Capitulo 13.
Finalmente el celo había pasado y Polonia no podía estar mas que feliz por ello, en ese momento estaba en la sala esperando a Rusia para cuando este ultimo llegara, les había dado el día libre a Antonina y a Svetlana para que descansaran por haberse tomado la molestia de cuidarlo durante su estado mas vulnerable, solo con el estaba Ucrania esperando a sus hermanos, aun no sabia como Rusia había logrado irse sin llamar la atención de sus superiores, sin duda era algo que de tener la oportunidad le preguntaría.
—¿Estas nervioso? —pregunto Ucrania sonriendo un poco.
—Es solo que no se como reaccionar ante tanta amabilidad de parte de Iván.
—No tienes que preocuparte, el lo hace de todo corazón —la ucraniana bebió un poco de su café de la mañana.
Sabia que Ucrania hablaba desde el cariño que le tenia a su hermano menor y eso le hizo sonreír un poco, pero por alguna razón su mente estaba algo intranquila aunque no sabia la razón del ¿por que?, aunque decidió mejor no seguir pensando en sus preocupaciones. La puerta de la entrada se abrió y Polonia dio un leve brinco ante el sonido, pero al voltear había la entrada lo vio, junto a Bielorrusia.
—Ya estoy en casa —dijo con un tono de voz tranquilo, mientras se acercaba a la sala.
—Bienvenido —lo saludo Polonia con un tono de voz leve.
—No te oyes bien.
—Solo tengo la garganta seca, no es nada grave.
—¿Como te fue durante este tiempo Iván? —pregunto Ucrania sonriendo contenta de ver a sus hermanos.
—Me fue bien, espero no haber dado muchos problemas hermana.
Bielorrusia solo suspiro y se encogió de hombros en gesto desinteresado.
—No fue muy duro, aunque había veces que te ponías insoportable.
—Y me disculpo por eso —Rusia rio un poco ante la pequeña queja de su hermana menor.
—Bueno hice el desayuno ¿quieren comer algo? —propuso Ucrania con una tierna sonrisa.
—Yo si, muero de hambre —dijo Bielorrusia mientras seguía a su hermana.
Cuando ambas mujeres se retiraron solo quedaron Polonia y Rusia en la sala, Polonia no se había movido del sillón y estaba abrazando un cojín, ninguno decía nada y eso estaba desesperando a Polonia, por lo que se decidió a hablar.
—Iván... —abrazo el cojín con un poco mas de fuerza —tienes que encontrar la manera de conseguirme supresores la próxima vez, no creo poder aguantar otro celo como este.
Rusia se quedo mirándolo un momento, se notaba que lo había pasado muy mal durante todo el periodo de aislamiento, y no es como si el propio Rusia se lo hubiera pasado mejor, aunque entendía la petición del omega, no iban a poder despistar a sus jefes por siempre y tendrían que encontrar una mejor manera de afrontar ese problema.
—No te preocupes, cuando estemos solos podremos hablar de eso con mas normalidad.
Polonia solo asintió y se levantó a la cocina para poder comer algo junto a Rusia y sus hermanas. Cuando finalmente Ucrania y Bielorrusia se retiraron, Rusia y Polonia se quedaron en un tenso silencio, era obvio que el polaco aun no se acostumbraba a estar a solas con el, por lo que no quería forzarlo a hablar si no quería hacerlo.
—¿Crees que se crean que estuviste conmigo durante mi celo? —pregunto de la nada Polonia con la mirada en el suelo, era obvio que no se sentía cómodo hablando de ese tema, y menos con el.
—No lo se, pero espero que el poco olor que deje impregnado en ti y la venda en el cuello logren engañarlos.
Polonia no dijo nada mas, solo se acerco a Rusia lo suficiente para que este lo marcara con su olor, sin poder evitarlo se acurruco en el pecho del ruso, mientras que Rusia desprendía un poco de feromonas para perfumar al omega y mínimo con eso poder despistar que no estuvieron juntos.
—¿De verdad lo pasaste mal, cierto? —pregunto Rusia en casi un susurro.
—No tienes idea —Polonia escondió su rostro sonrojado en el pecho del alfa.
Ya no dijeron nada, solo se quedaron en silencio mientras el olor de Rusia se impregnaba en el cuerpo de Polonia, sin saber que al otro día iban a tener visitas indeseadas.
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Ya era un nuevo día, y ambos, Rusia y Polonia, estaban cada uno en su respectiva habitación, como había quedado, cada uno dormía separado del otro, era la regla no escrita que ambos pensaban seguir. Ninguno tenia ganas de levantarse, pero lo tuvieron que hacer cuando tocaron a la puerta de su casa.
Fue Rusia quien se levanto para poder abrir, no sin antes pasar a asomarse a la habitación de Polonia y ver que aun estaba durmiendo, completamente arropado y hecho bolita en la cama, no pudo evitar sonreír considerando que era muy adorable el como dormía, pero fue a la puerta de entrada cuando el timbre volvió a sonar, cerro la puerta del cuarto y fue ahora si a abrir. Grande fue su sorpresa cuando vio frente a el a Yuri y a Miroslaw.
—Buen día Iván, pensamos en venir a ver como estaban, espero que no llegáramos en un mal momento —dijo sonriendo un poco Yuri, aunque para Rusia era obvio a que venían.
—No, no llegan en mal momento, de hecho iba a preparar el desayuno para sorprender a mi esposo —Rusia mostro una tierna sonrisa.
—¿Aun no se levanta? —Miroslaw se mostraba disgustado —se supone que es el omega quien debe de atenderte a ti, no al revés.
Rusia solo apretó los puños, aunque trato de mantener una actitud tranquila.
—No es ninguna molestia, después de todo anoche descansar mucho, si saben a que me refiero —mostro una actitud burlona ante los otros dos alfas que solo se rieron, entendiendo a que se refería.
En ese momento, Polonia bajo de por la escalera con un gesto somnoliento, con el cabello alborotado y tallando uno de sus ojos.
—¿Que llamaba a la puerta Iván? —pregunto con un tono un poco quejumbroso.
—Sigues igual de incorregible Feliks.
Polonia al escuchar esa voz despertó del todo, mirando a Miroslaw junto a Yuri sentados a la mesa del comedor, de forma instintiva se llevo una mano al cuello verificando que la venda seguía ahí, fue una suerte que le hubiera hecho caso a Rusia y se pusiera la venda la noche anterior.
—Buenos días —fue lo único que el pobre rubio atino a decir.
—Ya que estas despierto —empezó a hablar Miroslaw mirando a Polonia con el ceño un poco fruncido —has el desayuno.
No era una petición, era una orden, y Polonia por mas que lo odiara tenia que obedecer si no quería problemas, miro que Rusia ya iba a hablar, pero solo fue donde su esposo y le tomo del brazo para evitar una futura pelea, solo le sonrió y le dio un beso de buenos días, para irse a la cocina para hacer el desayuno.
—Al menos es atento con las muestras de cariño a su alfa —comento tranquilamente Yuri —un omega cariñoso es mucho mejor de lo que crees Iván.
Rusia solo sonrió ante lo dicho por su superior, pero por dentro estaba que se moría del coraje, pero trato de estar tranquilo, pero no sabia si iba a poder seguir de ese modo, mientras ambos alfas hablaban de forma despectiva sobre Polonia, incluso insinuando que el propio Rusia podria "disciplinar" a tan rebelde omega.
Polonia finalmente había terminado el desayuno y llevaba tres platos para los alfas, era tradición para algunos alfas que los omegas se sentaran a comer después de sus alfas y sus cachorros, o incluso que comieran de pie en la cocina por si su alfa necesitara algo, el omega rápidamente le diera lo que necesitara. Una vez que Polonia termino de servir a Rusia y a sus jefes se paso a retirar a la cocina.
—Creo que podria sentarse con nosotros, después de todo queda una silla vacía —comento Rusia mirando la cuarta silla del pequeño comedor.
—El sabe donde esta su lugar Iván, no tiene sentido cambiarlo y mientras menos se le suban los humos a Feliks, mas podrás controlarlo —dijo Miroslaw mirando hacia la cocina donde Polonia estaba ya tomando su desayuno.
—Hablando de eso, ¿ya lo marcaste? —pregunto Yuri mirando al ruso de forma seria.
Rusia solo trago saliva y respiro hondo, pero cuando iba a responder Miroslaw lo interrumpió.
—Al parecer ya ¿no viste la venda en el cuello de Feliks?
Yuri miro a Miroslaw y luego a Rusia, y solo asintió.
—En ese caso, espero que con ese acoston haya quedado preñado o si no, vamos a tener que recurrir a otros métodos.
Rusia no dijo nada, solo asintió a lo que decían, le repugnaba como es que solo miraban a Polonia como una maquina de bebes y la forma en que para ellos (y para muchos alfas) un omega solo valía cuando daba tantos hijos como ellos quisieran.
Cuando terminaron de comer, Polonia se acerco para recoger los platos, pero fue detenido por Yuri que le tomo del brazo fuertemente y lo acerco a el.
—¿Si? ¿Qué necesita señor? —trato de parecer lo mas tranquilo y sereno posible.
—Tráeme un vaso de vodka ¿quieres omega?
Polonia solo contuvo el enojo y sonrió.
—Claro señor.
Cuando lo dejo ir se retiro a la cocina y llego con tres vasos junto a una botella de vodka, empezó a servir la bebida mientras le sonreía un poco a Rusia, lo que menos quería era una escena y los dos meterse en problemas. Los alfas siguieron hablando sobre cosas triviales, entre ellas que ya esperaban noticias de un heredero, cosa que hizo a Polonia tensarse un poco aunque trato de ocultarlo.
Finalmente Miroslaw y Yuri se fueron, este ultimo borracho, su visita había durado mas de lo que Rusia y Polonia pudieron soportar, pero cuando finalmente se fueron, fue Polonia el primero en explotar.
—¡No puedo creer que ese tipo me haya tocado tan descaradamente! —grito el rubio apretando los puños con rabia.
—Tranquilo, lo bueno que solo fue eso y no paso a mas —trato de consolar Rusia, aunque el mismo estaba furioso.
—Además ¿no escuchaste las porquerías que decían de mi y los de mi casta? —Polonia miro a Rusia con los ojos brillando, era obvio que había escuchado todas las pestes que hablaron de los omegas —. Son repugnantes.
—Lo siento —fue lo que atino a decir Rusia con la cabeza agachada y actitud decaída.
—No es tu culpa, tu al igual que yo, estamos atados de manos hasta cierto punto por esos idiotas.
Polonia suspiro y se acerco a Rusia para poner su mano en su hombro, las muestras de afecto se guardaban solo para momentos como cuando sus jefes estaban cerca o para dar un buen espectáculo a las cámaras.
—De todas formas, perdón por no defenderte, se que odias que te den ordenes y que te traten como a un sirviente.
—Es lo que me toco... por desgracia Iván.
—Solo espero que no se vuelvan muy insistentes con lo del cachorro —dijo Rusia suspirando.
—Espero que no, bueno iré a lavar los platos.
Polonia se encamino a la cocina, pero Rusia le tomo del brazo deteniéndole.
—Tu ya trabajaste mucho hoy, me toca a mi —Rusia le dio una sonrisa y lo dejo sentado en el sillón de la sala, mientras el se iba a la cocina a lavar lo que se ensucio.
Polonia se quedo sentado en el sofá un poco confundido, pero luego dejo salir una sonrisa, se notaba que hasta cierto punto Rusia no era como esos alfas con mentalidad arcaica y planeaba ayudarle en ciertas tareas.
—"Podria acostumbrarme a esto" —pensó sonriendo mientras se acomodaba en el sofá.
Si su dinámica seguía de esa forma, tal vez su relación no sería una tan mala e incluso podrían llegar a ser amigos.
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