Capítulo 6

En un intento de no estar tan incomodos por el pequeño momento entre los dos, nos paramos del portón y entramos a la casa. No le di mucha vuelta al asunto y dejé que mi cuerpo me guíe. A veces me pregunto si me pasa algo. Quizás he dedicado demasiado mis sentimientos en el olvido que por eso mis ideales de tener compañía son excesivamente nulas. La vida se ha encargado de hacerme sentir así. Ya ni siquiera sé que es el disparar el corazón y mariposas en el estómago.

Observo a nana bajar por las escaleras. Lleva un vestido morado, una bufanda en el cuello con un lazo. Estatura promedio, contextura ancha, blanca, una tenue cabellera castaño marrón, y brillosos ojos grises. Si, muy encantadora, pero de joven debió ser la rompe corazones en su juventud. Alza la mirada y sonríe al vernos.

— Elena se queda — Dice sonriendo con sus brillantes ojos celestes.

— Increíble.....Estoy muy feliz de esa decisión.

Se alegra mucho y me abraza con la canasta de ropa en su brazo. Harry también sonríe.

— Quiero disculparme por lo de hace rato. No quise ser una mala educada. — Digo apenada

— Eres fuerte y valiente pequeña, no lo olvides jamás. — Me mira fijamente y asiente la cabeza.

Ahora entiendo el cariño que le tiene Harry.

— Ven, vamos al cuarto — Me sostiene el hombro. Fernanda y yo lo miramos desconcertadas. En diferente punto de vista, suena raro — ¿Y ahora que hice?

Se separa ofendido por nuestras miradas.

— Tus palabras, eso hiciste

— Me refería a que si deseas ir a ver el dormitorio, más no otra cosa.

— Él es así querida, con el tiempo uno se acostumbra. — Me guiña el ojo.

«Pienso si es bipolar »

— Estoy aún aquí señoritas — Ironiza. Golpea su celular con la palma de su mano 

«Sip, si lo es »

— En un momento los alcanzo. Llevaré la ropa a lavar y después subiré a dejarte sabanas

Se retira. Me ha dejado completamente sola con un niño bipolar.

Lo observo con seriedad por su doble sentido del humor que sé perfectamente que lo hizo a propósito. Me cruzo de brazos antes de subir las escaleras sin dirigirle la palabra. Pero como si todo estuviera en contra mía y queriendo recuperar ese emotivo suceso que tuvimos afuera, resbalo en el instante que mi pie izquierdo decide enredarse con el derecho al tocar el liso piso de madera. Literal, caí directo a sus brazos.

¿Verdad que es hermoso? ¡Pues para nada! Trato de salir de un momento arduo para entrar a otro.

<< ¡Linda desgracias! >>.

Me agarra de la cintura antes de que bese el suelo.

Bufo al aire sosteniendo mi peso en mis dos flojas piernas, ocultando a solas mi roja cara a tener tal encogido accidente nuevamente. Jalo y sacudo mi buzo toda calmada al sentirme normal otra vez.

— Si quieres estar cerca de mí y fingir la caída, sólo debes de decirme. Aunque funcionó bien.

Escucho coqueteo en su voz como también su libidinoso gesto.

Giro para verlo acercarse con sus manos atrás y su estúpida y hermosa sonrisa en su rostro. Su repentina cercanía provoca el golpe de mi espalda y la pared. Está a sólo milímetros de distancia que empiezo a desesperarme.

¿Por qué siento mi corazón acelerarse tan rápido? ¿Es por él? No, no puede ser ¿Y...y...y por qué se está acercando tanto? ¿Acaso es por qué quiere besarme? ¡Si es así entonces que lo haga de una vez! ¿Y si tiene novia?

«¡Ay no!..... ¡Me iré al infierno por eso!»

Está a centímetros de mi boca esperando que tenga una reacción. Pero su frescura en mi rostro como si me bañaran en menta ha ocasionado parálisis en mi cuerpo. Ni un minúsculo movimiento puedo hacer.

— Llegamos — Susurra

Ante su separación repentina lo miro extrañada, luego asombrada cuando abre la puerta la cual justamente está a mi espalda. ¿Acaso jugó conmigo?

«¡Hijo de la.....Pensé....... ¡Aish! ¡Olvídalo!»

Y aquí estoy, parada con cara de puñete queriendo matarlo con mis propias manos. Analizo todas las formas posibles de asesinarlo y enterrarlo, miles si es posible. Como con él puedo tocar, hacerlo pedacitos será tarea fácil, muy pero muy fácil.

— ¿Te gusta?

En definitiva, necesita un médico. No puede hacerse como si nada pasara. 

Idiota

— Sí, gracias

Aunque haya jugado así conmigo no significa que la amabilidad la dejaré por el piso. Es obvio que la habitación es hermosa y espaciosa ¿Cómo no agradecerle? Igual, haré lo posible para vengarme más adelante. No todas las mujeres somos iguales y morimos por esos pequeños gesto que tiene los hombres contra nosotras. Fingir es más sencillo que ellos. Fernanda entra por la puerta, nos queda mirando como si hubiera interrumpido algo.

— ¿Pasa algo?.... Puedo volver después

— No se preocupe, me enseñaba la habitación antes de que dañe algo por mi torpeza — Me mira con aprensión. Suspiro. El sentido de humor no va con ella en cierto sentido.

— Tomaré esto — Entre sus manos coge las sábanas. Se coloca a mí lado y de un sacudón las abre.

— Espero que tengas una buena noche. — Se despide con un beso, luego le deposita a Harry antes de salir.

— Bueno, creo que es todo por hoy — Junto mis manos.

Debo decir que me siento cansada.

— Espero que tu estancia aquí sea favorable. Si deseas algo de comer, que es muy probable que no tengas por ahora apetito, la cocina está a tu disposición. Mi cuarto es el que está diagonal. Si te apetece algo sólo me tocas la puerta y saldré. Si no tienes preguntas, me retiro.

Explica cuidadosamente cada cosa que tenía que preguntar. Ya no es necesario abrir mi bocota.

— Gracias nuevamente.

Sin pensar, le deposito un beso en su mejilla.

— Igualmente, Ele.

Sostiene mi mano con cariño antes de retirarse del lugar. Apaga las luces de los pasillos y entra por el cual pienso es su habitación.

Me siento en la cama y pienso si estaré haciendo lo correcto en estar aquí. Es incómodo ya que no conozco muy bien de ellos y no sé cómo me tomarán. Claro, son amables y se preocupan, hasta un punto. El muerto cuantas veces le pongas el formol, dentro de tres días apestará. Si ves a un desconocido en tu casa te vas asustar o te preguntas si es bueno o malo. Y es incómodo ya que soy una carga.

Sobo mi frente al sentir caer mi cara de vergüenza. ¡Esto es vergonzoso!

Encima de la silla, de lado del hermoso ventanal con cortinas blancas frente a la cama, se encuentra una envoltura negra sobre ella. Me acerco cuidadosa, la tomo en mis manos, la desenvuelvo y mis mejillas se ruborizan.

«¡Oh por Dios! ¡Esta vez sí se pasó! ¿Cómo pudo pretender que yo utilizaré eso?»

¡No puedo asearme! ¡Por favor! Es lógico que no puedo bañarme.

¿En qué pensaba ese muchacho?.

Desganada ante mi pensamiento, giro los ojos al saber que el intento que haré será en vano. Pero aun así lo hago.

«La necedad de uno».

Entro al baño, coloco las cosas encima del espectacular servicio celeste mientras me despojo de mi ropa actual. Me siento desnuda.

«Bueno, es un gran comienzo».

En sí, estudio las posibilidades de tener brevemente contacto con el agua calculando el alto porcentaje de mi duda. Aunque mi ropa se pudo sacar con facilidad, puede que la esperanza no haya. Abro la puerta de vidrio tratando de tocar el pomo de la llave sin tener tanto miedo. Obviamente lo estoy ya que me desanimaré si todo mi esfuerzo se va al caño. Soy sincera, no quiero eso.

Entre mis temblorosos dedos tomo la perilla para girarla cuidadosa, lo hago y espero afán que salga la lluvia de agua. A cambio, sale es una gota de agua. ¡Una!

«Bendecida sea la tubería. ¡Que coraje!»

En mi "instinto" de plomera, entro a la regadera y ojeo el daño que hay en ella. No es tan grave, sólo está floja. Y como si fuera la desgracia parte de mi naturaleza, el agua empieza a caer encima mío, y caliente todavía.

En ocasiones cuando alguien se encuentra en estas situación comprometedora, estuviera definitivamente insultando a los 7 viento sino es al universo entero. Pero en la mía, ahora, es muy diferente dado que puedo sentir el agua resbalar por mi cuerpo.

¡Exacto!. La felicidad inunda el espacio cuando empiezo a saltar y reír al poder apreciar la maravilla que las tuberías me dan.

Salir de la ducha y sentir la brisa entrar por la puerta haciendo que mi cuerpo pueda desahogarse es más que felicidad y tranquilidad para mí. No me había sentido tan bien desde que pasó mí accidente.

¿Pueden entender mí alegría ahora?

Me siento más que aliviada, como si estuviera volando. Tener un baño que de ley necesitaba es distinción completa.

Contemplo mi rostro en el espejo mientras cepillo mi cabello todo húmedo. Mi aspecto es diferente, céntrico y menos saludable. Antes mi piel era bonita y suave, pero ahora es clara, casi toda translúcida se podría decir.

Mientras me enfrento con lo mal que me veo, tengo que admitir que me estoy engañando. Nunca encajaré en este mundo de nuevo, ya no.

Intento no tener duda al ver las cosas que están aquí en tan perfecto orden, y al notar que la mayoría de cosas es de mujer, es difícil no preguntar si es de alguna chica de Harry. Bueno, quién sabe, hasta puedo hacer suposiciones y tal vez me equivoque. "Tal vez".

Pero que da, ahora lo que pretendo es acomodarme en la hermosa cama de tres plazas, acurrucarme en las sabanas todas suaves y descansar.


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¿Alguien más se imaginó a Elena como condorito? Porque yo sí.

jajajajajajajaj

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Nos leeremosss

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