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Mi esposa murió después de dar a luz a mi hijo, me quede solo con un bebé, era un inexperto, tenía más miedos que fortalezas pero no iba a rendirme. Decidí no volver a buscar el amor ya que no lo creí necesario, mis amigos y mi madre me ayudaron a convertirme en un buen padre que, a pesar de trabajar, nunca faltaba a los eventos de mi pequeño niño.
El tiempo pasó increíblemente rápido entre dolores de estómago, enfermedades comunes en la niñez, fiebre a altas horas de la noche y dientes que debían darle lugar para que los nuevos crecieran, entre rodillas raspadas y algún hueso que casi se quiebra en medio de travesuras que provocaron que mis miedos más profundos salieran a flote.
Mi hijo creció y ahora era un hombre que apenas dejaba de ser adolescente para estudiar en la universidad, tenía sus aventuras amorosas que nunca terminaban bien por su inclinación a necesitar compañia diversa cada semana.
Kai estaba convencido que yo no sabia nada, entraba después de media noche con sus conquistas y estas se iban luego de un par de rondas de sexo que no eran para nada silenciosas como ellos creían. Podía escuchar sus discusiones y antes de que aquellos chicos salieran, golpeando puertas con furia al darse cuenta que Jongin no buscaba más que pasarla bien un par de horas, los esperaba abajo con una taza de café para tranquilizarlos y enviarlos a casa de forma segura en el taxi de un amigo.
Por más que intenté hablar con mi hijo sobre el modo de tratar a su compañía jamás me escuchaba, ya había perdido la cuenta de cuantos jóvenes salieron por la puerta de mi hogar, ni cuanto dinero gasté en café, galletas y taxis. Kai era un joven apuesto, rebelde y tenía imán para atraer a quien quisiera. Yo nunca fui así, la verdad que a veces pienso que eso lo heredó de mi hermano menor, ese perro si que es un ... mejor lo dejo ahí, tienen casi la misma edad y eso ayudó a que aprendiera las peores cosas, al ser compañeros del colegio, fiestas entre otras cosas.
Mi vida era un poco aburrida según todos,según yo era tranquila y no necesitaba nada, eso pensé durante muchos años hasta que conocí a un joven que me enamoró a primera vista. Jamás pude hablar con el, no me permití acercarme, sólo lo miraba de lejos, siempre estaba concentrado preparando los exquisitos cafés que se servían a pocas cuadras de mi casa. Desconocía si era un empleado o el hijo de los dueños, era demasiado joven para manejar todo lo que significaba ser el dueño, tenía talvez la edad de mi hijo, eso sinceramente me desánimo bastante, jamás podría competir con un adolescente ni acercarme a uno sin sentirme un pedófilo, aún teniendo todo el dilema moral en mi conciencia, no podía evitar pasar por la cafetería cada día, y ver como les sonreia a sus compañeros de trabajo y a todo el que se acercara,eso me hacía feliz.
Mi mundo estructurado se vino abajo un día que apareció frente a mi para tomar mi orden, su compañera estaba enferma y el había decidido esa mañana cambiar lugares para ayudar. Su sonrisa por primera vez era para mi. Su voz lleno de calidez mi frío y olvidado corazón. Me sentía en otra dimensión, donde el joven rubio frente a mi, era el dueño de cada segundo de mi vida.
- ¿se siente bien señor?- preguntó preocupado al verme perdido en mis divagaciones. Me dijo señor... es sólo un niño para mi, eso debía tenerlo claro siempre.
- Si, disculpa yo quiero el café que te guste más a ti.-soy un idiota, ¿pero que diablos? ¿Como pude decirle eso?
- Muy bien, enseguida regreso.- respondió mirándome un poco sorprendido tal vez por mi atrevimiento.
Sentía que iba a morir pensando que el no regresaría a mi mesa y enviaría a alguno de los empleados para evitar a un hombre estúpido, pero regresó con una sonrisa en su rostro.
- Espero mi café especial sea de su agrado señor...- me miró curioso, quería saber mi nombre, seguramente para anotarme en alguna Death Note.
- Minho, Choi Minho.- respondí con un intento de sonrisa, mezcla de viejo pervertido con idiota de secundaria.- ¿tu nombre es?
- Taemin. Lee Taemin.- dijo antes de dirigirse a otra mesa donde era solicitada su presencia.
Deje el dinero para más de veinte cafés aproximadamente sobre la mesa con una nota que decía que su café era el mejor que había probado en mi larga vida y me fui en el instante que el me dejó ver su espalda.
Camine un par de cuadras hasta que una dulce voz gritó mi nombre.
- Señor Minho, espere.- era Taemin, no era necesario voltear a mirarlo para saber que ese dulce aroma pertenecía a su cuerpo y que esa forma de decir mi nombre me enloqueció.- camina muy rápido, este dinero es demasiado, mi café no es tan costoso.- dijo entre jadeos por correr para alcanzar mis pasos.
- Es tu propina por no salir corriendo con mi atrevimiento.- dije y al segundo comencé a maldecirme mentalmente.
- Señor, se que usted es un cliente habitual, lo veo en el café desde hace seis meses, nunca le faltó el respeto a nadie y sólo toma una clase de café, puedo entender que al ver que la persona que más conoce de cafetería lo atendió, usted quisiera cambiar su rutina. No me ofendió que me pidiera elegir su orden del día. No es necesario pagar por adelantado un mes de tazas de café.- dijo sonriendo al contar con sus dedos la cantidad de órdenes que podía pagar con todo el dinero que había dejado sobre la mesa.
Se que el esperaba que le respondiera pero estaba concentrado en sus finas facciones.
Al ver que no respondía, estiró su mano con el dinero.
- Por favor señor Minho, no puedo aceptar todo esto.-
- Puedes aceptarlo, son las propinas del mes completo.- le respondí sonriendo y me fui dejándolo ahí mirando su mano.
Al girar en la esquina siguiente quise patear mi trasero, actúe como un mocoso, pude hablar más tiempo con el y lo arruine, el era más perfecto de lo que pensaba, mi vista deficiente talvez no me había dejado apreciar tanta belleza con la distancia que nos separaba pero Taemin era capaz de dejar sin aliento a cualquier hombre en la tierra.
Llegue a casa y ahí estaba mi hijo con mi hermano jugando videojuegos.
- Jonghyun ¿no tienes una casa por casualidad?- pregunté mirando el desastre que había en el suelo.
- Hermanito ya sabes que a mamá no le agrada mi obsesión por los videojuegos. Déjame vivir. - respondió en tono dramático.- además no me iré, hoy conoceré al hermano del novio de kai.- mi hijo lo miró con ganas de asesinarlo.
- ¿Novio?- pregunté sorprendido, recordaba muy bien que esa semana vi a cuatro chicos diferentes salir de casa.
- Si papá, me enamoré.- lo miré frunciendo el seño.
- ¿De cual de los cuatro que salieron de tu habitación durante la semana?- Jongin me miró.
- ¿Cuatro?- preguntó sorprendido el estúpido de mi hermano.- ¿te llevaste a la cama a los cuatro chicos del club? Diablos sobrino, no dejas nada para mi.- dijo sin recordar que yo estaba presente. Kai planeaba mentalmente la profundidad que debía tener el pozo donde pudiera esconderse. Lo conocia bien, el no quería que supiera esos detalles.- Pero Jongin... ¿ tu novio sabe de tus deslices diarios? El está muy enamorado de ti, acepta esta clase de cosas? - preguntó sorprendido.
Mire a mi hermano y a mi hijo esperando una respuesta que quería escuchar a como diera lugar.
- Claro que no sabe, el es muy inocente. Es de esos niños que aún creen en Príncipes y amores eternos - comencé a sentir dolor de estómago, mi hijo ¿era así de idiota?¿Tan mal hice las cosas al criarlo para que no le importe los sentimientos de los otros? - el sueña con casarse y le daré con el gusto cuando me aburra de engañarlo y esté listo para una vida aburrida como la tuya papá.- mi mirada reflejaba dolor, por mi y por ese pobre chico que era víctima de los engaños de mi hijo.
- No me mires así papá, sabes que tengo razón. Llevas años sólo, ya estoy grande y puedes dejar de intentar seguir controlando mi vida y comenzar a hacer algo con la tuya.-
Jonghyun dejó a un lado el mando de la consola y miró a mi hijo.
- Detente ahí Kai, con tu padre no te metas. El hizo lo mejor que pudo para criarte, que ahora seas un maldito desalmado no es su culpa. El te enseñó sobre el respeto y el amor hacia tu pareja y padece que se te olvidó. Llevas un par de meses con Tae y no pudiste ser fiel. Puede que para ti sea divertido el sexo fácil pero estas haciendo todo mal, pensé que habías cambiado o que por lo menos el sabía que clase de novio tenía.-
Jongin me miró y luego desvío la mirada.
- Lo siento papá.- salió de casa rápidamente y mi hermano lo siguió.
-Tae- repetí su nombre -¿quien será ese niño que mi hijo está engañando?- sujete mi cabello con frustración, talvez Kai tenía razón en algo, mi mente me llevó hacia la dulce mirada de Taemin, es hora de pensar en mi.
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Hola! Regresé 😅
Intente salir de mi bloqueo con una nueva historia y lo logré.
Mil perdones a los que esperan actualizaciones, ahora que volví a escribir aparecerá lo que están esperando.
Gracias por leer💙 y espero les guste la nueva historia.
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