Capítulo 4
Hinata salió por la noche como había avisado durante el día a sus padres. Dejando salir a su omega en la superficie, intercambiando papeles. Volviendo a su forma animal, a la forma completamente instintiva.
Sin pensarlo siquiera un poco, inició su carrera, volviendo sus pasos al pasado, hasta hacia menos de veinticuatro horas, encontrándose con el claro y la cascada de frente. No sabía cómo era posible que ese lugar estuviera oculto para él toda su vida.
Volvió a su forma humana para ver mejor el pequeño lago donde caía el agua. Aún tenía pequeños trozos de hielo que no se acaban de mezclar con el agua. De no ser por ello, se hubiera lanzado a nadar sin siquiera pensarlo, sin caer en la cuenta de que hacía años que no nadaba.
Kageyama no pudo evitar el fijarse en él, llevaba todo el día por los alrededores esperando por él, llegó un momento en el que pensó en volver a casa, por suerte para él, no lo hizo, Y ahora estaba viendo al omega observando el agua tranquilamente.
Hinata vio al pelinegro cuando se alertó por el movimiento que venía de los matorrales.
-Hola.- No se giró a verlo, pero si lo saludó. Kageyama salió de su escondite para acercársele a una distancia prudente.
-Hola- Veía la mirada anhelante del pequeño al ver el lago-No estarás pensando en nadar ahí ¿verdad?- Hinata se giró hacia el con una sonrisa.
-No ¿acaso estás loco? El agua debe de estar congelada.- Ahora que lo veía se dio cuenta de que el pelinegro llevaba una camisa de más en sus manos.
-¿Por qué llevas una camisa de más?¿Vas a transformarte?- Kageyama bajó la vista a sus manos, viendo su camisa blanca en ellas. Si quisiera transformarse, se desvestiría antes.
-¿Esto es para ti?- sus ojos se agrandaron en sorpresa.
-¿Para mí?- se señaló.
-Si... bueno, era por si volvía a verte aquí.- El corazón le dio un vuelco al escuchar aquello, y su omega le revoloteó las entrañas aún más.
-¿No se supone que tendría que devolverte yo la camisa que me prestaste ayer?-
-Puedes quedártela, no la necesito.- Además la camisa de ayer apenas olía a él, la que llevaba hoy para él era perfecta. Le tendió la enorme camisa y Hinata la aceptó. una vez cubierto, volvió a hablar.
-¿Por qué me estás dando tus camisetas?- No quería creer por su cuenta que lo que pensaba su familia era verdad, su omega estaba siendo engañado de una manera muy cruel si todos le decían que eran signos de cortejo.
-Para poder hablar-
-¿Y por qué quieres hablar?- Tenía su punto, no se conocían y de golpe quería hablar con él.
-Preguntas demasiado. - Kageyama sonrió. Era divertido contestar a tantas preguntas, sobre todo si venían del omega.
-Es normal, no te conozco.- Por muy frio que sonara, Shoyo sabía que no se podía confiar de en la gente a primeras.
-Podemos conocernos.-
-Perfecto ¿Cuál es tu nombre?- Los dos se sentaron frente al otro, dejando una pequeña distancia entre ellos.
-No puedo contestar a eso.- Si Shoyo se enteraba de que era el próximo alfa líder seguro que no volvía a verlo.
-No es justo, yo ayer te dije mi nombre.-
-Es diferente, si yo te digo mi nombre huiras-
-¿Por qué iba a huir?- Hinata preguntó inocente.
-Confía en mí, huirás. Cambiemos de pregunta ¿Cuántos años tienes?- Preguntó lo primero que se le vino a la cabeza.
-En junio cumpliré los dieciocho.- era mayor que él, El omega aun siendo más bajo que él era el mayor. - Ahora me toca a mi ¿Tienes un cargo en la manada?- ya que Hinata no podría tener uno, quería preguntar cómo era el proteger a su pueblo.
-Si- técnicamente tenía uno, era el líder. Pero no vio venir el brillo de emoción en los ojos del pelinaranja
-¿Y qué haces?¿Eres un guardia?¿o te entrenas para ser un miembro cercano al alfa? Mi padre me dijo que ser uno de ellos es un cargo muy reconocido, yo iba a aspirar a uno antes de, bueno, de que me presentara como omega. - La voz decaída se notó al final de su explicación.
-Bueno, me están entrenando aún. - Los entrenamientos y clases eran importantes, aunque hubieran finalizado antes del invierno.
-Eso es demasiado increíble, yo solo entrenaba con mi padre, me han dicho que en la institución se hacen clases de defensa. yo no he ido nunca- Kageyama por fin entendía porque no le sonaba el omega, Si no iba a la institución era imposible de que rondara por el centro de la manada, por eso nunca lo había visto antes.
-¿Por qué no vas a la institución?- preguntó, aunque el tampoco asistía, no entendía como su tío dio su permiso, la educación de la manada era obligatoria.
-No lo sé, un día simplemente el alfa líder les dio el permiso a mis padres y hasta nos mudamos de casa a una un poco alejada de la plaza. Mi padre me contó que fue porque mi madre se sentía enferma, pero tampoco me acuerdo muy bien, además mi madre ahora está bien.-
-Entonces ¿Has estado viviendo solo con tus padres todo este tiempo?- Igual que él, Hinata habría estado solo toda su vida, sin amigos.
-Tengo tres hermanos y una hermana, pero casi todos se presentaron y acabaron yéndose de casa, muy pocas veces vienen a visitarnos. En casa ahora quedamos mi hermano mayor y yo. Aún no ha llegado a los veinte para presentarse como beta. Pero yo me adelanté.- Los betas se presentaban en la caza al cumplir los veinte, o si lograban transformarse antes de los veinte.
-¿Y no tienes amigos?-
-Podría decirse que no, pero hoy conocí a alguien cuando fui a la plaza.- tuvo ganas de gruñir al escuchar aquello, el omega era suyo, viendo lo lindo que era estaba muy claro que no sería el único que estaría interesado en él.- Un grupo me insultó y una omega me defendió, además me acompañó a casa y me explico cosas interesantes que mis padres no sabían.-Kageyama detuvo sus celos, una omega, se había puesto celoso de una omega, aunque ahora le interesaba más saber que le habían dicho.- ¿sabías que los omega podemos tumbar a un alfa? -
-Eso es imposible- Al menos a él no le afectaría cualquier cosa que hiciera, eran ventajas de ser el líder.
- No lo voy a hacer ahora, no quiero que te vuelvas loco.-Hinata no iba a arriesgarse a correr peligro ahora en la noche, tenía que guardarse los trucos para la caza.
-Gracias por la consideración.- el omega se rio a carcajadas.
-Creo que va siendo hora de que regrese, se suponía que saldría a correr por poco tiempo y ya me estoy tardando.- Se iba a sacar la ropa del alfa cuando este lo detuvo.
-Quédatela, no hace falta que me la des, tengo muchas.-
-¿Eres consciente de que luego me voy a sentir en deuda contigo? No podré devolvértela después por culpa del estúpido omega de mi cabeza- Se acababa de delatar.
-¿Acaso anidaste con la camisa?-No pensó que acertaría, pero el rostro del omega era incapaz de mentirle, el rojo en sus mejillas lo delataba. Y Kageyema solo podía sentirse feliz con ello.
-Tengo que irme.- Hinata se reincorporó del subsuelo, dejando al pelinegro aún sentado y el de pie, a punto de irse, importándole poco como estaba la camisa sobre su cuerpo
Kageyama no quiso hacerlo, de verdad. Pero era imposible resistirse a su lobo, a su instinto. Levantándose de un salto, rozando su mano izquierda en el muslo del contrario, hasta acabar en su cintura, y posando su otra mano en el rostro del pequeño, alzándolo directamente hasta su rostro.
Dejando sus labios a escasos centímetros de rozarse, notando las respiraciones del otro. Los ojos de Hinata brillando con emoción, como si esperase algo que necesitara, como si lo necesitase tanto como él lo hacía, como si quisiera quedarse a su lado, como si le rogara.
El cálido y dulce aliento del pelinaranja filtrándose por su sistema, un olor que lo envolvía, uno que no era dulce, uno que picaba.
Sus labios se estamparon en un suave y demandante roce, solo se rozaron y Hinata no detuvo el revoloteo en su estómago, no controló a su animal, no controló su propio cuerpo, perdió el control, liberando feromonas en una pequeña gran cantidad, como un sedante natural. Asustándose a sí mismo sin saber la reacción del alfa a ellas, se separó de él, rompiendo el hechizo que los envolvía.
-Yo... Me voy.-
-Si- Seguía hipnotizado, no lograba pensar bien.
-Te veré en el festival-
Una frase, una simple frase que Kageyama interpretó como una señal, al igual que una luz verde en el semáforo, una aprobación a aquello que quería, una marca de inicio en su nueva vida.
La señal que necesitaba para iniciar su cortejo, la razón de la existencia del festival.
__________________________________________________
_______________________________
-Te dijimos que no llegaras tan tarde- Su padre estaba cruzado de brazos en el exterior de su hogar. -¿No te acompaña ese alfa a casa después de dejar su olor en ti? Esto es indignante, ¿Dónde está la parte en la que rogáis por mi aprobación?-
-Papá estas exagerando, ni siquiera me he encontrado con él.- rodó los ojos intentando sobrepasar el pecho de su padre y huir a su habitación.
-Si claro, Shoyo tenemos buen olfato, miente de otra manera y di que te has revolcado por el barro.- Kazuma como siempre con sus buenas ideas.
-Aunque eso no explicaría porque estas cubierto de feromonas ajenas.- Su madre se hizo ver.- Anda déjalo entrar ya a casa.-
-Dame esa camisa, voy a quemarla.-Si su padre esperaba que le estregaría la única tela que lo cubría estaba equivocado, el alfa le dejo bien clarito que no la quería de vuelta, y su omega no era tonto como para no saber que el olor del alfa estaba incrustado en la camisa. La camisa iba a ir directa a su nido.
-No-
-No vas a llenar mi casa con el aroma de un alfa ajeno.-
-Cariño quieres dejar al niño en paz, si quiere tener la camiseta, déjalo. - su madre acudió al rescate.
-Hiyori cariño, ¿vas a dejar que tu hijo tenga la habitación con el olor de ese alfa.- Su padre era muy posesivo con él, diosa, se suponía que era mayor, no un cachorro.
-Si, se tendrá que ir acostumbrando, si es el alfa que a elegido para la caza. - Y así, de una manera un tanto cómica, logró llegar a su habitación, desvistiéndose y colocando la segunda prenda del alfa en el bulto de mantas en su habitación.
______________________________________
-¿Y la camisa?- Mikan lo asustó detrás suyo, por una vez que no lo estaban esperando en la entrada, se le aparecían antes de entrar en su habitación.
-No sé para qué le preguntas, te dije que iba a dársela a la omega. Seguramente tu sobrino no puede ver unos pechos sin controlarse- Si su tío supiera que se la había dado a Shoyo sería bastante gracioso ver como cambiaba el rostro. Puesto que las carcajadas que soltaba eran muy escandalosas.
-Puedo controlarme. - resopló un tanto indignado.
-Si claro, por eso evitaste mi consejo antes, yo iba a darte un paquete de preservativos, pero los rechazaste. Tu te lo pierdes.- El supuesto consejo era una charla de las que cualquier adolescente evita, era de esperarse.
-No iba a hacer eso.- Aunque tampoco iba a besarlo y lo hizo igual, su lobo a veces tomaba buenas decisiones.
-Si claro, ¿Y por eso has entrado de nuevo con esa sonrisa de bobo? -
-No te le burles tanto, tener cachorros es bueno. - ¿Por qué sus tíos pensaban que era tan libidinoso? Él no era quien se apareaba todo el tiempo n invierno sin insonorizar las paredes.
-No me he apareado con nadie ¿Podéis dejar de hablar de mi vida amorosa por favor?-
-Eso es imposible, tu vida es importante para la manada, vas a ser el líder.- Mañana seguramente toda la manada sabría que tuvo un encuentro hoy.
-¿Me vas a dejar saber el nombre de la omega al menos?- No iba a decirlo, las cosas se complicarían y no quería eso.
-No.-
-¿Y explicaras que habéis hecho en el bosque tan tarde.- No, si lo que querían era información para compartir.
-Di mi primer beso.- Soltó sin miramientos, viendo las caras sorprendidas de sus dos familiares.
-Lo ves, te dije que nuestro Tobio era un lanzado, habrá que ir preparándonos para ir a visitar a la familia de esa omega.-
-No vais a ir a ningún lado- los dejó cerrando tras de él la puerta de la habitación.
______________________________________________
Al día siguiente, Hitoka Yachi se presentó en casa del pelinaranja luego de acabar sus clases.
-¿Quién eres tú?- Hiyori, la madre del omega, estaba sorprendida por ver a una omega tocar en la puerta de su casa.
-Hola, Soy Hitoka Yachi. Ayer conocí a Hinata y le prometí que volvería hoy.- La adulta miró a la joven demasiado, analizando cada detalle.
-Entra, encantada de conocerte Hitoka-chan, voy a avisar a Shoyo.- Entró en la casa obedientemente esperando a que Shoyo hiciera su aparición.
EL omega apareció en la escalera.-Yachi, sube iremos a mi habitación.-La omega le siguió hasta el final de las escaleras. El aroma a alfa lo golpeó.
-Shoyo ¿Ayer no dijiste que tu padre era beta?-
-Y lo es-
-¿Por qué huele a alfa?- Su vista se detuvo en el nido de su amigo, que estaba cubierto por sabanas y dos camisas.
- Eso... podría decirse que ayer me encontré con alguien en el bosque y pues ¿me dio su camisa?-
-Mas bien te dio sus feromonas, además ¿metiste la camisa en tu nido?- No era normal meter la camisa de un desconocido en un nido, y más si esta llevaba el aroma de alguien que podría considerarse una amenaza.
-Fue mi omega el que la metió.- Por mucho que dijera eso el omega y el eran uno, no iban por separado.
-¿No dijiste ayer que no estabas interesado en ningún alfa?-
-Me he encontrado con ese alfa dos veces contadas.- quiso parecer que no le interesaba pero parecía que estuviera más decepcionado que otra cosa.
-No has contestado a mi pregunta.-
-¿Puede que me guste un poquito? Bueno, a mi omega le gusta.- Si claro, mandarle la culpa a su omega no le iba a servir. Quien se besó con el alfa anoche no fue el omega sino el.
-Eso es lo mismo que como si te gustase a ti.-
- Puede que el alfa me besara.- la rubia se quedó callada, con sus parpados bien abiertos de la sorpresa.- Fue mi primer beso.- sentenció sonrojándose.
-Y bien ¿Cómo es ese alfa? Señor, no le intereso a nadie.- se burló
-No te rías, pensaba que no le gustaba a nadie, no miento. Es alto y guapo.- No sonó tan empalagoso en su cabeza.
-No me refiero a eso, es para saber si lo conozco.- sonaba bien para él, puesto que el alfa no le dijo su nombre.
- Su cabello es negro, y sus ojos son de un bonito azul oscuro. Es bastante más grande que nosotros y tendrá nuestra edad. La primera vez que nos vimos dijo que participaba en la caza. también tiene bastantes músculos. - Al empezar a describirlo, no se dio cuenta de la emoción en su voz.
-Shoyo, parece que vayas a babear.-
-No voy a babear.- la rubia se carcajeó cuando el omega pasó su mano por su rostro, como si limpiara alguna señal.
-Si claro, y yo estoy ciega.- El pelinaranja le puso un puchero.- Bueno, conozco a dos de los alfas que se presentan en la caza y no tienen el pelo negro. Así que tu alfa puede ser Haru Kusaragi o Kageyama Tobio.-
-Qué hay de malo con ellos.-
-Nada, excepto que uno de ellos es el alfa líder. -
Oh mierda.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top