🍃2🍃
Nervios y un logro.
—Hola Andrew.—Dije nerviosa, apenas entramos a la sala de la casa de Jacob, llevaba mucho de no venir aquí, al parecer el único que estaba en casa en estos momentos era Andrew, Julio estaba trabajando y Elena había salido a comprar al supermercado.
—Tanto tiempo, Samara.—Dijo sin siquiera mirarme, viendo directamente a su videojuego, no esperaba que un chico que estudia economía fuera así.
Jacob camino hacia la pantalla y la apago directamente del cable, sí, literal desenchufó por completo el Play Station.
—¡¿Pero qué te pasa idiota?!—Le gritó Andrew de inmediato.
—Necesitamos tu ayuda, por algo estamos aquí Andrew.—Dijo sentándose en el reposabrazos del sofá en el que estaba sentada.
—Espero que en verdad sea importante, me hiciste perder mi record.—Contestó y hasta por fin se fijo en mí, sonrió amablemente.
—Bueno... Dile Sami.—Me codeo Jacob.
—¿Qué? ¡No! Dile tú.—Le contesté.
—No, dile, tú eres la del problema.—Me contesto, y así fue como empezó una discusión de quien le decía o no a Andrew.
—¡No, dile tú!—Contesté.
—¡No, dile tú!—Contestó.
—¡No!—Me gritó.
—¡Sí!—Le grité de vuelta.
—¡No!
—¡Sí!
—¡Alto!—Gritó Andrew.—Me tiene hasta la madre ya, díganme ya que mierdas quieren y se van, no tengo tiempo para sus pendejadas.-bajó el tono de su voz al final.
Jacob y yo nos volteamos a ver y asentimos.
—Yo...Necesito un novio.—Susurré lo suficiente alto para que me escuchara.
¡Por el abdomen de Shawn! ¡Qué vergüenza!
Hubo un silencio incomodo hasta que escuche las carcajadas de Andrew, lo mire mal, me había costado muchísimo decirlo como para que reaccionara así.
—Es que...—Se río.—Es que no entiendo que tengo que ver yo en esto, no creerás. ¿Qué tú y yo?—Volvió a reír.
—¿Qué? ¡No! No seas tonto hermano, necesitamos un novio falso para Samara, ya que estamos metidos en un problema grande ¿Entiendes?—Habló por fin mi mejor amigo, mientras yo sentía mi dignidad por el suelo.
—Ah entiendo. ¿Y qué fue lo que pasó para que necesiten de mí?—Pregunto esperando mi respuesta.
No de nuevo, yo ya no quería hablar más de eso, al parecer Jacob lo noto porque contesto por mí.
—Luego hablamos de eso tú y yo Andrew, solo queremos saber si nos ayudaras.—Contestó Jacob para después tirarse encima de mi, genial nótese el sarcasmo.
—¿Y por qué no te haces pasar de su novio tú?-Le preguntó Andrew mientras nos veían fijamente.—Parecen novios.
—No gracias.—Contestamos a la vez.
—Raros, bueno te ayudare Samara, aunque solo estaré aquí un mes, luego hablamos más de el tema, necesito dormir un rato.—Se levantó de el sofá en el que estaba y salió de la sala.
—¡Lo logramos!—Me abrazo Jacob aún encima de mí.
(...)
—El sábado se va a hacer la fiesta de cumpleaños de su abuela como siempre aquí en la casa, quería que mis dos tesoros me ayuden y traten de mantener la casa limpia y que se comporten.—Samira y yo asentimos.—Samara puedes traer a tu novio. ¿Cómo se llama?
Y aquí venía la bomba, Jacob y yo ya habíamos hablado de eso.
—Es Andrew.—sonreí.—Andrew Stuart.
—No puede ser, hace como tres años que no sabía nada sobre él.—Noté el brillo en los ojos de mamá, supongo que recuerdos llegaron a su mente.—Pero, ¿Cómo?—Mamá me miró confundida.
—Lo siento por no contarlo.—Suspiro dramático.–Llevo más de un año hablando con Andrew por mensajes y llamadas, nos hicimos muy cercanos y pues decidimos darnos una oportunidad.
Deberían darme un puto premio por mejor actriz.
—¿Él no está estudiando economía en literal el centro de el país?—Preguntó Samira.
—Si, pero está de vacaciones y este año decidió venir a pasarlas aquí.—Les sonreí.—Acaba de llegar.
—Pues entonces invita a los Stuart a la fiesta de cumpleaños de tu abuela, son muy bien bienvenidos en esta casa, cariño.
Le sonrió a mamá y sigo comiendo, las tres nos dedicamos a comer mientras revisamos nuestros celulares, sí, esta familia es bastante adicta a la tecnología.
—Sam.—Alzo la mirada al escuchar a Sami llamarme.—Iremos con los primos mañana al cine, ¿verdad?
Ni siquiera había revisado el grupo de primos, había treinta mensajes.
—Supongo.—Le contesté.
—Deberías invitar a Andrew, así en la fiesta de la abuela tendría con quien más hablar que solo contigo y su familia.
—Tienes razón, le diré.—Me levante.—De hecho le diré ahora mismo.—¡Buenas noches!
Entre a mi habitación y llame a Jacob.
Me contestó de inmediato.
—¿Tan rápido ya me extrañas?—Pregunta.
—Necesito el numero de tu hermano.—Ignoré lo que me dijo y fui directo al grano.
—Ya te lo mando.—Lo escuché decir.
—Gracias te amo, buenas noches.—Colgué.
Al minuto me llegó el número de Andrew por un mensaje de WhatsApp, rápidamente lo agregue y llame.
Correo de voz, genial.
Intente unas cinco veces más hasta que contestó.
—Hola, ¿Con quién hablo?
—Hola Andrew, soy Samara, ¿Siempre me vas ayudar?
—Sí, Jacob me convenció y bueno tienes una buena razón para necesitar mi ayuda.
—Perfecto, nos vemos en el parque a las diez, se puntual, buenas noches.—Colgué.
Me tire a la cama soltando un suspiro de cansancio, mañana sería un gran día, un día para nada lindo pensé, no podía creer todavía que mi primo me haya tratado de esa manera, como una mujer, como a una chica cualquiera, que podía besar, incluso gustar, eso estaba muy mal, yo no deseaba eso, yo solo quiero que me trate como lo que soy, su prima.
Yo no era una incestuosa y nunca lo sería.
(...)
21/12/2016
Ya eran las 10:38 y Andrew no aparecía, me estaba poniendo nerviosa.
¿Y si no llegaba?
¿Qué rayos haría?
Estaba empezando a odiar a Andrew por su tardanza, hasta que sentí como alguien me abrazaba por la espalda.
—¿Qué mierda?—Solté un gritito de el susto hasta que noté que era el impuntual.
—Wow, jamás creí que de la voz de la pequeña Samara saliera una grosería.—Reí por su comentario.
—¿Por qué te tardaste tanto?—Conteste a cambio.
—Lo siento, mi padre me pidió ayuda con su coche por eso me agarro tarde, pero ya estoy aquí. ¿Qué hay que hacer?
—¿Jacob ya te lo contó todo?—Le pregunté.
—Sí, que triste tu vida.
—Perfecto, bueno tengo algunas reglas que decirte, pero antes, hoy saldremos al cine con mis primos y mi hermanita.—Su mirada se contrajo al decir lo último pero no le tome importancia.
Andrew empezamos a caminar por el parque que a estas horas estaba bastante solitario, como casi siempre.
—Dime las reglas.—sonrió, parecía divertido de la situación, mientras yo estaba sufriendo por dentro.
—Bueno, son solo cinco.—Asintió para que prosiguiera.—Nada de decirle a nadie mas sobre esto, los únicos que pueden saber es mi familia y Jacob, no me beses, no te sobrepases conmigo, nada de amiguitas al menos mientras estemos en esta "relación".—Hice comillas con mis dedos en la última palabra.—No puedes cambiar de opinión sobre esto. Si ya aceptaste no me puedes dejar sola.—Eso es todo.
—Dices que tengo que fingir ser tú novio pero, ¿no te puedo besar? ¿Cómo rayos tu familia va a creer en esta "relación"?—Hizo comillas con sus manos también.
—Puedes tomar mi mano.—Sugerí nerviosa, Andrew tenía esa mirada de desaprobación que me hizo sentir estúpida al decir eso.
—Te diré algo, pero no te enojes. ¿Está bien?—Asentí.—Para que tu familia, sobretodo tu primo crea en nuestra relación falsa, se necesita más que miradas tontas, manos juntas y abrazos, creerán de inmediato que no somos novios, Samara, se nota que nunca haz tenido novio en tu vida.—¿era eso un insulto? Porque lo sentí como uno, pensé.
—Okay, tienes razón, haré lo que creas sea necesario, pero por favor ayúdame en esto Andrew.—Suspire.—No tengo idea de lo que es tener un novio, esto es muy difícil para mi, no entiendo porqué siempre me pasan estas situaciones.
—Pues intentaré ser el mejor novio y hacer de ti la mejor novia.—Sonrió mostrando sus camanances, sentí que era la primera sonrisa que Andrew me regalaba, así que le sonreí de vuelta y me di cuenta que quizás esta sería una experiencia muy interesante.
—¿Entonces a las 6pm paso a buscar a tu hermana y a ti?—Me preguntó.
—Sí, bueno Andrew, ¡Nos vemos!—Y así me despedí de mi novio falso, acordando un plan para esta tarde y rogando porque todo nos saliera bien.
Camine a casa a paso lento, de todos modos nada me precisaba y aún faltaba para ir al cine, entre a casa y escuché más ruido de lo normal, ¿visitas?
—¡Ya llegue familia!-Grite entrando a la sala, genial nadie estaba aquí y yo aquí sonriéndole a la nada.
—¡Aquí estamos!—Gritó Samira desde la cocina, me dirigí allí.
—Vaya que sorpresa, creí que los iba a ver en el cine.—Y yo que creía que me iba a librar de Gabriel hasta en la tarde.
Gabriel apenas escuchó mi voz alzo su mirada de el celular y me sonrió.
—Hola enana.—Me saludo mi primo Raymond, tenía apenas dieciséis años y ya mide más de metro setenta, el muy desgraciado.
—Hola Ray.—Choque su puño en forma de saludo.— ¿Dónde esta Rose y Mati?—Le pregunte a Samira.
—Están en tu habitación jugando—Me contestó Gabriel.
-Ah okay, iré a ver que están destrozando.-Contesté, Rose y Mati eran mis primos menores apenas tenían ocho años y eran unos traviesos de primera, gemelos.
—Te acompaño.—Habló Gabriel caminando detrás de mi.
—No necesito que me acompañes.—Le hable mientras caminaba por el pasillo, Gabriel tomó mi brazo y me hizo mirarlo cara a cara.
—Vamos Samara, yo se que sientes lo mismo por mi, solo déjame demostrártelo.—Intentó acercar su rostro al mío, sentí la presión de su mano en mi brazo, me estaba lastimando.
—Suéltame o juro que voy a gritar…—Sentí sus labios sobre los míos en cuestión de segundos, sentí como mordió mi labio inferior y mi única reacción fue mover mi rodilla y darle en su entrepierna, eso hizo que me soltara y yo salí corriendo hacia el baño.
Ahí tome mi cepillo de dientes y el dentífrico y lave mi boca hasta que me empezó a doler, aún podía sentir sus labios sobre los míos, sentía asco, deseos de romper alguna cosa, estaba furiosa, porque no merecía esto, ninguna mujer tenía que pasar por esto, no sabía cuanto tiempo había pasado ahí encerrada, sabía que ya era tarde por la poca luz que entraba por la ventana de el baño, estaba segura de que mis primos ya se habían ido, porque ya no se escuchaba tanto ruido, había llorado sentada en el piso mucho tiempo, tenía dos llamadas perdidas de Jacob, seguro quería saber que había pasado en la mañana con Andrew.
Me levante del piso, guarde el celular en el bolsillo de mi pantalón y me acerque al lavatorio, lave mi cara y la seque, para después salir con una sonrisa más falsa del mundo.
—Ya te iba a llamar Sam, llevas desde hace ratos en el baño, creí que te habías ido a Hogwarts hermana.—Mi hermano me dijo apenas me vio.—¿Estuviste llorando?
—Ojalá estuviera en Hogwarts y no solo creo que me va a dar gripe, me siento algo mal.—Le sonreí y toque su cabello cariñosamente.—¿Qué hora es? Aún tenemos que ir al cine.
—Son las cuatro con cincuenta y cinco minutos, trece segundos de la tarde.—Miro su reloj fijamente.
Sí, definitivamente mi hermana es rara, pero a quien voy a engañar es la más inteligente de esta casa.
—¡Gracias!—Le grite dirigiéndome a mi habitación.
¿Qué rayos me pongo?
¿Blusa y pantalón o vestido?
Rayos, necesito ayuda.
Bueno ya que no he estrenado el vestido floreado que me regalo mi madre en navidad, lo usare esta noche, de todos modos creo que era el primer regalo que me gustaba de todos los que mi madre me había dado, usaría mis típicas sandalias negras de salir y listo.
Me miro al espejo después de vestirme, y pues algo es algo, no me veo tan mal.
Cepillo mi cabello y no hago más con el, porque después tardo toda la vida, me pongo un collar que me regalo mi hermana y listo.
Salgo de mi habitación y me dirijo a la de Samira.
—¿Oye y mamá?—Le pregunté.
—Se fue temprano donde tía, creo que se quedara a dormir ahí, eso fue lo que le entendí.—respondió viendo su celular, sin siquiera voltearme a ver.
—Okay, cualquier cosa voy a estar en la cocina.–Salgo de su habitación.—No tardes mucho que ya casi pasan por nosotras.
Saco mi celular para ver los memes del día de hoy, y me doy cuenta que tengo un mensaje de Andrew, lo leo.
Andrew♡: Hola Samara, estoy afuera esperando, mi padre me presto su coche. ¡No tardes!
Eso fue hace veinte minutos, rayos, ¿no era que este chico no era puntual?
—¡Samira! ¡Baja! ¡Ya vamos al cine!-Le grite tomando mi cartera del desayunador.
Abro la puerta del frente y ahí esta, esperando, fuera del auto de su padre, recostado en la puerta de copiloto.
—¡Lo siento! ¡Lo siento!—Hable apenas estuve frente a él.
Pero el lo único fue sonreír y eso me hizo sentir peor.
—Te estas vengando por lo de la mañana. ¿Verdad?—hablo por fin.
—¿Qué? No, en serio no, no me di cuenta de la hora, lo siento, gracias por esperarnos.—Sonreí.
Justo cuando me iba a responder, salió mi hermana de la casa, cerro la puerta principal y se dirigió donde nosotros.
—Hola, he escuchado muchas historias sobre ti, un gusto conocerte al fin.—Mi hermana tomó la mano de Andrew en forma de saludo, vaya que formal.
—Mucho gusto, Samira.—Andrew le sonrió, se hizo a un lado y abrió la puerta de copiloto para mi.—Bueno, vamos que se hace tarde.—abrió una de las puertas de atrás para Sami, rodeo el auto, se montó y arrancó el auto.
—¿Y cuantos años tienes?—Le pregunto mi hermana desde atrás, siempre tan chismosa.
—Veintiuno.—Contestó viendo directamente a la carretera.
—Le llevas tres años a mi hermana, eso significa que tienes la misma edad de Gabo.—Me tense al escuchar el sobrenombre de Gabriel.
—¿Estudias economía verdad?-Le preguntó esta vez.
—Sí, ya llevo tres años estudiando.—Le contestó, Andrew me miró por unos segundos y luego siguió mirando el camino.
Samira pasó todo el camino haciéndole preguntas a Andrew, yo pasé hablando con Jacob por mensajes, cuando llegamos al cine, le pedí a Samira que se adelantara donde mis primos, estaban a pocos metros de nosotros y ella se fue sin rechistar.
—¿Lista?—Me peguntó Andrew estaba justo frente a mi, yo estaba dándole la espalda a mis primos.
—No, la verdad para nada.—Le contesté.
—Tranquila, solo necesito que te relajes un poco. ¿Okay?—Se acercó tanto a mi que pude oler su aliento sabor a menta.—Pon tus manos alrededor de mi cuello.—Él me miraba directamente a los ojos y no se como hice pero alce mis brazos y hice exactamente lo que dijo, luego sentí como las manos de Andrew se posaron alrededor de mi cintura.
—¿Qué demonios estoy haciendo? —Hablé en voz alta sin querer.
—Solo estás dando un abrazo.—Sonrió inocente y besó mi mejilla.—¿Cuál de todos es Gabriel?
—Es el único rubio que esta allí.—Le contesté, Andrew no dijo nada y de pronto tuve sus labios sobre mi mejilla, muy cerca de mi boca.—¿Qué demonios?
—Desde donde ellos están esto parece un beso.—Me dijo separando un poco su boca de mi mejilla.
—¿Y cuánto tiempo seguiremos así? Me están empezando a doler las piernas.—Hable aguantando la risa, sus labios sobre mi mejilla me están empezando a gustar, y eso no estaba nada bien, además de que sentía un leve cosquilleo en toda mi cara.
—Listo.—Se separo de mi, tomó mi mano y empezó a caminar hacía la entrada del cine, donde estaban mis primos y mi hermana. Yo solamente camine a su lado, entrelazando mis dedos con los suyos.
Cuando estuvimos justo frente a ellos, simplemente me quede muda.
—Me tienes que presentar frente a ellos.—Me susurro al oído Andrew.
—Ah si, Bueno chicos, el es Andrew, mi novio.—Sonreí para después señalarlo.
-
—Ah mucho gusto, Raymond, pero dime Ray.—.Lo saludo mi primo con un abrazo raro de hombres.
—Hola príncipe de Sam.—Le dijo Rose mi primita pequeña.
—Hola princesa.—La saludó revolviendo su cabello.
—Bien, voy a hacer mas rápidas las presentaciones, ellos son los gemelos Rose y Mati.-Señale a Rose y a Mati que estaba jugando con un carrito de juguete, sin ponernos atención.—Ella es April.—Señale a mi prima, ella solo sonrió tímida y movió su mano en forma de saludo.—Este pendejo es Thomas, que por cierto anda de visita supongo, no te había visto por aquí.—Mi primo de veinticinco estrecho la mano de Andrew en forma de saludo.—Y el es Gabriel, Gabo.-Mire a Gabriel y él solo hizo un gesto con la cabeza hacia Andrew.
—Bueno, vamos a ver la película.—Hablo April sonriéndome.
Entramos al cine, Andrew y yo seguimos tomados de la mano y ya como que me empiezo a acostumbrar a esto, Santo Dios, aleja estos pensamientos de mi.
—Deberíamos separarnos.—Dijo Ray.—Que Thomas y Gabo vayan a comprar las entradas para las películas, Andrew y Sam vayan a comprar las palomitas, refrescos e golosinas, y April y yo llevaremos a los niños al baño. ¿Les parece?
Todos estuvimos de acuerdo y Andrew y yo nos fuimos a hacer la fila interminable donde se compraban las palomitas y demás.
—Todo esta saliendo genial. ¿No?—Le dije a Andrew sonriendo.
—Sí, creo que sí, estás siendo una muy buena novia falsa.—Posó su brazo sobre mis hombros y me acercó a él.—¿Si te puedo besar? Digo para que se vea más creíble.
Me reí y sentí hasta mis orejas calientes, Santo Dios.
—Oh pobre de mi, en mis vacaciones haciéndome pasar por un novio falso de una chica hermosa, sin poder tener diversión.—Drama, pensé.—¿Es por qué no quieres qué tu novio falso te sea infiel?
—Eres todo un dramático Andrew, pero lo hice para prevenir, que tal que mi primo, tía o mamá te ve ligando con una chica, nos jodemos.—Le conteste mientras nos movimos unos pasos en la fila.
—Tienes toda la razón.
Después de unos cinco minutos hasta por fin nos atendieron, pedí para que nos alcanzara para todos y justo cuando iba a pagar, Andrew se me adelanto y pago por mi.
—Oye tonto. ¿Qué hiciste?—Le reproché.
—Pagué, obviamente, sabes si dejaba que pagaras todo esto tú, tus primos me verían mal, soy un novio falso caballeroso yo pago.—Me contesto.
—Luego me recuerdas y te pago.—Le conteste de vuelta.
—Obvio.—sonrió divertido.
Caminamos con todas las cosas hacia los chicos, que apenas nos vieron nos ayudaron.
—Gracias. ¿Y Thomas y Gabriel?—Le pregunté a April.
—No se, no espera, ahí vienen.—Me contesto. Me voltee y los vi, venían riendo sobre alguna cosa.
—Adivinen quien tiene que ir a ver Nemo con los niños?—Dijo Gabriel apenas estuvieron junto a nosotros.
—Vaya eso es nuevo, Thomas perdiendo apuestas.—Comento April.
—Culpa de Samara.—Le contestó.
—¿Y yo que tengo que ver Thomy?—Dije indignada.
—Thomas me aposto que no traerías a ningún novio y yo le dije que si, por eso le toca ver Nemo con los niños.—Me contesto Gabriel viéndome para después guiñarme un ojo. Descarado.
—Que gracioso, bueno pues como ven si existo.—Respondió Andrew por mi. Le sonreí y le di un beso en la mejilla. ¿Por qué? No me pregunten que ni yo se.
—¡Ay! No se muestren tanto afecto frente a mí o le diré a mamá.—Escuche a mi hermana.
Y entre risas y burlas por su comentario, nos dirigimos a la sala de cine.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top