Pov Nadie:

El viaje en auto desde el edificio de Elias Clarke hasta la casa adosada de la familia Priestly se le había hecho eterno a la mujer, a pesar de que Roy había hecho lo posible de llegar rápido, sabiendo que su jefa tenía algo de prisa, sin embargo debido a que estaban en pleno medio día, el tráfico no ayudó mucho y tuvieron algo de retraso, sin embargo el hombre supo cómo tomar los debidos atajos para que el tiempo no se siguiera perdiendo en el atasco y unos doce minutos después de haber salido de Runway, ya se encontraba estacionando frente a la casa adosada y saliendo rápidamente para abrir la puerta de la mujer, la cual le agradeció lo más amablemente que pudo a pesar de la evidente molestia que tenía.

Tan pronto como Miranda cruzó la puerta de su amada casa y la cerró detrás de sí, quiso soltar todos las maldiciones que se sabía en cada maldito idioma que estaba en su conocimiento solo para poder desahogar un poco su ira hacia Stephen, pero antes de que pudiera siquiera pronunciar palabra alguna, su atención fue desviada por aquella colonia que se había vuelto su mayor adicción desde la primera vez que la percibió del cuerpo de su amado cuando se encontraron por primera vez luego de la transición, y como si fuera un imán se encontró caminando hacia su oficina privada para encontrarse por fin con su amado; en cuanto llegó simplemente entró ya que la puerta estaba abierta, al no estar las niñas podían hablar tranquilamente de lo que fuera allí sin tener que cerrar la puerta, por lo que apenas cruzó el umbral de la puerta vio a su novio sentado en el sofá doble, estaba hablando por teléfono mientras tecleaba en su MacBook del trabajo.

—Ya envié los artículos que tenía pautados para hoy, tengo un asunto personal y familiar que atender, por lo que pedí el resto del día, si sucede algo pueden notificarme a mi correo —habló con un tono serio y algo ronco, su ceño estaba fruncido mientras hablaba por teléfono, dando unos últimos clicks para después cerrar la portátil con cuidado —. Muy bien, nos vemos.

—Supongo que Emily te avisó que Eloise fue a mi oficina el día de hoy —dijo luego de que la llamada finalizara, dando unos pasos más para entrar en la habitación ya que no se había movido del umbral para no perturbar a Andrew en su trabajo, pero tan pronto como éste la escuchó giró su cabeza hacia ella y la miró.

—Sí, tan pronto como entró a hablar contigo, mi amor —respondió con tono suave mientras se ponía de pie y dejaba su teléfono sobre la MackBook, acercándose rápidamente a la mujer y tomándola cariñosamente entre sus brazos, dejando un pequeño beso en sus labios y luego uno en su sien, notando cómo es que era notoria en la frente una vena, clara señal de un dolor de cabeza —. ¿Quieres una pastilla? Se ve que ya tienes un dolor de cabeza.

—Mi día iba tan bien hasta que Eloise entró y me dio la "maravillosa" noticia de que Stephen la había contactado otra vez —luego de haberle dado un pequeño asentimiento para responder a su pregunta, mientras Andrew la llevaba con él al sofá habló con algo de frustración, tomando asiento mientras el joven hombre se acercaba al escritorio y buscaba en una de las gavetas los recipientes de analgésicos que guardaba allí para este tipo de situaciones.

—¿Ahora que quiere ese inepto? ¿No tuvo suficiente con la última demanda? —preguntó con fastidio para nada disimulado, rodando los ojos porque el ex de su amada estuviera aun queriendo hacer algo en contra de ella solo por la necesidad de sentirse superior a ella y conseguir aunque fuera una miseria de su dinero.

—Aún quiere seguir intentando sacarme dinero, ni te imaginas por qué es esta vez —comentó mientras recibía las pastillas que le fueron entregadas y luego el vaso de agua; una vez que se tomó los analgésicos y devolvió el vaso, buscó los documentos en su cartera y se los tendió al castaño, el cual los tomó y enseguida se dispuso a leerlos.

—¿Demanda por adulterio? ¿Es en serio? ¿Qué tiene este imbécil en la cabeza? —preguntaba completamente incrédulo por lo que leía en los documentos, soltando una risa amarga mientras negaba y se paseaba delante de su pareja en un intento de calmar el enojo que poco a poco comenzaba a sentir con cada línea que leía en los papeles que tenía en sus manos.

La situación era completamente ilógica, el matrimonio que Miranda y Stephen tenían solo había sido un completo error, una jugada sucia por parte del padre de la mujer en un bajo y estúpido intento de querer manejar la vida de su hija; claro que al final no le funciono de nada porque no consiguió realmente lo que quería, solo logro fastidiar a la editora en jefe por el tiempo en que duro el proceso de divorcio. Stephen se había metido en la vida de Miranda para intentar hacerla un caos, provocando algunas situaciones incómodas y dando entrevistas para hacer ver a su "esposa" como una mujer frígida que siempre prefería estar trabajando en lugar de pasar tiempo con su familia, revelando incluso que ella no le cumplía íntimamente.

Si bien esto no era mentira, ya que ellos nunca llegaron a nada más allá de unos besos que él le robo a la fuerza cuando estaban en público, Miranda se había jurado que ni muerta dejaría que él la tocase y así había sido, por más que Stephen intentó meterse en su cama nunca lo consiguió, algo que lo frustró completamente y en su intento de hacerla sentir menos se buscaba amantes, claro que nada de eso la afecto a la mujer de cabello blanco platinado, solo recopilo toda la información para que le fuera de utilidad en el divorcio, dejando todas las evidencias de que Stephen le era infiel mientras se hacía el mártir, exponiendo incluso el fraudulento matrimonio al que fue sometida, cosa que fue incluso más perjudicial para él.

Miranda se aseguró de nunca verse con ninguna mujer durante su matrimonio, absteniéndose de caer en las mismas estupideces que el hombre mayor, aunque ella jamás se rebajaría al punto de él, ella si se sabía controlar, además de que durante todo eso fue el tiempo en que Andrea se había convertido en su asistente y ella comenzó a tener sentimientos por ella, así que no tuvo ojos para ninguna otra más que para la mujer más joven; el beso que le fue bella e inesperadamente robado por su asistente fue el contacto más íntimo y cercano que había tenido con otra mujer en mucho tiempo y había sucedido en París, así que Stephen nunca podría haber obtenido alguna prueba de "infidelidad" de su parte y sin embargo aun así se atrevía a intentar sacarle dinero alegando infidelidad.

—Eloise dice que quizás usará algo fuera de contexto, pero en el caso de que tenga algo "real" habrá sido obtenido antes o después de nuestro supuesto matrimonio —le explicó entonces con un tono neutro, habiendo preferido apoyar su cabeza en el espaldar del sillón esperando que el medicamento le comenzara a hacer efecto ya que si llegaban a la reunión y tenía migraña, dudaba que Stephen saliera vivo de allí.

—Antes sería un poco menos probable... ¿Después del divorcio saliste con alguien en público aparte del trabajo? —lo primero lo murmuró mientras negaba ligeramente, colocando su mano derecha en su barbilla, frotando sus dedos en la barba bien recortada, hábito que Miranda había notado que hacía incluso antes de la transición y que según su novio, lo había tomado porque sentía picazón y era una pequeña dismorfia corporal por no tener su barba; después de un poco de haberse quedado en silencio de repente le preguntó con tono suave a su novia, mirándola a los ojos mientras dejaba los documentos sobre la laptop.

—No estuve con nadie después del divorcio, solo estuve buscándote hasta más no poder, además de que nadie podría llamar mi atención al estar enamorada ti, querido —respondió al instante con sinceridad, ya que esa era la realidad, ella no se había interesado en nadie después de haber conocido a Andrea y tan pronto como se libró de Stephen solo se centró en buscar a la mujer más joven sin tener éxito.

Ella realmente no se había fijado en nadie más en todo ese tiempo en que Andrea se había ido, ya que su corazón solo le pertenecía a esa personita que sin mucho esfuerzo se había metido en su vida, pero luego de pensar por algunos momentos más recordó un momento luego de unas dos semanas después de que el divorcio estuvo completamente finalizado ¿Podría ser eso lo que Stephen tenía en su "contra"?

—Espera...Una sola vez estuve con alguien pero después de que acabó el divorcio —comentó de repente al tener más claro en su mente aquel momento, el cual casi había olvidado ya que había ocurrido en un momento algo doloroso para ella; la atención de Andrew rápidamente regresó a su pareja y al instante captó aquel breve destello de dolor en sus ojos, por lo que se sentó frente a ella en la mesita donde estaba su MacBook, tomando las manos de la mujer entre las suyas y dándole una mirada de apoyo para que se animara a hablar, sabiendo que él nunca la juzgaría por nada.

»Estaba demasiado frustrada por todo lo que fue el divorcio y tu búsqueda sin resultados, estaba en un punto de ruptura que no supe cómo salir de él así que me comuniqué con una vieja conocida. Durante un fin de semana de las chicas con James me reuní con ella aquí, solo estuvimos unas horas, al parecer ambas lo necesitábamos y tuvimos relaciones, desde ese momento no hemos vuelto a hablar —le comenzó a explicar de forma honesta y serena, disfrutando de las caricias que el hombre más joven le proporcionaba a su mano con su pulgar de aquella forma tierna y comprensiva; había bloqueado ese momento de su mente puesto que se había dejado llevar por la frustración y el dolor de no tener a la persona que más había llegado a amar en tan poco tiempo a su lado.

—¿Cabe la posibilidad de que él viniera y las viera de alguna manera? —preguntó luego de una breve pausa después de escuchar a su amada relatar aquello; a él no le molestaba que Miranda hubiera estado con alguien más antes de que se juntaran, él mismo se había acostado con una mujer mayor justo en el momento antes de enterarse de la trampa que le querían hacer a Miranda en París, habiendo querido sacar de su mente a la mujer que tenía su corazón, pero mucho no había podido hacer ya que se había acostado con una mujer que le recordaba mucho a la editora en jefe.

—No sabría decirte, pero si es así entonces quien termina perdiendo es él, ya que se supone que no podría acercarse aquí; además de que estaría invadiendo mi intimidad y privacidad —ella realmente esa noche no había notado nada extraño durante su tiempo con Valeria, aunque no es como si hubiera estado concentrada en otra cosa que no fuera su placer y en el de su acompañante.

—Bueno, supongo que solo nos tocara averiguar qué es lo que supuestamente tiene en tu contra, aunque al final sabemos que solo le pateara en el trasero su intento de perjudicarte —no sabían con lo que se iban a encontrar, pero si no terminaban con todo este asunto ese mismo día, no podrían pasar tiempo de calidad con las chicas cuando regresaran de casa de James, aunque sabían que si lo llamaban y le explicaban la situación para que se quedara un poco más de tiempo con las chicas él lo haría encantado pero todo dependería de que pasaba durante la reunión y ver de una vez por todas que era lo que Stephen según tenia para acabar con ella -. Deberíamos de irnos de una vez, para así salir de una vez por todas de esto.

—Acabemos de una vez con esto, querido —dijo con tono suave mientras se levantaba con ayuda del hombre que guardaba su corazón con tanto amor y cariño entre sus manos; Andrew la ayudo y juntos se fueron a la que ahora era su habitación compartida.

Aún faltaba para la reunión así que aprovecharían de darse una ducha y ponerse algo más que la ropa que habían elegido para el trabajo, si se iban a enfrentar a Stephen debían hacerlo de la mejor manera posible, por lo que una vez llegaron a la habitación, Andrew persuadió a Miranda de ir primero a ducharse ya que si se metían juntos no iban a salir temprano de allí, cosa que hizo que Miranda se sonrojara ante la clara implicación de sus palabras, pero incluso ella misma sabía que era cierto, ya que ellos apenas podían contenerse de tener las manos sobre el otro; casi a regañadientes la mujer se separó de su amado y se metió al cuarto de baño, no sin antes darle una buena vista de su cuerpo en solo ropa interior una vez que se quitó las prendas de ropa, antes de cerrar la puerta pudo escuchar un "Fuck, ella me quiere matar" y apenas pudo lograr contenerse de reírse, sabiendo perfectamente lo que había provocado en Andrew con ese pequeño espectaculo.

Miranda se dio una ducha rápida ya que solo necesitaba refrescarse, al momento de terminar se secó con una de las toallas que habían en el cuarto de baño y luego se colocó su bata de baño, saliendo nuevamente a la habitación, siendo recibida con la vista de su amado periodista solo con una toalla envuelta alrededor de su cintura, dejando a la vista la parte superior de su cuerpo completamente desnuda, dejando que la mujer viera las marcas que sus uñas habían dejado tanto en la espalda como en el torso de su amado la noche anterior y aquella misma mañana, así como también los chupetones que le había dejado en el cuello y en el pecho.

Por su parte ella misma tenía marcas de amor que Andrew le había dejado, principalmente en sus pechos, caderas y hombros, lugares estratégicos para que no se vieran cuando Miranda usara cosas que mostraran más piel, aunque a ella no le molestaba que se vieran; ella las lució orgullosa cada que Andrew se dejaba llevar y le dejaba marcas en su escote y cuello, justo como en ese momento, sus pechos tenían varias marcas visibles, y dos de ellas quedaban justo en su escote, una marca muy notoria en cada pecho, claro que si quisiera las taparía con algo de maquillaje pero no lo haría, no lo había hecho esa mañana cuando fue a Runway.

—Veo que ya sabes que ponerte, mi amor —dijo con un tono suave y algo curioso al ver cómo es que su novio tomaba entre sus brazos lo que se pondría, pero de tal manera que ella no logre distinguir lo que era, lo que solo le decía a ella que al final terminaría queriendo quitarle cada prenda para volver a sentirse piel contra piel.

—Tenía que ahorrar tiempo, mi amor —comentó tranquilamente mientras miraba algo divertido como su amada intentaba ver lo que se pondría, pero no la dejo y en cambio se acercó a ella, dejando un pequeño beso en la comisura de sus labios antes de susurrarle al oído con su voz algo ronca -. Iré a ducharme antes de que se nos haga tarde.

—Dios, este hombre será mi muerte —murmuró para sí misma luego de que Andrew desapareciera en el cuarto de baño, soltando un suspiro un poco entrecortado mientras intentaba calmar su deseo por su pareja, algo que siempre le resultaba difícil, pero afortunadamente logró hacerlo luego de tomar unas bocanadas de aire y sacudir ligeramente su cabeza para quitar la imagen mental de su amado bajo la ducha sin nada que pudiera cubrir su exquisito cuerpo —. Contrólate un poco, Priestly.

Después de conseguir un poco de compostura, la mujer por fin se dispuso a vestirse para la dichosa reunión que tenían con los abogados y su estúpido ex, afortunadamente ya sabía que se pondría por lo que no tendría que tardarse tanto en prepararse, así que busco rápidamente su outfit ya preparado en su armario y comenzó a vestirse luego de colocarse una lencería negra de La Perla; en poco tiempo ya estaba arreglada y se estaba colocando su maquillaje y accesorios, cuando de repente escucho la puerta del cuarto de baño abrirse y lo primero que noto fue la exquisita colonia que su amado se había puesto, y solo con eso ya sentía que iba a ser difícil para ella contenerse, puesto que era su favorita en él pero cuando se giró a verlo mientras terminaba de colocarse sus aretes, vio lo que llevaba puesto y lo único que pudo hacer fue apretar sus labios para no soltar algún sonido vergonzoso, pero afortunadamente notó que no fue la única afectada por el atuendo de su pareja, ya que al detallar el rostro de su amado, vio cómo su mirada estaba recorriéndola entera hasta que finalmente se detuvo en su escote.

—¿Listo para irnos, querido? —preguntó con un tono algo sensual, mirándolo con una de sus cejas levantadas al ver cómo es que se lamía los labios mientras la miraba, su pequeña estrategia había funcionado, ahora ambos estaban al mismo nivel de afectados por el otro.

Andrew solo atinó a asentir ligeramente mientras carraspeaba un poco, en un intento por controlar su deseo de volver a tener a su sexy novia derritiéndose de placer entre sus manos, debía controlar su lívido antes de saltar sobre ella y llevarlos a ambos a la cama como sabía que ambos querían por la mirada que Miranda le estaba dando en ese momento también; con algo de esfuerzo tuvo que apartar la mirada de su amada y se dispuso a recoger el bolso de la mujer mayor, junto con su teléfono y cartera, metiendo ambos en los bolsillos de su saco, ya que era lo única que necesitaría pero al final su instinto también le dijo que llevara su grabadora, así que antes de ambos salir de la habitación, tomó el dispositivo y también lo puso en uno de los bolsillos, tomando luego la mano de su mujer, bajando juntos las escaleras hacia la puerta principal, saliendo de su hogar y encontrándose a Roy ya esperándolos con la puerta del auto abierta.

Luego de darle las gracias la pareja entró en el auto y poco después ya estaban rumbo a la oficina de Eloise, la cual les había enviado un mensaje avisando que Stephen y su abogado aún no habían llegado al lugar, cosa que comenzó a irritar a la mujer de icónico cabello blanco platinado, puesto que nunca llegaba a tiempo a nada y siempre se quejaba si ella se retrasaba siquiera unos cinco minutos, cosa que rara vez sucedía ya que Miranda siempre era muy puntual para todo; al sentir la creciente molestia en su amada, Andrew colocó su mano izquierda en su muslo y lo acarició con ternura, buscando calmarla para evitar que llegara aún más malhumorada a la reunión. Varios minutos después Roy se encontró estacionando el auto frente al edificio donde estaba la oficina de Eloise, pero antes de que siquiera se dispusiera a bajar para abrir la puerta para la pareja, Miranda lo detuvo, diciéndole que esperarían a que los otros dos llegaran, así que eso mismo le aviso a su abogada, la cual estuvo de acuerdo con aquello; si los dos hombres se retrasaban, tendrían que esperar un poco más por la pareja.

La hora de la reunión llegó y aún los otros dos hombres no habían aparecido ni dado señal de vida, hasta que unos quince minutos después de la hora pautada por fin se dignaron a aparecer, llegando en el auto de Stephen, el cual tenía las ventanas abajo, filtrando la música que estaba escuchando en el interior del vehículo a todo volumen como si no le importara nada, como siempre queriendo hacer una escena para llamar la atención de todos de una manera tan patética; cuando por fin se bajaron del auto y se encaminaron hacia el edificio, Andrew y Miranda esperaron unos cinco minutos más y dejaron que Roy les abriera la puerta, siendo el hombre más joven el primero en salir, como siempre ayudando a su dama a bajar, recibiendo un corto beso en la mejilla a modo de agradecimiento.

Con paso tranquilo y tomados de las manos la pareja del momento se encaminó también hacia el edificio, entrando tranquilamente, dirigiéndose hacia el ascensor, el cual justo en ese momento abría sus puertas y dejaba salir a las personas que habían estado dentro, quienes no pudieron ocultar su sorpresa al ver a la pareja allí, vestidos para matar y luciendo tan poderosos juntos como siempre desde que se hicieron oficiales. En poco tiempo por fin llegaron a su destino, la sala de reuniones, luego de tocar dos veces a la puerta, Andrew la abrió y le cedió el paso a su bella y sexy dama, llamando la atención de los ocupantes de la habitación, la cual quedó en completo silencio luego de que Stephen se quedara mudo ante la entrada de la pareja en el lugar.

—¿Qué demonios hace el fenómeno aquí? Se supone que esto es un asunto de carácter matrimonial —cuestionó con tono brusco y demasiado alto para el gusto de todos los presentes en el lugar, habiendo señalado a Andrew tan pronto como salio de su aturdimiento inicial cuando la pareja ingresó en la sala de reuniones, provocando que por unos segundos los recién llegados se quedaran en la puerta, mirándolo como si estuviera loco por su repentino arrebato.

—Te sugiero que cambies tu actitud para con mi pareja, ya que Andrew está en todo el derecho de estar aquí, además de que te recuerdo que esto no es algo matrimonial, hace mucho que estamos divorciados y nuestro supuesto matrimonio era un fraude —Miranda habló con un tono frío y cortante, quitándose al mismo tiempo los lentes oscuros que llevaba en ese momento, fijando su mirada penetrante en el patético hombre que su donante de esperma puso como su esposo en contra de su voluntad, controlándose de soltar un gruñido ante la falta de respeto que mostraba hacia su amado Andrew.

—¿Sigues con esos trajes? Sabes que odio cuando te vistes así —esta vez sus comentarios se fueron hacia la Priestly, mirándola de arriba a abajo entre asco y deseo poco disimulado, fijando su vista en el escote que tenía la camisa, pero en cuanto se puso a detallar esa zona, noto las dos notorias marcas que tenía en cada pecho y aquello le hizo hervir la sangre como nunca.

—Me importa poco lo que pienses de mí, Stephen, te recuerdo que tú y yo no somos nada. Además, prefiero la atención de mi Andrew cuando me ve en traje —lo primero lo dijo con indiferencia, rodando los ojos en su dirección antes de caminar hacia una de las sillas, sonriendo tan pronto como su novio le movió la silla y la puso en su sitio, antes de sentarse a su lado y plantar un pecho beso en su mano, susurrándole un "Mi amada Reina"; lo último lo dijo en ese preciso momento, levantando la barbilla con orgullo, siempre sintiéndose como toda una Reina como le decía Andrew cada que estaba en sus trajes —. ¿Podríamos iniciar ya?

—Como sea, acabemos con esto, paga lo que se te solicita, adúltera asquerosa —al ver que sus comentarios no afectaron para nada a Andrew ni a Miranda, comentó aquello con tono desdeñoso, haciendo un gesto con su mano como diciendo "Date prisa", como si él tuviera el mando de la situación, pero que equivocado estaba.

—Le sugiero que cambie su tono, señor Tomlinson y no se adelante a los hechos —Eloise dijo aquello con seriedad y a modo de advertencia, mirándolo con molestia como siempre cada que él tenía ese tipo de comportamiento, lo cual era siempre y ya hace mucho que aquello era más que irritante —. ¿Cuáles son las presuntas pruebas que tienen en contra de mi cliente?