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Taehyung miró a la mujer y
frunció el ceño.

—¿El dinero que te pago no es suficiente? —preguntó con un rostro seriamente matador, no parecía enojado, pero la mujer creyó que era un hombre que nunca sonreía y que estaba terriblemente solo.

—Lo que usted espera de mi, para esos niños, es imposible e irrazonable. No hay forma de que podamos forzar su desarrollo educacional. No lo comprenderán, mi programa está orientado a niños de cuatro a seis años. Sus hijos son sólo bebés.

—Entonces no es más que una incompetente —comentó con molestia y sin preocuparse por la reacción de la mujer—, pensé que por ser alfa usted tendría las capacidades adecuadas para hacer de mis hijos unos niños superiores sin importar que sean omegas.

La mujer apretó los puños. Nunca se había sentido tan humillada en la vida y el hombre frente a él era experto en hacerla rabiar. La lógica no existía para el hombre que ni siquiera se tomaba el tiempo necesario para convivir con sus hijos.

—Puede insultarme lo que quiera, sólo firme que está de acuerdo con mi carta de renuncia. En realidad usted no quiere dejarme ir porque sabe que nadie más aguantará el ritmo. Lo que usted hace puede ser considerado exclavitud.

Taehyung rodó los ojos sabiendo que si dejaba ir a la mujer, tardaría varios días en buscar una nueva niñera y profesora. No sabía que hacer con sus hijos y mandarlos con su hermana estaba fuera de discusión, ella los volvería unos malcriados.

—Te aumentare el sueldo y eliminaré algunas tareas de la agenda. Los niños pueden ir un poco más lento si así lo crees conveniente.

La mujer rodó los ojos, el hombre era insufrible.

—Firme mi carta de renuncia por favor. Los niños ni siquiera son el problema, es usted —Taehyung la miró sin comprender y alzó una ceja de forma inquisitiva—. Es insoportable.

—Esta bien firmaré tu carta de renuncia. No necesito gente incompetente cuidando a mis hijos —comento Kim con molestia, la mujer sonrió para si misma y eso lo hizo enojar más—. Puedo encontrar a alguien rápidamente y más capaz de lo que has demostrado ser.

—Suerte con eso señor Kim —déspues de que el alfa firmó el papel se apresuró a recogerlo, se levantó de su asiento e hizo una reverencia. No dijo más, salió a toda prisa de la oficia de su ex jefe, haciendo ruido con sus estiletos negros, finalmente azotó la puerta.

Taehyung llevó sus manos a su cabeza pensando en que iba a ser con los niños. Conseguir otra niñera no sería fácil, sobre todo por el rumor que había corrido entre sus conocidos haciéndolo ver como un hombre insufrible y amargado.

En cierto modo, no podía contradecir lo que decían. Pocas personas podían seguirle el ritmo y aguantaban su mal genio; curiosamente siempre resultaban ser alfas, como una muestra de su supremacía.

Finalmente decidió llamar a su hermana y pedirle que cuidara de los niños. Ella aceptó emocionada y dijo que vendría por ellos por la tarde, por lo menos sus hijos eran tranquilos. Cuando el problema de sus hijos estuvo resultó, fijo su vista en su computador, el diseño que Park Jimin le había enviado para la portada del próximo mes de la revista ocupaba toda la pantalla.

Miró los colores, los vectores, el tipo de letra con mucha atención y bufó molesto al no encontrar algo que le hiciera disgustar. Reviso el resto de los borradores y cuando se dio cuenta eran cerca de las ocho de la noche, lo que significaba que su hermana estaría por llegar.

Salió finalmente de la oficina y miró a sus hijos jugar con una de las empleadas. Ambos niños lo miraron y desviaron la mirada de forma repentina. No le sorprendió, pocos omegas podían aguantar su mirada, siempre desviaban la vista como si se sintieran intimidados.

—¿Cómo sean portado los niños? —preguntó a la empleada, la beta titubeó pero finalmente respondió.

—Han estado un poco inquietos desde que la niñera se fue. Pero no han llorado en todo el día y tampoco han hecho travesuras solo se han dedicado a jugar con los carritos.

—¿No han dicho algo?

—No señor.

—Es increíble que todavía no puedan hablar, de verdad son lentos.

—Ya estaban intentándolo pero como no lo hacían bien y la niñera los presionaba, ahora se han negado a pronunciar palabra alguna señor.

—Esta bien, me ocuparé en buscarles una mejor educadora.

—Tus hijos no necesitan una nueva educadora, necesitan tiempo y amor. Algo que tú no les has dado.

Taeyeon hizo acto de presencia en la sala, dejó su bolso en uno de los sillones y corrió a arrodillarse para abrazar a los gemelos y darle besos en sus mejillas.

—Sunwoon, Junwoon su tía favorita ha llegado para mimarlos.

Ambos niños sonrieron y Taehyung rodó los ojos.

—Eres su única tía —cansado de la imagen frente a él, sacó la caja de cigarrillos de su pantalón y su encendedor.

—Ni se te ocurra fumar aquí adentro, puede hacerlo daño a los niños.

—No te preocupes, ya me iba. Te los encargo.

Taeyeon rodó los ojos sintiendo lástima por Taehyung, quien se había casado con su pareja destinada apenas la conoció. Fue un matrimonio corto de menos de dos años y a pesar de que su hermano nunca acepto amarla, cuando ella murió la tristeza y la amargura se adueñaron del rostro de su hermano.





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