Capítulo 25

Veo el reloj y han pasado 4 horas desde que me encerré en la habitación sin dar explicación alguna. Después de mi segundo desmayo repentino me alejé de Fernanda y Harry, más de Harry. Y lo único que hago es desesperarme al no encontrar una forma de salir de aquí. He tomado la decisión de dejarlos. Sin mí, están mejor. Desde que llegué he preocupado bastante a los dos, y ni si quiera sé si mi presencia ha ayudado en algo en esta casa. Con esos datos, mi decisión es inevitable.

Harry lleva 3 horas fuera y sólo avisó que recibió una llamada del tal Lucas. Adelantaran su cita. Y es lo más llamativo que he escuchado en todo el día. Necesito irme sabiendo que sus problemas se resolvieron. No quiero dejar nada suelto.

Todo se ha vuelto sin sentido, no le veo ya la gracia de seguir. Ni si quiera me emociona estar abajo. Arde de una manera indescriptible. Mis colores se esfumaron y por más que intente pensar que será un buen día, todo se caga al llegar a la realidad de mi estado. El golpe de la realidad me deja en lo profundo de la oscuridad.

Salgo del baño con un pantalón y un abrigo por el frío que hace ante la posible lluvia, y la presencia de Ángel ahora es lo que me inquieta. No lo he visto desde hace horas y me preocupa que ya no esté molestando. Es un niño tierno y muy amigable. Ahora que he tenido otro ataque, me vendría bien su amistada. Necesito a alguien que sepa de mi estado para estar a mi lado. El me entiende. Aunque es pequeño, es como si nos conociéramos de años.

Posiblemente este en el hospital. Iré allá. Entre-abro la puerta y lo que capta mi atención es la imagen desgarrada, histérica de Harry entrar a su cuarto. Pero eso no es lo preocupante, la sangre en su rostro y puño es lo que perturba. Así que cierro la puerta a toda prisa y a largas zancadas voy a su habitación.

«Nunca lo vi de ese modo.»

— ¿¡No te enseñaron a pedir permiso!? — Pregunta escéptico al verme en su cuarto.

Me detengo extrañada ¿Por qué me trata así?

— Cálmate — Me defiendo. En sí, muero de miedo, su rostro es completamente distinto — Iba hacer algo pero pase a verte primero.

— ¡Maldita! — Golpea el puño en el vidrio.

Doy un salto en mi puesto. Parpadeo un par de veces antes de ver la sangre ser nuevamente desparrama en su mano. La presión alterada del susto hace que mi corazón empieza a doler, pero es controlable. Todo lo que le pase a Harry me importa más que mi vida misma.

— Hablé con Lucas — Sale del baño enrollando una venda en su mano. Y ahora que lo veo, su camisa blanca mangas larga también está manchada. — Se iban a casar.... — Niega sonriendo. Se sienta en la cama con las manos juntas hasta manchar las vendas — Cómo él quedó en quiebra, Laura lo dejó y se vino para acá en otoño. No es la primera vez que lo hace — Ríe incrédulo — ¡Estafó otras empresas antes de venir a la mía! — Tira el celular contra la pared, despedazándolo por completo. — Al ver que mi empresa es más grande que la de los demás, intentó borrarme del mapa para quedarse con todo después de casarnos. Pero al ver las noticas y escuchar sobre el ingreso de Lucas, se fue con el nuevamente. Le dijo que se volverían millonarios con la empresa que supuestamente ella "tenía". Lucas sólo guardó esos papeles, nunca averiguó más allá ya que temía que Laura lo abandone — Se levanta de la cama tirando una hoja la cual encima dice "contrato cerrado". — Por suerte Lucas conoce al abogado de Nikolay Kolia. Arreglamos mi asunto y devolvimos el dinero. Eso era lo que había en el sobre. — Se gira botando un pedazo de papel a la basura.

«Gracias Dios mío. Gracias por a haberlo ayudado. No sabes cuánto agradezco tu esfuerzo.»

¿Y la sangre?

— Pero.....

— Por favor Elena, déjame sólo. Hablamos después — Vuelve al baño, regresa con el frasco de desinfectante para limpiarse.

— Sólo......

— ¡TE DIJE QUE NO!— Tira el alcohol a una esquina

Harry se limita a dar vuelta y meterse al baño nuevamente. Aterrorizada, echo un vistazo y veo el papel arrugado en el suelo. Lo desenvuelvo y observo que es un cheque cobrado. No es como quise que me trate, pero viendo que su problema ha sido resuelto, es momento de irme y dejarlo como dice. Sin embargo, mi boca y mis sentimientos no lo permiten.

— Antes de que digas algo, yo solo....

— Lo repetiré una última vez, sal de mi cuarto.

— Solo quiero aclarar algo contigo ¿Y tú te portas cómo un estúpido? — Alcé mi voz. En definitiva, me estoy poniendo molesta.

— Sólo quiero que te vayas.

La furia tiñe su tono.

— Sólo quiero hablar — Dije mientras me acercaba, pero su cuerpo esterilizado de golpe me hace retroceder.

«Creo que no era un buen momento para ofrecer mi ayuda»

— Dime...... ¡Cómo mierdas quieres hablar si yo estoy en este estado!... ¡Esto es estúpido! — Patea su mesa de noche, haciendo caer la lámpara.

— ¿¡Y te la coges conmigo!? — Trago duro y varias lágrimas gruesas se deslizan. — ¡Deberías agradecerme que me preocupo por ti imbécil! ¡De otra ni se preocuparía! — Hago una pausa, restregando mi mano por la nariz — Estoy aquí, cuéntame Harry.

— ¡Maldita sea sólo eres un espíritu! — Grita y yo retrocedo asustada.

— Harry......

— ¡No puedes ayudarme! — Grita exasperado — ¡Tú maldito estado no lo permite!— Da varios pasos y lo único que siento ahora es asco. ¿Qué le pasó al dulce y tierno Harry? — ¿Quieres que te diga por qué de la sangre? ¡Pues bien! Fui a la casa de Laura con Lucas para que me diga ella misma con sus propias palabras "¡Que me quiere muerto!". Pero lo que encontré, es la sorpresa de su casamiento. Dijo que yo no servía como hombre y que sí deseaba, el puesto de padrino sería mío y así nuestra deuda saldaría. Me abalancé contra el imbécil y lo golpee con todo lo que tenía guardado. Lucas me sacó de ahí y me trajo hasta acá. ¡Ahora deja de estorbar y vete de mí habitación!

La gente en el día a día tiende a rozar la superficie de las cosas y ser educado y cuidadoso. Ese no es el idioma que en esta posición se habla. Mis sentimientos, temores y recuerdos, la angustia y la alegría, los encontré con ese desprecio. Mis lágrimas caer con tanta tristeza y dolor, me hacen ver lo débil que soy.

No puedo creer que Harry me haya dicho eso. Creo que mi motivo de irme llegó de una manera muy sutil. No creía eso de él. No de él. Pensé que sería diferente y me equivoqué nuevamente. Comparado con lo que he pasado, no llega ni a los talones lo que él me hizo sentir ahora. Una mierda completa

— ¿Eso era para ti?

Mi rostro todo empapado y mi corazón hecho trizas no pueden afrontar la situación. Miro a un lado y trago con fuerza. Todo lo que dijo me golpea como martillo.

— Elena... — Dice espantado, aturdido, como sí se dio cuenta que acaba de cometer la peor inhumanidad de la historia.

Intenta caminar en mi dirección, pero le sostengo la mirada destrozada para que no siga avanzando.

— ¿Eso es lo que siempre fui? ¿Un estorbo?

— ¡Mierda Elena, no es lo que traté de decir! — Grita desesperado

— ¡Pero lo dijiste Harry! ¡Y nadie dice lo que piensa sin ningún motivo!

— Elena, por favor, debes escucharme — Suplica conmocionado

— ¡No hay < Elena > para ti Bell! ¡Lo acabas de dejar en claro! — Sollozo en mi mano. — Pensé que terminaría bien. Me equivoqué. ¿Y sabes qué? agradezco ser un espíritu. Me di cuenta que estando viva sólo encontraré personas como tú. Persona que deja entrar a otra para después destruirla por completo — Aprieto mi mandíbula tratando de no sollozar más fuerte frente a él. El nudo en la garganta me tortura incondicionalmente.

— Elena, no...¡Escúchame! — La voz trémula que lanza es como si no faltara nada por quebrarse. Sus bellos ajos ahora se nublan con las lágrimas salidas.

— No hay nada que escuchar — Digo desgarrante, la más cruel que puedo ser.

— ¡Por favor deja explicarte! — Su voz tembló, y lo que estaba roto se convirtió en cenizas.

— Todo está perfectamente claro.

No me quedé a verlo disculparse nuevamente y salí corriendo destruida de esa casa.

Está lloviendo torrencial y no me importa una mierda el alrededor. Sólo quiero ir lejos del mundo. Quiero olvidar, quiero irme de éste sufrimiento. Ya entendí. Entendí que no hay felicidad para mí, que el lugar de una vida larga llena de amor habrá sufrimiento. A lo largo de mi vida sólo he recibido padecimiento, dolor, angustia. Está claro que no hay lugar para que alguien me ame.

Lo veo al cerrar los ojos. Lo tengo en mi corazón que duele. Quiero entender que ya destruyó, que es un ardor en mi camino. Odio este sentimiento. Lo odio porqué la sensación del vacío en mi corazón ya no podrá llenarse. Me lastimó mucho.

«El amor que sentía por él se quedó en la deriva

He corrido durante diez minutos los cuales parecen eternos, las piernas me duelen pero no me importan. Sólo corro para olvidarme de él pero es inevitable. Cierro los ojos e inmediatamente su aroma, sus confecciones, y sus promesas aparecen en mi mente.

— ¡Lo haces y dices por el simple hecho de no permitirme estar a tu lado! Hay una razón por la que te puedo ver y no es justo que trates de huir sintiendo que esa es la única opción de estar bien porque no lo es. Tienes que confiar en que no estarás sola conmigo. Ahora estoy yo.

Mi vida ya está arruinada por completo. Lo único que me quedaba para ser feliz está arruinado. Quería algo para irme de su lado, más no que me humillen. No es justo, no lo es. Confíe en su palabra, en sus abrazos, en sus caricias y en su forma de hablar. No es justo que ahora eso haya sido una vil mentira.

Quejarme no ha sido mi punto de arreglar las cosas, no cuando papá tiene las riendas. Puedo decir, afirma y gritarlo a los cielos que lo único bueno de mi puta existencia ha sido tu compañía. Lo único real.....eres tú Elena. Lo único bueno de ésta infernal vida has sido tú. Por ti, detuve el carro. A pesar de nuestra diferencia, no quiero alejarme de ti. No quiero dejarte. Cuantas veces lo intente no puedo. Eres mi imán que necesito para estar completo. No sé qué hiciste conmigo, Elena, pero no quiero que te detengas.

El dolor es indescriptible, físico y mental. Lo siento por todo mí ser y me cala hasta la medula. Padecimiento. Me lo he provocado por creer que todo aquel que camina en dos patas será una persona excepcional que todo lo que hagas te lo devolverá con flores.

Me detengo en una calle desolada. La neblina no baja y la carretera oscura se ríe de mí. Las piernas me tiemblan y el frío cala mi sistema. Estoy tan desgastada que el estómago arde y se retuerce. No eh dejado de llorar en todo el camino. Todo lo que dijo Harry me golpeó como mil camiones de hielo en el pecho.

¡No quiero vivir ya!

— ¿POR QUÉ NO ME LLEVAS?..... ¡QUE EH ECHO PARA QUE ME PASE ESTO! — Estallo con fuerza, fuerza y decepción. El dolor y odio es lo único ahora dentro. — Ya no quiero vivir. No quiero seguir sufriendo más. Es suficiente.

La vergüenza y el bochorno se apoderan de mí. Soy un fracaso como espíritu.... ¡Maldita palabra que tiene que existir!

A lo lejos observo un carro venir hacia mí. Me quedo ahí, agachando la cabeza y esperando que todo acabe de una maldita vez. La velocidad del auto aumenta al igual que sus luces intermitentes. Alcé la mirada y sonreí. Sonreí al ver que por unos instantes mi cuerpo está en paz. Miro al fondo de mi corazón con la esperanza que algún día mis sueños y mis anhelos se cumplan. Porqué así como aparecen, desaparecen al chasquido de los dedos. Y ahora es momento de dejarlo ir......de dejarme ir.

Cierro los ojos y abro los brazos esperando el impacto. Me sumerjo en el recuerdo de mi vida con mi padre, mi madre, mi infancia, mis amigos, mi juventud y por último el niño con las flores. Todo eso quedara en el olvido por fin.

Abro los ojos, y el único golpe que recibo, es mi cuerpo estamparse contra el pavimento del otro lado de la vereda. La espalda me duele tanto, que me quedo un rato acostada procesando lo que acaba de pasar.

Me siento en el piso analizando el cuerpo a mi lado.

«¿Cómo apareció?»

— ¿Qué haces aquí?

Él se acerca y me abraza. Le correspondí su afectó puesto a que necesitaba uno.

Me alegra que haya llegado.

— No quiero perderte otra vez — Ángel empieza a llorar y yo también al ver que sólo somos dos niños pequeños que necesitan a sus padres.

— Me preocupe por ti. No te encontré por ningún lado

— Estuve todo el tiempo contigo — Ignoro sus palabras que no tienen sentido. — Lo siento por no ayudar sobre Harry y tú

Niego a su pesar. No quiero seguir hablando del tema y peor escuchar el nombre.

— Ya pasó, no te preocupes.

Ni yo misma creo en eso. Por dentro estoy más que sufriendo. Estoy rota en mil pedazos

— ¿Por qué querías morir?

«Este pequeño sí que pregunta»

Empecé a reír

— Necesitaba un tiempo a solas — Beso esas mejillas gordas.

— No te vayas de mi lado.

— De acuerdo

— ¿Lo prometes? — Alza su meñique mostrando su confianza.

Dude en hacerle promesa al aire, pero en esta vida siempre es bueno dar esperanzas aunque no sean verdaderas.

— Lo prometo

Nos encaminamos a paso rígido en la dirección del hospital. Ángel me agarra fuerte de la mano y soy consciente de que pueda, por un día, ser su mamá. El cuarto del hospital esta tristemente vicio y resuelta poco estar en un lugar menos acogedor. Todo está oscuro, el amanecer no es más que un murmullo a lo lejos. Ángel me suelta y corre al sillón. Me meto torpemente en la silla, asegurando mis lágrimas dentro de mis ojos. Esto sí es despertar a la realidad, y de qué manera.... ser aplastada por la persona que creías importante en tu vida.

«¿Por qué me lastimaste Harry? ¿Por qué admites amar si a la final ibas a destrozar? »

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