Estoy para ti.
~Narra J.m~
¡Que vergüenza!
No puedo creer que eso saliera de mi cuerpo, es completamente distinto a cualquier cosa que haya experimentado antes.
Por más que Jungkook me diga que eso es natural, no puedo creerle. Eso no era semen, no se veía como semen. Ho por la Luna, ¿Y si eso huele a algo? No, no, no, no, no. ¿Y si huele a la fiesta de anoche?... Tragame tierra si eso huele a alcohol y otras sustancias.
Necesito respuestas, y como todo ser humano razonable, recurro a la primera fuente visiblemente fiable que aparece en el buscador de Google al describir lo que me pasó.
Leo entre susurros y de manera rápida el enorme texto.
— “Orina diluida” — me detengo en seco al leer esas palabras.
Vuelvo a leer el párrafo con la estúpida esperanza de que lo que acabo de leer solo fue producto de mi imaginación, y creo que no hace falta mencionar el resultado.
— Mierda, mierda... Que asqueroso... — ante el shock me siento en la tasa del baño, cubriendo mi boca y después peinando mi cabello hacia atrás.
Miro hacia la puerta, debatiéndome entre salir a limpiar eso o quedarme aquí y huir de mi vergüenza. Mi novio ya no se encuentra afuera del baño, ya no veo su sombra.
— ...¿Jungkook? — una extraña sensación presiona mi pecho, este sentimiento no es mío.
Reconozco las emociones de mi pareja a través del lazo, siendo esta la primera vez en la que no tengo claro que emoción es.
— ¡Amor! — lo llamo de nuevo, está vez en voz alta. No me responde y el sentimiento en mi pecho se hace más grande.
Me levanto de la taza y abro la puerta, tal vez está esperándome afuera para hacerme un tipo de broma. Pero no es así, no lo veo en la cocina ni en la sala y escucho voces en la puerta principal.
Imagino que es una visita inoportuna, por lo que camino sigilosamente hasta nuestra habitación para buscar un cambio de ropa y estar presentable.
Desde la habitación escucho la discusión y los sentimientos de Jungkook se hacen cada segundo más inconsistentes. Me apresuro a vestirme para ir a socorrerlo.
Termino de ponerme la camiseta mientras cruzo el umbral para no perder tiempo, hasta que escucho un portazo.
— ¿Quien era? — le pregunto a Jungkook en cuánto me hago presente en la sala.
— Nadie importante. — el rizado pasa de mí, rodea el sofá y se desploma en éste. Prende la televisión y mira la pantalla con el ceño fruncido, la mirada perdida y completamente desconectado.
— ¿Amor? — lo llamo pero ni siquiera se gira para verme. — Jungkook, ¿Está todo bien? ¿Quien era esa persona?
— Ya te dije que no es nadie. — me gruñe.
Su tono de voz me rompe el corazón y a la vez me advierte que se encuentra furioso. No quiero ocasionar una pelea justo ahora así que olvido la idea de seguir preguntando.
— Bien... Estaré en mi habitación por si me necesitas. — aviso y espero alguna contestación de su parte.
— ... Bueno. — es lo único que dice.
Suspiro y hago mi triste camino hacia el cuarto.
— Jimin. — me llama, me detengo a mitad de camino y lo miro por encima de mi hombro. Está vez me mira directamente. — Te amo, ¿Si?
Sonrío enternecido, sabe que me encuentro mal por su repentino carácter cerrado y dice eso para recordarmelo. Entiendo que está enojado y aprecio que se tome el tiempo de cuidar de mí a pesar de su mal humor.
— Yo también te amo. — es lo último que digo antes de entrar al cuarto.
Inhaló y exhaló profundamente y con aburrimiento, no sé que hacer en un domingo de ocio si no es con Jungkook.
— Bien, supongo que esto es una señal. — saco mi laptop de uno de los cajones del armario, me siento en mi lado de la cama y me propongo a terminar el pequeño proyecto que he estado posponiendo.
~°~°~°~°~°~°~°~°~°~°~°~°~°~°~°~°~
No he parado desde que me senté, veo el reloj y noto que he estado en la computadora por más de tres horas. Estiro mis dedos y muñecas, recibiendo dolor en consecuencia de mi arduo trabajo.
Decido descansar de mis composiciones musicales y abandono la cama, salgo de la habitación en busca de un café caliente, cruzando el pasillo puedo ver qué mi novio ya no se encuentra admirando la televisión y a la par escucho ruido en la cocina.
— Que rico huele~ — digo al aire al entrar a la cocina, ahogandome en un sinfín de buenos olores. — ¿Es la comida?
Jungkook levanta la vista del bowl y me sonríe rápidamente, volviendo su vista a la preparación. Miro alrededor y me doy cuenta que no solo hay un platillo en la cocina, en cualquier esquina hay un plato con una comida diferente.
— ¿Que...? — conforme más pongo atención a los alrededores encuentro otro plato con comida deliciosa.
— Ha... Sé que es mucha comida, pe~pero pensé que hace mucho no invitamos a nuestros vecinos a comer y pensé... Pensé que podríamos... — intenta explicarme.
Jungkook cocina demasiado cuando se encuentra en un cuadro de estrés masivo, cada platillo es como un grito de auxilio.
— Si no estás de humor para tener visitas, podemos simplemente regalarles la comida. Preparé calamar, kimchi, estofado de cerdo, ahora estoy haciendo boneless... — mantiene el contacto visual mientras sostiene el bowl y revuelve los boneless en la sala picante.
— Jungkook...
— La~la pizza se está haciendo en el horno... Esa no la quiero regalar porque sé que te gusta y~ — cada palabra que sale de su boca es cada vez más rápida, debo detenerlo.
— Jungkook, Jungkook... — me apresuro a quitarle el bowl de las manos.
Cubro sus mejillas entre mis manos para hacerle saber que por lo que sea que esté pasando, quiero ayudarle. Me mira con sus ojitos cristalizados y de inmediato se refugia en mi hombro.
— Está bien, todo está bien... — le prometo y acaricio su espalda. Me rompe el corazón verlo tan quebrado, tan disperso de si mismo que casi comienzo a llorar junto a él.
Pero lo que menos necesita en este momento es verme llorar, Jungkook necesita de mí y saber que puede contar conmigo, así que me trago la tristeza y continúo abrazándolo.
Es más que obvio que este declive lo provocó la persona que vino está mañana, no tengo idea de quién pudo haber sido, pero así sea el mismo presidente de Corea, jamás le voy a perdonar lo que le a hecho a mi cachorrito.
— Con cuidado... — le advierto al ver que intenta sentarse en el sofá mientras se limpia las lágrimas. Lo traje acá porque quiero alejarlo de la cocina.
Me quedo en silencio hasta que escucho que sus sollozos disminuyen.
— Mira, no hace falta que me digas que te pasa... Solo quiero saber cómo te sientes, quiero ayudarte con esto, ¿Si? Estamos juntos en esto y no quiero que pienses que debes soportarlo solo. — le explico, Jungkook siempre a tenido problemas para comunicar sus propios problemas he intento darle el sentimiento de seguridad que él siempre me a dado a mí.
— Estoy bien, solo es un bajón. Además, esa persona ya no va a volver... — miente y yo lo tomo de la mano.
— No importa si es solo un pequeño episodio. Igual quiero escucharte.
Me sonríe apenas, suspira y se toma unos segundos para acomodar sus ideas.
— Esa persona... Me hizo mucho daño en el pasado y ahora pretende volver a entrar en mi vida. — me explica y mi cabeza comienza a maquinar posibles nombres.
Conozco gran parte de la vida de Jungkook, así que tengo algunos candidatos.
— Volver a ver a esa persona fue... Tan shockeante. Pensé que no volvería a verle... — no dice pronombres a propósito. — Pensé que se había ido completamente de mi vida y que jamás se interesaría por volver a verme. Y estoy frustrado y enojado conmigo porque una parte de mí se alegra de saber de esa persona...
— ¿Y no estás dispuesto a perdonar a esta persona? — le pregunto, siendo la mejor opción para mí, ya que admite extrañar a este extraño.
El rizado niega sin dudar.
— No, lo que me hizo no voy a perdomarselo nunca. — se muestra firme.
Suspiro al ver qué mi sugerencia fué derrumbada sin piedad.
— Entiendo. Algunas personas no merecen la redención. — no me queda de otra que darle la razón. — ¿Y planeas solo ignorar todo esto?
— Que me hayas escuchado es suficiente para mí, bebé. — aprieta el agarre de nuestras manos con delicadeza. Se inclina hacia mi, me da un beso en la frente y se levanta del sofá. — Oye, lo que dije era en serio, deberíamos regalar toda la comida que hice a nuestros vecinos.
Camina hasta la cocina para seleccionar las cosas que quiere repartir, huyendo de la conversación que teníamos. Entiendo que no le es cómodo hablar tan abiertamente de sus sentimientos, así que le doy su espacio y actuó naturalmente.
— Ni se te ocurra darle la salsa de arándanos a los Hyushik, recuerda que su hijo mayor es alérgico. — le recuerdo y mi novio asiente a mis palabras.
— ¡Ha, no me olvido de ese monstruito!
~°~°~°~°~°~°~°~°~°~°~°~°~°~°~°~°~
Tuvimos buenas reuniones con nuestros vecinos, la comida que Jungkook preparó fué suficiente para casi todo nuestro piso. Este pequeño momento fue suficiente para que el ardor en mi pecho, el sentimiento de mi pareja, se esfumará.
— Vecinos, ¿Que hacen aquí? — pregunta Min Yoongi, nuestro vecino del departamento 23.
— Hyung. — le saluda mi novio con una gran sonrisa. Puede que ya no hablen tan seguido pero en su tiempo fueron como padre he hijo, y Jungkook aprovecha cada oportunidad que tiene para saludarlo. — Jimin y yo hicimos cena de más y estamos compartiendo con nuestros hermosos vecinos.
— Esto es para ti. — le entrego una bolsa con pequeños postres de frutas, en especial mandarinas.
— Ho, muchas gracias~ No tenían porque.
— No, si tenemos. — dice Jungkook. — No puedo describir lo agradecido que estoy contigo por tu apoyo cuando Jimin estaba fuera de control.
Tanto el Beta como yo nos sentimos incómodos por la mención de aquel evento que preferiría no recordar. Me comporté como un ninfómana debido a mi desorden hormonal frente a Yoongi, un vecino completamente ajeno a mis problemas.
— Está bien, y me alegra que hayan podido superarlo. — el Beta abre de par en par su puerta. — De hecho, yo también hice cena de más. Adelante, los invito a cenar.
— Ha, sería un placer, pero... — intento negarme, pero mi pareja me interrumpe.
— Nos encantaría. Si podemos quedarnos, ¿Verdad, amor? — me pregunta, está tan emocionado por esta invitación que no puedo negarle el buen rato.
— Si... Claro. — acepto y de inmediato me toma de la mano y me arrastra dentro.
— Estuve guardando un vino añejo para una ocasión especial, supongo que es esta~ — nuestro anfitrión desaparece en la cocina en busca de ese vino.
No me gusta estar aquí, no puedo siquiera verle a los ojos... Santa Luna, sácame de aquí pronto.
~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top