sus casas en invierno, saliendo obviamente para lo necesario para sobrevivir, además de los turnos de vigilancia que tenían los jóvenes para no estar en casa escuchando a sus padres, excepto para él, claro está, él tenía que escuchar a sus tíos toda la maldita estación solo por ser el próximo alfa líder. No podía estar por ahí, tenía que estar presente por si lo necesitaban. Aunque le dijeran todo aquello poco podía hacer, ni siquiera había tenido su primera transformación, ni se había presentado como alfa líder.

Quien los dirigía ahora era su tío, quien se hizo cargo de él tras la muerte de sus padres asumiendo el mando hasta que el tuviera la edad requerida y las habilidades de alfa se presentaran.

No quería pensar en ello, solo quería volver a dormirse, su tía tampoco lo dejaba, esperaba poder estar así algún día, con su pareja, felizmente apareado y sin pasar sus inviernos solo en su habitación. Pensar en aquello le provocaba una cálida sensación en su corazón, una que le ayudó a dormir.

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la temporada de invierno finalizo por fin cuando despertó, se aseguró perfectamente de recordarlo, ahora solo tendría que estar feliz pare el inicio de la primavera, vendría el calor y sus entrenamientos serian estrictos sin descansos de por medio para que su tío fuera a atender a su pareja.

-Buenos días Tobio, ¿has dormido bien? - A veces pensaba que su tía quería burlarse de él, después de escucharla durante más de dos semanas gritando por las noches estaba claro que no había dormido bien.

-Si claro, mejor ahora que viene la primavera. -

-Tobio ¿esos son colmillos? - el rostro de su tía era de total sorpresa mientras se acercaba a él.

¿Que había dicho?

-¡Taemu! ¡Ven aquí rápido! - la fría mano de su familiar rozó su mandíbula.

-¿Qué sucede ahora?- Un hombre parecido al pelinegro entró en la sala con su pecho al descubierto mientras bostezaba.

-Mira a tu sobrino-

-¿Ya te salieron los colmillos? Felicidades Tobio- le sonrió como si nada mientras se iba a su asiento, como si no hubiera ocurrido nada, normalizando la situación. Parecía pensar en algo cuando en menos de un suspiro lo tenía agarrándole de sus hombros. - ¡Te salieron los colmillos! ¿Ya te transformaste? - Kageyama negó con la cabeza.

-Cariño ¿Sabes lo que significa esto? - La pareja se miró mientras asentían en comprensión, el pelinegro seguía sin entender nada de lo que ocurría.

-Kageyama, hijo, participarás en el festival de la caza y cuando consigas a tu pareja ascenderás a alfa líder como quisieron tus padres. - Su tío carraspeó con una sonrisa.

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-¡Mami, Mami!¿Me cuentas otra vez la historia del festival de la caza?- Un pelinaranja sonaba bastante animado mientras le pedía a su madre por quinta vez consecutiva que le explicara una de las leyendas de la manada.

-Está bien Shoyo, pero después a dormir.- El pequeño asintió frenético cubriéndose con su manta para escuchar atento a su progenitora.

-Se dice que hace mucho tiempo, la primera vez que se celebró el festival de la caza, el alfaque iba a suceder a su padre para liderar la manada se presentó, encontrándose así con su pareja destinada, muchos dicen que era una beta, pero eso es mentira, puesto que las parejas destinadas solo son posibles entre un alfa y una omega, lo que sí que es desconocido era el género de este, pues se dice que el omega era un hombre- el ceño fruncido del cachorro no se hizo de rogar.

-Pero mami ¿Los omegas hombres existen? - le interrumpió ante la nueva información que su madre omitió la primera vez que conto tal historia.

-Si Shoyo, existen los omegas hombres, pero son muy pocos los que existen. - le contestó para proseguir. -Ahora déjame continuar y así podrás dormir.-

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Hace mucho tiempo, cuando caía la primavera, el nuevo Alfa líder se presentaba, iniciando consigo la primera caza, el festival más importante de la manada. Esa noche conoció a la mitad de su alma, a su pareja. Nuestra anterior Luna pero, había pasado algo con ella, y es que el "ella" resultó ser un él, un omega hombre.

El alfa, prendido ante su presencia, decidió cortejarlo durante el festival, creando con ello las tres fases de la caza. Iniciando la danza de la hoguera. Bailaron junto a todos sus participantes dejando el final para ellos. Embelesándose con su mirada a través de las máscaras y con los suaves roces que se ofrecían durante la danza. La lástima era que el aroma de los omegas eran escondidos durante el festival y el Alfa no podía captar el dulce aroma del contrario

Bailaron hasta que la hoguera acabó y volvieron a sus casas, eufóricos. Nuestro joven líder se lamentó al despedirse y no paraba de contar los días pensando en la siguiente fase del cortejo; invitando para ello a todos los participantes durante una noche a la casa principal, tenía pensado llevar al omega bajo las estrellas. No obstante, había problemas, la manada veía a su futuro Alfa y no estaban contentos con su enamoramiento. No entendían que iba más allá de lo imaginable exigiendo a los progenitores del Alfa que eligieran otra pareja para su hijo, quienes también se negaban a que su hijo estuviera con un hombre.

Todos hablaron con el Alfa, iniciando enormes discusiones que lo hacían estallar en cólera cuando alguien le exigía elegir otra pareja que no fuera la marcada por su instinto. y por mucho que la gente dijera no iba a permitir que eso sucediera, porque eso implicaría darle a otra persona a su luna, una que era aceptada por él y su lobo, quien aullaba de felicidad con tan solo una sonrisa de su pareja.

Sin pensar mucho en ello, los días pasaron, iniciando el día de las estrellas. impaciente se encontraba el líder en la casa de la manada, esperando a los participantes cuando todas las mujeres le rodearon intentando conquistarlo con fallo en el proceso sólo captó su atención el dulce amiga que huyó a una de las tantas habitaciones. Cayó la noche y el Alfa no pudo esperar al día siguiente y en a visitar al omega. iniciando la tradicional visita nocturna.

Pasaron la noche riendo, conversando bajo la luz de la luna que se colaba en su habitación, quién fue testigo de su juramento de amor, prometiendo estar juntos. lástima la suya que no sólo fue la luna un testigo de ello, una integrante de la manada los vio esparciendo la información entre las masas.

En la mañana siguiente, la caza daba comienzo, ambos estaban eufóricos completamente, cegados por su amor, no sólo tenían el deseo de unirse, debían estar juntos, lo marcaba el instinto en su más íntimo anhelo. lo que no esperaban era que una parte de su manada conspiró contra ellos, y el Alfa no sería el único darle caza a la luna.

El lobo estaba inquieto y cuando la carrera inició no tardó en buscar al pequeño, encontrándose con su más temible pesadilla un cuerpo inerte frío sin vida su pequeño su mitad.

ese día todo se desmoronó acabando la caza cuando el Alfa salió de entre los follajes, Con la mirada rota, perdida y un cuerpo entre sus brazos. su mirada  sin brillo en sus ojos era como si estuviera apagado en vida, como si su alma se hubiera perdido y solo fuera llevado por el cuerpo. una persona intentó acercarse para deshacerse del cuerpo que cargaba pensando qué le hacía un favor deshaciéndose de él, fue ahí cuando por primera vez el Alfa asesino a alguien de la manada, nadie lo cuestionó ni dijo nada, estaba lleno de ira y tristeza.

Desde aquello el Alfa no volvió a salir de su habitación teniendo el cuerpo de su pareja en su nido, en su habitación, donde debería haber estado. su manada le falló y sus ganas de vivir eran escasas, ya no tenía la sonrisa de su omega para vivir, no tenía esperanza. antes de que se cumpliera un año de la muerte de su pareja, el Alfa líder murió sumido en desesperación, una muchacha que se encargaba de limpiar la casa principal fue testigo de ello cuando después de unos días no hubo señal del Alfa, buscándolo por el lugar lo encontró abrazado a unos huesos con el rostro fruncido.

Fue ahí cuando su manada se dio cuenta de que el omega que falleció por su culpa era el verdadero compañero de su líder, su otra mitad y ellos condenaron a la manada a ese triste desenlace.

Pero entonces, fue cuando la diosa tuvo piedad y nos dio esperanza dándonos una profecía

"los años pasaran y la pareja volverá a renacer con la esperanza de sobrepasar su anterior vida, evitar la tragedia, y gobernar con gloria y dignidad la manada redirigiéndolo a su objetivo final, una nueva oportunidad una que no se volverá a dar "

después de aquello la manada juro ante la diosa que no volverían a cometer tal atrocidad dejando como símbolo el festival de la caza.

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-¿Yo participare algún día en el festival mami?- el pequeño parecía estar más activo que antes de contarle la historia, por alguna razón, sus ojos brillaban cual diamante pulido.

- Por supuesto Shoyo, todos participamos en la caza, y los más probable es que seas un beta que buscara a su pareja en la caza.- el niño asistió frenético para taparse con la sabana hasta el cuello, frunciendo el ceño, como si fuera a conseguir su sueño si solo lo intentaba con fuerza.

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Después del largo invierno, las cabezas curiosas salieron de sus escondites, dejándose ver, ansiosos por saber antes que nadie a los participantes de la caza de este año. El principal tema de conversación de los próximos meses.

Con la primera flor de la primavera pegada a la hoja, en medio de la plaza se alzaba la lista dejada por el pueblo, donde los participantes estaban inscritos.

Como ya se sabía solo se presentaban cuando mostraban indicios de presentar sus naturalezas, es decir, solo cuando sus feromonas se mostrarán podrían participar, excepto betas, quienes al no tener feromonas, se presentaban a la mayoría de edad.

Esto era debido porque el primer celo de un omega no coincidía con la temporada de invierno como el resto de estos, por ello el festival se celebraba antes de que sucediera, evitando cualquier incidente.

Normalmente, el día hubiera transcurrido como de costumbre, con el pueblo encargándose de los preparativos. De no ser por el nombre que andaba en boca de todos, el nombre de un hombre, un varón presentándose en el sitio donde se suponía, se debían escribir las futuras parejas con función de procrear vida.

Con la función de traer vida, crear fuertes herederos. Un hombre que se negaba a aceptarlo


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