10


Jiyeon pocas veces aparecía en la fundación desde que se había casado, por lo que sorprendió a los chicos cuando llegó por la mañana. Se ocupó de supervisar todo lo relacionado al evento de donación, desde los trajes que usarían las mascotas, hasta la bebida que servirían. Se ponía ansiosa cuando las cosas no salían como ella planeaba. Si la fiesta resultaba un fracaso, seguramente entraría en crisis.

—Por favor haz una invitación para Kim Taeyeon, yo me encargaré de hacérsela llegar —dijo a Hoseok, que claramente tenía un rostro lamentable. Nadie preguntó el por qué:  habían sido testigos cuando Sunyeol le había gritado cosas muy crueles. Y la noticia le había llegado rápido a Jiyeon, así que tampoco hizo mención.

La mujer quería que Hoseok se mantuviera ocupado y no se permitiera pensar en su hijo, que estaba enojado con él y lejos con su ex esposo y su nuevo novio, pasándola de lo lindo.

—¿Quién es? —preguntó Hoseok, en un principio sólo hacían volantes que repartían en la calle para que asistieran personas cualquiera, pero desde que Jiyeon se casó, uso la influencia de su esposo para invitar a personas "importantes" de la región.

—Es la esposa de un amigo de mi esposo, sólo la he visto un par de veces pero es agradable.

—Esta bien —Hoseok asintió, sin preguntar más detalles y perdió su tiempo concentrándose en las invitaciones y no en su hijo. Se había acostumbrado a tener a Sunyeol cerca todo el tiempo,  que cuando no lo tenía se ponía algo ansioso. sumándole a eso que su ciclo de celo estaba cerca, no podía evitar sentirse más irritado de lo normal, y volver más sensible en cuanto a sus emociones.

De regreso a casa lucho contra si mismo. Luchó contra la parte de su ser que se moría por ir al departamento de Jungkook y pedir que le dejara ver a su hijo aunque sea un rato. Se tiró a la cama intentando dormir pero sólo daba vueltas de un lado a otro, incómodo y mal humorado.

Sólo deseo que el fin de semana pasara rápido, quedarse dormido y despertar mágicamente en el domingo por la tarde. Su única razón de existencia, sin Jungkook, se había vuelto Sunyeol y sin él no sabia que hacer ni como matar el tiempo, ya extrañaba su hermosa sonrisa, su voz, todo. Simplemente no le veía sentido a su vida sin su hijo y se sintió terriblemente solo. Ni siquiera tenía que ir a la fundación huellitas, los fines de semana porque eran sus días libres o eso se suponía.

Así fue como el sábado, terminó en la fundación con una mirada apenada.

—Hoseok es el único hombre en este mundo, al que veo llegar voluntariamente a su trabajo en su día libre —mencionó Chris.

—No hay muchas cosas que hacer en casa y me estaba aburriendo, así que vine a ayudar, deberías estar agradecido de que soy un buen trabajador —dijo con orgullo.

—Deberías conseguirte un novio, un amante o alguien que te haga pasar el rato —dijo sin despegar la vista de su computador—, es lamentable que tu trabajo sea lo único interesante por hacer.

—Amo mi trabajo —Hoseok hizo un puchero. Y empezó a trabajar ignorando los comentarios de Chris, lo hacían ver como si él fuera una persona lamentable. Aunque admitia que Chris tenía algo de razón.

El domingo por la noche, Jungkook toco a la puerta de Hoseok y su ex esposo abrió como si hubiera estado listo para su llegada mucho tiempo antes.

—¡Appá! —Sunyeol gritó y se aferró a las piernas de Hoseok, quien no espero para tomarlo en sus brazos y empezar a repartir besos en la cara del niño con cariño, Sunyeol ni siquiera se quejó de que estaba siendo meloso—, te extrañe mucho appa.

Jungkook sonrió al verlos, Hoseok se veía feliz y Sunyeol no se quedaba atrás. Jung dejo las mejillas de su hijo y abrazó a su ex esposo para después darle un beso en la mejilla.

—Gracias por traerlo, los extrañe mucho —dijo, pero después se arrepintió. La expresión de Jungkook demostraba su confusión y parecía lamentarse—, lo siento no debí haber hecho eso.

Se disculpó avergonzado y Jungkook negó con una sonrisa plana.

—Yo también extraño cuando estamos juntos —confesó, agachando la cabeza y escondiendo sus manos en los bolsillos de su pantalón.

—¿Supongo que también está siendo difícil para ti esta situación? —pregunto y vio a Jeon asentir—, ¿Cómo te va con Jimin?

—Nos llevamos bien, pero no es lo mismo.

—¿Quieres pasar? —preguntó nervioso. No es que estuviera haciendo algo malo, sólo estaba invitando al padre de su hijo a platicar un rato. Aún así se sentía que era algo impropio y no entendía el por qué.

—¿Puedo? —Jungkook no parecía muy convencido.

—Jungkook, está siempre será tu casa —Hoseok respondió y se adentró más con Jungkook siguiéndolo por detrás y finalmente su ex esposo cerró la puerta.

—Si papá, pasa tiempo con nosotros —Sunyeol fue el más feliz. Se sentía como en los viejos tiempos.

Jimin cerró su puerta, no tenía intensiones de escuchar a escondidas, pero como Jungkook estaba tardando más de lo planeado salió a buscarlo y lo miró cuando Hoseok le daba un beso y se percató como la expresión de su novio había cambiado. No fue precisamente de desagrado.

—Ya lo sabía —se dijo así mismo mientras de deslizaba por la puerta y se aferraba a sus rodillas—, él no es feliz conmigo.

Guardo la cena en el refrigerador y se metió a la cama, intentando no derramar lágrimas. No lo haría, porque él solo, se había puesta en esa situación.

Ya sabía que no iba a ser fácil que Jungkook lo amará cuando su corazón le pertenecía a alguien más. Aún así se aferró a intentarlo.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top