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Capítulo 7.
Un sobreprotector Jacob y recuerdos encontrados.


—¿Por qué nos miras así? ¿Acaso te molesta?—escuche a Jacob hablar con alguien, él seguía en la cama, a mi lado, yo tenía mi cabeza sobre su pecho y mi brazo abrazaba su torso, yo hace un momento me había despertado, solo que no quise abrir los ojos, menos ahora que mi lado chismosa había sido activado.


—¿Y que si fuera así?—Le preguntó Andrew.


Vaya no me esperaba esa respuesta, esto cada vez se ponía mejor.


—Te diría que no te hagas ilusiones, sabes bien que ella no merece estar con alguien como tú, ella merece a un chico que la ame, que la apoye, que siempre este con ella, porque ella merece lo mejor.—Habló mi mejor amigo, tuve el deseo de abrazarlo mucho y decirle gracias, pero me retuve, Jacob siempre a sido tan lindo conmigo.


—Y ese chico eres tú.—Le contestó Andrew.


Jacob se quedo callado por un tiempo, me puse nerviosa, solo faltaba que dijera que si, parecía que no quería contestar, pero lo hizo, sorprendiéndome.


—No, yo no soy tan bueno para ella.—Carraspeó.—Ahora sal de mi habitación y déjanos en paz, Andy.


—Dile a Samara, cuando despierte, que Samira esta jugando videojuegos conmigo en la sala, escuché pasos y luego Andrew volvió a hablar.—Ah y a mamá se le hizo tarde, otra vez, papá esta en su oficina desde hace ratos.


No volví a escuchar nada mas, intente dormir un rato más, sin embargo mi mente no me dejaba tranquila y no dejaba de pesar en toda esa conversación entre hermanos, espere a que Jacob me intentara despertar y más tarde lo hizo.


—Mmm déjame dormir.—Le conteste.


—Lo siento pero mi brazo me esta empezando a doler y tengo hambre.—Me levanté de la cama, me estiré, solté un bostezo y le contesté.


—Yo también tengo hambre, voy a la cocina. ¿Vienes?—Le pregunté.


—Ahorita voy.—Me contestó.


Camine hasta la cocina y allí estaba Andrew, justo frente a la cocina, movía algo dentro de una olla con un tenedor, un olor bastante genial provenía de el, ¿era eso pasta?


—¿Qué hiciste?.—Le pregunté para luego sentarme en uno de los bancos de el desayunador, era allí donde siempre comíamos Jacob y yo.


—Bueno hice pasta en salsa blanca para nosotros tres y hay manzanas en la refrigeradora para Jacob.—Me sonrió acercándose a mí.


—Eso se escucha delicioso Chef Andrew, aunque no creo que Jacob se llene con manzanas solamente.—Le contesté.


—Pues él se las arregla, por que yo solo hice comida para ti y Samira.


—Grosero, pero bueno que esperamos me muero de hambre.—Me hice a bajar de la banco para servirme, pero él me detuvo con su mano.


—¿Qué vamos a cenar?—Preguntó Samira entrando a la cocina junto a Jacob, Andrew se alejo de mí, y empezó a sacar platos de la alacena, al parecer nos iba a servir a todos.


Jacob se sentó justo a mi lado y Samira frente a nosotros.


—¿Y mamá?—Le pregunto Jacob a Andrew.


—Viene más tarde hoy, ya te lo había dicho antes, al parecer hay muchas emergencias en el hospital.—Le contesto, poniendo un plato con pasta frente a Samira, ella rápidamente empezó a comer.


—Perfecto así Samara podrá dormir en mi habitación, sin que mi mamá nos este molestando.—Me sonrió Jacob, yo le regrese la sonrisa.


—¿No deberías dormir con Andrew? Él es tu novio.—Dijo Samira, limpiando su boca con una servilleta.


—Samira tiene razón. ¿No quieres dormir conmigo Sam?—Hablo Andrew poniendo un plato de pasta frente a mi, sonriendo coqueto.
Probé la pasta mientras él hablaba.


—No creo que eso sea adecuado, además Jacob y yo tenemos que buscar empleo y muchas cosas más, así que no creo que durmamos.—Le conteste, para después llevarme otro bocado a la boca, esto estaba delicioso.


El solo sonrió, abrió el microondas y saco a lo que mi parecer era ¿Eso era pizza vegetariana?


—Ten para que después no digas que soy mal hermano.—Le pasó el plato con la pizza a Jacob, que sin dudar empezó a comer, sin ni siquiera agradecerle a Andrew.


—Sam, me gustaría que cuando termines de cenar, puedas pasar un momento a mi habitación, claro si quieres.— Andrew me habló.


—¿No cenaras con nosotros?—Le pregunté.


—No, no tengo hambre.—Me contesto.—Buenas noches pequeña.—Revolvió los cabellos de mi hermana y camino fuera de la cocina.


—¿No te preocupa que tu hermano no coma casi nada Jacob?—Le pegunte a Jacob recordando que en cumpleaños de mi abuela había comido demasiado poco.


—¿Qué? Ah no, él es así, tal vez mas tarde cuando venga mamá, coma.—Me contesto restándole importancia.


—¿Por qué eres vegetariano Jacob?—Le pregunto mi hermana,  ay no esto ya iba para discusiones.


—Porque no me gusta comer animalitos.—Le contesto él.


—Pero en clase vimos que las plantas también son seres vivos, así que también estás matando.—Le contestó.


-Bueno pues, son solo plantas, ellas no sufren, además no esta en peligro de extinción y pueden crearse mucho más.


—Pues es algo tonto, si no quieres dañar a ningún ser, no comerías nada, prácticamente eres igual que nosotros…


—¿Por qué rayos no le dijiste que porque te gusta y ya? —Reñí a Jacob, mirándolo mal para después levantarme y dejar mi plato en el frigorífico, ya había terminado mi pasta.


Camine fuera de la cocina, escuchando como los dos discutían sobre el ser vegetariano o no, Dios cuando esos dos discutían no había quien pudiera separarlos, así que lo mejor era huir de la escena.


—¿Puedo pasar?—Le pregunté a Andrew apenas estuve frente a la puerta de su habitación.


—Claro.—El se levantó de su cama, me hizo pasar y luego cerró la puerta.


—Bueno. ¿Y para que soy buena?—Le pregunté.


—Bueno yo…—Se rasco la nuca nervioso.—Quería saber si podías ayudarme en un pequeño problema que tengo.—Se sentó en su cama, yo lo seguí y senté junto a él.


—Dime.


—Necesito que te hagas pasar por mi novia mañana en el centro comercial, hay una tipa se llama Susan, esta obsesionada conmigo, tanto así que hasta fue a hostigar a mi mamá al trabajo y eso no es todo hoy intento entrar a mi habitación a la fuerza, por mi ventana.—Suspiro con cansancio.


—Vaya eso si que es ser acosadora.—Le contesté nerviosa, en el centro comercial siempre había mucha gente, muchos conocidos, era algo bastante arriesgado, pero él ya a hecho mucho por mi, así que me sentí obligada a ayudarle.—Puedo ayudarte, solo dime que hay que hacer y lo hago.


—Cielos, gracias, no sabes el favor que me haces.—Me abrazó rápidamente y se levantó de su cama, yo hice lo mismo.—Mejor mañana cuando estemos en el centro comercial te digo, no quiero que te arrepientas.


—Okay, está bien, entonces, eso era todo. ¿No?—Le sonreí.


—Sí, supongo.—Abrió la puerta de su habitación para mi.—Buenas noches.—Se acerco y beso la comisura de mis labios.


—Ajá, buenas noches Andrew.—Moví mi mano como estúpida y entre a la habitación de Jacob casi corriendo.


                           (…)


—¿Tú crees que nos den trabajo en McDonald?—Me preguntó Jacob cansado, estábamos buscando trabajo en internet desde hace como dos horas y ninguno nos convencía.


—No lo se, hay que preguntar, pero no creo que nos conteste ahorita, ya es muy tarde.—Bostece.—Por cierto. ¿Tu madre no debería haber llegado ya?


—Tal vez viene más tarde, ya sabes ser enfermera y madre al mismo tiempo, no debe ser fácil.—Bostezo tirándose de espalda en la cama.


—Si tienes razón, admiro mucho a tu madre.—Me acosté a su lado.


—Si ella es genial.—Sonrió orgulloso.—¿Vas a dormir con Samira al final entonces?


—Sí de hecho me iré a dormir ya, mañana seguimos buscando y luego vamos a dejar currículos.—Bese su mejilla y me levante de la cama.


—¿No te vas a ir por lo que dijo Andrew y Samira? ¿Verdad?—Me preguntó reincorporándose, haciendo que me detenga de mi camino a la puerta.
¿Era por eso que lo estaba haciendo? No, eso me daba igual.


—Créeme que no es por eso, no quiero dejar a Samira sola, aunque no lo parezca, ella esta triste.—Le conteste con toda la sinceridad.


—Tienes razón, ya sabes donde queda la habitación de visitas. ¿Verdad?—Me sonrió acostándose de nuevo en la cama, solo que esta vez se tiro el edredón encima.


—Sí tranquilo.—Abrí la puerta de la habitación y salí.—Buenas noches.—Le grite, recibiendo lo mismo en respuesta.    


Mire la habitación de Andrew, la luz estaba encendida.
¿Andrew seguía despierto?
Pues claro, seguro esperaba a su mamá, no era un holgazán como mi amigo.


—Creí que dormirías con Jacob.—Me susurraron en la espalda.
Maldito susto me pego Andrew, casi me da un infarto, imagino que la cara que puse cuando me voltee hizo que Andrew se disculpara de inmediato.


—Lo siento, no quería asustarte.—Puso sus manos sobre mis hombros.


—Tranquilo. ¿Por qué susurramos?—Le susurre.


—Porque no queremos despertar a nadie, además Jacob tal vez siga despierto y después me hecha la bronca por estar hablándote.


—Ah, tienes razón. ¿Sami ya esta dormida?—Le pregunté  mirando hacía la puerta de habitación de invitados, la luz ya estaba apagada.


—Creo que si, mamá llego hace unos minutos, ya se fue a su habitación. ¿No quieres venir a la mía?—Me sonrió coqueto.


—Mmm no lo creo, tengo que dormir con Sami.—Me alejé de él.—Buenas noches Andrew.


—Buenas noches Sam.—Me susurró apenas abrí la puerta de la habitación, le sonreí y entre.


Me acosté al lado de Samira, que dormía plácidamente, ni siquiera se despertó cuando me acosté a su lado, suspiré y luego de unos minutos me dormí.

                               (…)


—¿Qué tal si vamos a la cafetería del centro? Dicen que necesitan meseros.—Me hablo Jacob, estábamos desayunando todos en silencio, la madre de Jacob, Lucy, acababa de irse al hospital, la habían llamado un tal Julio, creo que uno de los médicos, se fue de inmediato, apenas y se despidió de nosotros.

Al padre de los chicos ni siquiera lo había visto, Andrew dijo que su padre ya había desayunado y estaba en su oficina.


—Claro, solo deja voy a mi casa y regreso.—Le conteste llevándome otro bocado del cereal de Andrew, había preferido eso apenas vi a Andrew con la caja, era mi favorito, lastima que mamá dejo de comprarlo en casa.


—Yo las llevo.—Contestó de inmediato Andrew.—Tengo que ir al supermercado, así que las puedo ir a dejar.


—Si claro, gracias An.—Le sonreí.


—¿An?—Jacob modo celoso activado apareció.


—¿Qué? Tú no me dejas decirte Jac, dices que es infantil.—Rodé los ojos.


—Sam, mamá dice que hoy vamos donde Tía Julia.—Me dijo Samira que acababa de terminar su desayuno, todo el tiempo había estado usando su celular sin parar.


—¿Qué? ¿en serio? Pues hoy yo no puedo, tengo que buscar trabajo y luego saldré con Andrew.


Samira asintió y se puso a escribir un mensaje, supongo que a mi madre.


—Yo solo bromeaba Sami, tú puedes decirme como quieras.—Me dijo Jacob, levantándose de su silla, dejando su plato y el mío en el frigorífico. 


—Mamá dice que al menos tienes que ir a cenar allá, y que Gabriel te extraña, le dio una crisis de asma.—Hablo Sami mientras leía el mensaje en su teléfono.


—Intentare ir entonces.—Suspire mirando a Andrew, al parecer después de nuestra salida iba a necesitar que me llevará a casa de mi tía.


—Iremos hermosa.—Andrew se metió en la conversación y me sonrió.


—Bueno le diré a mamá.—Contestó Samira saliendo de la cocina.


—Irimis Hirmisi.—Le remedo Jacob.


—Jacob por favor.—Golpee mi frente con la palma de mi mamá.


—¿Qué?—Me miró.—Sabes que mejor dejemos todo lo de buscar trabajo para mañana, hoy estarás muy ocupada, es mas vete ya, se te hará tarde.—Me sacó el dedo de el medio y salió de la cocina como todo un inmaduro.


—Está celoso.—Comentó Andrew después de un rato.


—Celos de amigo.—Le contesté.


—No lo creo, pero si tú lo dices.—Me contesto para después tomar el último sorbo de su jugo de arándanos.


—¿Qué quieres decir?—o mire extrañada.—Él solo quiere protegerme.


—¿De qué? ¿De mí? No me hagas reír Samara, yo no te haría nada que tú no quisieras, ante todo soy un hombre que entiende lo que es un no.—Me miro serio.—Bueno ya vamos, Jacob tiene razón se nos hará tarde.


Se levanto de la silla y salió de la cocina, yo lo seguí por detrás, pensativa, ayer y hoy habían sido días muy interesantes para mi.
Samira camino detrás de mi con su celular en mano, sin siquiera prestarnos atención.

                                 (…)


-Iré a alistarme, espérame aquí.—Le dije a Andrew apenas mi madre se había ido, apenas y habíamos llegado y mi mamá no había parado de hablar, sobre que tuviéramos mucho cuidado, que por favor fuera a la casa de mi tía más tarde, que la familia tenía que estar en las buenas y las malas, luego ella se llevó a Samira hacía la casa de mi tía y nos dejó solos en casa, por fin.


-Si claro, yo te espero.—Andrew se sentó en uno de los sofás de la sala y me sonrió.


Camine directo a mi habitación, pensando en que me pondría, ya me había bañado en casa de Jacob, justo ahora estaba con la camisa del mencionado y los mismos pantalones de ayer, hacía que aproveche que hoy me sentía linda y busqué un  vestido azul que me había regalado mi prima April, un collar que me había dado Jacob y las sandalias negras más cómodas que tenía.


Llegue a la sala y Andrew estaba de espaldas viendo una fotografía de hace algunos años, donde todo era distinto, tenía apenas quince años, mamá y papá estaban juntos, y estaba él, Sean, mi hermano.


Carraspee para que notara mi presencia, ya que estaba muy concentrado viendo la fotografía, Sean y Andrew se conocían, eran muy buenos amigos, lo recordaba muy bien porque Sean me había hablado de él en varias ocasiones.


—Era un buen chico, fue mi primer amigo y el único que realmente me entendía.—hablo Andrew sin girarse todavía, con la fotografía entre sus manos.


—También era el mejor hermano, lastima que yo no lo fui para él, le falle.—Le conteste, a mi mente llegaron muchos recuerdos, dolía, hace tanto tiempo que no hablaba de él, cada vez que se mencionaba el nombre de mi hermano en presencia de mamá ella lloraba, así que todos preferimos no volver a tocar el tema.
 

—Sí lo fuiste,  la mejor hermana Sam, él lo dijo, siempre hablaba de ti con una sonrisa, te quiso mucho.—Dejó la fotografía en su lugar y me miro de arriba abajo, sonrió.—Eres hermosa, fue algo que nunca le dije, tenía miedo de que me arrancara los dientes a golpes.


—Pero le fallé , si no lo hubiera dejado salir esa noche, él quizás estaría aquí.—Mi voz se quebró, sentí mis manos temblar.


Andrew se acerco a mí y me abrazo de la cintura, yo le correspondí de inmediato, no sabía cuanto necesitaba ese abrazo, creí con todas mis fuerzas que todo esto ya lo había superado, pero no. ¿Cómo puedes superar que tu hermano murió? ¿Cómo podrías olvidar que pudiste ayudarlo y no lo hiciste? Era algo insuperable, él siempre estaría ahí, en mi mente, en mis recuerdos, en mi corazón.


—No le fallaste, hiciste lo que creíste correcto, Sam. ¿Tú crees que si no lo hubieras dejado salir esa noche, él no intentaría salir de alguna forma? Dios era Sean, él siempre buscaba la forma de escaparse.—Me contestó.


-Tienes razón, se que la tienes, pero si yo…-Me interrumpió.


—Pero… Sam no puedes estar atormentándote con lo que hubieras hecho o no esa noche, lo que paso iba a pasar de esa forma o otra, porque así tenía que suceder, así es la vida.—Se separo un poco de mi, miró mi rostro, una lagrima que no pude contener cayo por mi mejilla, el rápidamente paso sus dedos limpiándola con cariño.


—Eres la chica mas valiente que he conocido en mi vida, mereces todo lo mejor del mundo, Sam, Jacob tiene toda la razón.—Sonrió, beso mi mejilla y se separo de mi.—Bueno, vámonos.


—Cierto, hay que alejar a esa chica obsesionada de ti.—Le sonreí, caminado junto a él, fuera de casa.

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