🍃4🍃
Capitulo 4.
El almuerzo familiar.
Apenas entramos a casa esperé que mi madre nos regañara por llegar tan tarde, pero mi sorpresa fue que ella estaba tan feliz y había saludado a Jacob y Andrew tan amable, se me hizo extraño al principio ya que ella odia la impuntualidad, pero supongo que por ser la primera vez que Andrew venía como mi novio no quería dar una mala impresión.
—Todos están el jardín, tus abuelos preguntaron por ti Sam, yo iré a mi habitación a quitarme estos aretes, pero chicos siéntanse como en su casa.—Mamá se alejó de nosotros.
—Sam, ¿vamos?—Me habló Jacob.
—Ya casi voy, adelántate amigo.—Jacob se encogió de hombros y se fue al jardín y así fue como Andrew y yo nos quedamos solos en el pasillo de mi casa.
Andrew tuvo su mano entrelazada con la mía desde que habíamos entrado a casa, así que cuando me soltó sentí un vacio extraño dentro de mi, creí que lo había hecho porque estábamos solos, pero luego esa misma mano me tomó por la cintura y me acercó a él.
—¿Qué estás haciendo?
—¿Confías en mi?
—No mucho la verdad.
—Eso es suficiente.—Acortó la poca distancia que había entre nosotros hasta que nuestras narices se tocaban, nuestros labios se rozaron suavemente, junto nuestros labios de una vez pero solo fue por unos segundos, mis manos fueron a su cuello acechándolo más, sentí como Andrew sonrió contra mis labios, nuestros labios se movían suavemente, con calma, se podría decir que con cariño, por unos segundos solo pasamos así, besándonos, sintiéndonos hasta que claro algo nos tenía que interrumpir o mejor dicho, alguien.
—Samara.—Rápidamente me separe de Andrew al escuchar la voz de mi hermanita, sentí mis mejillas calientes y hice mi mejor cara de inocente.
Mierda.
—Hola herminita.—La saludé.
—¿Hermanita? Claro hermanita, no le diré a mamá que se estaban comiendo aquí, en medio pasillo, si me compran el último libro de Harry Potter mañana.—Sonrió divertida cruzándose de brazos.
Voltee a ver a Andrew asustada, ni dinero tenía yo para para comprarle un libro a Samira.
—Claro pequeña, lo que tu quieras, es más te regalo las películas, las tengo todas.—Andrew le contestó.
—Genial, los veo en el jardín.—Desapareció por el pasillo.
Voltee a ver a Andrew molesta.
—¿Qué? No me mires así, bien que te gustó.—Me dijo para después soltar una risita nerviosa.
—Ahora tú le compras su libro a Samira. ¿En serio tienes todas las películas?—asintió.—Ya vamos al jardín mejor.
Camine fuera del pasillo, él me siguió, cuando pasamos por la cocina se situó a mi lado y tomo mi mano, entrelazando nuestros dedos.
Sentí un cosquilleo extraño en mi mano, simplemente lo deje pasar, tal vez eran los nervios de el almuerzo, quería que todo saliera bien.
Apenas vi a mis abuelos, lleve a Andrew para que los fuéramos a saludar, extrañaba tanto a mis viejitos.
—Hola Abu, feliz cumpleaños.—Dije abrazándola y besando su mejilla.
—Pero que grande estas mi niña.—Me miro sonriendo.
—¿Y para el abuelo no hay abrazo o que?—Pregunto mi abuelo, de inmediato fui y lo abrace.
Amaba mucho a mis abuelitos, no se que haría sin ellos, simplemente son tan buenos, quiero tenerlos para siempre.
—¿Pero quien es este muchacho tan apuesto?—pregunto mi abuela señalando a Andrew, había olvidado su presencia.
—Este bueno Abu, el es mi novio, Andrew.—Tome su mano.
—Mucho gusto y felicidades por su cumpleaños.-Saludo a mi abuela con un beso en la mejilla y un apretón de manos de parte de mi abuelo.
—Oh eres el hermano de mi niño Jacob, ¿verdad?—Andrew asintió.
Hablamos un rato con mis abuelos, pero lo empecé a notar incomodo, además de que se veía algo cansado.
—Ya venimos.—dije jalando a Andrew lejos de la mesa.—¿Qué te pasa?
—¿A mí? Nada.—Se peino su cabello con su mano.
—Ajá y a mi me gusta Justin Bieber.—Le conteste.
—Bueno, cada quien con sus gustos, yo no juzgo a nadie.—Sonrió burlón.—Tranquila es solo que estoy algo cansado y esto es nuevo para mi.
—Tranquilo, solo se tu mismo, les vas a encantar.—Le anime.—Y yo que pensé que sería la mas nerviosa.
Caminamos de nuevo hacia la mesa y nos sentamos junto a April y Ray, eran los únicos espacios que habían, frente a nosotros teníamos a Thomas y a Gabriel, Jacob estaba al lado de April y no dejaba de hablar con ella, así que ni notó mi presencia.
Ya todos estaban sentados, la comida ya estaba servida, todos comíamos mientras escuchábamos las historias de el abuelo.
—Samara.
—¿Si Andrew?
—¿Por qué ese hombre de ahí me esta viendo feo?—se acercó y me preguntó al oído.
—Ah es mi tío Álvaro, me quiere como a una hija, es padre de Ray y April.—Le comente sin darle importancia.
—Ah que bien.—Me contesto, agarró su vaso y tomó un sorbo de su fresco.
—¿Samara y ya pensaste que vas a hacer?-Me pregunto mi tía Julia, mamá de Gabriel. Sabía a que se refería, ya tenía mi decisión, pero no me parecía adecuado decirlo ahora.—George tiene una amistad en una de las mejores universidades en España, deberías mandar tu solicitud ahí.
—Lo sigo pensando tía, pero gracias por la información.—Le respondí para después ver a mi madre, ella ya sabía lo que haría, no todo todito, pero lo sabía, los únicos que no lo sabían era mi demás familia, pero ya en otro momento les diría mi decisión.
—Para eso estamos cariño.—Me sonrió, le devolví la sonrisa.
—Bueno yo creo que mi hija tiene algo que decirnos.—Hablo mi madre viéndome con una sonrisa divertida, desgraciada le gustaba hacerme pasar vergüenza.
—¿Qué será?—Preguntó Thomas burlón, a él también le divertía esto, se estaba vengando, por la vez que le toco hacer lo mismo hace dos años.
Lastima que su relación con Lisa termino, me caía bien esa chica.
—Si habla Samara.—Lo apoyo Gabriel, sonriendo falsamente y sí era una falsa sonrisa, yo conocía a ese putito.
Andrew miraba todo divertido, creo que él no entendía nada.
—Familia.—Me levante de la silla, haciendo que Andrew hiciera lo mismo.—Les presento a Andrew, mi novio.
—Mucho gusto, espero nos llevemos bien.—Andrew se sonrojo avergonzado, pobre, quien lo manda a meterse con esta familia de locos.
Media hora después de interrogatorios hacia Andrew, chistes malos de mi abuelo, bromas de los gemelos, le cantamos cumpleaños feliz a la abuela y el almuerzo había acabado, ahora los mas viejos están en la sala de estar, es decir, mis abuelos, tíos y mamá, los mas pequeños jugaban en el jardín, los jóvenes como yo están recogiendo la mesa y dejando todo en la cocina, si lastima que ya no éramos niños, ahora éramos empleados domésticos, nuestros padres se aprovechaban de nosotros.
Andrew era el único que no estaba ayudando ya que estaba jugando con los gemelos y mi hermana, si el muy desgraciado se libro de ayudar, ya que mi madre dijo que era un invitado especial.
Recojo unos platos y los llevo a la cocina, los pongo en el lavaplatos, me volteo y lo veo, Gabriel esta justo frente a mí.
—¿Qué quieres?—Le pregunte cortante cuando intente salir y él se interpuso en mi camino.
—Te extraño Samara, extraño nuestras tardes de videojuegos, volvamos a estar juntos.—Me tomo de la cadera aprisionándome contra la pared y él.
—Tú lo arruinaste con tus actitudes raras Gabo.—Le conteste mientras intentaba soltarme de su agarre.—Suéltame.
—¿Raras? De que hablas cariño, si yo lo único que quiero es que seas feliz, que seamos felices, juntos.—Intento acercar su rostro al mío, pero yo lo esquivé.
Este tipo tiene problemas mentales muy serios.
—Aléjate de mi o no respondo, Gabriel.—hable enojada.
—Está bien, pero tenemos que hablar, a solas.—Susurro y me soltó.
Camine y otra vez se interpuso en mi camino.
—¿Ahora qué?—Lo mire mal.
Justo cuando me iba a contestar apareció Andrew a mi salvación, en mi mente pensé *Oh mi héroe*
—¿Pasa algo amor?—Me pregunto acercándose a mí.
—No, no pasa nada.—Le respondí esta vez pasando por el lado de Gabriel, chocando mi hombro contra él, sin querer.
—Que tal si me enseñas tu habitación.—Sonrió coqueto, maldición hasta yo le creía su perfecta actuación.
—Con permiso.—Gabriel pasa por nuestro lado hacia el jardín, no sin antes chocar su hombro contra el de Andrew.
—¿Estás bien?—Me pregunto apenas estuvimos solos.—¿Te hizo algo?
—Estoy bien, vamos a mi habitación.—Empecé a caminar con él detrás de mi.
—¿Eso es una invitación indecente? Porque no me quejo.—Lo escuché reír al final.
—Quizás.—Me miro sorprendido.—Obvio no idiota, es para hablar sin tener miedo de que nos escuchen.
—Ajá claro, si quieres, solo dime, y yo dispuesto.—Me guiño un ojo, subiendo los últimos escalones para llegar al segundo piso.
—Tonto.—Abrí la puerta.—Ven pasa.—Lo invite.
Él solo me siguió.
Cerré la puerta y me fui directo a la cama, me quite los tenis y me puse cómoda.
—Y todavía sigues diciendo que vamos a hablar.—Se sentó en la cama y luego se tiro de espalda, soltó un suspiro de cansancio.
—¿Dormiste anoche?—La pregunta salió de mí sin querer.
—No. ¿Por qué lo preguntas?
—Pareces cansado.—Dije lo primero que me vino a la mente.
—Lo estoy, ayer estuve muy ocupado.—Reprimió un bostezo.
—¿Y qué hiciste?
—¿Acaso esto es un interrogatorio o qué? Porque ya tuve suficientes por hoy, Samara.—Resoplo disgustado.
Lo mire sorprendida.
—¡Demonios! Samara no quise decir eso, es solo que estoy estresado, lo siento.—Se reincorporo y se acerco a mí.
—Tú aceptaste esto, aún no tengo la menor idea de porque, pero si aceptaste ayudarme, ahora tienes que cumplirlo Andrew, lo siento si para ti lo de hoy fue muy pesado pero…—No me dejo terminar porque puso su mano sobre mi boca.
-Cállate.—Quito su mano de mi boca y me miro directamente a los ojos.
—Cállame.—Lo desafié.
—No me no tienes que decir dos veces.—Sonrió, acorto la distancia y me beso, y no señores no era un beso tierno, ni suave, era completamente lleno de deseo, de guerra, de esos besos que nunca había tenido antes.
Sus manos se posaron en mi cintura atrayéndome mas a él si se podía, mis manos fueron de inmediato a su cuello, nos besamos peleando por quien llevaba el mando, podía decir que este se sentía distinto, intenso, esos besos que te hacen desear mas.
Diosito has algo porque ya mismo me entrego a este hombre.
—Oye Sam, queremos saber si se unen a jugar con nosotros, ya sabes jueguitos tontos de adolecentes.—Tocó la puerta mientras hablaba.
Gracias Diosito, por no hacerme caer en tentación.
Andrew me dio un corto beso y se separo de mí.
—Eh si claro, ya vamos, espéranos abajo.—Me levante de la cama, me acomodé mi ropa, pasé una mano por mi rostro y suspiré.
—Te dije que no solo íbamos a hablar.—Colocó sus manos en mi cintura y besó mi mejilla, reí.
—Idiota, mejor vamos afuera.—Quite sus manos de mi cintura y camine fuera de la habitación.
Andrew camino hacia mi, salió de la habitación, cerré la puerta y bajamos en busca de los chicos.
—Deben estar en el jardín.—Hable cuando me fije en el comedor y no estaban.
Salimos afuera y todos están sentados en circulo en el suelo, caminamos hacia ellos y nos acomodamos.
—¿Y los niños?—Le pegunté a April que estaba a la par mía.
—Tú hermana se llevo a los gemelos a su cuarto a jugar.
—Ah ya.—Le conteste, miré hacía atrás y Andrew estaba concentrado jugando Candy en su celular.
—¿Jugamos preguntas?—Nos pidió nuestra opinión Thomas.
—Por mi esta bien. ¿Andrew?
—Lo que sea, para mi esta bien.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top