🍃15🍃

Capítulo 15.
Cita, Ámbar y pasado.


—¿Me veo bien?—Le pregunté a Samira cuando paso por mi puerta, ella se detuvo, me miro y sonrió.


—Te ves muy bien. ¿Vas a salir?


—Sí, tengo una cita con Andrew.—Le sonreí mientras quitaba los pelitos de gato que tenía mi abrigo rosa pastel, hoy era un día con mucho viento. 


—¿Tienen citas siendo novios ya? Eso si que es tierno, ayuda a fortalecer la relación.—Ella me sonrió y siguió su camino.


¿Novios?
Claro, falsos lastimosamente.
Escuché el tono de llamada de mi celular, caminé hacía mi cama y lo desconecté del cargador, contesté al ver el nombre de Andrew.


—Hola.


—Ya estoy afuera, ¿me abres?


—Voy para allá.—Colgué, guardé mi celular en mi bolsillo del pantalón y caminé hasta la puerta principal, abrí la puerta.


—Hola de nuevo.—Besó mi mejilla y me tendió una rosa roja, una rosa de mi jardín.—Ten.


—Mamá se enojará si se entera que andas arrancando sus rosas.—Reí y tome la flor entre mis manos.


—Pues entonces será nuestro secreto.—Abrió la puerta de copiloto del auto para mi, me subí y le agradecí, Andrew dio la vuelta y entró al auto.


-Estoy cansado del auto de mi padre.-Rio poniendo las manos en el volante, puso el auto en marcha el auto.-Extraño mi auto.


-¿Tienes auto?-Le pregunté curiosa.


-Sí, solo que no lo quise traer.-Me contestó.-Es genial, se llama Beth.


-¿Le pusiste nombre a tu auto?-Reí sin poder evitarlo.


-Sí, ¿Te estás burlando de eso?-Me miró un momento fingiendo enojo.


—Sí, obvio, solo la gente rara hace eso.—Le contesté, Andrew negó con su cabeza reprimiendo una sonrisa.—Mejor dime. ¿A dónde vamos?—Miré mi celular, mis primos estaban organizando una salida de cine para el próximo viernes.


-Te diría que es una sorpresa, pero es muy usada esa frase.—Se encogió de hombros.-Así que pensé en llevarte al lago central. ¿Lo conoces?


—Sí, es un lindo lugar.—Le contesté.—¿Y donde esta la comida o me vas a tener aguantando hambre?


-Ya todo está planeado, mira atrás.-Dijo señalando con su mano los asientos traseros.


Mire y había una típica canasta bastante grande, podía apostar que había de todo allí, miré al lado y había una botella de vino blanco, eso no lo  esperaba.


-¿No qué estás alejándote del alcohol?-Le pregunté reprimiendo una sonrisa.


-Y lo haré, solo que esa botella es para ti, yo tomare jugo de arándanos.-Sonrió divertido.


-No te creo, me dejaras tomando sola, eso es muy grosero de tu parte.-Le contesté.


-Bueno, tal vez si me convences tomare una copa. ¿Trato?


-Trato.

                               (…)


-¿Crees en la rencarnación?-Me preguntó Andrew, estábamos sentados sobre una linda manta de cuadros roja, en el centro estaba la canasta, ya habíamos comida los sándwich de pollo que hizo Andrew, uvas, fresas con chocolate, definitivamente Andrew se había lucido con todo esto y aún habían galletas y pastel de chocolate.


Y él no había mentido,  solo estaba tomando su jugo de arándanos, mientras yo ya me había tomado mi tercera copa de vino.


-No, pero si fuera real me gustaría ser un gato entonces. ¿Y tú?-Lo miré.


-No lo se, aunque también me gustaría ser un gato, aunque me de alergia.-Tomó la ultima uva y se la llevo a la boca.


—Cierto, tu alergia, recuerdo a un niño de catorce llamado Jacob, muy enojado porque tuvo que regalar a su gato.-Reí recordándolo, ese día no sabía que hacer para que Jacob se sintiera mejor, estaba demasiado deprimido.


-Sí, me sentí muy triste por eso, pero bueno.-Movió sus manos restándole importancia.-¿Qué ha pasado con lo de tu empleo?


-Nada, Jacob y yo ahora somos desempleados.-Suspiré.-Pero estoy segura que conseguiríamos algo pronto.


-Estoy seguro de eso, eres muy capaz y linda eso te ayuda.-Acomodo un mechón de mi cabello detrás de mi oreja.


-¿Por qué lo linda me ayudaría?-Le sonreí divertida.


-Porque a la gente le gusta, sobretodo a los chicos y eso hace que haya clientela donde sea que trabajes.-Me contestó simplemente.


-Eso suena muy lindo, pero tampoco quiero a chicos a mi alrededor todo el tiempo.-Contesté, tomé un sorbo de mi vino.—¿Qué quieres a cambio de que tomes una copa de vino conmigo?


-Créeme tampoco es como que me guste la idea.-Me miro frunciendo el ceño, eso me dio gracia.-No se, dime tú, ¿qué me puedes ofrecer?


-Mmm déjame pensar. ¿Un beso en la mejilla?-Negó.-¿Un abrazo?-Volvió a negar.-¿Un abrazo y un beso en la mejilla?-Siguió negando.-¿Entonces que quieres?


-Que tal un beso.-Señalo sus labios con sus dedos-Justo aquí.


-Oh. ¿En serio?-Lo miré nerviosa, nunca me habían pedido algo así, sentí mis mejillas calentar.


-Hablo muy en serio, pero bueno si no quieres.-Acerco su rostro al mío.-Lo acepto.—Susurró.


Sí quiero.-¿Esa fue mi voz? ¿Yo le dije que si? Pensé en voz alta, vi como la sonrisa de Andrew se ensancho, acorto la distancia que nos quedaba, puso una mano en mi nuca  y otra en mi cintura y acortó la distancia hasta que nuestras narices se rosaban.


-Entonces que estamos esperando.-Acortó la poca distancia que nos quedaba y unió nuestros labios, mis manos actuaron solas y las puse su pecho, le seguí el beso con la misma intensidad, sonreí en medio del beso, esta era la cita más linda que había tenido en mi vida.


-¿Ahora si tomaras una copa de vino conmigo?-Le pregunté apenas nos separamos.


-Todas las que quieras Sam.-Me contestó.


-Bueno si es así, te daré todos los besos que quieras.-Le contesté, ¿Desde cuando era tan sincera? Sentí mis mejillas calientes de nuevo, que pena.


-Eso me parece una buena idea.-Sonrió y saco una copa de la canasta, sirvió más vino en mi copa y sirvió en la suya.


-Gracias.-Tomé la copa.-¿Vamos a brindar?


-Si, brindemos por más días como estos, a tu lado.-Sonrió choco su copa con la mía y llevo la copa a su boca, yo hice lo mismo.


-Que el tiempo nos alcance, Andrew.—Hablé.


-No hablemos de eso.-Me contestó mientras acariciando mi mejilla.-¿Qué tal si mejor nos besamos como antes?


Y así lo hicimos, nos besamos, hablamos, tomamos vino hasta que la botella se acabo, hablamos de la personas a nuestro alrededor, criticamos la vestimenta de algunos, fue divertido, sonreímos tontamente el uno al otro, nuestras miradas lo decían todo, no era necesario hablar de lo nuestro porque ambos sabíamos que nos gustábamos y eso estaba bien, era increíble.


Solo me gustaría que Andrew no tuviera tanto miedo, de hablar sobre nuestra despedida, ambos sabíamos que él se iría pronto y yo me quedaría aquí, lo nuestro que aún no tenía nombre, acabaría y lo entendía.

                               (…)


-¿Y Ámbar que hizo cuando te vio con ella?-Le pregunté a Jacob, estamos en la cocina solos y tranquilamente, mamá salió con Samira al supermercado, al parecer a mi madre se le olvido comprar algo importante para la cena.


-Bueno ya sabes como es Ámbar, se puso como loca, empezó a insultarnos, me dio una cachetada en medio restaurante, Sami, esa chica esta loca, no puedo creer que haya estado con ella tanto tiempo.


Ámbar era una chica que siempre había estado enamorada  de Jacob, era y es una chica bastante hermosa, creída y sobretodo intensa, no se rindió hasta que Jacob le dio una oportunidad, intentaron ser novios, pero al final solo terminaron siendo como amigos con derecho, aunque Jacob sabía que Ámbar tenía sentimientos hacia él, él no sentía lo mismo y se lo había dejado claro, aún así ella se encaprichó con él, lo celaba, intentaba que Jacob no pasara tiempo con amigo, fueron tiempos difíciles, un mes antes de salir del instituto, Jacob ya no la soportaba así que  corto toda relación con ella, pero ella no lo acepto, ya que la semana siguiente llegó con una prueba de embarazo, positiva, ella estaba embarazada, Jacob casi se muero de la sorpresa pero se hizo cargo, incluso yo lo apoyé pero luego sin querer terminé descubriendo la verdad, Ámbar lo había inventado todo y lo peor de todo es que Jacob ya se había hecho la idea de que iba a ser padre y estaba demasiado ilusionado, cuando le conté entró en un tipo de depresión tan horrible que incluso se alejó de mi por un tiempo, se dio su tiempo y luego poco a poco volvió a ser el mismo de antes, sinceramente Ámbar me daba miedo, era una locura pensar que había hecho todo eso solo para mantener a Jacob con ella.


-Bueno no importa Ámbar ya es pasado, tienes que decírselo a Claudia.-Le contesté.


—Si, de hecho ya he hablado con ella y bueno creo que todo está maso menos bien.—Se encogió de hombros.—¿Y cómo va todo con Andrew? 


—Creo que esta fue la mejor cita que he tenido en mi vida.—Le sonreí.—Aunque me asusta encariñarme tanto estoy bien.


—¿Y Andrew? ¿Se ve qué él siente lo mismo?


—Creo que sí, aunque siento que odia tocar el tema de que se tiene que ir.


—Lo entiendo, yo no podría vivir una vida sin ti.—Tomó un poco de su jugo de arándanos.—Trata de no tocar ese tema, solo disfruten juntos, aprovechen ese tiempo y no olvides siempre voy a estar para ti, además me gusta la idea de ver a mi hermano feliz.


—¿Jacob feliz de qué su hermano esté feliz? Vaya eso si me sorprende.—Reí.


—No lo odio, no me agrada mucho pero ajá lo quiero. 


-Ay, a veces eres tan tierno, Jacob.-Bese su mejilla sonorosamente.


-Lo sé, soy un hombre muy tierno.-Sonrió divertido.-Eso siempre atrae a las chicas.


-Supongo.-Reí.-Gracias al cielo yo no he caído en tus encantos.


—Tú me amas.—Se levantó de su silla y dejó el vaso en el lavaplatos.—¿Qué ha pasado con tu papá?


—Escuché a mamá hablando con él por teléfono, no entendí mucho pero discutieron y creo que hablaron de la custodia de Samira, se que mamá jamás permitiría que le quitaran a Sami así que estoy tranquila, confío en ella.


-Sí, tu madre es muy fuerte, además estoy seguro que tu padre no va a hacer nada, solo quiere molestarnos.


-Sí, supongo que si.-Le contesté.


-¿Tu madre hizo galletas?—Preguntó Jacob abriendo el horno, había una bandeja con varias galletas, Jacob sacó la bandeja y la puso en el comedor.

Rápidamente tomé una seguida de Jacob, mamá hacía las mejores galletas del mundo.


-Creo que adoro a tu madre.-Jacob hablo con la boca llena.


-Solo lo dices por las galletas.-Reí.


-No en serio, quiero mucho a tu madre, es genial.-Me contestó.


-¡Ya llegamos!-Escuché el grito de mi mamá acercándose a nosotros.


-Hola mamá.-Hable con la boca llena.


-No hables así, señorita.-Me regañó, Jacob se río.- Y Jacob no te rías con la boca llena te puedes ahogar.


-¿Y Samira?-Le pregunté a mi madre al no verla por ningún lado.


-Va a cenar con los vecinos, Margo esta cumpliendo años.


-¿La viejita?-Preguntó Jacob de chismoso como siempre.


-Sí, es un amor de persona.-Le dijo mi madre guardando lo que traía del supermercado.


—¿Qué vamos a cenar hoy? —Le pregunté al ver que había traído demasiadas cosas.


-Es una sorpresa, por cierto encontré a Andrew en el supermercado y lo invite a cenar.


—Oh genial.—Le contesté, tomé otra galleta.


Esta cena sería increíble.


-Perfecto.-Sonrió mi madre.-También invite a tu tía, ella y Gabo están muy apenados por todo lo que paso, quieren pedirles unas disculpas.


Retiro lo dicho, la cena sería horrible.


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