16. El inicio del caos
(3)
Para Afarax fueron los mejores días que habían pasado desde que llegó a L400. Y no lo decía solo porque había pasado muchísimo tiempo junto a Aurie, tampoco porque había entrenado más sus poderes junto a Etzem, sino porque tuvo la oportunidad de organizar un par de salidas junto a Kzer y Sandri (pareja oficialmente, por supuesto).
Afarax estaba feliz de verlos juntos. Se veía que se querían mucho y ambos estaban a gusto, claro, sin contar las veces en las que Sandri abrazó a Kzer y activó casualmente una bomba de pintura que guardaba en su cinturón, pero por lo general hacían una pareja que se entendía muy bien. Además, veía que por una vez en mucho tiempo las cosas marchaban bien en todos: las personas se recuperaban lentamente del trauma de haber perdido su planeta y era común escuchar a varias personas en la cubierta de la tripulación conversando donde les gustaría vivir o visitar luego de despegar con los suficientes recursos. Si bien ellos parecían seguros respecto a los diferentes lugares a los que podrían ir, para Afarax no era la misma historia. Hablando con Sandri, Kzer y Aurie sabía que no habían muchos planetas que estaban en condiciones de recibir a un grupo así de grande y sería igualmente difícil encontrar al grupo principal, es decir, el grupo del rey, y hasta entonces los peligros aún rondaban.
Fue cuando se encontraba perdido en sus pensamientos que un codazo de Aurie lo trajo de vuelta a la realidad.
- Oye, fantasma, ni siquiera se te ocurra quedar con esas miradas perdidas aquí.- dijo Aurie, guiñándole un ojo.
- Ella tiene razón, ¿En qué estabas pensando, mano?- preguntó Kzer.
- No es nada, solo que... Bueno, me alegro de disfrutar más tiempo con ustedes.
Kzer le dio unas palmaditas en la espalda.
- Para eso estamos los amigos.
- Bien dicho, Kzer- agregó Sandri, que en esta ocasión tenía el cabello suelto y se lo estaba arreglando- Para eso y también para mancharnos de pintura la ropa nueva. Y el cabello. Lo último es lo peor.
- ¡Hey! Fue un accidente, aunque tengo que admitir que el color gris te quedaba de maravilla. Y la próxima...
- ¡Ven aquí! - exclamó Sandri, divertida por la situación.
Afarax sonrió. Mientras seguían caminando llegaron a la Zona C, lugar donde se apreciaban grandes centros comerciales, venta de comida y diversión entre otra cosas (Afarax siempre recordaba gracias a esto que no estaba en una nave de guerra, lo cual era bueno y malo al mismo tiempo). Había una diversidad de personas que iban y venían por los laterales de las grandes avenidas, vehículos menores que transitaban por el centro así como por el aire y algunas pantallas repartidas en intervalos para informar de todo a las personas. Afarax no había llegado aquí en mucho tiempo pues no consideraba que sería divertido visitar el lugar solo, pero ahora junto a sus amigos la cosa que era distinta .
Cuando Kzer y Sandri se calmaron un poco y caminaron uno junto a otro Afarax los rodeo a cada uno con una brazo y sonrió. Una parte en su mente se iluminó y pudo recordar la lejana tarde en la cual conoció a ese par. Había sido la mejor.
- Oye, ¿foto grupal? - preguntó Kzer.- Vamos colega, necesito una foto tuya para usarla como tiro al blanco.
- Muy gracioso, Kzer.- respondió con una sonrisa y asintió.
Kzer le entregó su móvil y Afarax lo hizo flotar en el aire rodeado su energía celeste. Cuando los cuatro se abrazaron la cámara tomó varias fotos y volvió a manos de su dueño. Algunas personas se dieron cuenta del móvil que flotaba rodeado de un aura brillante, aunque no hicieron más que echarle un vistazo y seguir su camino. Seguramente pensaron que se trataba de algún medio magnético del pequeño artefacto que le permitía flotar.
Cuando decidieron continuar sentarse un rato y luego ir a comer algo. Después de todo, estar cerca de Afarax era agotador, como ir trotando durante todo el tiempo. Estuvieron caminando mientras hablaban hasta que llegaron a una bonita tienda de ropa con un gran letrero encima de la entrada que decía:"¡La mejor tienda en ropa de moda!". Desde luego era un anuncio antiguo y no era lo que estaban buscando, pero decidieron sentarse en unos asientos que formaban parte de una pequeña plaza. Todo iba bien hasta que Etzem decidió hablar en la mente de Afarax. Él, para no preocupar a sus amigos, se hizo a un lado y simuló que tenía que ver la hora con urgencia.
«Siento algo muy raro en este lugar. Energía cargada. Muy malo, en mi opinión.» dijo con voz de preocupación. «No bajes la guardia.»
«Oye gracias por avisar pero, ¿podemos dejarlo para después? Estoy pasando un buen rato aquí» respondió Afarax, aunque a este punto ya le había contagiado la preocupación.
«Está bien. Te avisaré si percibo más. »
«Gracias. Tú también disfruta de las vistas.» susurró Afarax.
De pronto una mano le tocó el hombro.
- ¿Todo bien?
Afarax volteó y vio a Aurie.
- Estoy bien, no es nada- sonrió para transmitir confianza, pero ahora se le daba fatal.
- Lo decía porque tus ojos se han iluminado ligeramente y creo que eso te pasaba cuando estabas muy preocupado.
Él se cubrió los ojos por un momento y el brillo desapareció.
- Gracias por avisar, pero no es nada en serio. Vamos, todavía hay mucho por ver.- entrelazó sus dedos con los de ella y la ánimo a olvidarse de eso
Los cuatro continuaron su camino hasta llegar a una plaza más grande. Para tener casi 10 000 personas a bordo, L400 lucía una gran tranquilidad y orden en cada una de sus pequeñas calles, salvo por algunas remodelaciones que estaban haciendo (lo habían llamado para que ayudara en eso, nada extraño) e incluso algunas personas vendían cuadros al óleo muy bien elaborados (¿desde cuando vendían eso?).
En el centro de la plaza había una estatua metálica del rey de Zorax, pariente lejano de Aurie. Cuando ella lo vio se separó de sus amigos, se acercó a la estatua y tocó el pedestal para después murmurar unas palabras. Luego volvió junto a los demás.
- Tenía que hacer eso. No es nada en especial -aclaró antes que alguien pudiera preguntar algo.
«Que interesante.» dijo Etzem en la mente de Afarax. «Yo si lo vi. Nadie tiene secretos ante mí.»
Los demás asintieron y procuraron cambiar de tema. Hablaron de las distintas cosas que harían en el futuro como salir más a menudo, quizá estudiar algo más y, lo más importante, el lugar donde les gustaría establecerse, pero Afarax participó muy poco en esto. Sabía que con Etzem ligado a su alma y viviendo a su lado las cosas difícilmente podrían ser normales. Incluso si lograba ocultar el hecho de que algunas veces se detenía y hablaba con él en su mente, otras seres notarían el gran Aura de decadencia que había a su alrededor y les sería imposible pasarlo por alto. Ahora veía con más claridad las cosas negativas que había traído su pacto, aunque de momento no era lo que más le preocupaba.
- ¿Se imaginan todas las cosas que Afarax podrá hacer con sus poderes?- estaba diciendo Sandri muy entusiasmada- Ahora creo que será posible conocer mejor los secretos del universo estudiando la energía que emana de... ejem, su protector y así usarla en beneficio de todos. La ciencia ante todo.
- Cierto - respondió él- Siempre que haya alguien a mi alrededor.
- Entonces, ¿podrías explicarnos mejor cómo funciona tu aura? .- dijo la chica.
- Bueno, me gustaría decir que lo entiendo a la perfección, pero sería mentira. Cuando me acerco a cualquier objeto tecnológico que requiera electricidad u otro tipo de energía puedo descargarlo con solo estar cerca.- movió las manos para crear alguna proyección, pero se lamentó de estar en un lugar público.- Además, no es letal para los seres vivos. Así que no deberían preocuparse.
- Claaaro me da mucha seguridad. No sabes cuanta.
- Hey, al menos es más seguro que las bombas de pintura de Kzer.- dijo riendo.- ¿A que sí?
- Con todo y errores algún día te salvarán la vida, Afarax- replicó Kzer pero su amigo apenas lo escuchó.
Cuando llegaron hasta el final de esa calle encontraron algo más llamativo: comida, claro si se considera que casi todo era de origen vegetal. Al entrar pudieron ver un bonito local con las paredes de color blanco con cuadros abstractos, varias mesas y sillas ordenadas y también pocas personas que conversaban entre ellas mientras comían. Afarax y sus acompañantes se sentaron en una mesa al fondo junto a la pared y, mientras las Kzer se arreglaba un mechón de pelo que le caía sobre el ojo, Etzem aprovechó el momento para informar de nuevo a su portador.
«Siento que la energía contenida disminuye y aumenta por momentos. No tengo idea de qué significa eso.» dijo el fantasma concentrándose para que su voz doble sea más entendible.
«Bien, si encuentras algo más grave me avisas, ¿Vale?»
«Está bien, aunque siento que algo muy importante está por pasar y todos ustedes están desarmados.»
«Yo no diría eso. Kzer siempre lleva una bomba de pintura en sus bolsillos, Aurie tiene un cuchillo camuflado y Sandri tiene un brazalete de camuflaje que dispara a cortas distancias, ¿y piensas que estamos desarmados?»
Etzem se tardó un poco más en responder, pero cuando lo hizo no sonó para nada más tranquilo.
«Vas a necesitar más que unas armas improvisadas si pasa algo.»
De pronto Kzer, que se había sentado a su lado, le agarró el hombro y le señaló discretamente a un hombre de mediana edad con su esposa que estaban sentados a unos pasos frente a ellos.
- ¿Soy yo o a ese tipo le brillan los ojos?
- No solo a él- dijo Sandri - me parece que a la camarera le molesta el brillo de sus ojos. Son más hermanos de Etzem y no me gusta nada.
- Oye- dijo Aurie acercándose a su amiga- ¿Tienes algún arma a distancia extra?
- Siempre llevo esto conmigo -respondió mientras daba unos golpecitos al brazalete a la altura de su muñeca- Pero no tengo nada más. A lo mejor Kzer...
- Solo tengo para dos tiros. Tres si mi puntería no falla, aunque es poco probable- respondió rápidamente él. Luego todas las miradas cayeron sobre Afarax. Él sonrió un poco nervioso por que todos lo fijaron de forma inesperada como su punto de atención.
- Chicos, ¿es en serio? Estamos seguros. Yo puedo protegerlos con un escudo el tiempo que sea necesario. Les aseguro que si uso un escudo-espejo todos los enemigos caerían antes de siquiera saber quién los atacó.- Levantó las manos para mostrar la energía celeste fosforescente que emitían su piel y como se arremolinaba en actitud protectora ante él.- Además, en poco tiempo estaremos fuera de esta roca y nos olvidaremos para siempre de los hermanos de Etzem. Será una bonita anécdota que contar a nuestros amigos. Algo como: ¿Saben qué? Una vez pelee contra fantasmas que nacieron junto con nuestro universo; y todos reirán por lo absurdo de eso. Todos reirán de lo absurdo de una historia tan alocada, pero tan cierta como que la mente de Etzem invade la mía y nuestros recuerdos se combinan y... oh, olviden eso. Como dije, estamos seguros.
La camarera ojos brillantes se acercó hasta ellos y tomó su pedido. Luego llegó la comida y disfrutaron con toda la tranquilidad mientras intentaban pensar en otras cosas. Estaban terminando cuando, con una gran explosión, lo que quedaba de su mundo se vino abajo. Y ahora, mientras Afarax narraba todo esto, sabía que no habían tenido oportunidad desde el inicio.
.
.
.
Cuando ocurrió la explosión todas las luces se apagaron y tras unos segundos se encendieron las luces de emergencia, aunque parpadeaban demasiado para ser útiles. Lo primero que notó Afarax fue que la camarera y los otros dos no estaban en su sitio. No podían haberse ido tan rápido, pero su duda fue resuelta unos segundos cuando una mano con una fuerza descomunal lo agarró del cuello y lo tiró hacia una mesa cerca a la salida. Al caer rompió un par de sillas y se dio de lleno contra el suelo. Intentó levantarse, pero cuando estaba por levantarse sintió que alguien se acercaba y no le dio chance de esquivarlo. Una patada fuerte en el abdomen lo mandó hasta la pared lateral donde se estrello con fuerza, con algunas costillas rotas tal vez, pero todavía consciente.
- Mira a nuestro a hermano mayor- dijo con una voz clara la camarera. Sus ojos iluminaban como dos pequeñas linternas de color púrpura.- Cree que por tener su "Protección de la realidad" puede desafiar a Legión. Que ingenuo. No podrás acercarte a él.
- Pagará por su traición- dijo el hombre maduro acercándose a ella. Sus ojos eran del mismo color, aunque ligeramente más claro- Nos aseguraremos de eso. Y si no somos nosotros lo hará El Profeta, o el otro.
Afarax se levantó respirando con dificultad, primero escupió un poco de sangre que tenía en la boca y luego se puso de pie. Vio que sus amigos ya había tomado posiciones y se lanzaron al ataque. El grito de Aurie rasgó el silencio que se había producido e intentó lanzar un corte en la espalda a la camarera, pero sin resultados ya que se agachó y le lanzó una patada en el centro del pecho. La chica quedó sorprendida por la rápida reacción, de forma que no pudo esquivarla a tiempo a tiempo y cayó con fuerza para atrás encima de una mesa. Afarax, al ver esto, sintió una furia recorriendo su interior, sus ojos adquiriendo un fuerte color celeste brillante y las manos marcándose de un color oscuro, el mismo de las manos quemadas de Etzem.
Sandri apuntó al hombre y la otra mujer y les disparó, aunque tampoco sirvió de mucho ya que todos los hermanos de Etzem eran inmunes a los disparos de energía sea cual sea el tipo. El hombre recibió todos los disparos en su chaqueta sin recibir daño y luego se lanzó hacia la chica, resultando en un combate cuerpo a cuerpo.
Afarax no podía esperar a que se expusieran en su lugar, así que avanzó en dirección a la camarera. Ella lo esperó en el lugar y cuando llegó empezó el combate más parejo en todo el lugar. La camarera luchaba bien, hacía fintas y le acertaba varios golpes a Afarax, aunque estos resultaran poco eficaces. Etzem bloqueaba los golpes y le daba más vigor a su portador mediante el robo de energía de su oponente. Intercambiaron varios golpes por algunos segundos, uno incluso le cayó de lleno a Afarax en el rostro, pero no le tomó más que un par de segundos en recuperarse y curarse. No pasó mucho tiempo para que la camarera bajara la guardia y Afarax le diera en la mejilla izquierda tan fuerte que se desplomó en el mismo lugar. Estaba a punto de ver si su enemiga reaccionaría hasta que escuchó a Etzem en su cabeza.
«Ayuda a tus amigos» le dijo.
Afarax vio que Sandri y Kzer no llevaban bien la pelea contra la otra pareja. Kzer tenía un moretón en la cara y seguía intentando defenderse como podía. Afarax llegó allí en un salto, su teletransportación sorprendió a sus enemigos tanto que bajaron la guardia y fue suficiente para que Afarax agarrara al hombre por el cuello para incapacitarlo y lo dejara fuera de combate. Sandri encajó un puñetazo en la sien de la mujer, otra en el pecho y al fin esta cayó quedando medio consciente y murmurando en el suelo. Luego de eso Afarax se dirigió con prisa hasta donde estaba Aurie tumbada en el suelo. Cuando se acercó a ella vio que intentaba abrir los ojos. La tomó del brazo y la llamó con su mente. Ella abrió los ojos y se incorporó con rapidez.
- Tranquila.- dijo él- hemos ganado la primera batalla. ¿Estás bien?
- Estoy bien. Dioses, como es posible que los dejé solos. Te han dado golpes muy fuertes. No debería haber sido tan precipitada.- sonaba casi arrepentida. Afarax temía que se derrumbase y se echase a llorar pero eso no ocurrió.- Te prometo que no volverá a pasar.
Él la abrazó y luego la ayudó a levantarse. Kzer y Sandri se acercaron hasta ellos.
- Llegaron demasiado rápido. No pude usar mis bombas de pintura.- a pesar de haber recibido un golpe fuerte, Kzer estaba decepcionado por no haber tenido la distancia para usar sus armas.- Pero creo que tenemos algo más grande de lo que preocuparnos.
- Exacto. Saben, esa explosión vino de abajo.- agregó Sandri.- Escuché eso una vez, cuando dirigimos un ataque hacia una fábrica de naves. Uno de los motores ha explotado, lo que significa que nadie saldrá de aquí hasta que lo reparemos.
- ¿Me dices eso en serio? Mira que acaban de darme una paliza y si no fuera por mi regeneración estaría tirado en el suelo.
Aurie se dirigió la otra chica al escuchar sus ideas.
- ¿Entonces no podremos salir de aquí hasta que lo reparen? Podría tardar días y tiempo no es algo que precisamente nos sobre. No contamos con el capitán, pero pensé que el segundo al mando hubiera hecho algo más para cuidar el estado de la nave o poner más seguridad...
- Ya no podemos hacer nada.- la interrumpió Afarax.- mira a estas personas. Ahora están en todos lados, si queremos salir tendremos que poner en marcha las cosas por nuestra cuenta. Y yo puedo hacerlo.
En ese momento la camarera se incorporó. Afarax se volteó y la observó con calma mientras agarraba un florero de una mesa cercana y la rompía quedando con la mitad de un florero roto y afilado.
- Vamos, muéstrame de qué estás hecho.- dijo esta.
Afarax se adelantó mientras sus amigos se quedaron detrás. Levantó las manos.
- No luches. Te doy la oportunidad de irte. Que quede como una advertencia para el cobarde de tu maestro.
- ¿Me tienes miedo?
Afarax negó con la cabeza. No iba razonar con eso así que se preparó y levantó los puños. La camarera vino corriendo hacia él y le intentó cortar con movimiento rápidos del cristal, pero él se hizo a un lado cada vez que ella tomaba velocidad hasta que al final cuando ya hubo robado la suficiente energía de ella la inmovilizó. Allí, antes que pudiera hacer algo más le puso las manos en el cuello y extrajo al hermano de Etzem tras acercar su rostro al de la camarera. El brillo se intensificó durante varios segundos y los demás tuvieron que cubrirse los ojos. Cuando terminó, la mujer yacía en el suelo, aunque por el movimiento de su pecho se podía deducir que seguía viva.
- Voy por los otros- dijo Afarax dirigiéndose a la otra pareja que yacía inconsciente. Repitió el proceso dos veces y extrajo al intruso de cada cuerpo hasta dejar solo la consciencia de las personas. Tras extraer segundo y último sintió repentinamente que el poder aumentaba en su interior, como una oleada de lava ardiente circulando por sus venas. Sus ojos se iluminaron tanto como dos faros que tuvo que cubrirlos para recuperar su forma normal, aunque sentía algo diferente, como Etzem pudo confirmar.
«Tenemos más energía. Interesante, mi estimado. Acabo de desbloquear otro poder en tu mente. Úsalo bien.» dijo en forma de susurro.
Él lo entendió bien. Se imaginó corriendo hacia la puerta y saliendo mientras se deslizaba, para luego canalizar esos pensamiento y crear una ilusión de él, completamente turquesa, que se desprendió de su cuerpo e hizo los movimientos que había pensado para desvanecerse al realizar la última acción.
- Mola- se aclaró la garganta.- Es decir, tenemos que darnos prisa. Tienen que ir equiparse y luego nos veremos para tomar el control.
Sus compañeros lo miraba con una mezcla de sorpresa y admiración.
- Oye, como no me tocaron esos poderes a mí.- dijo Kzer.
Sandri le agarro el rostro con ambas manos y observó con preocupación el la parte lastimada.
- Olvídalo. Afarax tiene razón. Tenemos que ir a equiparnos y luego tenemos que buscar la forma de tomar el control de la situación. Por mi parte debo de encontrar a mi tío, espero que se encuentre en un área segura. Aurie, espero que tú sepas orientarte mejor que yo en la oscuridad.
Ella hizo un gesto para que Kzer se acercara. Puso su mano a unos centímetros del rostro del joven y lo curo. Luego sonrió .
- Estaremos bien. Después acordamos dónde reunirnos. Además.- Agarró el cuchillo que estaba en el suelo.- No estamos desarmados. No del todo
- Te lo agradezco.- dijo suspirando Sandri.- Por ahora yo sí que estoy desarmada. Dispararles con plasma no sirve de nada.
Afarax sabía que no había tiempo que desperdiciar. Algunas explosiones se escuchaban a lo lejos. Las calles estaba oscuras y se oían disparos que iban y venían a la derecha.
- ¿Y que harás tú? - preguntó Aurie mirándolo a los ojos.
- Tal vez ganar más energía. Etzem me pide más, pero trataré de controlarlo, y de paso poner un poco de orden mientras ustedes se equipan.
Ambos guardaron silencio por un momento. Los recuerdos de misiones anteriores afloraron por unos momentos y en serio que habían muchas posibilidades de que no volvieran a verse cara a cara. Afarax, sin embargo, intentó mostrarse lo más positivo que pudo y sonrió para animar a su novia. Ella lo entendió y pareció relajarse un poco, lo suficiente para respirar más tranquila.
- Oye- dijo ella y se acercó- Ten mucho cuidado. Diga lo que diga Etzem tú no eres inmortal, ni mucho menos él. Ya has visto de lo que son capaces.
Afarax asintió. Luego se acercó hasta ella, la rodeó por la cintura y la besó en los labios durante varios segundos. Podía permitirse despedirse de ella porque sinceramente no tenía un plan y sabía que las cosas se pondrían difíciles.
- Nos vemos luego- dijo Aurie cuando se separaron.- ¡Vamos!
Los 3 fueron a buscar una salida trasera para evitar posibles conflictos mientras estaban desarmados. Por otra parte, Afarax saldría por la puerta principal. Estaba seguro que lo estaban esperando.
.
.
.
Había sido inteligente usar la ilusión. Antes de salir envío su copia mucho más lejos que la primera vez. A diferencia de hace media hora, cuando todas la luces estaban encendidas, ahora la visibilidad era casi nula y su copia era como una faro andante, iluminando todo a su alrededor mientras avanzaba. Cuando llegó al otro extremo alguien lanzó objetos pesados desde la parte superior, no lograron dañar a la ilusión pues está desapareció pero dejó al descubierto que había alguien vigilando la parte superior.
«Creo que hay dos amigos esperando arriba. Y otros más en algún lugar. Por ahora, ningún Ascendido»
- ¿Qué quieres decir con que no hay ningún Ascendido?
«Un Ascendido es un enviado especial, y más vale que no aparezca uno hasta que hayamos tomado el control del sector donde fue la explosión. »
Afarax lo entendió. No hizo más preguntas y decidió que era hora de salir a enfrentar a los que obstaculizaban su camino.
- Casi lo olvido.- se dijo a sí mismo. Cerró los ojos y canalizó las energías que había en su interior y llamó un objeto que necesitaba antes de salir. Una pieza de metal de color negro en forma de cubo se teletransportó a su mano y de esta se extendió la armadura a todo su cuerpo. Cuando el casco cubrió su rostro el panorama se hizo más claro al contar con visión nocturna y la computadora le indicó que el sistema estaba en línea, no estaba herido y que no había comunicación por hallarse en un área con mucha interferencia.
- Genial.- dijo Afarax. Por su parte el real fantasma estaba más atento a su Aura de decadencia para sentir a los enemigos llegar antes de que aparecieran. Afarax desenvainó la espada. Esta, ligera y bien equilibrada, era un arma letal en manos de un buen espadachín como él.
Con las armas listas y Etzem vigilando los alrededores corrió hacia la salida principal. Cuando cruzó las puertas varios hombres con los ojos brillantes salieron de sus escondites y lo rodearon sin dejarle una vía de escape. Algunos incluso cayeron de un piso superior para plantarse cara a cara contra él. Afarax evaluó rápidamente a sus enemigos: eran 10 y estaba armados con armas tan desiguales que iban desde navajas y sacacorchos hasta un mazo de metal con brillantes líneas. Priorizó a los que tenían malas armas, dio una patada a uno que se intentaba acercarse por el flanco izquierdo, Etzem paralizó a dos y Afarax se encargó de acabarlos. Con 8 aún en condiciones para pelear se teletransportó entre ellos e hizo girar la espada a su alrededor hiriendo de gravedad a 3 y haciendo retroceder a los demás. Etzem poseyó temporalmente al tipo del mazo e hizo que golpeara con todas sus fuerzas a su compañero rompiéndole la nariz y derribándolo. Afarax aprovechó la distracción, dio un mandoble y rompió la defensa de los demás acabando con el tipo del sacacorchos y acertando en el cuello de un segundo atacante que se abalanzó contra él y que cayó al suelo en medio de un charco de sangre.
Los últimos intentaron un ataque desesperado, pero el joven bloqueó los pocos ataques que le dieron con su antebrazo obligándolos a retroceder gracias a su mejora y usó sus poderes para hacer que el tipo del mazo derribara a sus compañeros y solo se acercó para darles el golpe de gracia. Para ser un primer combate había ido muy bien, y ni siquiera estaba agotado.
«¿Te gusta lucirte, verdad?» dijo Etzem en su mente.
- Para nada.- respondió el joven.- Tenías razón cuando dijiste que no puedo salvarlos a todos.
«Cierto. Los sacrificios son necesarios, así como saber cuando es hora de dejar ir.»
-¿Qué?
«Nada. No te distraigas. Ahora escucha: ustedes suelen marcar una ruta para seguir el camino que deben de recorrer. Yo no te obligaré a ir a ningún sitio primero, pero debemos de acabar con Legión al final, justo cuando se quede solo. Teniendo en cuenta eso deberías marcar una ruta, ¿a donde quieres ir?»
Etzem proyectó una la nave en la que estaban a una pequeña escala frente a él. Señaló con una luz más fuerte el puente de mando, la cubierta de la tripulación, el sistema hidropónico, la cubierta médica, otra área que cumplía la función de cubierta de extracción improvisada y el compartimiento de carga. Ellos se encontraban en el centro de todos aquellos lugares.
-Yo... No sé dónde por empezar. Parece que tú has estudiado mejor qué hacer.
«Elegí un portador en esta nave porque es la que conozco mejor y sé dónde se centrarán mis hermanos. Como dije, no puedo obligarte a empezar en un lugar, pero podemos echar una mano a tus compañeros antes que no quede nada de ellos.»
Antes de que pudiera responder otra explosión lo hizo cubrirse tras unos contenedores. Vio a algunos soldados avanzando al final de la avenida mientras disparan a objetivos que quedaban fuera del alcance.
- Primero hay que ocuparnos de esto. Cúbreme las espaldas, Etzem.
«Estoy en eso. Prometo no apuñalarte.»
El mencionando asintió. Corrió hasta el final de la calle y se encontró en el medio de un enfrentamiento mayor: Muchos soldados del rango más bajo iluminaban la calle con sus disparos, otros tantos yacían mutilados y agonizantes en el suelo. Los soldados se estaban replegando al ver que los disparos no dañaban a las personas corrompidas, mientras que unos cuantos, quizá más inteligentes, se enfrentaban con espadas y dagas o incluso cuerpo a cuerpo tan solo usando los puños metálicos de sus trajes. Dos soldados del bando bueno vieron a Afarax y se acercaron con sus espadas tratando de rodearlo, pero él solo levantó el brazo y los hizo tropezar para luego inmovilizarlos con sus poderes. No dañaría a nadie que estuviera de su lado, tenía que ganar su confianza y no lo conseguiría si los lastimaba.
- ¡Retrocedan! - gritó el líder - ¡Hay que evitar que lleguen a las áreas residenciales!
- Benditas áreas residenciales - Afarax sonrió para sí mismo mientras noqueaba a otro civil corrupto- Están cuidando a ciudadanos de la nobleza. ¿Debería respirar más tranquilo?
De a poco los soldados se dieron cuenta de su presencia. En primer lugar, ya se había bajado a 8 civiles corruptos y había hecho retroceder a los otros mediante una barrera de energía tenue. De igual forma, había puesto a salvo a 2 soldados heridos, que no habían sabido responder ante tal muestra de preocupación por parte de alguien que claramente también estaba corrompido. Finalmente, los atacantes decidieron buscar otro camino y se retiraron entre gritos y sonidos ininteligibles. Algunos hombres se pusieron a atender a los heridos mientras otros seguían en guardia.
- ¡Tú! -exclamó el líder de ese escuadrón - Impresionante trabajo. Ahora identifícate.
Afarax presionó un botón cerca a su cuello y el casco se retiró. Era imposible ocultar sus brillantes ojos celestes y parecer amistoso, pero lo intentó. Levantó las manos y se mostró desarmados al tiempo que todos los soldados tenían sus miras láser puestas en su cabeza.
- Eh... Señor, con todo respeto, creo que puede ordenar a sus hombres que bajen las armas, con más razón si es que disparan plasma. No les haré daño, no soy como los demás.- para demostrarlo se concentró en sus ojos y logró disminuir el brillo hasta desvanecerlo por completo. El líder alzó las cejas asombrado.
- Es verdad, pero no puedo confiarme por unas simples palabras.- respondió con un tono duro.
- Puede fiarse por mis acciones. Estos de aquí - señaló con la vista a los cadáveres - Estos jamás serían capaces de entablar una comunicación cara a cara con personas civilizadas. Pueden confiar en mí. Tengo que ir por el que está detrás de todo esto y es la primera vez que lo siento cerca en días.
Afarax se sorprendió por sus últimas palabras. ¿Legión había vuelto a la nave? ¿Cuándo? No tenía la menor idea. La frase salió de su boca sin pensarlo. El líder no parecía del todo satisfecho por la explicación, aunque al menos ordenó bajar las armas.
- Tenemos que darnos prisa. Buscarán otra forma de llegar a más personas inocentes, pero antes dime, ¿qué son esas cosas? ¿Y cómo obtuviste el control sobre una?
El aludido respondió todo lo que sabía de la forma más resumida posible. Obvió partes como el hecho de que tenía regeneración acelerada y que podía percibir el estado de ánimo de las personas. Pequeños detalles sin importancia.
- Lo que dices es interesante y grave al mismo tiempo.- dijo al final el líder.- Pero si eres el único que puede vencer a ese tal Legión y separarlo de nuestro capitán, adelante. Mis hombres están peinando el área de la explosión y me informarán todo lo que encuentren. Por ahora las bajas son... ejem, una cosa que no puedo asegurar.
- Vale.
El joven iba ir en la dirección de dónde venía el grupo, aunque el capitán lo detuvo del hombro.
- ¿Cómo te llamas?
Afarax frunció el ceño. Estaba a punto de responderle su nombre y apellido cuando recordó la revelación del capitán. Al hacerlo, una parte en su interior se quebró. Le pareció que Etzem estaba jugando con sus memorias otra vez.
- Me llamo Afarax.- respondió.- Mi apellido no importa, hace poco descubrí que mi vida estuvo planificada para la guerra antes de que naciera y jamás conocí a mis padres por culpa de eso... Si se refieren a mí como El Fantasma estaría bien.
- Bien Afarax. Si tienes un plan...
- Lo tengo- interrumpió Afarax.- Pero voy solo. Ahora, con su permiso, paso a retirarme.
Se despidió y echó a correr hacia el lado opuesto. Lo del plan era completamente falso, no sabía que hacer aparte de matar a todos los hombres corrompidos con los que se encontrara. No había nada. Excepto Etzem.
Después de todo, Etzem era el ser más inteligente en un radio de 10 km, ¿cierto?
__________________
Hola de nuevo!
Estuve algo ocupado haciendo una línea de tiempo. No fue tan difícil haha
En fin, procedo a retirarme :y
15/10/22
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top