AVISO I.
Advertencia: Imagen puesta simplemente para distraerlos de la verdadera intención oscura tras este aviso.
Absténgase de seguir leyendo si tiene un corazón sensible.
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Buenas tardes, días, noches, la hora que sea cuando lean este pequeño recado.
Amnesia, osea yo, quería darles una noticia muy triste.
Por motivos personales me voy a retirar permanentemente de Wattpad y por lo tanto dejaré de escribir. Sé que hemos recorrido juntos un largo tramo para llegar hasta aquí.
Esta novela y la primera han tenido más aceptación de la que esperaba que llegara a tomar, aun cuando sean pocas personas quienes comenten, y pocas las que voten y la lean completa es fascinante como me apoyan y apoyan esta novela, pese a no encontrarle mucho sentido. Incluso he llegado a recibir critícas, tanto constructivas como destructivas, lo cual es algo capcioso porque al inicio solo escribía esta novela para mí. Jamás esperé que hubiera tantas personas esperando por una actualización y eso es algo realmente grato.
Estoy muy contenta de haber estado en este viaje.
Realmente me entristece tener que despedirme de ustedes y de las novelas que he escrito.
Y más todavía porque...
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Ups, lo siento.
Realmente tenía que hacerlo jajaja. ¿Qué tal se sintió la adrenalina? Ahre.
La verdad es que no voy a irme permanentemente, pero sí me voy a tener que ausentar un par de días -semanas, no estoy segura-, por motivos personales (dependiendo también de mi estado de salud), de la novela.
Pero tranquilos todos, volveré, os lo prometo.
Mientras tanto...
Les voy a dejar un adelanto de lo que se viene cuando pueda regresar a escribir en compensación por el mini infarto que debió causarles. Jiji.
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Roseone sonrió de lado. El viejo y la chica jamás verían venir lo que estaba por ocurrirles. De eso estaba más que segura. Kaguya se quedó en silencio luego de verla partir y miró entonces aquel pedazo de mascára rota.
—Mi querida Hannya —suspiró.
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—Eres un maldito pervertido —se quejó.
—Es la descendencia —aseguró, besando el cuello de su amado. Con eso, claro, se refería a sus dos abuelos y maestros, Orochimaru y Jiraiya, respectivamente—. Tú también lo eres, no lo niegues.
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—Takahiro-sama, es un honor volver a verlo —Sebastian sonrió abiertamente apenas las puertas de aquella enorme mansión se abrieron para el pelinegro de ojos aguamarina. El francés se hizo a un lado nada más lo vio caminar hacia él—. ¿Desea que llame a los demás criados?
—No, estoy bien —respondió el ojiverde, echándole un vistazo al interior de la casa—. ¿Cómo ha estado todo en mi ausencia? Parece que hubiera sido apenas ayer que desaparecí.
—Nuestros señores han cuidado de la casa en la espera que usted volviera —respondió. Takahiro se mostró sorprendido. ¿Sus padres sabían que él estaría ahí?—. Su padre todavía no sabe nada. El señorito Gaara nos ha informado de su regreso y nos hemos movilizado.
Así que fue Gaara...
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—Hiro —Naruto se tensó ante la visión—. No esperaba verte... jamás.
—Naruto, siempre tan halagador —el pelinegro sonrió—. ¿Cómo ha ido tu vida, cariño?
—No me llames así —masculló el blondo.
El susodicho sonrió de lado.
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—No... Abuela —sollozó—. ¡Abuela, no nos dejes-tteba!
Aquella mujer... Ella no podía estar muerta realmente. ¿O sí? Miró a sus hijos, todos lloraban también. Sus ojos se posaron en Minato, su suegro acababa de caer al suelo justo frente a la lápida. Sasuke miró a Naruto con tristeza y el rubio intentó mantener las lágrimas dentro de sus ojos.
—Mamá...
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Naruto se sintió ahogado cuando lo forzaron desde atrás, no podía ver nada gracias a la tela negra que cubrió toda su cabeza en ese momento. Soltó un gemido de dolor cuando le inyectaron algo en el brazo y minutos después todo a su alrededor se volvió silencio y oscuridad.
—Muy bien —se oyó la voz de un hombre—. Llevénlo ahora al vehículo, nos vamos de aquí.
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—¿Que yo enloquecí? —El pelinegro soltó un pujido. Aquello era demasiado problemático para él, y todavía tenía sueño. El de ojos azules le observó en silencio—. ¡El que me besó fue otro!
—¡Yo no te besé!
—¿Daiki?
—So-Sora... Yo... ¡Puedo explicarlo!
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—Yo lo sé todo —dijo Meiko.
Shikadai palideció y la miró.
—¿Cómo es que...? No le digas a nadie, por favor —pidió, angustiado—. Haré lo que sea.
—¿Lo que sea? —sonrió de lado.
Shikadai supo que había caído en la trampa.
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—Así que... Naruto fue secuestrado, Sasuke está desaparecido y nosotros debemos hacernos cargo de Dos varones, un doncel y dos mujercitas —Deidara miró en silencio a sus sobrinos.
—Sí —respondió Itachi, con seriedad.
—Genial. Espero que estés listo para volver a la época de arreglar desastres Hmp.
—Dei —A Itachi le cayó una gotita de sudor de la frente.
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—Es... Es Hannya.
—Lo sé, puedo verlo —pujó el otro mientras veían la mujer acercarse con una katana—. Um... Creo que es hora de correr.
—S-sí.
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—Kakashi.
—Takahiro —el peliplata estaba sorprendido—. ¿Cómo es que... cuándo volviste?
—Me enteré de lo sucedido por Karin-san. Está devastada, me ha pedido que volara hasta aquí y me hiciera cargo de todo mientras ella pasaba su duelo —dijo el pelinegro, y mirando algo preocupado a su ex mentor—. ¿Cómo... cómo está Sasuke?
Kakashi sonrió y lo abrazó.
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Muy bien, si pensaron que iban a tener más se equivocaron xd.
Así que...
Me voy.
¡Nos vemos!
Amnesia, fuera.
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