Xavi.

~Narrador omnisciente~

Los chicos comenzaron su búsqueda con un método limpio para evitar ser descubiertos: tomaban un pergamino, leían el contenido y si no habia algo interesante, lo dejaban justo donde lo habían encontrado; sin embargo, después de largas horas de búsqueda infructuosa, dejaron de ser cuidadosos.

Pergamino tras pergamino era lanzado al suelo si en la primera estrofa no leían nada interesante.

¿Encontraste algo?. Pregunta con hartazgo por décimo quinta vez el lobo de tintes pelirrojos en su pelaje castaño.

Nada. Solo recetas naturales sobre como abrillantar el cabello. Responde Jimin, lanzando más pergaminos a la pila de ellos.

Hu~ Déjame ver eso. Hoseok abandona su puesto en la estantería contraria a la de su amigo y se acerca a la pila de hojas detrás de Jimin, buscando el pergamino del que hablaba.

Esto no está funcionando. Murmura frustrado el más joven. Debe de haber una zona especial en dónde guardan lo confidencial, ese tipo de cosas tienen su distinción, ¿Cierto? Busca un pasillo que se vea diferente.

Todo en este lugar está decorado exactamente igual, Jimin.

No, debe de haber algo. El pequeño lobo se adentra entre los pasillos, desesperado por buscar algo. Hoseok le sigue el paso lo mejor que puede. Alguna lámpara de diferente color, la textura del piso, algo que nos pueda indicar papeles importantes...

Jimin, espérame... El castaño comienza a notar como su amigo se le pierde de vista entre los estantes con más frecuencia, empieza a sentirse ansioso. ¡Espera! ¡Hey!

Hasta que ocurre lo inevitable, claramente observa como Jimin da vuelta hacia la derecha en una estantería, y cuando él hace exactamente lo mismo, un corto temblor que hace estremecer las lamparas y a mecer las estanterías sacude la tierra.

Se asusta, quedándose paralizado hasta que el temblor se detiene. Busca a su amigo para buscar refugio, pero se confunde al no encontrarlo. Lo busca con la mirada efusivamente, pero no logra verlo.

¿Jimin...? Oye, si estás tratando de asustarme... No es gracioso. Le reprende en voz alta, seguro de que su amigo le escucha. Vamos, sal... Deja de esconderte.

Hoseok no se a movido ni un centímetro desde que dió vuelta a la derecha. Y extrañamente, Jimin tampoco se movió, se detuvo por el pequeño temblor que hizo caer un pergamino al suelo frente a él. Ambos se encuentran parados en el mismo sitio, pero no se ven, no se oyen, es como si estuvieran en diferentes planos exactamente iguales.

¿Hoseok? Pregunta por su amigo con un hilo de voz, atrapado por el miedo de encontrarse solo después de un desastre natural como ese. ¡Hoseok, amigo!

— Deja de gritar, tu amigo está bien. — una voz que reconoce al instante se esconde en el eco de la enorme biblioteca.

Es la anciana que los atacó en el bosque. Por supuesto, recuerda haber oído de Cripx que la mujer no salía de la biblioteca.

¿Que le hiciste a mi amigo? El pelaje en su lomo se crispa, pues no confía en la mujer que lo mira entre las sombras.

— Yo no le hice nada. Es esta maldita biblioteca que disfruta de jugar con la cordura de sus visitantes. Seguro pensó que sería divertido separarlos.

Fuera de sentirse aliviado, las palabras de la Xavi lo confunden aún más.

— Si entraron aquí fue porque la biblioteca lo permitió, ¿Por qué haría eso? ¿Que están buscando?

No es algo que sea tu problema. Gruñe, pues la primera impresión que le dió la vieja no le permitió guardarle respeto.

— Ha, los jovencitos de ahora ya no tienen modales. — la vieja Xavi decide salir de su escondite, y en cuanto la luz de las lámparas toca su piel rejuvenecida, se muestra con una apariencia mucho más joven.

Jimin incluso comienza a preguntarse si se trata de otra mujer con una voz similar a la de aquella vieja loca, pero la mujer frente a él carga el mismo bastón que la anciana. No cabe duda que se trata de la misma persona, pero de apariencia mucho más vivaz. ¿Cómo es posible?

— Entiendo que estés confundido. A mí me llevó años entender el extraño funcionamiento de este edificio. — la mujer se encoge de hombros, restándole importancia. Nota el pergamino en el suelo, el que se había caído antes y camina sin renguear hasta quedar justo frente a Jimin, se agacha con unas rodillas totalmente renovadas y vuelve a poner el papel en la estantería. — Está es la apariencia con la que puse un pie aqui dentro.

No importaba cuántas palabras dijera la mujer, todas y cada una revolvían más la mente de Jimin. Ella lo nota y de inmediato piensa que los citadinos son estúpidos, así que se ve obligada a explicarlo de forma más sencilla, después de todo... Si la biblioteca les permitió entrar, significa que no son una amenaza.

— Sígueme. — dice he inmediatamente comienza a caminar entre las estanterías de madera.

Jimin la sigue, pues le da pavor quedarse solo después de un terremoto. Además, un aura extraña que ahoga el ambiente comienza a ponerlo nervioso y la total calma de la mujer le dice que ella sabe algo que él no.

¿A donde vamos? Pregunta después de varios minutos caminando en círculos.

— Te responderé cuando tú me respondas lo que te pregunté antes.

Jimin titubea, pues no sabe que tan conveniente es decirle la verdad a esta extraña y misteriosa anciana que ya no luce como una anciana.

— No necesitas ocultarme nada. Sé perfectamente que tu pareja es un Stigma. — revela la mujer.

¿Co~como sabe usted...?

Pero en lugar de obtener una respuesta, el pequeño lobo se distrae con la repentina aparición de una enorme pared de piedra con extraños dibujos en ella. Algunos símbolos son completamente ininteligibles, otros, sin embargo, puede adivinar que están tratando de decir; como por ejemplo, aquellos que con dibujos secuenciales, relatan una historia.

La vieja Xavi se acerca sin miedo a la pared y toca con nostalgia el dibujo de una figura femenina dentro de un reloj. Jimin de inmediato une las piezas y da un paso al frente con sorpresa.

Esa eres tu... ¿Verdad?

La mujer asiente.

— Esta pared era la cueva prohibida a pocos metros de mi manada... Hace mil años.

Jimin traga grueso, pues aunque su lógica le decía que eso era imposible, parte de él estaba completamente convencido de que la mujer decía la verdad.

La vieja Xavi toma una lámpara he ilumina el resto de pinturas, Jimin analiza cada una de ellas, armando en su cabeza la historia que relatan: empezando por el trazo de esta misma mujer, antes atrapada en un reloj, ahora rodeada de personas, un nucleo familiar visiblemente feliz.

— Ya no recuerdo sus rostros... Pero a veces creo oler sus feromonas... — la mujer acaricia las siluetas, para después apartarse he iluminar el siguiente trazo, en dónde aparece un lobo de enormes colmillos y tenebrosos ojos rojos.

Jimin reconoce el escalofrío que recorre su espalda al ver la figura.

Un Stigma...

— Esa bestia apareció de la nada, llevándose a mi familia con él... Corrí por todo el bosque en medio de una tormenta y en mi intento de esconderme, terminé entrando aquí. Estaba tan aterrada de que ese monstruo me comiera también que no salí en días... Sobreviví gracias a cestas de frutas y banquetes con carne que, al igual que yo, se perdieron en el tiempo.

¿Qu~que quieres decir...?

— Toda esa comida eran ofrendas que las civilizaciones pasadas le entregaban a la cueva. Fue extraño, fue como si la cueva estuviera tratando de alimentarme, de mantenerme viva...

El pequeño lobo trata grueso, de alguna manera, se sentía asustado por el simple hecho de imaginar que la habitación en la que se encuentra tiene vida.

— Cuando tomé el valor de salir... El nivel del mar había bajado, las estaciones eran más duraderas, las criaturas que yo conocía ya no existian y hacía mucho más calor que cuando entré. Y en el momento en el que puse un pie afuera, mi cabello castaño se volvió blanco, mi visión se hizo borrosa y también lo hizo mi memoria... Tan solo sabía que ahora tenía que encargarme de una pequeña manada liderada por un cachorro llamado Zaum.

El padre de Cripx. Recuerda el pelirosa.

— Lamento si fuí muy grosera contigo y tú pareja... Yo no quería...

No sé preocupe, noona. Entiendo su situación... Dice Jimin, luchando por no llorar mientras empatiza con la mujer que seguro revivió sus peores miedos al volver a ver al demonio de su pasado.

Pero fuera de cualquier sentimentalismo, Jimin recuerda la misión por la que había venido: encontrar información sobre los stigmas.

Está a punto de abrir la boca cuando el temblor de antes se hace presente de nuevo, pero está vez más salvaje que la última vez. Las estanterías se mueven de un lado a otro, rechinando como locas, como si estuvieran a punto de caer en un efecto dominó.

— Es hora de que te vayas.

¿H~he?

La anciana se gira para verlo y le regala una enorme sonrisa.

— Nos volveremos a ver, joven Omega.

¡Espera! Intenta acercarse a la mujer, pero una oscuridad lo envuelve y en cuestión de segundos ya no se encuentra frente a Xavi, sino al lado de Hoseok. ¿Q~que mierda?

¡Mierda, ¿De dónde saliste?! El castaño se apresura hacia su amigo. ¿¡Por qué te escondiste!? ¡No fue gracioso!

¡Salgamos de aquí! Ruega Jimin, arto de toda esta mierda.

¿Ha? Pero si aún no hemos encontrado nada...

¡Eso no importa! ¡Vámonos de aquí!

Finalmente, los dos lobitos logran encontrar el agujero por donde habían entrado y salen de la biblioteca ilesos. Jimin especialmente corre hacia Jungkook y de inmediato se refugia en su peludo pecho.

Hey, ¿Que pasó? Jungkook frunce el ceño, confundido por la temblorina de su pareja. Mira a Hoseok en cuando este se encuentra con ellos. ¿Que sucedió allí dentro?

No lo sé, solo... El castaño es interrumpido por la voz de un hombre.

— ¡Intrusos! — un guardia les apunta con la luz de una lámpara, y a pocos metros se divisa otro guardia. — ¡Sabía que ustedes no podían significar nada bueno!

E~esperen, nosotros no... Hoseok intenta razonar con ellos, pero ambos hombres se hacen de oídos sordos.

Los guardias toman sus cuchillos y les apuntan.

— ¡Lárguense de una vez de nuestra tribu!

¡Esto es todo un malentendido! Jungkook se separa de Jimin y se hacerca a los furiosos hombres.

— ¡Atrás! ¡¡Atrás dije!! — grita el hombre, y sus gritos despiertan al resto de la tribu, Jimin incluso nota como algunas luces de las lámparas en el pueblo se encienden.

Pero en lugar de huir, Jungkook se mantiene firme, pues está convencido de que no hicieron nada malo. Da otro paso y está vez el otro alfa no se la perdona, recibiendo su acercamiento con un ataque de su cuchillo.

¡Jungkook! Jimin y Hoseok ahogan un grito en cuanto ven el ataque.

El stigma recibe una enorme cicatriz en toda la extensión de sus bigotes, de la cual no tarda en derramarse sangre que cubre sus dientes. Su paladar inmediatamente percibe el sabor metálico de la sangre y, extrañamente, eso despierta algo en él.

A través del lazo, Jimin percibe como la ira desenfrenada empieza a correr por las venas de su pareja. Su respiración se acorta y se hace más pesada, y lo que finalmente confirma todas las sospechas de Jimin es que los ojos cafés, antes con un brillo hermoso en ellos, de inmediato se reemplazan por un brillo ámbar que cubre su iris. Ya no se trata de Jungkook, sino de Hakihiro.

¡No! Grita Jimin antes de que todo se salga de control.

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