No te olvides de mi.
Debía hacer que su primera vez fuera increíble, que realmente le dejará un buen recuerdo, debía ser cuidadoso, por eso no lo dejé hacer lo que tenía en mente, yo no importaba en esta ocasión, era él quien debía recibir todas las atenciones.
Entendí mi mano, el me miró.
- Ven aquí Tae, yo te enseñaré como deben amarte.- recoste su cuerpo tembloroso en la cama mientras iba quitando lentamente cada prenda que cubría su hermoso cuerpo, deje sólo sus boxer y observe con cuidado sus reacciones, estaba nervioso pero no dejaba de mirar mis ojos. El deseaba lo que estaba sucediendo tanto como yo.
Me dediqué a besar, lamer y morder con sumo cuidado cada centímetro de su piel, sus gemidos me hacían feliz, me detuve en sus piernas y me acomode entre ellas, despacio besé su ombligo y el arqueo su espalda.
- Minho...¿sabías que me estás torturando?-
- No es tortura bebé, estoy grabando en mi mente cada parte de ti.-
Quite del camino la última prenda que cubría su piel. Como un reflejo intentó cubrir su entrepierna.
- ¿Quieres que me detenga?-
- ¡No!- sonreí.
Mi lengua comenzó a delinear su erección, hasta que mi boca cubrió toda su extensión,subiendo y bajando lentamente, las manos de Tae se posaron en mi cabeza. Niño travieso quería llevar el ritmo, follaba mi boca con gran placer, sus gemidos resonaban en todo el lugar. Intentó alejarme cuando sabía que estaba a punto de alcanzar su liberación, no iba a dejar que me impidiera probar su exquisito sabor, logre saborear cada gota y tragar su esencia como el mejor licor del mundo.
- Minho...- mi nombre era lo más hermoso del mundo si el lo decía en medio de gemidos. Se lo que quería, se lo daría, claro que si, escucharlo navegando en placer me tenía enloquecido.
Pero, yo no esperaba esta situación, no tenia lubricante ni condones, rayos, esto no podía estar pasando.
- Tae...¿tienes aquí condones?-
Era una pregunta absurda pero valía la pena averiguar.
- Mi hermano usa mucho este lugar, mirá en el baño.- con cuidado de no golpear su cuerpo en mi rápida carrera al baño, salí de la cama, ahí estaba mi salvación, un pote de lubricante y un condón.
Me ubique nuevamente en mi lugar.
- Tae, debes relajarte, no te haré daño. Si es mucho dolor para ti, voy a parar ¿entendiste?- el asintió- no importa en que momento sea pero si te estoy lastimando no seguiré.
Mis manos acariciaron sus muslos mientras acomodaban a Tae sobre una almohada, mis dedos delinearon su trasero hasta encontrar la entrada al paraíso. Mi lengua comenzó a trabajar, primero pasé degustando sus testículos y luego fui a su lugar virgen, listo para explorar su interior. Mi lengua entraba y salía con suavidad, Taemin gritaba pidiendo más, yo suspiraba tratando de aguantar el dolor de mi erección. Con ayuda del lubricante pude introducir uno de mis dedos, note la tensión en el cuerpo de Tae y para tranquilizarlo me apodere de sus pezones, mientras lograba dilatar su entrada y darle acceso a otro de mis dígitos, el alcanzó por segunda vez su liberación en el instante que mi tercer dedo localizó su próstata.
Me puse el condón, lo odiaba, pero era necesario.
- Ahora bebé, intentaré entrar en ti, si sientes demasiado dolor tira de mi cabello y me detendré.- mis labios buscaron su boca para distraerlo durante la intromisión. Mi pene empuja abriéndose paso por el estrecho canal, lo hice lentamente ya que no pasó desapercibido un suave tirón en mi cabello.
Dejé sus labios para susurrarle al oido.
- ¿Me detengo mi ángel?-
- Noo ahhhh no por favor sigue mmm- sonrei al sentir sus piernas enredarse en mi cadera.- no te atrevas a salir.-
- Relájate amor, voy a seguir.- acaricie sus piernas y las regreso a su lugar.
Mi cordura se terminó cuándo sus uñas se enterraron en mi espalda.
-Taem...- mire su rostro, se veía tan perfecto con sus mejillas sonrojadas y su cabello mojado por el sudor. Sus ojitos se abrieron lentamente y sonrió. Lo besé como si fuera la última vez mientras me enterraba profundamente en él, me quedé quieto disfrutando del beso mientras acariciaba toda la piel que tenía a mi alcance.
Su cuerpo se movió, buscaba más contacto, queria que me moviera, y lo hiciera tocar el cielo, su interior era el maldito paraíso yo era alguien dispuesto a terminar de comer la fruta prohibida.
Lo miré, el me miró, sus ojos tenían un brillo de ilusión tan precioso como él.
- Te amo Taemin.- el sonrió y dejó escapar mi nombre entre gemidos al sentir su próstata golpeada por mi pene.
No podia detenerme, estaba como loco entrando y saliendo con lentitud hasta que Taemin suplicó
- Por favor Minho, ahhh, más duro por favor, no tengas piedad. Si asi por favor.-
Los gritos y gemidos de Taemin eran música para mis oídos, era tan escandaloso que me hacía delirar.
Perdí la cuenta cuántas veces se liberó, yo no podía contenerme más y me derrumbe en sus brazos.
Me acarició suavemente, hasta que me moví hacia un costado para no lastimarlo con mi peso.
Deseaba tanto seguir enterrado en el pero ya no había más condones.
- Minho...déjame montarte.- abrí los ojos y mire a Tae, sólo pude ver lujuria mientas miraba mi pene que reposaba sobre mi abdomen. Lo acarició hasta despertarlo, se fue deslizando hasta que su rostro quedó a la altura de mi cintura. - ¿puedo?- señaló mi entrepierna, bebé como vas a preguntar eso, mi pene está deseoso de conocer tu boca.
- Puedes jugar con mi pene, pero ya no tenemos protección para otra ronda.- Sonrei al ver su enfadada expresión. El me miró con seriedad.
- Podemos hacerlo...después tomaré una pastilla, Kibum tiene, me lo dijo el otro día, no me quedaré con ganas de esto.- dijo con algo de duda.
- Estoy sano mi amor, si quieres montarme hazlo.- sonrió como un niño en la juguetería.
No puedo expresar con palabras la gloria que significaba tener la tímida lengua de Taemin recorriendo mi cuerpo. Mientras que sus manos acariciaban mi extensión, su lengua jugaba con mis pezones.
- Me gusta mucho tu cuerpo Ming...mmm- Tae no seas asi por favor que me olvidaré que tu quieres llevar el control.
El calor y la humedad de la cavidad bucal de Tae, acunando mi pene en un vaivén exquisito me hizo bordear la locura una vez más, aprendió tan rápido que conocí lo más profundo de su garganta por un par de segundos.
Taemin se detuvo, se puso de rodillas en el suelo.
- ¿Que sucede Tae?-
- Ponte de pie Ming.- obedeci rápidamente. Continuó la felación como un experto. Mis piernas estaban fallando, mis manos picaban por tomar sus cabellos y hacerlo tragar hasta lo más profundo una y otra vez pero no podía interferir en lo que el estaba planeando. Acaricie su cabeza y me perdí en su mirada. Gatito travieso, succionaba desesperado, ya no podía resistir más. Intente apartarlo, pero el me sorprendió al pedir que terminara sobre su rostro. Así lo hice, pude ver su lengua saboreando mi esencia, disfrutando mi sabor. Me encamine al baño y traje una toalla húmeda, limpie su cuerpo y me recoste como el me lo pidió. Nuestros celulares llevaban mas de dos horas sonado, pero ninguno le prestó atención.
Taemin volvió a jugar con mi pene hasta despertarlo y se acomodó sobre mi, le ayude a ubicar mi falo en su entrada, suspiró y busco mi mirada.
- Te amo Taemin- repeti varias veces sin darme cuenta, y el se dejó caer sobre mi hombría. Lo sostuve para que no fuera tan brusco, pero estaba extasiado. Su interior era increíble, el condón me había impedido disfrutar plenamente como ahora, deseaba hacerlo mío hasta que el sol saliera de nuevo y aún no era mediodía, o al menos eso creía.
Taemin estaba incontrolable, era un sucio principito, sus gemidos y palabras llenas de blasfemias me tenían el cerebro funcionando a mil revoluciones.
- Que bien se siente mmm, Ming ahhh- Mi cadera se movía para embestirlo con fuerza cada vez que el se dejaba caer. Era un excelente jinete, estábamos tan cerca de liberarnos, gemi su nombre y el se descargó sobre mi pecho y yo lo hice en su interior. Llene su canal con mi semen, era exquisito poder hacer algo así.
Taemin se derrumbó en mis brazos.
- Dame un minuto, me recupero y seguimos.- Sonrei, había despertado a una bestia con un increíble apetito sexual.
Probamos todas las posiciones que el encontró más satisfactorias y cada vez me sentía más en otro mundo.
Después de la sexta vez Taemin me miró entristecido.
- Aprovecha cuando me duerma para irte de aquí, si estoy despierto no voy a dejar que salgas de mi vida. Te pido algo más.- tomó mi rostro entre sus manos- no llames a la cafeteria, no intentes buscarme, porqué no quiero confundirme más.- asenti lentamente, lo suponía. El sentía algo por mi, estaba confundido, que saliera de su vida era lo mejor.
Y si así lo quería aunque me costara lágrimas de sangre me alejaría.
Besó mis labios con ternura y así lo hicimos por casi una hora, nos llenamos de besos y caricias hasta que su respiración me demostró que se había quedado dormido.
Fui al baño, me duche y al salir vi su cuerpo en la cama, las blancas sabanas se enredaban entre sus piernas, su piel lechosa era una tentación, quería volver a sus brazos. Pero prometi irme mientras el durmiera.
Me acerqué y deje un beso en su frente. Si tocaba sus labios no me iría.
Camine por el oscuro pasillo y encontré a Kibum en la cafetería, no estaba abierta al público pero el estaba ahí.
- Con ese circo de gritos no podía dejar entrar a nadie. - dijo antes que explicara mi presencia en ese lugar.
Sonreí entristecido.
- ¿Que pasó que tienes esa cara? ¿Tae no es bueno en la cama?-
- No es eso...no quiere que vuelva a llamarlo- Key me miró sorprendido.
-¿¡ Tan malo eres en la cama entonces!? Tanto grito me hizo desear que me inviten, menos mal que no lo hice.- sonreí cómo pude y lo saqué de su error.
- No es eso, me voy a Japón por una transferencia, el lo sabía, le dije que me mantendría en contacto pero me lo prohibió. El desea seguir con su novio.- el joven negó con furia.
- No le hagas caso Minho por Dios.-
- No puedo obligarlo a que me quiera en su vida. Cuidalo mucho Key.- caminé hacia la salida como si dejará mi alma en aquella cama junto a Taemin.
- Si sales por esa puerta te arrepentirás el resto de tu vida. - dijo Kibum.- el único que puede detener todo esto eres tu.-
- Creo que apartir de ahora no será vida de todas maneras. Y te equivocas, el único que puede detener todo es Taemin y no desea hacerlo. Se que vas a cuidarlo por mi. Hasta luego.-
Salí de aquel lugar llorando, no podía manejar mis sentimientos, llegue a casa preparé mis valijas y escuche a mi hijo llegar, por supuesto no estaba sólo.
- Kai, ven un momento.- de mala gana hizo a su compañía subir las escaleras y camino hacia donde estaba.
- ¿Que diablos quieres? El no se irá. -
- El que se va soy yo hijo. Me transfirió la empresa - el me miró sorprendido. - quédate aquí, ya eres mayor, puedes hacer lo que quieras.- le extendi un sobre.- En esa cuenta depositare lo que necesitas para la Universidad y para tus gastos. Se feliz hijo.-
No lo deje hablar y tampoco le permití acercarse, cuando intentó abrazarme con lágrimas en los ojos al ver mis valijas.
- ¡Regresa papá!- fue lo ultimo que escuché mientras mi auto se alejaba del hogar que había construido con tanto sacrificio.
Llegue a casa de mis padres y me despedí de ellos. Mi hermano intentaba convencerme de quedarme con la excusa de que Jongin se metería en demasiados problemas sin mi supervisión, pero el debía madurar y conmigo cerca no lo haría.
Desde la ventanilla del avión mire todo lo que dejaba atrás, pero lo que más me dolía era dejar al amor de mi vida en brazos de otro hombre que nunca lo haría feliz...
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Quiero agradecer profundamente a NivethLee por todo el cariño y apoyo, además por la Bellísima portada que hizo para esta historia.
Gracias por los comentarios, votos y lecturas, tengo muchos lectores fantasmas jejej. Un beso para todos.
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