Paso una semana desde aquel incidente, y ya no se volvió a repetir mas, me sentí mejor. Pero mis padres decían que era parte de mi imaginación o mi subconsciente.

Una noche desperté exaltada de una horrible pesadilla que tuve con mi hermana, ese "sueño" parecía tan real...me levante de mi cama, y me flote los ojos, camine el pasillo y baje las gradas con mucha calma, pero escuche unos ruidos en la sala, baje con algo mas de rapidez y me cole a la pared de espaldas, y mire lentamente hacia la sala con los ojos cerrados, mi corazón latía a mil por hora, me daba miedo mirar, abri los ojos y...no había nada, era solo la televisión, alguien la había dejado encendida, agarre el control remoto y apague la TV. Me dirigí hacia la cocina, y tome un vaso de agua, me sentí mas tranquila y subí las escaleras con mucha calma, me agarraba de la baranda de la escalera, llegue, me sentía cansada, porque las escaleras eran mi debilidad, me agotaban fácilmente, di un gran bostezo al llegar, mire a mi izquierda, y luego a mi derecha, volví a mirar a la izquierda, y sucesivamente a la derecha y fue cuando vi a Madeline, a mi hermana, a esa niña a la cual había tirado de las escalera, el terror, el pánico, recorrían mi cuerpo, estaba helado de miedo, no podía moverme, quería gritar, la palabra no podía salir de mi boca, Madeline se acercaba lentamente hacia mi era horroroso, ella estaba abrazada de ese maldito espejo, y de repente grite, -¡Auxilio!- mi hermana seguía ahí, tenia la misma sonrisa macabra, de cuando la vi en el reflejo del espejo, quería caerme al suelo, pero justo en ese momento mis padres salieron de su habitación, pero no vieron nada, mi padre me tomo de los hombros y solo me preguntaba -¡¿Qué pasó?!-, en ese momento no podía responder a nada, ni a nadie, no podía moverme, papá me cargo y me recostó en la cama, mamá se quedo conmigo, me acariciaba de mi cabeza y me decía -Ya paso, tranquila-, pero para ella era fácil decirlo, no vio lo que yo vi, no sintió lo que yo sentí, papá aparecía con un chocolate caliente, y me dijo que eso me tranquilizaría, termine el chocolate, y entregue la taza a papá, dijeron que me recostara, me arroparon y apagaron las luces, yo les dije que no lo hicieran, porque aun sentía miedo, me dieron la opción de prender la lamparita de mi mesa de noche, asi la hice, en toda esa noche no pude dormí, solo daba vueltas y vueltas en mi cama en mi cama.