17. Evelyn


Le estoy platicando a Alicia que el día anterior quise hacer ejercicio y no aguanté ni quince minutos, cuando noto que Esteban entra al salón. Alzo una ceja al notar que lleva consigo un oso de felpa y una caja de chocolates. Me asombro más al ver que tira al peluche a la basura. Hey, hey, no sé qué ha pasado, pero el pobre osito no tiene la culpa... lo malo es que ya lo tiró y no voy a recogerlo. Está a punto de tirar los chocolates, pero la voz de Omar interrumpe su acción.

—Hey, Esteban, ¿te los regalaron? —Señala la caja de bombones rellenos.

—No.

—Ah, ¿los vas a regalar?

—No.

—¿Entonces me los puedes regalar a mí?

—Pues... sí.

—¿No están caducos o tienen veneno?

—No —ríe un poco y le extiende la caja.

—¿Y por qué los ibas a tirar?

—Larga historia. —Niega con la cabeza.

Omar la abre la caja y empieza a comer los chocolates, y Ezequiel no duda en acercarse para tomar algunos. Alicia, que también se da cuenta de todo, voltea a verme con una expresión llena de curiosidad. No le he contado nada ni pienso hacerlo, no me corresponde.

No podemos hablar bien porque el profesor llega pronto, pero en el receso lo confronto. Cuando suena el timbre, mis amigos van hacia la cafetería. Les digo que tengo que acomodar unas cosas y antes de que Esteban vaya con ellos, lo detengo.

—Esteban, tú quédate, necesito que me ayudes con algo.

—Está bien —dice, quedándose junto a mí.

Cuando todos nuestros compañeros salen, formulo mi pregunta.

—¿Qué pasó? —Él niega con la cabeza—. Vamos, dime.

—Me quedé pensando en lo que me dijiste ayer, de que mi relación con Helena es tóxica, así que pensé que si me mostraba como un novio cariñoso, todo iba a cambiar y no iba a negar lo nuestro, pero salió todo mal.

—Okey, esto es raro, me pediste no decir nada pero tú fuiste a querer darle un regalo frente a todos.

—¡Sólo quería que las cosas cambiaran entre nosotros! —Exclama—. Ya sabes, tener un noviazgo normal.

—Helena no es normal —comento—. Si quieres una relación normal, consigue una chica normal.

Esteban sólo suspira.

—¿Podemos hablar de otra cosa?

—Ven, vamos a la cafetería, todo se soluciona con comida, ¿sabes?

—No sabía —ríe un poco.

—Sí, es verdad.

Nos dirigimos hacia el comedor y vamos con nuestros amigos. Empezamos a almorzar cuando una chica rubia de anteojos se acerca a nosotros y nos sonríe.

—Hola...

—Hola —saludamos de regreso Alicia y yo. Los chicos sólo la ven con atención.

—Soy Pamela. —Se presenta. En seguida se dirige a mí—. Tú eres hermana de Vanesa, ¿verdad?

—Sí, ¿vas en su salón? —La he visto antes pero no estoy segura si va con mi hermana o no.

—Oh, sí, es muy linda —sonríe. Luego se dirige a Esteban—. Tú eres hijo del señor Lortia, ¿verdad?

—Sí.

—Hace tiempo tu padre invirtió en el negocio de mi tío —le comenta. Por lo poco que me ha comentado Esteban sé que su papá, además de tener su propia compañía, busca invertir en negocios más pequeños que piensa que tendrán éxito. Es un gran empresario.

—Oh, eso es genial.

—Sí... ¿Me puedo sentar con ustedes? —Pregunta, ya que ninguno tuvo la decencia de invitarla.

—Claro —respondo por todos. Generalmente no me gusta tener gente extraña cerca de mí pero por alguna razón ella me da confianza.

Pamela es una chica amiguera, a todos nos agrada. Comenzamos a charlar y se une a la conversación sin ningún inconveniente. En un momento, empieza a hacerle plática a Esteban, que centra su atención en ella y le sigue el hilo de la charla. Como cada receso, se me ocurre mirar hacia donde está mi hermana, pues me gusta asegurarme que esté bien, pero al dirigir la mirada a la mesa donde siempre se sienta, noto que Helena está viendo fijamente hacia nosotros. Luce molesta y creo que es porque mi amigo habla con la rubia con animosidad. No le voy a comentar nada a Esteban, ya que últimamente luce muy apagado, y el hecho de ver que deja de pensar en su "novia" para centrar su atención en una charla alegre me hace sentir bien por él.


***


El día martes, para sorpresa de todos, Pamela vuelve a sentarse en nuestra mesa a la hora del receso, esta vez ni siquiera pregunta, sólo llega y se une a la conversación, no obstante la recibimos con alegría. He notado que tiene muchos amigos, así que me extraña que prefiera pasar tiempo con nosotros, "los inadaptados", apodo que nos puso la bruja de Tania, pero supongo que le caemos bien.

Con lo poco que he hablado con la rubia, me doy cuenta que tiene muchas cosas en común conmigo: es floja en la escuela, distraída y divertida, le encanta ir a fiestas, a mí igual pero mis nuevos amigos no son fiesteros, así que me tengo que aguantar. Lo único en lo que no se parece a mí es que tiene un cuerpo perfecto, piernas gordas, trasero perfecto, cintura pequeña, pechos de tamaño mediano... la envidio a la cabrona. Su cuerpo escultural se debe a que juega volibol, aunque comenta que piensa tomarse un descanso en el deporte, ya que, aunque es buena, le da flojera practicar mucho.

—Chicos, ¿saben qué le dice la nariz al pañuelo? —Pregunta de repente Esteban. Todos dejamos de hablar y lo vemos con atención. Ya va a decir uno de sus chistes—. Creo que te conozco, me suenas.

La primera en reír es Pamela y como su acción nos contagia, los demás le seguimos. Tiene una risa escandalosa, creo que me divierte más que el chiste bobo de Esteban. Después de reír un rato, seguimos hablando. La rubia y mi amigo empiezan a charlar entre ellos, pero ya no escucho de qué hablan, pues centro mi atención en Alicia, que antes de la interrupción del chistecito me estaba platicando una anécdota de su infancia.


***


Después de clases, me dirijo al curso con el maestro Galindo. Esteban no va, ya que hoy es uno de esos días en que se queda de ver con Helena, supongo que se verán en otro lado pero no estoy segura, ya que no he vuelto a tocar el tema con mi amigo.

El profesor Giovanni me está explicando las integrales, que son peores que un grano en el culito, y a media hora de la clase, Esteban entra al aula. Me extraño por eso, creí que estaba con la loca.

—Profesor, siento llegar tarde.

—¡Qué bueno que llegaste, Esteban! —Exclama Giovanni—. Le estaba explicando las integrales a Evelyn, dice que todavía no llegan a eso con Filiberto...

—Pero si ya hemos visto las integrales. —Alza una ceja.

Genial, ya me exhibió. Me dan ganas de meterle un pellizco pero no puedo porque el muy astuto se sienta dejando una banca de separación de la mía. Lo bueno es que Giovanni es tan decente que no comenta nada respecto a eso y sigue enseñando el tema. En un momento en que el profesor aprovecha para salir, me dirijo a Esteban.

—Creí que no ibas a llegar.

—No lo iba a hacer.

—Amm... ¿Y Helena?

—No llegó —me dice, sonriendo con tristeza—. No he hablado con ella desde el viernes, creí que iba a llegar para conversar pero no lo hizo.

—Auch...

—Sí, auch.

El guapote entra al salón y nos dice que iniciemos con el ejercicio, cosa que hacemos, pero después de un rato Esteban alza la mano.

—¿Sí?

—Profesor, no me siento muy bien, iré a mi casa.

—No te preocupes, Esteban, espero que te mejores pronto.

—Gracias.

Yo no atino a decir nada, sólo veo con preocupación cuando mi amigo sale del salón.


***


Después de la clase de Galindo, ya estando en mi casa, le mando un mensaje a Esteban. Abro su chat, lo tengo registrado como "Mi amigo idiotita"; anteriormente lo tenía como "Pendejo" pero sonaba muy agresivo, por eso lo cambié.

Yo: ¿Cómo estás?

Mi amigo idiotita: Estoy... Responde.

Yo: ¿Qué haces?

Mi amigo idiotita: Oigo música.

Yo: Genial, ¿qué escuchas? Le escribo.

Mi amigo idiotita: José José.

La vieja confiable...

Yo: Te recomiendo "El triste".

Digo, ya que anda en eso que escuche rolas chingonas.

Mi amigo idiotita: Ya la escuché, ahorita estoy oyendo "Si me dejas ahora".

Me siento mal por él, siento que debo hacer algo más. Sin pensarlo dos veces, le marco.

¿Qué? —Responde al otro lado de la línea.

—Vamos, arréglate. Iremos al cine. Es una orden.

No, Evelyn, yo...

—Me vale madres que no quieras, vas a ir.

Pero...

—Arréglate que en cinco minutos paso por ti. —Sin decir más, cuelgo. Les mando mensaje a los demás diciendo que si quieren pueden acompañarnos.

Le aviso a mi mamá que voy al cine con mis amigos. Ella asiente, cree que nuestro vecino es el que manejará, así que no la saco de su error. Mejor que piense que yo no manejaré para que no se quede preocupada.

Paso por Esteban, que está fuera de su casa esperándome.

—Súbete —le digo. Lo hace sin chistar.

En lo que sube pongo música ruidosa y alegre para que se anime un poco. No se ve muy contento, hasta puedo decir que está molesto pero me vale. Lleva una chaqueta negra y un gorro del mismo color.

Manejo hasta el cine y noto, con cierta diversión, que mi vecino está tenso en el transcurso del camino; él maneja como persona de la tercera edad y yo como desquiciada, así que va rígido y tomando con fuerza la agarradera.

Cuando llegamos al cine, nuestros amigos ya se encuentran ahí. Me encantan, aunque no sean fiesteros, siempre están puestos para las salidas al cine o al café. Nos dirigimos a ellos, que dejan de hablar y nos miran.

—Hola —saluda Alicia.

—Hey.

—¿Qué película quieren ver? —Pregunta Ezequiel.

—¿Cuál quieres, Esteban? —Lo volteo a ver.

—La que sea...

Nos miramos entre todos y elegimos una de suspenso. Esteban le dice a Omar que lo acompañe a comprar los boletos. Siempre que vamos al cine, mi vecino es el encargado de ir a la taquilla para conseguir los tickets, de hecho no le molesta, pues aprovecha para saludar a Felicia, que nos atiende la mayoría de las veces; suelen platicar un poco en lo que le vende las entradas. Parece que se caen muy bien.

En lo que ellos van, me quedo con Alicia y Ezequiel. Mi amiga aprovecha que no está Esteban para preguntarme acerca de la situación con Helena, ya se enteraron del chisme.

—Oye, Evelyn, por ahí me enteré que Esteban es novio de la amiga de tu hermana...

—Pero que ella lo dejó, ¿no? —Se entromete Ezequiel—. Por eso él tiró el osito e iba a hacer lo mismo con los chocolates.

—Ahora todo tiene sentido —murmura Alicia.

—No, qué va... —Quiero cambiar el tema pero me ven con los ojos entrecerrados.

—Tú eres más amiga de Esteban, no te hagas —me reclama Ezequiel.

—Ay, es amigo de todos —me defiendo.

—Sí, pero va a comer contigo seguido porque eres su vecina.

—No hagas la que no sabes nada, toda la escuela está enterada —añade Alicia.

Me limito a suspirar.

—Está bien, Esteban tiene algo con ella pero las cosas no le han salido bien últimamente, así que agradecería que no saquen el tema con él. De hecho está un poco deprimido, por eso lo traje acá.

—Okey, no mencionaremos nada.

Esteban y Omar se dirigen hacia nosotros con los boletos. Iniciamos una charla amena, pero el tonto de Ezequiel dice algo que está fuera de contexto.

—Oye, Esteban, ¿qué te traes con Pamela? —Pregunta de repente, cambiando el hilo de nuestra conversación anterior.

—¿Qué de qué? —Pregunta.

—Vamos, no te hagas, es obvio que le gustas...

Esteban se ruboriza un poco al oír eso. Yo me doy una palmada en la frente. Les dije que no mencionaran a Helena, pero nombrar a otra chica tampoco es la solución, el chiste es que mi amigo se distraiga, no que lo confundan más.

—Claro que no —dice Esteban, agarrándose la nuca.

—Si es obvio que nos empezó a hablar por ti —sigue el muy tonto.

—Pamela es agradable con todos, y si nos habla es porque le caímos bien — me entrometo.

—Pero no vas a negar que busca hablar más con Esteban, es obvio que está interesada —dice Ezequiel con tono insinuante.

No puedo negar eso, ahora caigo en cuenta de que es verdad, las dos veces que la rubia ha estado en nuestra mesa habla con todos pero es innegable que busca charlar más con Esteban. Volteo hacia él. Luce avergonzado y, hasta cierto punto, molesto.

—¡Qué suertudo eres! Es una chica muy guapa —comenta Omar.

—Bueno, bueno, no venimos a hablar de la vida amorosa de Esteban —comento—. Así que vamos por la comida porque la película ya va a empezar, y una película sin palomitas no se disfruta.

—Vamos. —Alicia me sigue la corriente.

Sin evitarlo vuelvo a ver a Esteban; está pensativo. No voy a negar que Pamela es mejor opción para él que la loca, no obstante la acaba de conocer; espero que puedan llevarse mejor, y quién sabe, tal vez hasta puedan llegar a ser algo más. Lo único que quiero es que mi amigo no sufra.



Les dejo la canción para darle más feeling :D

https://youtu.be/UedwurPJFN0

Uy, las cosas se pusieron interesantes para Esteban... 

No soy de triángulos amorosos pero esto se viene chido xD

Espero que les haya gustado, ya saben que sus votos me ayudan mucho y los comentarios me animan bastante.

Pregunta, ¿les cae bien Pamela?

Espero que les haya gustado, nos vemos pronto :3



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