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Capítulo 1
—¿Qué necesitas, Sami?—Escucho la voz agitada de mi mejor amiga, podía asegurar a que había interrumpido su rutina de Zumba.—¿Estás llorando?
Siento un nudo en mi garganta y las lagrimas caer por mis mejillas, sueno mi nariz y respiro varias veces por la boca antes de hablar.
—Jacob, por favor ven a casa.-Espero su respuesta impaciente mientras muerdo una de mis uñas de la mano izquierda.
—¿Es muy urgente?—Lo escucho mover cosas y luego algo caer, una maldición entre dientes.
—Jacob.—Suelto un gemido de frustración y sin pensarlo se lo digo.—Mi primo me besó.
Silencio.
—¿Jacob?—pregunté, al solo escuchar una respiración pesada al otro lado.
—¡Virgen de las papás fritas¡No lo puedo creer! ¿Gabriel?—Silencio de mi parte.—¡Lo sabía! Maldito incestuoso.
—No quiero estar sola.—Le digo sin ponerle mucho cuidado a lo que dijo.
—¿Donde estas?
—En casa.
—Voy para allá.—Colgó.
Me levante del sofá y camine en círculos por toda la sala mientras comía mis uñas, me sentía demasiado asustada, nerviosa y unas extrañas ganas de vomitar de el asco me dieron.
—¿Qué demonios?—Pregunta Samira, mi hermana menor, fijándose por el portillo de la sala, traía su libro favorito entre sus manos, acababa de llegar.
—Hola Sami.—Hice un movimiento con mi mano en forma de saludo y seguí caminando por toda la sala.
—Samara estás actuando más raro de lo normal...—El sonido del timbre la hizo detener su discurso.—¡Yo voy!—Ella me dio la espalda y corrió hacia la puerta principal.
-Hola Samira. ¿Está Samara?-Escuche la voz de Jacob.
-Obvio la presencia de mi hermana está en casa, sino no me tomaría la molestia de abrirte la puerta, está en la sala.-La escuche contestarle, tan linda mi hermanita.-¡Sam iré al jardín!-Grito Samira, luego simplemente escuche un portazo.
Sin esperar ni un segundo apenas tuve a mi mejor amigo frente a mi lo abrace y lloré como una niña pequeña.
(...)
—¿Te sientes mejor?—Me pregunta después de un rato, mientras que acaricia mi cabello, con mi cabeza en su regazo asiento con mi cabeza.—¿Qué te hizo?
—Dios, estaba tan asustada Jac.—Le digo mientras me levanto de su regazo y me acomodo en el sofá.—Él se acercó de una forma, me tocó de una forma tan asquerosa.—Siento mis manos temblar.—Sino hubiera estado el florero de mamá te juro que no se que hubiera pasado.
—Te hubiera violado, Samara.—Veo como las manos de Jacob se empiezan a cerrar en puños y su frente se arruga.—Lo mataré, maldito imbécil.
—Jac tranquilo, ya pasó.—Toco su mejilla con mi mano.—Gracias por estar aquí.
—Ni agradezcas, siempre estaré para ti.—Me sonríe y veo que ya no está tan tenso como antes.
—Dije tantas estupideces, incluso le dije que tenía novio.—Le comento reprimiendo una risa.
—No, definitivamente estabas asustada.—Se burló.—Para que dijeras semejante mentira.
—Idiota.
—Tonta.
—Animal.
—Pendeja.
—Te quiero.—Dijimos al mismo tiempo.
—Ustedes son raros.—Mi hermana hablo mientras entraba a la sala y se sentaba en el la alfombra.—Mamá está por llegar, dijo que trae la película que le pediste. ¿Te quedaras a cenar Jacob?
—¿Samara?-Toco mi hombro Jacob.
—¿Si?
—Tu hermana me esta preguntando si quiero quedarme a cenar. ¿Tú quieres que me quede?—Me preguntó el muy tonto.
—Claro que sí.—sonreí.—Iré al baño, no se maten.—Dije dirigiéndome fuera de la sala, ellos siempre discutían por argumentos tan tontos, la ultima vez estaban peleando por las pajillas que hacían daño a las tortugas, fue insuperable esa discusión.
—¡Mamá ya llego!—Me grito Samira, genial ni orinar tranquila podía.
—¡Ya voy!—Dije mientras lavaba mis manos y me miraba en el espejo.
—Hola mamá. ¿Cómo te fue?—Le pregunté apenas me senté en mi silla de siempre, enfrente de Samira, al lado de Jacob y mamá como siempre en la cabecera de la mesa.
—Muy bien cariño. ¿Y su día?
—Yo leí todo el libro de química de Samara y salí al jardín a hablar con el vecino.—Habló mi hermana. ¿Cómo rayos leyó un libro de como setecientas páginas?
Siempre sería un misterio.
—Me alegro que te hayas divertido amor. ¿Y tú Samara que hiciste?¿Tú primo siempre vino a jugar video juegos?—Sonrió mi madre hacia Sami para luego poner su mirada en mi.
—Ah sí, vino pero se tuvo que ir rápido creo que tuvo un problema.—Mentí.—Luego llame a Jacob para hablar de que vamos a hacer con nuestras vidas este año.
Jacob asintió.
—¿Y ya pensaron a que universidad van a ir?—Preguntó.
—Bueno en realidad, mamá lo estuvimos pensando bien y queremos tomar un año sabático, pero eso no quiere decir que estaremos de vagos, queremos conseguir un trabajo para ese año y así ahorrar.-le contesté, hace mucho tiempo Jacob y yo habíamos acordado eso.
—Oh, me parece bien, de todos modos es su decisión mis amores, yo siempre los apoyare.
—Gracias mamá.
—Gracias Sofía, la quiero mucho.—Dijo el pendejo.
—Aaww yo también te quiero mi niño bonito.—Le contesto mi madre.
De pronto un celular empezó a sonar con una canción de Enrique iglesias y los tres volteamos a ver a mamá.
—Perdón, debo contestar es su primo Gabriel.—Hablo mamá para después contestar la llamada.
Mi mejor amigo como no es nada disimulado me volteo a ver con cara de retrasado, mientras me hacia señas extrañas.
—¿Qué?—le pregunté confundida.
—Nada, nada tonta.—Me reprendió, mientras seguía comiendo su ensalada, hace unos dos meses Jacob y yo nos propusimos cambiar nuestra alimentación y ser más cuidadosos con nuestro cuerpo y nuestro planeta, por ello, ahora los dos somos vegetarianos.
—Sí muy bien cariño, nos vemos mañana en el desayuno, dile a tu madre que no se le olvide traer el abrigo que le preste la vez pasada.—Silencio.—Yo también te quiero y que pasen buena noche.
—¿Qué quería Gabo, mamá?—Pregunté haciéndome la desinteresada.
—Tú tía hizo unas exquisitas rosquillas dulces, entonces los invite a desayunar mañana, aprovechando las delicias que hace mi hermana, y porque extraño mi abrigo favorito.—Me respondió.
—Ah que bien, así le podre enseñar el dibujo que hice ayer.—Escuché que decíap mi hermana.
Yo simplemente trate de terminar mi cena lo antes posible para irme a dormir, estaba cansada de pensar tanto, de mi primo que de pronto empezó a comportarse diferente, de mis errores del pasado, de pensar en mi hermosa familia, mi nula vida amorosa, de todo.
Sin darme cuenta yo ya estaba despidiendo a Jacob en el patio de mi casa.
—Enana.
—¿Qué?
—Todo estará bien, confía en mi o si no buscaremos la forma de solucionarlo, recuerda todo tiene una solución.—Me dio un beso en la frente y empezó a caminar a la salida.
—¡Jacob!—Trote detrás de él, para después abrazarlo por la espalda.—Gracias por siempre estar para mi.
—No es nada, eres lo más importante que tengo en mi vida.—Se volteo y me abrazo brevemente.-Hasta pronto, enana.
(…)
—Samara, Samara, ¡Samara!—Me gritaron al oído.
—Podrías ir a joder a otra persona en vez de a mí, Samira.—Le hable mientras me acobijaba más con mi hermosa mantita.
—Ya llego mi tía con Gabo, están en el comedor, si no quieres que mamá llegue y te regañe, te recomiendo que te levantes ahora. ¡bye!—Dijo para luego cerrar la puerta de mi cuarto tras ella.
Me levante de inmediato apenas mi hermana se fue, no quería despertar el lado malo de mi madre tan temprano, cepille mis dientes, peine mi cabello y me puse un pantalón.
Y sí duermo sin pantalones. ¿Algún problema?
Baje a desayunar sabiendo todo lo que me esperaba, solo espero que Gabriel ni se acerque a mi.
—Buenos días familia.—Dije entrando al comedor y sentándome en mi sitio de siempre, solo que esta vez tenía a mi tía a mi lado, y de frente tenía a Samira y a Gabriel.
Comencé a alimentar a mi pobre estomago hambriento mientras mamá y tía empezaron hablar sobre recetas de comida, de que les dolía el brazo y más malestares que mejor me reservo, de amistades, chismes, ya saben conversaciones nada interesante para adolecentes, olvidándose de nuestra existencia hasta que mi primo abrió la boca.
—¿Prima y cuándo nos vas a presentar a tu novio?-Preguntó lo suficiente alto para que mi madre, tía y hermana escucharan.
—¿Novio?—Preguntó mi madre extrañada.
—Jajá hablas de su ultimo novio literario. ¿No?—Dijo Samira.
—No, Samara me contó que tiene novio pero no sabía como decirles, así que yo le estoy ayudando. ¿No es así, Samara?—Mantuvo su mirada en mi todo el tiempo, maldito infeliz.
—¿Hija?—Mi madre me miro seria.
Mierda.
—Ah sí, mi novio noviero, ese que tomas de la mano y besas en la boca, sí, eso este yo, tenía ganas de presentárselos solo que no he tenido tiempo y así pero se los presentaré un día de estos.—dije nerviosa, tomé un trago de mi jugo de naranja, pero de tan nerviosa que me puse se me fue por mal camino y empecé a toser como una loca.
—¿En serio? ¿Tú tienes novio? ¿No que estabas esperando qué Ed Sheeran o Shawn Mendes vinieran al país para secuestrarlos?—Dijo confundida Sami.
—Hermana créeme que eso también lo haré, solo hay que esperar.—Sonreí maliciosamente recordando mi plan para cuando eso sucediera.
—Mamá a veces tu hija me da miedo.—Le dijo Samira a mamá.
—A mi también peque.—Mamá le dio una pequeña sonrisa a Samira y luego giro su rostro hacia mi.— ¿Samara?
—¿Si mami?
—Másp tarde hablaremos de lo del novio, ahora por favor desayunamos, que me muero de hambre.—Tomó una de las rosquillas que estaban en la mesa.
—Esperamos conocerlo pronto.—Habló Gabriel para después sin ningún disimulo estirar su pierna debajo de la mesa, tocando mi pierna con la suela de su zapato a propósito.
—¿Y es guapo sobrina?-Me preguntó mi tía.
—Él, es genial tía.—Solté un suspiro de enamorada pendeja haciéndolo más creíble.
Ahora si que estaba en problemas, en jodidos problemas, era una emergencia 10, ¿Dónde rayos encuentro a un novio falso?
Saque mi celular para escribirle un mensaje rápido a Jacob, él tendría la solución.
Samara: Tenemos que vernos, es urgente, donde siempre a las 11. ¡Besos!
Jacob: Okay, nos vemos allá, si tardo más de lo debido es porque Andrew acaba de llegar a casa, está de vacaciones.
(...)
—Odio a ese tipo.—Habló Jacob apenas le terminé de contar lo que había pasado durante el desayuno.—¿Qué quieres hacer?
—No lo sé, Jac.—rasque una de mis mejillas y quite un cabello que me estorbaba de mi frente.—Ya le dije a mamá que tengo novio, de hecho bromeando antes de salir de casa le dije que me iba a ver con él.
—¿Por qué no le dices a tu madre qué Gabriel te está acosando?
—¿Qué? Estás loco Jac, no me creerían y además no quiero que tía Ka y mamá se vuelvan a enojar por una estupidez.
—Estupidez dices.—Niega con la cabeza.—Estupidez que un tipo de haya manoseado y allá intento violarte y además de eso que sea un primo tuyo...
—Okay, no es una estupidez, pero no quiero hacerle daño a nadie.—Me levanto de la banca.—¿Podrías decirme qué hacer?
—¿Y si fingimos ser novios?
—Quince años de amistad, ¿Y tú crees que eso lo creerán?—Pregunté lo obvio.
—Tienes razón.—Él también se levantó de la banca y empezamos a caminar por los alrededores de el parque.—¡Joder!
—Además piensa un poco, tendríamos que besarnos y esas cosas que hacen los novios.—Hablé.
—Lo dices como si nunca nos hubiéramos besado.—Me sonríe.—Aún recuerdo a una pequeña Samara de doce años diciéndome que quería perder su primer beso conmigo.
—Oh, cállate.—Sentí mis mejillas calientes, estúpida Samara de el pasado.—Solo quería saber que se sentía y además tú tampoco habías dado tu primer beso.
—Buen punto, aún así tú fuiste la primera en pedirlo, yo solo como buen chico asustado y obediente te hice caso.—Rodé los ojos.—Creo que ya tengo la solución, pero es bastante arriesgada y la verdad espero que no aceptes.
—¿Y cuál es?
—Andrew está en casa, lo escuché decirle a mamá que no tenía planeado nada que seguro se quedaría en casa, o sea está libre.—Detuvo nuestra caminata.—Quizás él pueda ayudarnos.
Andrew es el hermano de Jacob, el mayor, tiene veintidós años y estudió con mi hermano y sino me equivoco, fueron buenos amigos, lo máximo que he hablado con él han sido saludos.
—¿Haciéndose pasar por mi novio falso?— En ese momento recordé que cuando Jacob le pedía favores a su hermano siempre terminaba llorando en mi cama o haciendo cosas estúpidas, ese chico siempre pedía algo a cambio de un favor.
—Supongo o tal vez tenga algún amigo aquí, no lo sé Sam.-Jacob tomó mi mano.—¡Vamos!
Y así sin más, Jacob y yo nos encaminamos hacía su casa, rogando porque al menos Andrew nos pudiera ayudar.
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