1. Rumbos divergentes
(Nota: me parece esto servirá a modo de contexto, así será más fácil ubicarse en este universo).
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BIENVENIDO
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Identificación general:
Sujeto:
Afarax Lux de Lumicet
Lugar de origen:
Lumicet - ciudad ubicada en el planeta Zórax.
Especie:
Humanos #4
Edad:
25 años (Años en Zórax)
Ocupaciones:
Soldado- Ingeniero espacial - ¿********************?
Afiliado a las fuerzas armadas de Zórax
Mercenario (?)
Estado actual: -----
Ubicación actual: ------
Se solicita identificación para acceder a la información completa.
[...]
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La caída de Zórax marcó un antes y después en la vida de todos.
Zórax era un planeta ubicado en algún punto del espacio. Habitado por la 4ta humanidad, tenían unos rasgos físicos que los diferenciaban de los humanos de la Tierra: sus estatura tendía a ser de 2 metros en promedio, el color de su piel podía variar ligeramente dependiendo de dónde que zona era cada ciudadano y además poseían gran inteligencia, comparable solo con otras razas muy desarrolladas, aunque a pesar de esto muy pocos lograban desarrollar la telepatía.
Este planeta planeta, en tamaño un 50% más grande que la Tierra y además contaba con 2 lunas , poseía un gobierno central, en otras palabras, tenían un rey que los gobernaba a todos. El rey pertenecía a la familia Sarkos, cuyo antepasado más lejano conocido era aquel que unificó al planeta muchos siglos atrás. Este hecho marcó el avance en todos los aspectos de los países unidos, tanto que les fue posible comerciar con otros planetas y luego abrir sus puertas ante el universo.
Por otro lado, su tecnología tan avanzada les permitía hacer largos viajes en el espacio, descubrir lugares a los cuales nadie llegó y crear campos de fuerza alrededor de sus ciudades para mayor protección de estas. El planeta desde el exterior era en sí una muestra de su avance: rodeado por 3 anillos de defensa compuesta en su mayoría por material metálico parecido a cadenas creaban una barrera que se decía era infranqueable a la par de intimidante para otras razas. La vida en tierra transcurría sin mayores inconvenientes, la mayoría de las personas trabajaban y era un reino próspero y feliz sin nada que reclamarle a su rey.
Un reino de oro, con un ejército a tener que, sin embargo, era muy poco usado: tan solo para brindar seguridad a los cruceros importantes y calmar alguna ocasional revuelta en zonas alejadas de Eferos, capital del planeta.
Pero como suele pasar, el espacio siempre tiene algo desagradable que mostrar: se esparció el rumor de que un imperio "poderoso" se estaba expandiendo e inevitablemente llegaría hasta el sistema solar de Zórax , el cual compartían con otra raza llamada Cancernia. Dadas las circunstancias ambas razas decidieron unir fuerzas a la llegada del imperio llamado "Imperio de Kadric".
Los años pasaron y desde luego afectaron la vida cotidiana de los habitantes nativos: más soldados muertos, más familias esperando no recibir la noticia de la muerte de sus hijos o hermanos y el rey tratando de tranquilizar a todos eran algunas cosas que pasaban,¿pero como mantener la calma? Ya habían pasado 5 años y la guerra en el espacio se había trasladado a tierra, cada vez más cerca de la capital luego que los alguna vez considerados infranqueables anillos de defensa cayeran irremediablemente.
"Lucharemos hasta el final" fueron las palabras del rey Drev Sarkos al informar sobre otra derrota al sur de Eferos, en este caso la batalla había tomado lugar en un desierto y por las condiciones los robots de Kadric vencieron. ¿Robots? En efecto, Kadric era un imperio de robots, droides e inteligencia artificial con la ambición de expandirse hasta los límites del universo, y tenían una eternidad para alcanzarlo. Sus soldados, incansables artefactos hechos de aleación de metales, eran los más efectivos por decirlo así. Ni una derrota conocida, o quizás solo ocultaban esa información para intimidar más.
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Afárax Lux de Lumicet vivía precisamente en su ciudad natal, Lumicet, al sur de Eferos. No vivió una infancia idílica como la mayoría, ya que no tuvo padres, por muy extraño que suene desde que tuvo memoria su vida fue caminar por los pasillos del orfanato donde vivía muchos niños más como él. Con el tiempo los recuerdos casi han desaparecido por completo pero si puede rescatar algo de esos días, por ejemplo aquella voz que guio sus primeros pasos.
"Lo estás haciendo muy bien pequeño, si continuas así tu caligrafía será una obra de arte" era la voz de su maestra dándole la iniciativa
Quizás no era del todo serio, solo para animarlo pero al día de hoy aún se sentía orgulloso de su letra que , ciertamente, era superior a la de sus amigos.
Cuando se hizo mayor no era alguien de hablar mucho, solo alguien que guardaba mucho para sí mismo y al parecer distante que ocultaba su verdadera personalidad, la de alguien dispuesto a ayudar y darlo todo por aquellas personas en quienes confiaban. No pasaría mucho tiempo para que conociera a sus mejores amigos.
Casi no recuerda la forma en que los conoció a ambos,¿En mismo lugar tal vez? ¿ En sus caminatas diarias que solía dar por el centro de Lumicet? Sus recuerdos son opacados por las preocupaciones que saltaron sobre su mente por la guerra que se desató. Antes las cosas eran más fáciles, se dijo a sí mismo.
Había cumplido los 25 hace un par de meses y las preocupaciones estaban a la orden del día, tenía 19 cuando la pesadilla comenzó, cuando lo que más deseaba era oir una victoria por parte del ejército zoriano.
Aunque a decir verdad, eso era más raro que un eclipse solar.
Aún recordaba las conversaciones por medio de las redes que tenía con sus amigos con la esperanza de liberar la mente de las preocupaciones. O de jugar algún videojuego para desquitarse completamente de la vida real , no por cualquier cosa era el mejor jugador entre sus amigos.
Un día como cualquier otro se esparció una noticia: el imperio de Kadric había rodeado al planeta con 4 destructores , naves provistas de armas de gran capacidad destructiva. ¿El objetivo? Destruir el planeta Zorax y reducirlo a cenizas.
Pronto el rey trataría de tranquilizar a la población al anunciar la noticia de que refuerzos provenientes del planeta Cancernia se encargarían de alejar a los destructores. Una vez estos se alejaran tendrían tiempo de preparar una defensa improvisada o lo primero que se les ocurriera. Cualquier cosa valía , cualquier idea era aceptada en este momento y el rey sabía perfectamente que se le ocurriría algo.
Pero poco después cambió de opinión e instó a la población a abordar las gigantescas naves de carga , naves de guerra y todos los tipos que estaban disponibles alrededor del planeta. En caso perdieran la batalla, la prioridad era salvar la mayor cantidad de población. En última instancia, abandonar el planeta.
Fue un caos increíble, nunca había ocurrido un evento como este. Nunca volvería a ocurrir.
Afarax y Kzer, su viejo amigo, fueron llamados a abordar la nave L400, la más grande del imperio pero no por ello la más armada. No era necesariamente una nave de guerra, sino un crucero destinado a llevar pasajeros de clase media y alta, y esta vez, a llevar personas comunes y corrientes. Ambos trataron de ponerse en contacto con Sandri, la tercera del grupo, pero la saturación de comunicaciones hizo imposible hablar con ella y todo lo que podían esperar era que ella se hubiese puesto a salvo en alguna de las naves que partirían hacia un lugar seguro.
Afarax abordó la nave en la ciudad de Eferos, la capital, luego de un penoso viaje de 12 horas por tierra. El viaje más largo de su vida, pensaba.
Poco queda por agregar, los soldados de Zórax perdieron la batalla en el espacio y no quedó de otra que abandonar el hogar , si tenían alguna posibilidad de asentarse en otro lugar tenían que hacerlo ya. Partieron así como pudieron sin tener el deseo de estar presentes cuando su planeta fuera destruido.
Diversos grupos de naves abandonaron el planeta en diferentes direcciones pero con la idea de encontrarse más adelante, idea acertada porque después de todo las zonas cercanas al planeta se hallaban plagadas de los robots del imperio y sería una muerte asegurada si todos salían juntos.
L400 partió con rumbo contrario a las naves que transportaban al rey , es decir , el grupo más protegido. El grupo de L400 constaba de 15 naves de guerra muy bien equipadas con cientos de cazas en sus hangares laterales y 23 naves de "pasajeros"( supervivientes ) .
Nadie lo imaginaba, pero la pesadilla estabas lejos de terminar.
El grupo en el que viajaba Afárax estaba dirigido por el capitán Kazt, la confianza en el legendario capitán, sin exagerar, estaba acertada. Al descubrir que los enemigos localizaron al grupo apenas salió del planeta, Kazt tomó la rápida decisión de separarse de la ruta principal y evitar más bajas. Con un poco de suerte las naves no fueron alcanzadas por disparos en la persecución y al acelerar a velocidad de espacio los perdieron fácilmente. Kazt no era ingenuo, sabía que el poder de sus enemigos se extendía incluso hasta los límites del universo conocido así que, tras varios días de incertidumbre, decidió buscar una planeta deshabitado o una luna para aterrizar a todo el grupo y evaluar el siguiente paso a dar. Era sensato, lo mejor que tenía en mente.
Los hechos dignos de ser narrados comienzan a partir de este punto, 30 días antes del caos o mejor dicho, hasta el punto crítico.
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(30)
"Es hora de despertar"
En el espacio es imposible saber el tiempo, de no ser por los relojes se perdería la noción del tiempo en un abrir y cerrar de ojos. Y según el reloj de los supervivientes, debían de ser las 7:30 de la mañana.
Poco a poco la vida iba volviendo a L400, algunos niños comenzaban a corretear por los pasillos de 4 metros de ancho al tiempo que algunos viajeros caminaban con el objetivo de explorar el lugar. Para muchos, lo mejor que pudieron sacar de todo esto fue el abordaje a esta monumental nave que nunca se cansaba de mostrarles algo nuevo: las salas de entrenamiento, las piscinas, los invernaderos, el sistema de escudos que podía ser observado a través de una vitrina y en general encontrarse con el capitán por un pasillo era algo que desviaba la atención de las personas, preferían no recordar que hace un par de días su planeta natal había quedado inhabitable.
Afárax tenía un amplio cuarto con todas las comodidades que requería en el tercer piso de la naves, en la zona sur a corta distancia de los propulsores principales.
Se levantó temprano como ya se empezaba a hacer costumbre aunque sin ningún preocupación real, ese día no sería llamado para realizar su trabajo y pensaba hacer una "expedición" a la antigua con Kzer para conocer cada lugar de la nave, le agradaría más que nada descender a los pisos inferiores de los cuales desconocía que funciones se cumplían.
"Aunque eso requerirá un nivel más alto de seguridad" se dijo a sí mismo , mientras se miraba al espejo. También le hacía falta afeitarse en su opinión, pero cambiar de look no estaría mal después de todo.
Se puso sus ropas clásicas: un polo blanco de mangas largas bordeado con patrones celestes, pantalones con el mismo color y diseño, que complementó con una sudadera de color celeste. Observó su armadura puesta detrás de una vitrina, una sonrisa curvó sus labios: está vez no tendría que usar eso, podía hacerlo más le parecía innecesario.
Tenía todo listo cuando de pronto escuchó fuerte y clara la voz del capitán Kazt que a través del audio envío un mensaje a toda la nave:
"Tengan ustedes muy buenos días mis estimados ciudadanos. Espero que todos se encuentren cómodos en sus habitaciones y sin el deseo de prolongar este mensaje haré el llamado a toda la tripulación esencial para que se presenten tan pronto como sea posible en el puente de mando de L400. Esto forma parte un asunto más delicado que habrá que tratarse antes de informar a los demás. El tema se informará con más precisión cuando se halla resuelto, hasta entonces, es todo por mi parte."
Así concluyó el capitán su mensaje y para asegurarse de que sea escuchado por todos lo repitió tres veces.
"Que pesado eres" se dijo a sí mismo Afárax, se podía ir olvidando de sus planes para explorar la nave, el deber llamaba.
A decir verdad no hacía falta más preparativos para ponerse en marcha hacia el puente de mando, agarró su placa de identificación y miró su armadura, después de todo si se la pondría.
Se acercó, abrió la vitrina con su voz y luego...
"Ven" dijo con una voz firme poniendo su mano en el pecho de ese trozo inerte de metal. Al momento, este comenzó a perder su forma definida y en cuestión de segundos envolvió el cuerpo de su portador. Estaba listo, Afárax ya con la armadura puesta solo requería su casco pero decidió que esta vez no lo necesitaba.
Lo dejó sobre la mesa al lado de su cama y con todo listo procedió a abandonar su habitación.
"Vaya forma de comenzar el día" se dijo. Suspiró y se preparó para salir.
Salió sin poder evitar bostezar por lo aburrido que serían las próximas horas , las reuniones no eran sus lugares preferidos al parecer.
Observó con detenimiento ambos lados de los pasillos metálicos desde el suelo hasta el techo, nada que llamará su atención cuando de pronto una pequeña esfera de pintura pasó a nada de su rostro y se estrelló en la pared a su derecha.
- ¿Qué pasa, amigo? Otros días te he notado con más energías.
El que así hablaba era Kzer, su mejor amigo y probablemente la persona en la que más confiaba, a la par de ser quien animaba el ambiente y siempre tendría algo que contarle. Cómo esto, las bolas de pintura.
- ¿Buenos días? ¿Es que acaso no te enseñaron a saludar?- dijo Afarax con una molestia un tanto fingida - Vaya, me gustaba este pasillo cuando no estaba manchado de azul. Te toca limpiarlo.
Kzer sonrió haciendo más notorios los tatuajes que poseía en la cara. Estos, que eran realizados a los más jóvenes, servían para identificar a quienes formaban parte de las fuerzas armadas. Constaban de dos líneas verticales que partían debajo de cada ojo, se doblaban a la altura de la mejilla y terminaban cerca a la oreja. Afárax y Kzer lejos de estar inconformes con estos, se sentían a gusto. Era la forma en que marcaban el servicio a su planeta de por vida.
-Oh vamos viejo, buenos días y todo bla bla bla - dijo Kzer continuando la conversación - Está bien, supongo que aún estamos a tiempo de llegar a la reunión.
- Por supuesto. Vamos
Se pusieron en marcha hacia el puente de mando de la nave, a un par de kilómetros a pie pero obviamente habían formas rápidas de transportarse dentro de la nave.
En un par de minutos tras haber avanzado por el pasillo derecho llegaron hasta el extremo sudeste de la nave. Este espacio era ligeramente más amplio debido a que en ella se encontraban los transportadores. Estos tenían la forma de un ascensor de base circular que , puestos en filas de a 7 , permitían la movilidad rápida dentro de la estructura metálica.
Cuando los dos llegaron hasta los transportadores se sorprendieron al ver la cantidad de civiles entre mujeres con niños en brazos, ancianos y adolescentes que se hallaban en la zona. Era casi como un mercado en plena efervescencia.
Pero claro, un mercado en un pasillo. Menudo desorden.
- ¿Llegamos tarde? - se preguntó Kzer - ¿O es que hay algo más que sea importante?
- Ignóralos, tenemos una reunión pendiente a la que llegar. - replicó Afárax.
Kzer avanzó disculpándose de apartar a las personas mientras Afárax hizo lo mismo hasta que algo distrajo su atención, más precisamente alguien. A varios metros de él y muy concentrada viendo un holograma en su brazo se hallaba una joven de cabellos castaños recogidos en una coleta y con los inconfundibles tatuajes en la cara ...
No puede ser" murmuró y se apartó de su camino empujando a las personas que transitaban hasta alcanzar a la chica.
- Sandri , ¿eres tú?
La chica sorprendida levantó la vista y efectivamente era ella. Un segundo ella lo abrazó con fuerza, mientras su amigo lo correspondió con mucha emoción.
- ¡Gracias a los dioses! - exclamó Sandri - ¡Estás vivo y en una pieza al parecer!
Su risa resonó en sus oídos como las aguas tranquilas de un arroyo.
- Definitivamente, eras más bien tú la que me preocupabas, perdí todo contacto por mala suerte mía - respondió Afárax apenado
- Espera, ¿viene contigo quien creo que es?
Sandri no pudo acabar su frase pues Kzer, que estaba buscando donde se había metido su amigo, la reconoció no sin gran sorpresa de su parte. Ellos también se abrazaron con emoción antes de intercambiar palabras.
- El tiempo lejos de ti es una agonía - mencionó Kzer desde lo más profundo de su corazón -.me alegra haberte encontrado sana y salva, amiga mía.
- Y manchado de pintura como siempre - replicó Sandri, que medía un par de centímetros menos - lo que me indica que todo está en orden. Me gusta.
Ninguno de los tres reparó en la obstrucción al camino que estaba representando su pequeño reencuentro y nadie se molestó en advertirles.¿ Por qué lo harían? Estos reencuentros habían ocurrido a lo largo y ancho de varias naves, siempre era reconfortante saber que un amigo o familiar había logrado salir de Zórax.
La conversación, que apenas comenzaba, se hubiera prolongado si los dos no tuvieran la necesidad de llegar al puente de mando de la nave. Se disculparon no poder quedarse más tiempo y Afárax tuvo la oportunidad de preguntarle si ella no asistiría.
- Oh claro que no, tengo trabajo con los escudos de la nave que son más importantes de momento. En todo caso, ¡nos veremos luego chicos! ¡Y suerte con la reunión!- se expresó con gran alegría.
Después de despedirla, entraron a uno de los transportadores. Afárax sacó entonces su placa de identificación , que tenía la apariencia de una medalla dorada casi del tamaño de la palma. Esto fue escaneado por el sistema, poco después retiró la placa de la ranura y el transportador hizo su trabajo.
Fueron teletransportados hasta una zona prácticamente al lado del puente de mando dónde, a ambos lados del pasillo, habían innumerables transportadores. Las puertas estaban a un par de pasos.
- Antes de entrar, me parece que llegamos tarde - mencionó Kzer
- Silencio, si nos preguntan por la tardanza nos retrasamos con las personas que estaban cerca al transportador - afirmó Afárax muy convencido de su excusa. Solía ser bueno en estas cosas.
- Eso ni siquiera me convencería a mí, es lo más absurdo que...
- ¡Ya! No perdamos más tiempo - concluyó Afárax sin intenciones de alargar la conversación.
Puede que la nueva información que tenía preparado el capitán Kazt cambiará más el rumbo de los acontecimientos...
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Salu2!
Un capítulo que iré corrigiendo de a poco. Hasta luego!
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