La extracción.

~Narra Jk~

Apenas extrajeron mi sangre he ignorando las recomendaciones del personal de enfermería de quedarme quieto y descansar, seguí de cerca cada manipulación a mi carga genética.

Con mis guantes, botas, lentes de protección y gorro estéril, observo cada movimiento que hace este joven Alfa que pertenece al equipo de laboratorio, por alguna razón, las manos con las que sostiene el tubo de ensayo tiemblan torpemente.

— Vas a tirar la muestra si no dejas de temblar. — hago la observación desde mi sitio a su izquierda.

— Ick... — un quejido sale de sus labios y encoge sus hombros con miedo.

¿Está es la clase de profesionalismo a la que le estoy confiando mi ADN?

— Jeon, deja de fulminar de esa manera al pobre chico. — el jefe de laboratorio, Taejin Cheon palmea mi espalda de forma amistosa. — Estás extorsionando a todo mi equipo con tu mirada de Stigma intimidante...

— ¿Yo hago eso? — pregunto confundido, ojeo al personal y cada uno de los lobos en bata asienten frenéticamente entre sollozos. — Uy... Perdón. No me dí cuenta.

— Mi gente fue seleccionada cuidadosamente por tu servidor, yo mismo los entrevisté y te aseguro que todos y cada uno cumple con los estándares y valores de StoneGenetics. No te preocupes, tu carga genética está en las mejores manos. — el Omega de gran tamaño me guía amablemente a unos metros del asustado empleado.

— No desconfío de tu personal, Cheon. — digo para aclarar el malentendido. -— Cedrik me autorizó a supervisar el proyecto de primera mano y no pienso desaprovechar esa oportunidad.

Estoy hablando con el jefe del laboratorio, pero realmente mi vista y el resto de sentidos están dirigidos al Alfa de antes, el que ahora está metiendo el tubo de ensayo en una centrifugadora.

— Y no te prohíbo que goces del privilegio que te dió el jefe, pero si no dejas de mirar a mi equipo con ese semblante tuyo, harás que provoquen un accidente~

— ¿Tu equipo maravilla no puede trabajar bajo la presión de un Stigma? — inquiero, comienzo a molestarme por su forma disimulada de distraerme de la operación de extracción del ADN del resto de mi sangre.

El Omega no me responde, parece incómodo con mi repentina hostilidad pero no deja de sonreír.

— ... Vaya, de verdad que eres un espécimen único. Haremos todo lo posible para disminuir ese porcentaje elevado de cólera en el resultado final para proteger a nuestros consumidores~ — Taejin prácticamente huye de mi y se refugia en el resto de empleados que no se encargan de mi proyecto.

Por mi parte, sigo con mi misión de acosar a aquellos encargados de tocar mi gen.

Hago constantes preguntas, estoy siendo el más grande y molesto grano en el culo que puedo ser, soy consiente de ello, pero todo es resultado de estar preocupado por arrepentirme de esta decisión en un futuro.

— Oye. — la chillante y desesperante voz del Omega más irritante de esta empresa se materializa a mi espalda. — ¿La única cosa que sabes hacer es ser una molestia? Mierda, pareces uno de esos gángsters prestamistas que te acosan para que les devuelvas el dinero.

Hago una larga inhalación y me preparo mentalmente para ver su horrendo rostro. Cuando me siento listo, me aparto del tipo que se encuentra haciendo su trabajo con mi muestra genética y me doy media vuelta para ver al Omega.

Hangyeol Baek, para muchos es el supervisor con más bajo rango en la oficina, pero para mí es la razón por la que pedí trabajar mayormente desde casa.

— ¡Mira tu cara justo ahora, luces igual que un matón, jajaja! — saca la mano del bolsillo de su chaqueta y me señala para burlarse de mí.

Una intrusiva respuesta burla todos los puestos de seguridad que normalmente la detendrían en mi cabeza, por lo que la sonrisa petulante y un ceño fruncido se hacen ver mientras la digo.

— Tienes razón, Hyung. Creo que soy propenso a convertirme en un matón. — inflo mi pecho, lanzando feromonas iracundas hacia él.

Da un paso hacia atrás, como si hubiera recibido una clase de golpe mientras se cubre la nariz con la mano que había sacado de su chaqueta antes.

A la par que mi supervisor sale de su sorpresa y pasa al enojo, me doy cuenta de la insolencia que he cometido, tomando en cuenta que es mayor y mi supervisor.

— ¿¡Te atreves a usar tus feromonas contra mi, infeliz!? — se abalanza hacia mi, me agarra del cuello de la camiseta y levanta su puño para golpearme.

— ¡Per~perdon, fue un accidente! — levanto mis manos en señal de paz.

— ¿¡Que creen que hacen, idiotas!? — Taejin Cheon aparece en la escena y de un solo empujón separa al Omega. — ¡Si van a pelear, háganlo fuera del laboratorio! ¡Pero no les voy a permitir que se comporten como cachorros y arruinen mi proyecto!

Bajo la cabeza por arrepentimiento y molestia, mientras observo por el rabillo del ojo como todos los presentes observan el escenario que se armó.

— ¿¡Les quedó claro!? — repite y empuja mi pecho y el de Hangyeol para hacernos reaccionar.

— Si.

— Si, como sea. — el Omega se sacude la chaqueta con dignidad, para posteriormente irse.

— Escucha, Jungkook. — Taejin Cheon se dirige a mí, posando su mano sobre mi hombro con seriedad. — Lo que dije antes sobre tu temperamento fue broma, pero tal vez no estaba muy errado. Te aconsejo que visites el departamento de psicología.

El Omega se va pero sus palabras se quedan, taladrando mi cabeza y haciéndome reflexionar que quizás me encuentro muy estresado.

Ahora que lo pienso, desde que crucé la puerta del departamento me siento ansioso, como si estuviera esperando algo inminente, pensé que eran los nervios de probablemente ver la cara del idiota de Hangyeol Baek, pero quizás tiene otra explicación.

— ¿Dice que experimentó una ira desmedida contra uno de los supervisores y no sabe la razón?

— Así es... Aunque, sin la intención de justificar, el supervisor estaba siendo un grandísimo hijo de perra. Perdone la palabra altisonante. — terminé asistiendo con la psicóloga de StoneGenetics.

La mujer se acomoda los lentes mientras lee sus apuntes en la libreta sobre su regazo.

— No se apure. Maldecir se concidera una de las mejores medicinas del alma~

Sonrío con satisfacción.

— Ahora bien, mencionó que tenía un lazo destinado por una marca con su actual pareja Omega, ¿Correcto? — relee sus notas.

Quizás es información muy personal, pero he escuchado rumores, que aparentemente son verdad, que la psicóloga MinJin Go del departamento de psicología es una profesional en el área. Me sedujo con su charla y de alguna manera le conté todo.

Asiento en respuesta.

— Interesante... Mhm... ¿A considerando que todo este comportamiento a la defensiva este ligado con algún malestar en su pareja?

— ¿Que? — una pequeña risa sale junto a mi pregunta. — Creo que sé identificar cuando se trata de un sentimiento ajeno a mí. Por la Luna, no estoy ligado a él hace dos días.

— Tal vez no, tal vez estoy equivocada. — cierra su libreta y gentilmente la deposita en la mesita para té a su izquierda. — Señor Jeon, tal vez no esté consiente, y no lo culpo, de lo profundo y complejo que puede llegar a ser un lazo destinado por la marca de un Alfa. Muchos psicólogos teorizan que la sinestesia del dolor de la pareja se limita a experimentar un gran dolor físico y/o mental, pero yo teorizo que no; la unión de dos almas libres, dos espíritus que en su momento fueron salvajes debe ser mucho más intrincado de lo que nosotros, seres mortales, podríamos llegar a comprender jamás. Piénselo, si mi pareja se encontrara en peligro pero inmediatamente es sedada, yo no tendría forma de acudir a ella porque no experimentaría dolor, nuestra madre Luna nos creó para algo mucho más que solo conexiones superficiales.

~°~°~°~°~°~°~°~°~°~°~°~°~°~°~°~°~

Abro la puerta del baño ejecutivo para poder refrescar mi rostro con el agua del grifo, sé que no debería entrar aquí pero esa loca pseudo-psicologa me puso los pelos de punta con su discurso de mierda, además, es el único baño en todo este piso.

Abro la llave y lavo mi cara tan solo un poco, cuidando que las gotas no se deslicen por mi cuello para mojar mi camiseta. Suspiro con una sensación de incomodidad subiendo por mi espalda mientras tomo una toalla para secar mi cara.

— Lo sé, es un completo idiota, jaja. — esa irritante voz sale de uno de los cubículos de los baños, justo detrás de mí.

Seco mi cara rápidamente para poder salir antes de que me encuentre en los baños ejecutivos.

— Por cierto, quería agradecerte por haberme ayudado a detener la situación en el laboratorio. Si no hubieras intervenido, estoy seguro que lo habría matado. — dice Hangyeol y me detengo a mitad de camino, sorprendido por su desmedida confianza en sí mismo.

Por la Luna, estoy seguro que está enterado que soy un Stigma, un simple Omega no tendría la más mínima oportunidad contra mí.

— Pero bueno, es lo mínimo que me debes por hacerte el favor de distraerlo del procedimiento de extracción. — dice engreído.

Un escalofrío sube desde mis pies a mi cintura y se asienta en mi pecho, inmediatamente acelerando mi pulso.

¿Distraerme?

— Te dije que no sé daría cuenta que el jefe quiere su ADN para otros propósitos. Jajaj, es un incrédulo. Ha... El gobierno es muy egoísta al no permitirnos probar un poco de ese gen Stigma, ¿No? ¿Para que lo querrán si no es para hacer super-soldados? La gente común también quiere experimentar mucha fuerza, ¿Sabes lo que haría yo si tuviera el poder de un mounstro como él?

Tan solo seguía parloteando mientras el cólera se acumulaba en cada zona de mi cuerpo.

Lo voy a matar. Amenaza Hakihiro con una voz tan perturbante que puedo imaginarlo botando sangre entre sus fauces.

— Si, si, estás ocupado. Ya lo sé, yo también estoy ocupado con muchos archivos. — le jala a la cadena del baño mientras escucho como se abrocha el cinturón del pantalón. — Te tengo que dejar, nos vemos, Cheon.

Cuelga el teléfono, logro escuchar el característico timbre y solo entonces me permito hacerle unas pequeñas preguntas. Tiro la puerta con una desmedida patada, mueble que termina cayendo sobre el supervisor que apenas tiene el reflejo de empujarla a un lado.

— ¿¡Que carajo te pasa!? — atina a responder, pero antes de que pueda decir otra palabra, mi mano se engancha a su pequeño cuello, estampandolo contra los azulejos del baño. — ¡¡Eck!!

Las coléricas feromonas que me abstuve de lanzarle hace un par de horas ahora estaban quemándole la cara, estoy tan enfurecido que puedo sentir el enrojecimiento en mis ojos, mis ojos que se clavan a los suyos, que muestran como su alma a dejado su cuerpo.

— ¿¡Que MIERDA acabas de decir, PUTO IDIOTA!? — cierro con más fuerza mis dedos sobre su tráquea, sintiendo leves traqueteos en el proceso.

— E~ess.... — su voz es un hilo agudo inentendible.

Tal vez si le quiebro la garganta no podrá darme más información. No es sensato, actúe sin pensar.

Suelto su cuello y rápidamente se desliza por la pared hasta caer sobre la taza abierta, mojándose el culo y el pantalón con agua del inodoro.

Jadea de manera agitada mientras se toma el cuello con ambas manos, trata de recuperar el aliento. Entre sus dedos puedo ver la marca roja de mi mano.

Habla ya antes de que pierda la paciencia. — inclino mi cabeza de forma amenazante.

Aún así, se toma unos segundos para recuperar su voz.

— G~ge~gente del gobierno v~vino no hace mucho para hablar con el j~jefe... — toma una gran bocanada de aire. — No no~nos dió mucha información... Per~o si nos dijo que hoy debíamos mantenerte ocupado... Di~di~dijo que hoy sería la extracción...

— Mierda.

La extracción de mi ADN. El infeliz de Cedrik se la venderá al gobierno.

Inmediatamente abandono el lugar y corro en dirección al laboratorio, el cual se encuentra seis pisos arriba. No tengo tiempo para tomar el ascensor, así que opto por las escaleras, si subo de a tres escalones, ahorraré tiempo.

Pierdo la cuenta de cuánta gente empujé por los pasillos como un desquiciado, en mi cabeza solo existía la urgencia por llegar antes de que sea tarde.

Finalmente llego al piso, pero al ser un área restringida, el laboratorio está protegido por una pared a prueba de radiación y químicos con respecto al recibidor.

A través de las ventanas con el doble del grosor de una ventana normal, puedo ver como un quimico extrae con pinzas y guantes una pequeña ampolleta que brilla por su líquido dorado. Mi carga genética en su más concentrada presentación.

El guardia que vigila la puerta parece adivinar mis intenciones, por lo que corre para detenerme, pero yo ya había empezado a correr mucho antes que él.

Definitivamente no puedo atravesar la unica puerta, pero la ventana sí.

Antes de que el uniformado pudiera alcanzarme, doy un enorme salto en dirección a la ventana y me transformo en el aire, cierro los ojos mientras percibo como el vidrio se rompe en todo mi pelaje, haciéndome cortes minúsculos por todo mi cuerpo superior.

Al no haber calculado la caída y debido a mis ojos cerrados, termino rodando por la mesa en la que varios de estos científicos se encontraban trabajando. Mi cuerpo recibe inmensas señales de dolor por las pesadas máquinas que en la mesa se encontraban, hasta que llego al final de la mesa y caigo al suelo.

Mientras mi cuerpo toca la fría superficie, escucho como cada pedazo de vidrio roto, cada cristal de los portaobjetos o los frascos, las diferentes máquinas, absolutamente todo cae al suelo, incluyendo al tipo que sostenía la ampolleta, que termina cayendo y rompiéndose en el acto.

Ugh... Resoplo adolorido.

Mis ojos apenas tienen fuerza para abrirse, pero en cuanto lo hago, recupero la consciencia de inmediato. Mis orejas se irguen y busco con la mirada aquella ampolleta, hasta que detecto entre el desastre un líquido amarillento derramado en el suelo.

Aquel empleado se arrastra para llegar a mi ADN, pero en cuanto lo tiene de frente, se encuentra también con mis patas. Lentamente levanta la mirada, siendo abrazado por la vibración de mi gruñido, se encuentra justo frente a su nariz mis expuestos colmillos.

Si te vas ahora, te perdonaré la vida.

De alguna manera puedo sentir el pulso acelerado del tembloroso Alfa, traga con fuerza y, a pasos torpes, logra arrastrarse lejos de mí he irse.

No sé cómo hacer para llevarme este líquido dorado sin dejar rastro, si lamo la superficie dejaría mi saliva en ella, y lo mismo ocurre si uso mi pata para borrarlo, dejaría rastros.

Aunque añadiera algún ácido o disolvente, con un poco de esfuerzo estos imbéciles podrían recuperar una muestra. Lo que debo hacer es buscar por algún gabinete un radical libre que pueda corromper el ADN, pero es algo que difícilmente tendrías en un laboratorio al alcance de todos.

Alzo la vista y veo que la gran mayoría de empleados aún no abandonan el lugar debido al shock. Planto la vista en aquel que se ve más consiente.

Tu. La llamo, ella tiembla ante mi voz. ¿Donde guardan el material reactivo?

A pesar de ser presa del miedo, la joven Beta fue muy amable en encontrar por mí un poco de peróxido concentrado y derramarlo sobre mi muestra, provocando que la información genética se pierda por completo.

— ¿¡Que es todo este escan~!? — Taejin aparece por las puertas del ascensor, encontrándose de lleno con la escena de un enorme lobo café en medio de su laboratorio destruido.

Se paraliza por unos segundos pero inmediatamente busca presionar el botón del ascensor para que se cierren la puertas, haciéndolo frenéticamente cada que doy un paso hacia él.

Cruzo la ventana rota y en cuestión de segundos me encuentro frente al ascensor, Taejin se apega al espejo mientras yo me hago un espacio dentro y se cierran las puertas.

Me tomo la libertad de sentarme y descansar un poco mientras escucho a través de una oreja la respiración agitada del Omega y por la otra oreja la música alegre de ascensor.

Me dirás absolutamente todo. Cuánto te pagaron, que tanto les dijiste, que querían hacer con mi ADN. Todo.

— B~bien.

Bien.

— Dijeron que... — dice para después detenerse.

Dilo. Espeto en un gruñido.

— Di~dijeron que debíamos entregar la muestra mañana a primera hora, ellos vendrían a recogerla y sería todo nuestro trabajo. El jefe no nos dio... Mu~mucha información...

No digo nada, simplemente observo hacia las puertas sin interés en verlo. Sabe que debe hablar más.

— No... Nos dijo mucho pero s~si dijo que hoy... — vuelve a callarse.

Mi paciencia se está agotado.

— ¡Ho~hoy se llevarían a tu Omega!

Mi respiración se detiene ante sus palabras.

— Él dijo que era una “medida de seguridad”...

~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top