🍃18🍃
Capítulo 18.
Frío, más frío que un hielo.
Maratón 3/3
-¿Estás segura que aquí vive?-Me preguntó Andrew como por segunda vez, estamos frente a la casa del amigo de mi hermana, el insensible ese, ya saben quien.
-Sí Andrew tiene razón. ¿No te habrás equivocado de dirección?-Le siguió Jacob viendo el enorme portón negro que nos separaba de la enorme casa.
-Estoy segura, mejor tocaré el timbre.-Me acerque al portón, miré y encontré el típico botoncito blanca del timbre, lo toqué.
-Genial, mira eso.-Andrew señalo a tres perros que se acercaban a nosotros con cara de pocos amigos, agradecí que nos separaba una reja, de lo contrario ya estaría corriendo o muriendo entre las garras de alguno de ellos.— Eso es un pastor alemán, un gran danés y ¿Un pitbull?-Los miro mas de cerca, los perros no dejaban de ladrar.
-Creo que mejor nos vamos, esta gente se nota que es medio extraña.—Dijo el miedoso de Jacob.
—Sí creo que es lo mejor, nadie ha salido.-Le segundó Andrew.
-Esta bien vámonos.-Suspiré dándome la vuelta.-Vendré después de hablar con mi futura jefa.
-Espero si puedas conseguir ese trabajo amiga.-Hablo Jacob para después regalarme una de sus sonrisas.
-Ojala.-Choque mi hombro con el suyo.-¿Y tú que esperas para conseguir trabajo?
-Estoy en eso.-Río.-Cualquier cosa te digo.
-Bueno, no vamos.-Andrew abrió la puerta de copiloto para mi, hoy Andrew tenía que salir a hacer unas compras así que de paso llevamos a Jacob para ir a la casa de el niño insensible para hablar con sus padres, no funcionó, ahora en lo único que estaba pensando era que había dejado la motocicleta en casa y que tendría que pagar taxi para devolverme a casa.
(…)
-Deséenme suerte.-Bese la mejilla de Jacob en forma de despedida, él me abrazo y beso mi frente, como siempre lo hacía.
-Espero te vaya muy bien Sami.-Contesto Jacob separándose de mi.
-¿Segura que no quieres que te esperemos?-Me preguntó Andrew.
-No,tranquilo, tengo que hacer bastantes cosas.-Le contesté.—Más tarde nos vemos.—Besé su mejilla y salí del auto, Jacob se bajó rápidamente y se subió de copiloto, a él casi nunca le gustaba ir atrás.
Mire la veterinaria que tenía justo enfrente de mi, “JohaPet” una de las mejores veterinarias de la zona, Jacob y ella hace bastante tiempo había traído a su gato aquí, aunque no le duró mucho su mascota por culpa de Andrew, era un buen local.
Intenté olvidar los nervios y entre, habían tres personas atendiendo a los clientes, que por cierto no eran muchos ya que a esta hora no había mucha clientela, me acerqué a la caja, donde una chica bastante linda me sonrió amablemente.
-¿En que te podemos ayudar?-Me preguntó.
-Busco a Johanna, la veterinaria, tengo una cita con ella.-Le sonreí acomodando mi bolso mejor en mi hombro.
-Claro, sígueme.-Ella salió de detrás de la caja y empezó a caminar, yo la seguí, caminamos por un largo pasillo, la chica se detuvo en una puerta a mano derecha, la puerta era de color blanco y tenía una placa con el nombre de Johanna.
Ella toco la puerta suavemente, escuchamos un pase al otro lado de la puerta, la chica abrió la puerta y me invito a pasar.
-Buenas tardes. ¿Qué necesitas?-Me saludó, yo le sonreí y la miré, era una mujer bastante joven en realidad, se notaba que era muy amigable, todos mis nervios desaparecieron.
-Hola, soy Samara.-Le contesté.-Hable contigo ayer.
-Ah cielos, lo había olvidado, que bien que pudiste venir.-Ella apuntó algo en su libreta y luego me miró.
-Bueno yo me retiro.-Hablo la chica saliendo de la, ¿Oficina? ¿Consultorio?
-Bueno empecemos.—Ella soltó su cabello y empezó a peinarlo hacía atrás, se veía algo cansada.—Háblame de ti.
En mi mente pensé en una canción, háblame de ti, ¿Cuántos años tienes y a que te dedicas? Me moría por contestarle así, pero tenía que ser profesional así que reprimí mi comentario.
-Bueno no se que quieres saber.-Carraspeé.-Tengo dieciocho, casi que acabo de salir del instituto, busco empleo porque quiero salir adelante por mi misma, ya mi madre me ha ayudado demasiado, tengo que recompensárselo de alguna forma.-Sonreí.-Eso no quiere decir que dejaré mis estudios de lado, de hecho por eso mismo estoy haciendo todo esto, trabajaré todo un año para conseguir el dinero necesario y estudiar.
-Eso me parece muy bien.-Sonrió.-Me recuerdas a mi hace bastantes años. ¿Qué quieres estudiar?
-Bueno eso es respuesta bastante difícil de contestar.-Suspire.-Mi mejor amigo y yo siempre hemos querido ser médicos o farmacéuticos, en realidad yo ya ni se que pensar, estoy bastante indecisa.—Reí.
-Créeme te entiendo perfectamente.-Me sonrió comprensiva.-Yo antes quería ser bailarina, mi madre me dijo que me iba a morir de hambre.—Se encogió de hombros.-Así que decidí tomar mi segunda opción, veterinaria.
-No esperaba esa respuesta.
-No me arrepiento, me encantan mucho los animales.-Sonrió.-Te daré un consejo no pienses tanto en eso, cuando sea el momento lo decidirás.
-Gracias por el consejo.-Le respondí.
—De nada, linda.—Ella volvió a sujetar su cabello en una coleta.-¿Y tu familia?
-Bueno, mi madre se llama Sofía, es muy linda, tengo una hermana, se llama Samira.
-¿Solo tienes una hermana?-Me preguntó.
-No, también estaba Sean, mi hermano mayor.—Hice un intento de sonrisa, no me gustaba hablar con personas que aún no conocía bien sobre mi hermano.—Hace unos años murió en un accidente.
-Lo siento no debí preguntar.-Se disculpó.
—Tranquila, no pasa nada.
Ella tomó un portarretrato de su escritorio y me lo dio, lo tome en mis manos viendo a los dos niños pequeños sonriendo, son tan bellos, miré una esquina y vi a un joven, parecía de mi edad o tal vez unos años más ,bastante lindo también, él sonreí a la cámara feliz.
-Son muy lindos.-Hablé.
-Sí, son mi vida entera.-Le devolví el portarretrato, ella lo tomo y lo puso en su lugar.—Quiero que sepas que solo tienes que cuidar a los pequeños, James se cuida solo aunque últimamente anda de muy mal humor no dejes que eso te afecte.
-¿Eso quiere decir que tengo el trabajo?—Le pregunté emocionada.
-Exactamente.-Me entrego un papel con su dirección.-Nos vemos mañana a las ocho.
—Gracias, muchas gracias.
(…)
Apenas había llegado a casa tomé la motocicleta y fui directamente a la casa de Apolo, no me cansaría hasta que alguien se animara a recibirme y hablara conmigo. Después de varios minutos un hombre bastante alto y serio salió de la casa y se acercó al portón.
-Buenas tardes. ¿Aquí vive un niño llamado Apolo?-Hablé apenas salió un hombre en traje, bastante serio, al parecer se hartó de que yo tocara el timbre tantas veces y salió a recibirme.
—Es mi hijo ¿Qué quiere?-Me hablo detrás de la rejas del portón, ni siquiera me dejo entrar, que creí ese hombre. ¿Qué soy un ladrón o qué rayos?
—Perfecto me gustaría hablar con usted sobre la amistad que tiene él con mi hermana…—Me interrumpió.
—¿Cómo se llama su hermana?—Preguntó el hombre mientras sacaba su celular del bolsillo de su pantalón.
—Samira.—El hombre empezó a marcar un número en su celular.
-Apolo, hay una mujer que dice ser hermana de una amiga tuya, hermana de Samira. ¿Eso es verdad?
-No padre, no conozco a nadie con ese nombre y si así lo fuera tampoco me interesa.-El hombre colgó la llamada y me miró.
-¡Niño maleducado!-Exclame en voz alta, rápidamente tape mi boca con mi mano y miré al hombre.
-Mi hijo no tiene ninguna amiga, así que por favor lárguese de mi casa.-El hombre me dio un ultimo vistazo y se dio la vuelta para volver a su casa, los perros volvieron a ladrarme apenas el hombre se empezó a alejar.
-Perfecto.-Sonreí forzadamente.-Entonces dígale a su hijo que no se vuelva a acercar a mi hermana o tomare medidas drásticas. ¡Gracias por su amabilidad!-Le grité.
Camine furiosa a mi motocicleta, me coloque mi casco y arranque a toda velocidad de ahí, esa definitivamente era la persona más grosera, mala y fría que había conocido en mi vida, ya sabía de donde había salido la forma de ser de ese niño insensible.
Mi celular no paraba de sonar, lo ignoré hasta llegar a la casa, no me iba a poner a contestar mensajes mientras manejaba, cuando llegué saludé a mamá que estaba en la cocina, pasé por la habitación de Samira y estaba cerrada, suspiré, luego hablaría con ella, me acosté en mi cama y saqué mi celular del bolsillo de mi pantalón.
Grupo: Todos contra Apolo.🙄😾
Jacob: ¿Samara ya fuiste a la casa de el insensible?
Andrew: Espero que no hayas ido aún, te dije que yo te podía acompañar.
Andrew: Esa gente no me da buena espina.
Jacob: Samara aborta misión, acabo de descubrir algo grande.
Jacob: El padre de Apolo es uno de los empresarios más importantes del país y hay suposiciones de que anda en malos pasos, no vayas a esa casa.
Samara: Tarde, ya fui y conocí en persona a ese ser y yo que creía que Apolo era frío, ese hombre ni corazón tiene.
Andrew: Cielos, igual son suposiciones puede que no sea cierto.
Jacob: Seee.
Jacob: ¿Puedo ir a cenar a tu casa hoy?
Samara: Claro, vengan, creo que mamá va a hacer lasaña.
Dejé mi celular cargando mientras iba a la habitación de Samira, quería ver como estaba, siendo sincera aunque Samara era muy inteligente y madura, era demasiado sensible aunque no lo dijera, se le notaba en la cara.
Entré a su cuarto sin tocar, Samira estaba en su cama mientras miraba el techo de su habitación, olía a lavanda, le tenía una envidia inmensa a la habitación de Sami, era la habitación de un artistas, muchos colores, dibujos, libros y pinturas, definitivamente era la habitación que cualquier niña quisiera tener, pero ahí estaba Samira mirando su techo con estrellas de colores, como si nada que hubiera alrededor importara.
—Hey.—La saludé y me senté en su cama.—¿Quieres hablar de eso?
—No lo sé.—Ella se encogió de hombros.—Apolo es tan extraño.
—Créeme eso lo sé y ni siquiera es necesario hablarle para saberlo.—Le contesté.—¿Te trató mal?
—Ni siquiera llegó al encuentro.—Susurró para que apenas escuchará.—Odio a los niños.
—Créeme yo a veces también, son demasiado complicados.—Me acosté boca abajo.—A veces es mejor alejarnos Sami, por el bien tuyo y el de él.
—Pero no quiero alejarme…—La interrumpo.
—¿Quieres seguir llorando toda la vida por un niño qué no vale la pena entonces?—Samira se quedó callada.—Ya hemos hablado varias veces de esto, tú misma me has dicho que siempre busque la manera de ser feliz y yo no te veo feliz ahora y sabes lo que tienes que hacer.
—Está bien.—Me di la vuelta sorprendida, ¿así de fácil me hacía caso?
—¿En serio?
—Sí.—Ella asintió y se levantó de su cama.—Te tengo un regalo.—Ella tomó algo que estaba en su escritorio y se acercó a mi de nuevo.—Ten.
Miré la fotografía que tenía en mi mano, éramos Andrew y yo en la sala, él tenía sus manos entre las mías, yo lo miraba con una sonrisa y a él la cámara lo había capturado justo cuando reía, sus dientes blancos, sus ojos y sus camanances, me quedé callada sin saber que decir.
-Se veían muy bien justo ahí, no dude en tomar mi cámara y tomarla, las fotografías tomadas en el momento, justo cuando las personas no saben, salen mejor que todas, muestran ese momento más que nada.-Carraspeó.-Bueno ya, deja de molestar y vete, tengo cosas que hacer.
-¿Me estas echando?-Le pregunté cuando empezó a empujarme fuera de su habitación.
-Eso hago.-Terminó por sacarme de su habitación y me cerro la puerta en la cara.
—¡Gracias!—Le grité, sonreí, definitivamente le daría esta fotografía a Andrew, así él la recordaría cuando se fuera.
¡Hola!
¿Cómo están?
No se asusten si otro domingo me da por hacer alguna otra maratón, últimamente he tenido ganas de escribir así que estoy intentando editar toda esta historia para que la tengan completa pronto.💗
¿Les gustaría una historia aparte de Apolo y Samira? Tengo muchos planes para esos dos, espero que me sigan apoyando como siempre lo hacen.
Los amo.😊
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