Tiempo fuera
Nunca pensé, imaginé o soñé ni en mis más oscuras pesadillas algo como lo que me tocaba vivir desde que mi loco corazón decidió amar a aquel jovencito del café. Alguien dulce, tierno y frágil que realmente debería venir con una etiqueta de advertencia para los que tuvieran la osadía de querer nadar en la profundidad de sus ojos, de descubrir y conquistar su territorio virgen e inexplorado.
Creo que talvez sería más conveniente que portara una guía de instrucciones para evitar hacerle daño.
El no merecía sufrir, no debía conocer el dolor, solo debía ser amado.
Quería estar cerca, necesitaba al menos ser su guardian si es que no podía ser otra cosa.
Tae despertó en mí sentimientos que no conocía, creó necesidades irreconocibles e indescifrables en mi ser que me llevaron a actuar como nunca. Me convertí en un egoísta, alguien sin escrúpulos, o al menos así me sentí cuando decidí dar rienda suelta a mi amor por él.
Aún sabiendo su edad, su inocencia y su necesidad de afecto, se me ocurrió acercarme, creeme con derecho a pensar que podría ser el dueño de algo tan valioso fue lo más cruel que pude hacer. Y más sabiendo que ya tenía dueño. Sin tener conciencia de mis actos, todo lo que hacía solo me llevaría a lastimarlo.
Me mentí a mi mismo al pensar que podría ser capaz de mirarlo de lejos, de apreciarlo cómo una obra de arte en un museo, que no necesita carteles para advertirme que no debía poner mis manos sobre el.
Cómo un maldito idiota me atreví a acariciar cada parte de su cuerpo cuándo se entregó a mi, lleno de pudores, miedos y sensaciones nuevas ya que era su primer hombre. Debía haberlo impedido, aunque muriera de sed por probar su esencia, detener a un confundido Taemin era mi responsabilidad. Pero no lo hice, aproveché como un ladrón la oportunidad que se me presentó.
Cómo un animal deje mi marca en cada parte que pude, no dejé lugar de su cuerpo sin reclamar, lo tomé una y otra vez tantas como el me lo permitió. Me embriague de su nectar, me perdí como un marinero al escuchar el canto de las sirenas en el momento que termine sembrando mi semilla en su interior sin medir ni una sola de las consecuencias que podría surgir de mi accionar.
Al ser un hombre mayor con bastante experiencia, no debí dejarme llevar de ese modo. Si hubiera sabido que aquella noche pondría en riesgo su vida... Si tan sólo hubiera pensado un poco usando al menos una de mis neuronas.
No debí subirme al avión, ese fue lo que desencadenó todo. Lo dejé sólo.
Mi deber era averiguar quién era el imbécil de su novio, quién era el monstruo que arruinó su vida. Ahora sólo me bastaba mirarme al espejo para ver al hombre que más daño le hizo a Tae.
Creo que lo peor de todo lo hago ahora, al seguir deseando todo de él a pesar de saber que soy su suegro.
Lo amo con locura también con la poca cordura que alguna vez tuve, lo amo como no ame a nadie en mi vida.
Sentía culpa, me sentía extraño, estaba parado literalmente en una encrucijada, no estaba seguro de nada no sabia para donde correr, ni donde esconderme. Todos los caminos que se me ocurrían me llevaban a sus brazos. Deseaba el fruto del árbol prohibido al igual que aquellos que habitaron el paraíso antes que yo, porque si de algo estoy seguro es que fui a ese lugar en el momento que besé la dulce boca de Tae.
Creo que me merezco el infierno.
Si me preguntaran en este mismo instante si elegía a Taemin o Kai la respuesta me dejaba sin aliento. Mi hijo mayor no estaba en los primeros dos números de mi orden de prioridades en este momento.
Me había convertido en el peor padre del mundo, ese que existía hace años según Jongin.
Por más que le daba vueltas al asunto, no había manera de salir de toda esta situación sin lastimar a más de una persona.
¿Que clase de hombre quiere arrebatarle el esposo a su hijo? ¿Cómo puede llamarse ese sentimiento que crece en mi interior al verlos juntos? ¿Cómo es posible que le pidiera a Taemin huir conmigo? ¿Que le diría a mi hijo?
Creo que podría sonar algo así...
-Mira me enamoré de tu hombre, me acosté con él, lo embaracé, lo deseo a cada instante y ahora le pedí que huyera conmigo sin importar que te deje sólo mientras te terminas de hundir en las adicciones. - sonaba aterrador pensar en su reacción. Si antes me odiaba, ahora talvez quisiera acabar con mi vida.
Desearía tener la suficiente fuerza de voluntad o la lucidez mental necesaria para medir las consecuencias de mis actos.
El embarazo de alto de riesgo de Taemin era algo que no esperaba, mis mayores miedos salieron a flote al recordar los estragos que esa enfermedad hizo en toda mi familia.
Ojalá Jongin fuera un niño así pudiera implementar el tiempo fuera como ayuda para disciplinarlo.
Debo encontrar ayuda para tratar la adicción de Kai y después veré qué puedo hacer para arrancarle a Tae de sus brazos. Aunque si cualquier profesional de la salud mental escucha mis planes, seguramente me pondrían una camisa de fuerza.
¿Qué clase de maldito enfermo sólo piensa en quedarse con el esposo de su hijo?
No hay forma de explicar la situación y salir bien librado.
Renunciar al amor de Tae, a mis derechos como padre de ese bebé que crece en su vientre no estaba ni estará en discusión. Jamás lo haré, no asumiré el rol que no me pertenece, ellos deben permanecer a mi lado.
Pero si lo viera desde otra perspectiva, la única solución para evitar una desgracia en la vida de todos mis seres amados era que Tae no se quedara aquí en medio de nosotros. Para ser feliz debe irse lejos, cómo me lo dijo Kyuhyun. Ni con Kai, ni conmigo.
No sé cuántas horas pasé mirando el techo de mi habitación pensando y pensando que hubiera pasado si me quedaba, si no me hubiera atrevido a mirar a Tae, y así mil realidades diferentes.
Estaba tan perdido en mis pensamientos que no escuchaba el insistente golpecito en la puerta de mi habitación hasta que se abrió. Era Taemin.
Se acercó despacio después de cerrar con seguro la puerta de la habitación, se sentó en mi cama mirándome fijamente.
- Tengo algo que confesarte Minho. Si no lo hago ahora que estamos solos no sé si tendré el valor de decírtelo en otro momento. Yo...-
Estaba muy nervioso, sus manos no dejaron de moverse hasta que las toqué.
Me miró, sus ojos estaban a punto de dejar caer un mar de lágrimas.
- Tranquilo mi niño, ¿que sucede?- esperaba que confesara sobre el bebé, al menos eso me daría más fuerza para continuar luchando con todo esto.
- Minho, yo estoy esperando...- su voz se quebró - estoy embarazado.- apreté suavemente sus manos y me miró a los ojos. - el bebé...-
- Es mío. - le dije con total seguridad y el asintió. Lo abracé y comenzó a llorar. - estoy tan feliz Tae. Me hiciste él hombre más afortunado con esta noticia.-
Mis manos buscaron su rostro, lo sostuve con cuidado, seque sus lágrimas y lo besé. Mi beso fue correspondido con una necesidad ardiente.
- Te amo - susurré en medio del beso, que lejos de terminar se intensificó, Taemin se negaba a apartarse. Su cuerpo buscaba más contacto. Se sentó a horcajadas sobre mí, moviéndose suavemente sobre mi erección esa que se hizo presente sin demora.
Sabía que el no podía seguir pero parece que la lujuria lo cegó.
- Tae, detente. Sabes que no puedes seguir - sonreí al ver su expresión. - tiempo fuera bebé.- fue como si se hubiera despertando de un hechizo.
Me miró aterrado al escuchar el sonido de la puerta de enfrente. Si hubiéramos seguido nos habrían descubierto.
Lo ayudé a ponerse de pie y al abrir la puerta de la habitación Max estaba afuera.
- Agradece que fui yo - dijo mirando a Taemin que salía detrás de mí. Era obvio lo que sucedió entre nosotros, todo nos delataba.
- Lo siento. Yo...- Tae intentó decir algo pero mi amigo no lo escuchó.
- Tranquilo- dijo con una sonrisa.- traje algo para ti. Lo dejé en la cocina, ve a comer antes de que se enfríe- Tae asintió murmurando un prácticamente inaudible gracias. Y bajó las escaleras con cuidado, quise ayudarlo pero Max agarró mi brazo y me metió a la habitación cerrando la puerta.
- Eres un maldito demente Minho. ¿Y si Kai era el que llegaba a la casa antes que yo? Escuché todo, llegué hace como media hora y ustedes no se dieron cuenta.-
- No lo pensé, tienes razón.-
- Que vas a pensar Minho, eso - dijo señalando mi entrepierna.- estaba pensando por ti.- suspiro nervioso. - te felicito porque serás papá, pero no debes olvidar que tú otro hijo es el esposo de Tae. Piensa antes de actuar. Ya lo habíamos hablado. Algo como lo de hoy no debe repetirse al menos bajo este techo. No dejes que Kai los vea por Dios.-
Parecía mi madre dándome un sermón, pero tenía razón. Se que Taemin también está sintiéndose mal por todo esto.
Escuché ruidos en la cocina, eran vidrios rompiéndose. Salí corriendo de la habitación, no se cómo baje las escaleras.
Tae estaba parado mirando los vidrios rotos de un vaso, su mano tenía sangre.
- Lo siento Minho, se me cayó.- tomé su mano con delicadeza para analizar su herida. Nuestras miradas llenas de anhelo volvieron a encontrarse.
-¿Qué está pasando aquí?-
...........
Gracias por leer!
Este es el primer capítulo que escribí completo después de tres años 🥺😱
Gracias a todos los que se quedaron y esperaron y gracias a los nuevos lectores.
Mi corazón se llena de felicidad cada vez que una lectura, un voto o un comentario llegan a mis notificaciones.
Gracias por permitirme seguir haciendo lo que amo.
Espero que la continuación de la historia les agrade y sigan a mi lado hasta el final.
Me gustaría leer sus comentarios sobre esta parte de la historia. Muchas gracias ☺️
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