Capítulo 6

El baile de la hoguera término, separando a los dos hombres después de una larga noche. Hinata volvía feliz junto a su familia.

-te has lucido Shoyo ¡has apuntador Alfa líder!- Fue la primera vez que le pareció correcto lo que soltó Kazuma

-no he apuntado a nadie, fue él quien quiso bailar.- intento excusar sé, pero era imposible, sobre todo viendo la emoción en sus ojos, la felicidad en sus palabras, y la propia sensación que transmitía. su hermano quiso rebatirle, pero fue su madre quien hablo primero.

-Shoyo ¿estás seguro de que el Alfa está interesado en ti? no quiero que te ilusiones, pero a los líderes se les exige ciertas cosas y...- Shoyo le interrumpió.

-yo no las tengo ¿no era eso lo que ibas a decir? - sonaba decepcionado con su madre, la mujer que siempre lo apoyó no quería que estuviera con la persona de la que se había enamorado.

-no me estaba refiriendo a eso –

-quiero ir a casa. - la tristeza era tangente en el aire, cambiando el rostro de todos.

-papá aún no ha vuelto, fue a hablar con tus antiguos amigos. - su padre sí tenía amigos, al contrario que él, que cuando por fin conseguía estar cerca de alguien sus padres no lo aceptaban.

su padre volvió a los pocos minutos, viendo el estado de ánimo de la familia y el silencio que los envolvía.

-¿qué ha pasado?- nadie le contesto, sólo obtuvo una mirada de tristeza de su mujer, como si hubiera cometido un error, ninguno de sus hijos le miró.

Caminaron tranquilos de vuelta a su hogar, en silencio, con el único sonido de la naturaleza y la vegetación bajo sus pies. Shoyo se adelantó a ellos yendo por delante, para correr hasta su habitación en cuanto diviso su habitación.

Encerrándose en ella, búscame el confort de su nido, intentando calmarse, pensando que quizás alguien sí lo quería, alguien que lo aceptaba tal y como era, que no lastimaba. amor verdadero era el único que quería y lo que su corazón demandaba.

en vuelo entre sus ahorros, rozando su cuerpo con ellas, habiéndose quitado ese dichoso traje que le molestaba. colocándose la camisa blanca que formaba parte del su nido, una que olía al cielo, una que lo reconfortaba, que lo hacía sentirse seguro. El aroma atrayente que lo envolvía y lo hacía volverse loco.

el único aroma que su omega aceptaba.

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-Hiyori ¿Qué pasó cuando me fui antes?- Hibiki empezó a demandar por respuestas, no era normal que su hijo huyera de ellos porque sí.

-Le dije a Shoyo que intentara conocer a otro alfa.- Su marido parpadeó en sorpresa.-Es lo mejor para el, pero él.-Mordió su labio.- No creo que sea capaz de decirle algo de nuevo a Shoyo, me miró como si le hubiera decepcionado, mi cachorro tiene que odiarme.- El beta la abrazó rápidamente.

-No digas eso cariño, el tema se ha complicado muchísimo, y el alfa y yo no sabemos cómo arreglarlo.- Suspiró.- Me dijo que intentaría hablar con su sobrino, no le diremos nada más a Shoyo, solo guardémoslo en secreto, si hace falta le ayudaré a salir de la caza y volveremos a casa.-

-Eso es muy arriesgado, si te descubren podrían matarte.-

-Haré lo que sea por mi cachorro.- Era un juramento que se hizo al comienzo de todo.

-¿Estás seguro de que lo que estamos haciendo está bien? A lo mejor nos equivocamos y Shoyo no- Aunque sería lo mejor, no iba a suceder.

-La bruja lo confirmó cariño, en algún momento el omega de Shoyo despertara del todo.- Y despertara su Luna de sangre.

-Pero ¿Cómo ocultaras su celo? - Aún no había pensado en ello, solo sabía que ese alfa no podía compartirlo con él. Los riesgos eran muy altos.

-Buscaremos algo. Tú no te preocupes por eso.- Quería confiar, pero era muy difícil hacerlo.

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-Tobio, ven aquí, necesitamos hablar contigo.- El pelinegro estaba feliz, fue hacía ellos con la sonrisa plasmada en el rostro, Y a Taemu se le rompió el corazón el tener que prohibirle esa felicidad.

-Cariño, hoy hemos visto en el baile algo que nos ha preocupado un poco.- La sonrisa desapareció.

-¿Ese omega es a quien visitaste durante las últimas noches?- Gruñó, no pudo evitarlo.

-Sí.-Su tío suspiró

-No puedes cortejarlo, tienes que buscar a una Luna para la manada.- rápido y preciso, no se contuvo si quiera aunque kageyama frunciera su ceño.

-Ya la ha encontrado.- resopló

-¡Ese omega no puede ser tu luna!- ¿Por qué no? A su alfa y a él le gustaba.

- Si que puede y lo será.- sentenció, con sus colmillos mostrándose.

-Te prohíbo hacerlo.-No podía prohibirle nada.

-No eres mi padre.- Ambos se detuvieron unos instantes, la mirada dolida de su tío le miró, mas no sintió pena por él en esta situación.

-Tobio, tu tío esta diciendo que hemos recibido quejas de la manada porque has mostrado interés en un omega, y como alfa líder no puedes hacer eso.- Si que podía, lo estaba haciendo y llevaba haciendo desde hace ya unos días.

-Mi manada ha de querer lo que al líder le hace feliz.- se cruzó de brazos.

-Tobio, no tienes que decirlo así, estamos hablando sobre tu futuro como alfa líder, tendrás que anteponer a la manada a tus propias necesidades.-

-Yo no lo decidí, me niego a aceptar el cargo si no puedo tenerlo.- podía renunciar a su título pero no al omega de cabellos naranjas, no después de haber visto su rostro, no después de haber visto su sonrisa, una que él mismo causo. No iba a despedirse de ello una vez que encontró su propia felicidad.

-No puedes negarte a ser el líder, es algo impuesto por la sangre.-

-Yo no lo escogí, en cambio sí puedo escoger a mi pareja.- se recordó.

-Tobio, no has escogido a nadie, solo te sientes atraído a él, cuando él encuentre a otra pareja te olvidaras de él.- No, no era simple atracción, sus instintos lo reconocían como su pareja, no a otro, solo podía ser él. Su pareja, su omega, su compañero, Suyo.

-¡No!- rugió asustando a los adultos, sus feromonas empezaban a salirse de control.- ¡Él es mío! No voy a dárselo a otro, MÍO. - No iba a dárselo a otro, no podía, no iba a hacerlo. No después de haber probado sus labios y su atrayente esencia.

-Estas asustando a tu tía, detén tus feromonas.- le daba igual todo si no lo tenía, no iba a detenerse, sus ojos cambiaron de color, totalmente negros. Como si abrazara a su locura.

-MÍO-

-No puedes formar un lazo con él, se razonable.- su tío retrocedió.

-MÍO- El lazo ya estaba hecho desde hace mucho tiempo.

-¿Es que no lo entiendes? El omega morirá en la caza, no podrás hacer nada, solo tendrás un jodido lazo roto como continúes así.- No, no iba a hacerlo, su pareja no era débil. Era un joven fuerte.

-El no morirá, no lo hará de nuevo, la diosa lo prometió.- Mierda, Taemu no hablaba con su sobrino desde hacía tiempo.

-Me cago en la puta, no le dejes el control a tu lobo, devuélvele el cuerpo a mi sobrino.- le regañó, señalándole, como si quien lo estuviera haciendo mal fuera él.

-Este cuerpo también es mío. - refunfuñó. - Se lo que estás haciendo, no vas a separarme de mi compañero, el lazo lleva intacto desde hace años. Y unos estúpidos como vosotros que os creéis superiores no van a cambiarlo.-

-¿Alfa? ¿puedo pasar?- una joven entró en la casa.

-Atsuko, cariño, no es el mejor momento.- Mikan intentó llevársela de ahí, pero ella estaba viendo directamente a Kageyama.

-Hola alfa ¿me recuerdas?-

-¿Quien se supone que eres?- El desagradable aroma de la mujer le hacía huir.

-Soy tu luna, a quien le juraste amor hace años ¿acaso te olvidaste de mí?- la mujer puso un puchero.

-Tú no eres mi luna yo no le sería infiel a mi compañero, vete de aquí antes de que te mate.- Rugió, le joven huyó despavorida.

-No tendrías que haber hecho eso.- su tío le regañó.

-No iba a darle el puesto de mi Luna alguien que no es él.- se cruzó de brazos. Enfadándose - me voy.- giró sobe sus pies dirigiéndose a la salida.

-No puedes salir a buscarlo.-

-Puedo.- y lo iba a hacer.

-Ahora estará durmiendo.- Era tarde, el baile había acabado hacia una horas y solo un tonto se quedaría despierto.

-Genial, podremos dormir juntos.- tenerlo abrazado junto a él era un buen plan.

-Estará en su nido, no podrás entrar sin su permiso.- eso le alertó.

-¿Nido?-Extrañamente un sentimiento de felicidad le recorrió todo el cuerpo.-¿Mi omega está anidando?- Eso era señal de querer establecerse. Su omega quería cachorros. Bebés, SUS bebés. Taemu se dio cuenta mirando el rostro de su sobrino de que la había cagado

-Lo está, ahora vete y enciérrate en tu habitación hasta que Tobio despierte y vuelva a tener el control- una mueca se extendió por su rostro.

-No puedo hacer eso. ¿Y si alguien quiere atacarlo? Quiero verlo anidar, me voy.-la emoción era visible en su mirada. Extasiado por la imagen que su mente le mostraba y presentía que la iba a presenciar si buscaba a su pareja.

-No, no puedes, si sales ahí fuera, te seguirán. y todos lo verán anidar.- pensaba que eso iba a hacerlo retroceder. Se equivocó

-Eso no va a pasar, los matare antes de que entren por la puerta.- la rabia cruzó en sus palabras.

-No puedes matar a la gente de tu manada.- le recriminó, alzando la voz.

-Mi omega anida desnudo ¡No puedo perderme eso!- Taemu no se esperó nunca esas palabras.

-¿Como demonios debes tu eso?- No era normal. Sabía que su sobrino se encontró con el omega en el bosque. No mencionó nada de verlo anidar. Y menos desnudo.

-Cuando lo cortejé hace años lo vi.- La sonrisa boba de nuevo apareció. Recordando el tiempo antes de la primera caza. Teniendo a su omega al lado, anidando, mientras se prometían una vida junto al otro.

-¿Y qué hacías en su nido antes de la caza?-

-La segunda fase del cortejo no era solo para mirar las estrellas.-La cara de Incredulidad de Taemu valía oro. Sabía por su propio pie que nadie se hacia el inocente durante el festival. Pero no esperaba que el primer alfa le confirmara que el tampoco siguió las normas. Un nido era algo serio si no era solo de un omega. Un nido indicaba que una pareja quería establecerse. Que quería crías.

-¿te refieres a cuando todos los participantes duermen en nuestra casa?.-Mikan intervino por primera vez sacándolos a ambos de su trance.- Eso será en dos días.-

-¿Dos días? ¿Dónde dormirá mi omega?- inquirió con simpleza, como si no le importara. Aunque todos supieran la verdad tras sus palabras.

-En una de las habitaciones.-

-¿En cuál?- quería, no. Necesitaba saberlo.

-¿Que te está pasando ahora con las habitaciones?- Taemu se estaba volviendo loco. La situación se le escapaba de las manos.

-Mi omega necesitará un nido ¡el esta anidando! No podrá dormir en un colchón, el espera que lo llene de cachorros.- El alfa había perdido el juicio. Taemu llevaba toda su vida desde que asumió el cargo de líder protegiendo a su sobrino, alejándonos de su pareja, de la supuesta Luna de sangre. Y ahora no solo quería buscarle, no. Ahora también quería tener una maldita camada de bebés.

-No vas a llenar a nadie de nada, solo viene aquí por el festival, nada más.- El mayor iba a volverse loco.

-Mikan, enséñame su habitación. - el alfa estaba decidido.

-Tobio, ven aquí, no puedes hacerle un nido, ¿Estás loco? ¡Eso va a malentenderse! -

-Es mi pareja, necesita un nido, y se lo va a hacer su alfa.-sentenció.

Estaban perdidos. Lo estaban. Tenía que programar una reunión urgente con el mayor de la familia Hinata. El problema que creían solucionado se les estaba saliendo de las manos. Y no creía poder detenerlo.

No después de ver a su sobrino llegar a una de las tantas habitaciones vacías con una pila de sus camisetas y un puñado de sus sabanas. Iniciando el comienzo de un nido.
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-¿Quién es?- Desde hace relativamente poco tiempo. La gente ha empezado a presentarse en su casa demasiado. Antes ni siquiera sabían que existían.

Su sorpresa fue ver en la puerta de su casa a uno de los generales personales del alfa.

-Buenos días, Necesitaría hablar con Hibiki.- la mujer asintió dejando al hombre esperar en la entrada para buscar a su compañero.

-¿Quién?- el pelinaranja mayor apareció-¿ Touru?-

-Mucho tiempo sin vernos- Sonrió.

-¿ Por qué has venido aquí? Me fui del centro de la manada por algo.- por mucho que ayer los hubiese saludado en el festival por cortesía, no significaba que el volvería a estar como antes.

-El alfa me ha enviado aquí.- su ceño se frunció- Aunque sigo sin entender por qué narices te aislaste en la manada.-

-Fueron asuntos familiares- Le restó importancia.

- Que tu hijo se presente como un omega no tiene que ser razón para aislarse.-

- Tu no has visto como trata la manada a mi hijo. No todos lo aprueban. Nosotros vimos como sufrió Daichi. No voy a dejarlo salir, para morir. Mi hijo se queda conmigo y no se hable más.- suspiró liego de ver la cara dolida de su antiguo compañero -¿ Qué es lo que quiere que alfa?-

- Necesitaba hablar contigo con urgencia. Dijo algo sobre un código Nido y que tú lo entenderías. - su piel se erizó. No pintaba nada bien.

- Iré esta tarde. Avísalo.-

Todo se salía de control. Y para colmo su hijo se negaba a salir de su habitación.
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-¿Ey habéis escuchado los rumores?-

-¿Lo del primer alfa líder?-

-No, eso no-

-¿Que ha pasado ahora?-

- Se ve que el alfa líder está haciendo un nido-

-Pero Taemu dijo que no tendría hijos hasta que el alfa Tobio ascendiera-

-Quien está haciendo un nido no es Taemu, es Tobio quien lo hace-

-¿Y a quien le hace un nido?-

-¿No es obvio? A la primera luna.-

- Pero ¿quién es?-

-Solo se acercó al omega en el baile de la hoguera.-

- Ese asqueroso omega no puede ser la luna-

-Tienes razón, la gente dice que la luna es una estudiante de la institución-

- Si, tiene que estar en la institución. -

-Es imposible que nuestro alfa se fije en un hombre-

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-¿Qué era lo que querías?- Hibiki llegó hace poco tiempo. Entrando a su oficina. Asegurándose de que nadie los escuchaba.

-Tobio está haciéndole un nido a tu hijo- decidió decirlo directamente y no desviar el tema.

-¿Como?- el rostro del joven padre era más aterrador que de sorpresa.

-Ayer le dije que se fijara en otra omega y dejara a tu hijo. Se enfadó y su alfa tomó el control.- La naturalidad con la que el alfa explicaba era demasiada, no tenía ni una pizca de piedad por el otro.

- No veo como perder el control acaba creando un nido. Menos uno para mi hijo-

- Después de reclamar verbalmente a tu hijo iba a ir a buscarlo y pudimos detenerlo. Se me escapó que tu hijo tenía un nido en su habitación- fue detenido por el Hinata mayor, quien estalló en cólera.

-Espera, ¡Te dije eso para que vigilaras con lo que hacía tu sobrino! No para que se lo dijeras!-

-Eso no es lo importante, se ve que tu hijo anida desnudo y el primer alfa lo sabía y...- demasiada información para él. No quería saber qué hacía Shoyo, y se acabó enterando, tampoco quería saber cómo lo hacía, y alguien ha acabado contándole.

-¿Como demonios sabe que anida desnudo?- Eso no lo sabía ni el, demonios. No quería saberlo.

- Porque se ve que  lo visitó una vez antes de que muriera la primera luna, por lo que dijo no eran unos santos y anidaron en la noche de las estrellas. También se enlazaron.- Por mucho que dijera esa información, su hijo no estaba enlazado.

-Mi hijo no está enlazado- Era imposible, su hijo no tenía una marca en su cuello siquiera.

-No físicamente- los lazos de la mente... Mierda.

- se necesitan años para enlazarse mentalmente sin una marca- sonrió al saberse la teoría.

-si, bueno, literalmente han tenido años desde que se vieron la primera vez- Quería maldecir, maldecir al maldito alfa de ocho años que se cruzó en el camino de su hijo.

-¿Me estas jodiendo? ¿Enserio estas insinuando que se enlazaron en el incidente de hace nueve años?-

-Es el único momento que coincide, si se estaban enlazando por eso Tobio te atacó. También por eso están tan atraídos el uno por el otro- Por supuesto, solo le faltaba eso, con razón su hijo se había encerrado en su cuarto luego de que su compañera le dijera que se olvidara del alfa, era como partir su alma en dos.

- Por eso a mi hijo no le molesta tener ropa de ese estúpido alfa en su nido.- sus rostro acabó entre sus manos. -y bien ¿me has llamado solo por esto? ¿o hay algo más que deba saber?-

-Después de discutir, acabó enterándose de que la segunda fase del festival era mañana, se encerró en el cuarto donde se quedará el omega y ha pasado toda la noche haciendo un nido. Con sus camisetas- recalcó lo último.

-Decidido, vas a sacar a mi hijo de la caza- Se negaba en rotundo a dejar a su hijo en la casa principal, a este ritmo solo podría contar los segundos hasta que su hijo perdiera su florecilla. No, no iba a pasar, su hijo iba a salirse en ese momento de la farsa que se estaba haciendo.

-No puedo hacer eso, el consejo exigiría respuestas-

- Pues mira tú por donde, es tu problema, estamos hablando de un nido Taemu. Y no se hace un nido porque quieres una amistad.- No, amistad sus cojones, ese alfa iba a quitarle a su hijo para llenarlo como pavo en navidad, y con lo jodidamente territoriales que eran los líderes seguro que no se quedaba contento hasta dejarlo en cinta. Seguía siendo un rotundo no. -A este ritmo no solo vamos a fallar en separarlos a los dos. Sino que también van a aparearse y me niego a permitir que mi hijo tenga un hijo en estos momentos.- No negaba que le gustaría ser abuelo en algún momento de su vida, de hecho su hija Natsu esperaba un cachorro, pero no estaba preparado mentalmente para dejar a su hijo pequeño hacer lo mismo.

- tu hijo no ha tenido aun su primer celo, no puede embarazarse-

-no voy a permitir que la pureza de mi hijo sea manchada por tu sobrino, por muy libidinoso que sea eso no va a pasar. -

-Tener un bebé o que follen no es nuestro principal problema- No claro que no, no iba a ser su hijo quien estuviera que dar a luz un bebé por el trasero, tampoco iba a ser él, el preocupado por la salud de su hijo en ese momento. Como ya había dicho, no estaba preparado.

-no claro que no, es mi problema, es a mi hijo a quien le van a dar por el trasero-

-¿quieres dejar eso? La manada se ha enterado de lo que está pasando.- Que se enterase el mismísimo satanás, si hacía falta dejaba la manada y se iba a ocultar entre los humanos.

-más razón para sacar a mi hijo de la caza- Solo eran buenas noticias para él, dejar esa tradición era la bendita solución.

-he dicho que no puedo hacer eso-

-¿Para qué coño eres el alfa sino? -

-No puedo simplemente sacarlo ¡Exigirán respuestas! ¿Qué coño quieres que les diga? ¿Qué es una Luna de sangre y no quiero que se encuentre con su destinado porque ya lo ha visto? más bien por qué no lo llevo y que lo maten también. - el beta gruñó, nervioso y estresado.

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