Eren se estaba recuperando por completo, aunque de igual forma estaba muy débil.

Levi era consciente de ello, por lo cual, se dedicó a ir todos los días a ayudarle.

Salía de su casa desde que amanecía y regresaba a altas horas de la madrugada.

Quería ayudar a Eren, para demostrarle todo lo que siente, aunque sabía muy bien que no sería correspondido.

Amaba a Eren.

Un día tuvo que faltar, ya que le llamarón desde el hospital.

Muy nervioso asistió, pensando que había sucedido algo malo, pero se llevó una gran sorpresa.

-¿Eh?-Miró a la enfermera, luego de un nuevo informe médico.

-Su tío está muy bien de salud, a nosotros también nos sorprendió lo rápido que se sanó-le sonrió-Hoy mismo lo vamos a dar de alta, aún esta un poquito débil... pero usted le va a ayudar bastante-

-S-si-asintió.

Levi sintió un dolor en su pecho, no quería dejar a Eren solo, no quería que le pasara algo malo.

Frunció el ceño, sabía bien que no podía hacer nada en contra de eso. Debía ayudar a su tío.

-¡Que bueno!-Sonreía el viejo-¡Ya vamonos a casa, Levi!¡Me siento completamente libre!¡Jajajaja!-reía de forma exagerada, asustando a algunos enfermeros y médicos.

El joven suspiró con pesadez, ayudó con la silla de ruedas para trasladar a su tío.

-¡Más rápido!¡Quiero estar lejos de este asqueroso lugar!-Gritaba felíz.

-Si, ya voy a llamar un auto para llegar a casa-Fruncia el ceño.

-Se que disfrutaste todo este tiempo sin tenerme a tu lado... ¡Pero ya estoy de vuelta, mocoso!-lo apuntó con su dedo índice-Ahora por tu estupidez, debes cuidar de mi... soy un viejo inservible. ¡Jajaja!-

Levi asintió a todo lo que Kenny le decía, le daba completamente lo mismo.

Al llegar a casa, nuevamente sintió el dolor en su pecho.

Estaba muy preocupado por Eren.

Eren observaba a través de la grieta, estaba oscuro.

Habían pasado muchos días en los que no ha visto a Levi.

Eso lo dejaba tranquilo, pensaba que era lo mejor.

Se sentó y estiró su cuerpo, miró su pecho. La marca negra estaba por desaparecer.

"¿Mmh?", sus orejas se movieron rápido, estaba escuchando gritos humanos. "¿Qué es eso?¿Qué sucede?".

Salió de la grieta, muchos animales del bosque corrían.

Sus orejas se bajaron al ver un resplandor anaranjado al horizonte.

-¡Corran!¡Corran!-Gritaba un hombre.

-¡Hay que apagar el fuego!-Con una manta humeda, trataba de debilitar un gran incendio, pero poco servía.

-¡No!¡Déjalo!¡Hay que correr!¡Hay que llegar al pueblo!-

-¡James!¡La cabaña se esta quemando!¡Si no hacemos algo, se va a quemar todo el bosque!-

-¡¿Y eso qué?!¡Primero nuestras vidas!-Lo tomó del brazo-¡Corre!-

Mirarón las llamas, que cada vez se volvían más grandes y devoraban todo a su paso.

El humo ahuyentaba a los animales, quienes corrian despavoridos.

La cola del zorro se metió entre sus patas, sus orejas estaban bajas.

No sabía que hacer.

-¡Mmhga!-Soltó un gruñido, su cuerpo comenzó a brillar. Era nuevamente un joven-¡Aaahhh!-Gritó por dolor.

Su pecho se estaba volviendo negro nuevamente.

"¡Son los demonios del bosque!¡Son los demonios del bosque!¡No pueden apoderarse del bosque!", varias lagrimas cayeron por sus mejillas.

-¡Corran!¡Llamen a los bomberos!-se escuchaban fuertes gritos.

-¿Qué pasa?-Kenny miraba la televisión-Ve a ver que sucede, muchacho-se acomodó.

-Si, como sea...-Rodó sus ojos.

Salió de su casa, se sorprendió al ver muchas personas correr, una "niebla" gris.

-¡Aahg!¡Haa!-toció por el desagradable olor-¡¿Qué sucede?!-se fue a la calle.

-¡El bosque se está quemando!¡Corre!-Le gritó un viejo.

-¿Qué?-Palideció de inemdiato-¿El bosque...?-dirigió su mirada hacia donde se podía ver un resplandor anaranjado y mucho humo negro-Eren...-susurró preocupado.

Sintió un escalofrío en su espalda y el dolor del pecho se intensificó.

Eso no era nada bueno.

Eren estaba en peligro.