Capítulo 13
El sentir mi cama hundirse y el adormecimiento de mi brazo como si alguien estuviese apoyado no es común, duermo solo. Un leve empujón en mi lado izquierdo me sobre salta. Despierto analizando un cuerpo envuelto en la sabana. Si no hubiera sabido que era Elena, ahora mismo estuviera en reanimación.
Con cuidado de no despertarla, delicadamente le destapo su rostro, y en un silencio cómodo, admiro su perfil. No entiendo la electricidad que siento cerca de ella.
Recuerdo mi exceso de bebida. Soy un completo tonto por haberla tratado de lo peor. La apuesta en mesa no me vino bien ese día, perdí 5.000 en efectivo. No es que me dé el lujo de decir que no me importa en lo absoluto esa cantidad pero, el caer otra vez en mi propia trampa, es aguja en un pajar.
Las apuestas han sido parte de mí vivir. Los juegos en privado eran como mi segundo hogar. Emma me habló del peligro si sigo metido en esa rutina matadora, me regañó más de 6 meses por lo ebrio y lo estresada que se sentía al verme llegar sin dinero. Mientras más jugaba, más dinero sacaba de mi banco. En 3 meses, perdí 20.000 dólares. Hasta que se cansó.
Sólo hay dos razones por la que Emma Bell se fue de casa. El esposo y la pelea que hubo esa noche.
Flashback
— ¿A dónde vas? — Llega asustada a la puerta — No voy a dejarte salir Harry — Amenaza entrando al cuarto. Enojado, sigo ordenando el maletín sin dirigirle la palabra — ¿No ves lo que haces? ¡Detente ahora mismo! — Me quita el maletín de las manos. Giro los ojos cansado de su estupidez — Conseguirás que te maten un día de estos. Tienes el ejemplo de nuestro padre ¡Basta de tanta tontería!
— ¡Nuestro padre es un imbécil! — Grito enfrentándola. No voy a mentir que no me he pasado de copas, la veo doble — Mamá como abogada le dio las cláusulas que tenía las empresas, le habló del código orgánico penal en lo que se iba a meter si hacia una estupidez. Que él haya querido pasar encima de las leyes, no es mi problema — Río irónico — Emma, tenemos mucho dinero, unos cuantos no me llevaran a la tumba ¡Dios, pareces a nuestra madre! Ocúpate de tus asuntos y deja mi vida tranquila.
— Cálmate amor, tu hermano es mayor y sabe en lo que se mete. — El acento Alemán, se manifiesta en mi habitación.
Me molesta cuando la gente se mete en algo que no le concierne. En el caso de Brant, lo dejo pasar porque me apoya.
— ¡Gracias!
Brant es el vicepresidente de una firma de abogados en Washington D.C y único novio que me ha agradado hasta ahora de Emma. El color gris de sus ojos resalta el contraste de su cabellera lacia castaña. Su rostro largo, y pómulos marcados con sus fascinantes rasgos alemanes, enloquecerían a cualquiera hasta donde se tenía entendido. Sin embargo, fue lo contrario en esta relación.
Después de llegar a la empresa de nuestro padre y firmar un contrato para presentar los nuevos modelos, se topó con la pesadilla andante. Mi hermana es el diablo en persona con relación a los hombres. Sí que lo hizo sufrir a ese pobre hombre.
— No te apoyo imbécil, sólo quiero alejar a mi prometida de su muerte — Espeta furioso
— ¿Por qué mierda piensan que me van a matar? ¡Son mis amigos!
— ¿¡Todavía lo preguntas tarado!? — Nuestras miradas chocan embistiendo la rabia salir por nuestros poros.
Los dos somos altos, y con los rígidos que estamos, podemos irnos de golpe. Pero sólo se mantiene a una distancia prudente. Aunque ganas no me falta de ponerlo en su lugar. Que sea el prometido de mi hermana, no le da el derecho a desafiarme.
— ¡Estas metido con «sombras negra» la organización más grande de la comunidad de las apuesta y la mano de Dios Rusa! Maldito estólido, cuando le dejes debiendo algo vendrán por ti y tu familia. ¿Crees que te tendrán piedad por el simple hecho de pagar cuando pierdes? Estas equivocado, ellos se rigen por un contrato, y si pasado del tiempo acordado no le das lo que piden, te colgaran frente a todos.
— ¿¡Como sabes todo eso!? No me digas que tu.... — Se aleja impactada. Coloca sus manos en la boca reprimiendo las lágrimas.
— No necesito entrar a ese asqueroso y depravado mundo para saber el trabajo que hacen. Las paredes tienen oídos y boca. — Espeta. Estoy harto que todos piensen que necesito ayuda.
— ¡Por favor, es un mito para tenerles miedo! — Escupo devuelta — Olvídense de esa pavada.
— ¡Por favor tú! — Se acerca tratando de cambiar mi opinión — Hermano no quiero perderte. Te pido como mujer que te olvides de ese mundo y vuelvas a la oficina. Es donde perteneces.
— Ya contrólate Emm. — Mascullo. No la miro. No quiero ver su rostro. Verla suplicarme me destroza. En un descuido, sostiene el portafolio del otro lado. Pone más resistencia de la que debería — Suelta la maleta que se me hace tarde.
— No lo haré — La empuja hacia ella
— Dámela Emma — Mascullo conteniendo la ira.
— ¡Qué no!
— ¡Qué la sueltes!
— ¡No te la daré!
— ¡Emma dásela!
— ¡No!
— ¡Por el amor de Jesús, suelta el maldito portafolio!
— ¡Deja de ser caprichosa amor y dásela!
— ¡NO!
— ¡EH DICHO QUE ME LA DES!
Todo pasa rápidamente. Mi corazón late con fuerza contra mi pecho que apenas puedo mantener la respiración acelerada. La furia brota de mis ojos y el ardiente aire entra y sale de mi nariz. Cuando me doy cuenta de lo que hice, un estallido de culpabilidad arraiga mi sistema. Mi atención se vuelca en la dirección de la mujer que prometí proteger con mi vida, y soy capaz de notar cuan bajo he caído, en lo que las apuesta me ha convertido.
Miro la figura de mi hermana en el suelo y no puedo dejar de maldecirme por haberla tocado. Brant corre hacia ella y la ayuda acomodarse en el suelo. Sólo después de ver lo que mi egoísmo le ha causado, las lágrimas visibles y palpitantes en mis ojos empiezan a deslizarse por mi mejilla.
— Emm....
— No te atrevas a tocarla. — Sisea entre dientes. Saca un pañuelo de su bolsillo y empieza a limpiar el labio partido que yo cause. — Te voy a matar hijo de puta. — Dice con la voz enriquecida.
No es un grito, ni un gruñido, es una afirmación, y no estoy dispuesto a ir en su contra. Pero Emma lo detiene con la mano, le suplica con la mirada que no haga una estupidez. La suaviza y la mira tiernamente acariciando su rostro. La ayuda a levantarse, y sólo entonces supe que había perdido a mi hermana, la única que estaba dispuesta ayudarme sobre toda las cosas.
— No ves en lo que te has convertido, pero yo sí, y no me quedare a ver como arruinas tú vida. Espero que la mujer que esté a tu lado, no se arrepienta en su decisión.
Fin del flashback
Y así, nunca más volví a verla. He sabido de ella por las cartas que manda, he visto sus logros por las fotos que Nana me enseña, ella sigue pensando que se marchó porque en España está su carrera. Pero ya nada es como antes. Perdí a mi mejor amiga, a mi hombro......a mi confidente.
Después de que ella se fuera a la mañana siguiente, cambien todo. Me olvide del bar, de las apuestas, mejoré mi actitud, cambien mi forma de ser.... Aun así no fue suficiente para que ella volviese. Y lamentablemente así es la vida. Uno ve lo bueno que perdió luego de que se haya ido.
Juro que me contuve para no pisar de nuevo ese lugar que me hundió. Sin embargo no pude resistirme, no tuve las fuerzas para contenerme. El contrato no debió ser enviado. Y ahora veo a lo que Emma se refería. No logro entender quién quiere verme 3 metros bajo tierra. Tristemente lo está logrando.
Escucho las pequeñas vibraciones de mi celular indicándome una llamada entrante. No quiero ser molestado por alguien ahora, sin embargo lo recojo al observar el nombre encima.
«William»
— Deberías estar despierto hace rato hombre. Ya van hacer las 11 del día y según las políticas de tu padre un empresario no descansa o sino es una pérdida a la bolsa de valores. — Suelto una carcajada y niego. Me acomodo nuevamente y me acuesto con el brazo en la cabeza.
William no es sólo uno de mis mejores amigos, también es un empresario de las industrias de los bienes raíces, y un estúpido tornillo en mi zapato cuando se trata de ventas puesto a que su compañía con la mía hay negocios de por medio. Y voy perdiendo.
— Primero que nada soy el jefe de la empresa. Segundo, es feriado y di vacaciones a los empleados. También merecen descanso. Y tercero ¿Cómo así llamas? Si es por el dinero que te gané, fue justo el papeleo. — Salgo del cuarto para no despertarla.
— Aunque sigo pensando que hiciste tratos con tus socios para ganarme la venta, yo llevo la ventaja de los porcentajes más alto en las últimas dos semanas. Si tu padre se entera que tus ventas bajaron por despedir a los socios, no vives para contarlo. — Explica mi situación de la cual sé con perfección que voy mal.
— Lo sé y ya se enteró. — Trago saliva recordando lo ocurrido ayer.
— Debiste pedirme ayuda Harry. Sabes que siempre nos vamos apoyar.
— Lo agradezco, pero quería arreglar el problema por mí solo y no meter a alguien en asuntos que me corresponde.
— ¿Y ya lo resolviste? —Me quedo callado unos segundo — ¿Harry?
— Todo resuelto con papeleo incluido — Sonrió angustiado. Masajeo la frente la cual misteriosamente ya se encuentra casi sudando. Ese problema no me preocupa ahora.
— ¡Perfecto! Debo admitir que si no fuera por ti, la empresa quebraría.
William es como el hermano que nunca tuve. No nos vemos como antes pero aun así está el apoyo incondicional. Fue el primera en enterarse la verdad y no me juzgó, por el contrario, me ayudó a salir de la depresión. Le debo mucho a ese hombre.
— Gracias hermano. Ahora dime que ha sucedido. No me digas que John volvió a utilizar una de tus casas — Del otro lado del teléfono se escucha como John se queja.
— Parece mentira pero no. La semana anterior que no viniste a jugar golf porque debías ir a visitar a alguien, un nuevo contrincante apareció y hubo unas cuantas peleas. Tenemos 4 meses para prepáranos y ganar el partido.
— Espera..... ¡Que! Se supone que en cuatro meses tenemos la reservación para el viaje que estamos planeando haces un año. ¿En qué carajos se metieron?
— ¡Oh vamos hermano!, no me regañe a mí, regaña a John. En media pelea al idiota se le ocurre decir el nombre de una mujer, y para variar, ha sido la esposa del contrincante. Lo bueno es que hay 10.000 dólares en efectivo. Eso y porque John le rompió la nariz y para nuestra desgracias eso vale la operación.
— ¡Los voy a matar chicos! — Mascullo. Trato de mantenerme al margen. Más dinero debo sacar de mi bolsillo. ¡Maldición!.
— Tendrás tiempo de hacerlo — Toca el timbre — Estamos afuera
— Espero que tengan seguro. Y no precisamente los autos — Cuelgo y dejo el celular en la mesa del pasillo.
Y ahí están los 3. William cruzado de brazos e indignado, John jugando con las flores de mi jardín y James conteniendo la risa al verme con el bate. No fue mentira lo que dije.
— A quien mato primero — Digo golpeando el bate en mi mano. Enseguida, John corre al auto de William. Iba a tras de él, pero James me detiene.
— ¡Lento!
— ¡Aún me pregunto cuando maduraras! — Espeto furioso
— ¡Cuando sea una fruta tal vez! — Sonríe con cinismo.
— Ya deja al niño, lo hizo sin intención de jodernos — Me sostiene el hombro con una mano. Sonríe indefenso sin problema alguno. Claro, como él no tiene deuda, todo es bonito y brillante.
— No sé por qué soy tu mejor amigo. — Le digo cuando lo veo pasar de largo. James me quita la mano del hombro y camina a lado de William.
— Porqué me quieres — Me guiño el ojo. ¿Me iré al infierno por quitarle el ojo y dejarlo como adorno de mesa?
John de mierda, me las va a pagar completas.
Mi mandíbula se tensa cuando veo a John con mi mandil de cocina preparar su especialidad. Estoy cruzado de brazos en la mesa y mi dedo no deja de golpetear mi antebrazo. Por un lado es chistoso verlo porque de espalda parece una mujer, pero no resisto imaginar cómo lo estrello contra la mesa por hacer sus estupideces de siempre.
Todos me miran atentos, ninguno dice nada. No es que me de alas pero, sé cómo jugar el golf y como hacer trucos en él. Así es como ganamos los partidos. Los muchachos también tienen sus trucos, malos pero lo hacen bien. Creo que son mejor en lo que hacen.
William es el tipo de chicos que es alto, muy delgado, cabello negro corto con copete, ojos mieles con lentes y siempre anda bien vestido. Pantalones de tela, camisas mangas largas y su corbata....a veces. Somos amigos desde que me mudé a Londres cuando apenas cumplí los 7 años. Estudiamos y nos graduamos juntos.
Por otra parte James es callado y excelente ser humano. Eso sí, cuando lo ves como insignificante puede ser tu fin. Es un enemigo de la abogacía. Una vez le ganó un caso a una fábrica en Polonia cuando apenas tenía 21 años. Hasta hoy sigue cerrada. Va a la par con Brant. Lo conocimos en la universidad junto a John. Ya eran amigos desde entonces esos dos. James es más de gabardinas y pantalones vaqueros, ojos color café y cabello castaño.
¿Y qué hay de John?, pues él.....es él. Mujeriego hasta el infinito. Llegó a la universidad sin hacer nada y se graduó sin hacer nada. Pero en sí es un muy buen diseñador de modas, tanto que él hace su propia ropa. También es muy formal, pero el cabello rubio hasta los hombros y su trabajo impacta a las industrias de marcas reconocidas como: Chanel, Gucci, Louis Vuitton, etc, etc, etc. Hasta ahora no se ha aliado con nadie. Le gusta estar solo y sus trabajadores.
Y aquí donde nos ven, no pasamos de 30 y ya cada uno tiene su profesión. Unos dicen porque nuestros padres son ricos y gracias a eso nos graduamos antes de tiempo. Por una parte es cierto en el caso de John. De mi parte, tuve que estudiar una carrera que no me gusta para complacer a mi padre y sin embargo ya tengo una empresa, sin nombre pero es mía. En los demás, John en regalar ropa. William a dar viviendas a personas con bajos recursos y James a salvar a mujeres de la violencia llevando a los demandados a la cárcel.
— ¿Y esa mala cara?
— Porque matar es ilegal — Ruedo los ojos. Me acomodo en el asiento y empiezo a jugar con el tenedor. Mi cabeza no está en orden ahora.
— Estas raro ¿Estuviste con una chica? — Se apoya en la mesa moviendo las cejas coquetamente. Me vuelve a la realidad cuando me lanza una manzana.
— ¿La palabra dormido les suena?.... — Enseño la fruta. Se la regreso y este la coge con su mano. Me sonríe antes de comérsela. No quiero meterlos en mi caso, no se los merecen. — Pues eso hacía
Tomo una uva del centro de mesa y la meto a la boca. Nuestra interacción se vuelve incomoda. No me creen. Era obvio de esperarse. También está Elena, y donde les diga, me tomaran de loco.
— ¡ESTAS MINTIENDO! — Grita desde la cocina el metiche de John. Esta vez sí lo mato
Es como un don que le dio Dios. Mejor dicho como una maldición.
Sale del comedor con unos platos llenos de tostadas. ¿Dije que le encanta también la cocina? Pues efectivo.
— Yo... Para nada
— Tu ojo izquierdo se expande. Deja las niñerías y cuéntanos tus travesuras.
Mis manos se cierran en puños sobre mi regazo y contengo las ganas de golpearlos. Es la octava vez que les repito la historia y aun no me dan señal de creer lo que digo. Sus expresiones en blanco no me dan pista de algún vestigio de credulidad.
Mi mirada se clava en la de ellos y la sostengo mientras trato de pensar en lo que hare. El miedo me forma un nudo en mi mente. Estoy seguro que si Elena se da cuenta de lo que haré, me cortará a mi amigo.
Subo con los chicos al cuarto mostrándoles a lo que me refería. Cuando entran, retroceden al ver las sabanas moverse de arriba abajo. Se acercan moviendo sus manos a todos lados esperando que sea una mentira mía, pero no es así cuando ven que no hay cables o hilos que la sostenga.
Abrumados, empezaron a mirarse cuando ya nos encontrábamos fuera de la habitación.
— ¡Pero qué rayos! — Exhala en silencio, toma sus rodillas con la mano mientras asimila lo que vio. John es el más asustadizo del grupo. Un empedernido y cobarde enamorado.
— Me dejaste... — James está frío, hace una explosión con sus manos mientras piensa en lo sucedido — No hay palabras.
— Te creo — William lo toma con calma. Siempre fue el más pasivo cuando se trata de cosas serias. — No soy el indicado para darte una solución. ¿Cómo es posible? No lo sé.
— Para ser sincero yo tampoco sé, pero lo hago. Ustedes sólo ven cosas, Nana y yo la vemos en persona, en carne y hueso.
— ¿Y es hermosa? — Su semblante cambia por completo. John nunca va a madurar.
— Mucho — Sonrío negando — Su personalidad es muy humilde. Es sencilla pero muy decidida. Hasta donde la he conocido, es una de las pocas chicas que quedan.
— ¡Oh, parece que mi Harry se enamoró de una fantasma! — Aclara William moviéndose como una chica enamorada.
— ¡No! ¡Por favor, chicos vamos tengo novia! — Intenté sonar convincente.
— ¿Y la rubia de la noche anterior? Dijiste que no hubo nada, pero casi pasa.
Mala idea de comentarles eso también. Nunca me dejaran tranquilo.
— No lo hice, James. — Respondo un tanto fastidiado.
— De acuerdo, de acuerdo. No digo nada — Alza los brazos haciendo como si cerrara su boca.
— Pero bueno ¿Quién somos nosotros para juzgar? — Nos mira a todos — En fin, otro día planearemos lo de la competencia. Debo volver a la oficina por unos papeles, es tarde — Opina William mirando su reloj.
— Yo tengo que volver a la casa y ayudar a mamá con la decoraciones del hogar — Le sigue James
— Yo sólo tengo 4 citas y no sé a dónde llevarlas.
Todos lo quedamos mirando. Él sólo le da impartimos mientras se estira en la silla tranquilo como si fuera normal hacer eso. Bien por él.
Giramos los ojos al uniso. Les señalo la puerta y ellos salen por esta, excepto William, se queda a mi lado mirando a los dos tortolos como se pelean.
— Estar enamorado significa admirar y gustar de la otra persona, amarse es conocerse y quererse con todos sus defectos y virtudes. Laura y tú no son del uno para el otro, que tu padre los haya unido por el contrato es muy distinto. Una relación es de dos, por lo tanto ambos deben recibir y dar, y hasta ahora tú eres el que da pensando que serán una relación estable. Por algo pasa las cosas Harry, escucha a tu corazón — Chocamos los puños, se aleja con las manos en los bolsillos hasta su auto.
Puede que tenga razón en escuchar a mi corazón. Seguir lo que yo quiero y hacer lo que por fin dicte mi ser. Si lo hago, estaré en la cuerda floja. Laura puede ser todo lo que quiera, sin embargo es mi novia y el matrimonio que mi padre quiere no puedo romperlo.
Elena tiene razón cuando me dijo que algún día se irá. No estará en éste mundo. Si dejo que el corazón mande dolerá cuando ya no esté a mi lado.
«Odio tener muchas cosas en contra mío»
***************
No sé, pero amo la forma que William le da su apoyo 😢😢. No todos reaccionan de esa forma 😂
¿Cuál será la decisión de Harry?
¿Creen que fue adecuado distraer su mente en el bar?
¿Qué problemas tiene para que sus ventas bajen?.
Los espero en el siguiente capítulo mis fantasmitas. Voten y comenten ❤❤❤👻👻
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