ADELANTO.

-Estoy celoso-tteba.

-No te pongas celoso de una niña -dijo Sasuke, mirando a su esposo con una sonrisa.

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Sasuke con una risa, mientras acariciaba la cabeza de Sora.

-¡Papá! Ya no soy un niño, deja de hacer eso-datte.

-¿Qué dices? Es obvio que todavía eres un niño, estúpido hermano menor -Sarada le dio un poke en la frente a Sora, quien infló los cachetes.

Sasuke y Naruto se miraron.

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-Vaya cambio, se hubiera notado completamente -afirmó-, creerán que eres su abuelo.

-¡Oye! Todavía estoy en la flor de mi juventud-dattebayo.

-¡Así se habla, Naruto! -Gritó Lee, mientras abrazaba a su esposo Gaara. Naru y Dei se rieron.

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-Está bien-ttebayo, sólo no me hagas ojos de tlachuache aplastado -bufó.

-Eres el alma gemela de mi ototo-baka, sin duda -suspiró Itachi mientras ambos reían.

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-Diles, no tiene caso que les escondas nada. Tú no eres nada de ellos, después de todo -Aquella mirada había herido a Naruto-. Vete de aquí, Naruto, puedo sólo.

-Sí -una tercera voz los interrumpió-, vete de aquí, Naruto. Sasuke-kun no te necesita, porque para eso estoy yo -la de ojos violetas le sonrió apaciblemente

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-Cuidado con lo que dices, rubio -advirtió-. Podría cortarte la garganta solo con un alambre.

-Tienes una pésima elección con tus ex novias -susurró Naruto hacia Sasuke.

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-¡Pero qué va! No es como si fuera tuyo -se burlaba el pelinegro-. ¡Miren todos, soy una mosca!

-¡SORA! ¡Te vas a mear de la paliza que te voy a dar! -Amenazó la pelinegra.

-¡Ya! ¡Waaa! Cálmate Sara-chan, estaba bromeando. Bro-meando. ¿Entiendes?

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-Bien, Sora. ¿Por qué no van Takeru y tú a dar una vuelta? A mí todavía me falta empacar un par de cosas.

-Sí, claro, ahora le dicen empacar un par de cosas -se burló Sora, mientras se acercaba a Takeru.

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-Compra cinco ensaladas de tomate, y cuatro ramen de cerdo. Problema resuelto -dijo-. Oh, y una pizza y un par de six pack para los adultos. Nosotros celebraremos con ustedes.

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-Mi señor... por favor, tenga piedad.

-La piedad... no existe.

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-¿Ya empezó? -cuestionó la pelirosa.

La pelinegra sonrió.

-Es hora de vengarnos.

Shion miró a Kaguya y ambas asintieron.

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Próximamente.

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