Caza de ciervos.

~Narrador omnisciente~

Una tormenta de emociones se arremolina en el pecho del enorme lobo conforme el Omega le relata como sucedieron las cosas, Jungkook se transportó a cuando cachorro su abuela le relataba historias de monstruos para asustarlo; sin embargo, lo que más ocupaba su cabeza era el hecho de que, aun con todo el caos que sucedía alrededor y el mar de emociones eufóricas que debió sufrir su pareja, Jungkook nunca experimentó una señal de alerta a traves del lazo.

No poder comunicarse con Hakihiro ya era un tema preocupante, pero una desestabilización del lazo lo es todavía más. No podía seguir posponiendo la charla con Jimin, lo del espacio personal tenía que esperar.

— Y, cuando desperté, lo hice en este pueblo, rodeado de gente extraña que no había conocido en mi vida. Me asusté mucho porque no sabía dónde se encontraba Jimin, pero afortunadamente nos trajeron a ambos. — terminó de relatar el pequeño Omega.

A la par de un suspiro, Jungkook se levantó de su cómodo asiento en el pasto humedecido por el rocío de la noche, para después sacudirse con la intención de aclarar su mente y liberar asperezas.

— ¿Vas a hablar con él? — adivina Hoseok, levantándose de inmediato y tratando de seguir los pasos de Jungkook, quien se aleja sin decir nada. — No creo que sea buena idea... T~tal vez es mejor que te esperes a mañana~

Esto no puede esperar a mañana. Responde el Stigma, desinteresado en lo que tenga que decirle la criatura de dos patas.

— No entiendo. Creí que habías entendido que no puedes forzarlo, ¿Que es tan importante como para no esperar a mañana?

El chico caminaba a paso rápido detrás del lobo para intentar hacerlo entrar en razón, pero un gruñido molesto hizo que frenará de golpe, temiendo el comportamiento errático de la criatura; entonces el ambar de sus corneas se postraron en él y sintió su vida pasar frente a sus ojos.

Lo que sea que tenga que hablar con mi pareja no es asunto tuyo, humano. Gruñe entre dientes, hasta que él mismo se sobresalta ante las palabras que salen de su hocico.

— ¿Hu~humano? — Hoseok está tan aterrorizado por la forma en que lo mira, que solo atina a retroceder un solo paso con su pie izquierdo. — ¿Por qué hablas como si tú no lo fueras?...

Jungkook titubea, no tiene la respuesta, solo se sintió ajeno a Hoseok por unos instantes.

—  Responde la pregunta. — aparece Cripx, el Alfa de la tribu, de entre los árboles. — ¿Por qué te excluyes del concepto de humano?

Los instintos de Jungkook lo alertan sobre la presencia de alguien fuerte, ocasionando que su cuerpo reaccione erizando el pelaje de su lomo. Nunca nadie había provocado en él la necesidad de lucir más grande, por lo que puede adivinar que está frente al Alfa.

N~no lo sé, yo... Tal vez estuve bajo mucho estrés estos días. Estoy seguro que me hace falta descansar...

— ¿Se trata del Omega? — inquiere Cripx, y al terminar su pregunta nota que las orejas del animal se irguen por completo en su dirección, lo que le da una respuesta positiva.

Se le escapa una pequeña sonrisa, pensando que es divertido ver a una criatura tan grande siendo delatada por su propio lenguaje corporal con una acción tan adorable. Justo después de eso, repara en la presencia del Omega que charlaba con Jungkook, entonces recuerda que debe presentarse.

— ¡Ho, cierto! ¿Dónde están mis modales? — su risa divertida pero de tono profundo delata su clase alta por sobre el resto del pueblo. Estira su mano en dirección al único que podría sostenerla con otra mano: Jung Hoseok. — Mi nombre es Cripx, soy el lider de la tribu Cataracta.

¿A venido porque tiene noticias sobre Jimin? ¿Ya está dispuesto a verme? Pregunta ansiosamente.

— Me temo que no. — se lamenta el Alfa, nuevamente notando como las orejas del Stigma se agachan de manera dramática. — He venido a comprobar los rumores sobre tí.

El hombre barre de patas a cabeza el animal que tiene enfrente, no importa cuanto lo mire, su tamaño le sigue apareciendo irreal.

— Eran ciertos. — afirma el ojiverde. — Luces como algo fuera de este mundo.

Si, supuse que asustaría a tu pueblo si me quedaba más tiempo, por eso vine aquí... Es más tranquilo.

— ¿Asustarlos? Los asustaste cuando asaltaste nuestro territorio, reclamando a tu Omega, agresivo como venado con rabia. — reclama el líder.

Lo siento... Sus orejas prácticamente se esconden detrás de su cabeza, señal de arrepentimiento genuino. Él y yo tenemos un lazo, enloquezco cuando mi pareja se encuentra en peligro. Usted podrá entenderme, seguramente se preocupa mucho cuando su pareja experimenta temor.

— Soy viudo. — responde a secas el hombre, dejando enmudecidos a Jungkook y a Hoseok. — Pero entiendo a lo que te refieres. Aún así, eso no es excusa para irrumpir en mi territorio y causar un caos. Tienen suerte de que sean otros tiempos, en la época de mi bisabuelo te habríamos despellejado la piel para hacer bufandas para el invierno.

Lo siento.

— Lo siento. — se disculpa el Omega a la par de Jungkook.

— Dejando de lado eso. — el Alfa carraspea su garganta para aligerar el ambiente. — ¿Que les parece si, como compensación, nos haces un pequeño favor?

Con gusto. ¿Que tengo que hacer?

— Verás, tenemos un pequeño problema con la caza últimamente. Debido a que se acerca el invierno, manadas de ciervos de agua están abandonando el territorio, acercándose cada vez más a la frontera con china, dificultandonos su caza. Nos harías un gran favor si tu...

Entiendo. ¿Cuántos debo cazar? Pregunta dispuesto y resignado, es lo menos que puede hacer.

— La mayor cantidad posible. Antes de que caiga el sol por completo. — da la instrucción y, acto seguido, mira a Hoseok. — ¿Me harías el favor de entrar al pueblo y preguntar por Jakari? Dile que prepare una carreta de caza, aquel con los cinturones más grandes, por favor.

El Omega asiente y de inmediato se pone en camino hacia el pueblo.

— Se lo pedí a él porque no es buena idea que te vean en la tribu todavía. Hay que darles tiempo para que se bajen un poco los nervios. — le explica el líder a Jungkook, quien asiente.

Apenas Hoseok regresa con la carreta más grande, con cabida para cincuenta ciervos de agua, y aún con la incomoda correa que le aprieta el cuello, Jungkook se marcha en su misión.

La actividad le servía para despejar un poco la mente, así que no expuso muchas quejas. Nunca antes había cazado pero se sentía confiado, ideó la gran estrategia de ocultar la carreta con hojas y piedras, ya que si la llevaba consigo, el ruido alertaría a los animales; así que los cazaba, mataba y arrastraba hasta la ubicación de la carreta, reuniendo cuerpo por cuerpo hasta que no cabían más.

Es entonces que volvió al pueblo con una caza exitosa, el sol había caído hace un par de horas pero no pensaba volver sin llenar la carreta. Fue recibido con alabanzas, aplausos y cálidos agradecimientos, incluso algunos adultos y niños se acercaban para contemplar la enorme cantidad de carne.

En la lejanía, Cripx y su padre observaban la escena. El anciano, al ver la enorme sonrisa de su hijo, entendió a la perfección los motivos detras de un favor tan poco humilde.

• Demostrar a su gente que Jungkook no se trataba de una maldición, sino una bendición.

• Poner a prueba las capacidades del visitante.

— ¿Y bien? ¿No vas a felicitar al héroe de esta noche? — reclama Zaum, obteniendo un gesto confuso de parte del ojiverde. — Ese chico nos acaba de ahorrar meses de trabajo.

Es entonces que Cripx se ríe, se despide de su padre y camina en dirección a Jungkook con la intención de felicitarlo, apenas acercarse, se encuentra con dos hombres ayudando a descargar los ciervos, y a una mujer desatando las correas del cuello del Stigma.

Erg~ Se queja el lobo, sintiendo la libertad fuera de las correas que asfixiaban su cuello.

— Ow, debió ser muy incómodo para ti. Y eso que estás son nuestras tallas más grandes. — la mujer tintinea las correas antes de doblarlas y guardarlas en un saco con más de ellas.

Deberían inventar unas talla bisonte. Bromea el castaño, a lo que la mujer se ríe.

— ¿Interrumpo? — pregunta Cripx al acercarse.

Para nada. Niega JK, para después señalar la carreta, orgulloso. Llena, como pediste.

— Admiro tu compromiso, muchacho. — el líder inclina la cabeza en señal de agradecimiento.

— Sigo sin creer que un solo hombre pudo cazar todo ese botín. En verdad eres muy fuerte~ — comenta la mujer.

No fué tan fácil como parece. Mírame, estoy bañado en sangre, lodo y hojas.

— Cierto~ Deberías tomarte un baño. Mi cabaña tiene una reserva de agua termal, si quieres, puedes usar mi agua. — se ofrece la Omega amablemente.

No quisiera abusar de la amabilidad de este pueblo~ Se avergüenza el Stigma.

— Ay, no es nada. Mis hijos podrán comer abundantemente durante el invierno gracias a tí. Adelante, sin vergüenza. — trata de restarle importancia la rubia.

— Si, sin vergüenza. — la voz de Jimin se materializa a pocos metros.

Jungkook de inmediato lo busca con la mirada, encontrándose con los ojos cristalizados de su pareja a sus espaldas. De inmediato captura la idea que pudo haberse llevado el rubio de la conversación, así que se apresura hacia él.

Jimin... Amor. El Stigma intenta frotar su cabeza contra el cuerpo de su pareja, como una especie de abrazo, pero Jimin lo esquiva.

Ante el gesto negativo, el lobo baja sus orejas y cola, lo que equivale a un puchero humano.

— Estaba buscándote porque sentía que estabas bajo mucha adrenalina, pero ya veo de dónde provenía. — rueda los ojos y se da media vuelta, dispuesto a volver a su encierro.

Jungkook se paraliza, pues el comentario de Jimin insinúa que él si puede sentir su lazo, y que en realidad es él el unico que presenta dificultades. Pero pretende dejar ese tema de lado, pues lo único que le preocupa ahora es la molestia actual de Jimin.

Se coloca frente al rubio en un salto, cortándole el paso.

¡Espera! No es lo que tú crees. Ella solo estaba siendo amable~

— Jungkook, quítate. — pide su pareja, frotándose las sienes de la cabeza. — Aún me siento mal, no debí salir de la cama. Quiero descansar.

Te acompaño.

— No, es mejor que vaya solo.

Jimin, creo que has estado haciendo las cosas solo por mucho tiempo.

— ¿Que insinuas? — frunce el ceño el Omega, rodeando al enorme animal y emprendiendo el camino de regreso a la cabaña. — No tengo que estar necesitandote siempre. Soy un ser humano autónomo.

Sabes que no es eso a lo que me refiero. Le reclama mientras camina junto a él.

— No es como si yo hubiera planeado ser secuestrado por tus padres, convencer a Hoseok de rescatarme y terminar en este lugar.

Si, Hoseok me explicó como sucedieron las cosas. No te culpo por eso. Lo que intento decir es que, ambos sabemos que hay una falta de comunicación entre nosotros, hay algo que no me estás contando.

Al darle en el clavo, la herida emocional de Jimin se vuelve a abrir, ocasionando una enorme hemorragia que resulta en el llanto de sus ojos.

... ¿Amor? Se muestra preocupado, pero Jimin solo puede pensar en tumbarse en la cama y dormir hasta que desaparezca el dolor.

— ¿¡Quieres comunicación!? ¡Bien, estoy listo para comunicarte que ibas a ser padre! — grita con un volcán de emociones en su cuerpo, justo a mitad del pueblo, a metros de la cabaña de la que salió.

Los pocos lobos que escucharon esa declaración se inmovilizaron, curiosos de saber el motivo de la riña; incluso Cripx, que se encontraba más lejos, pudo escuchar y sentirse avergonzado por mostrar interés en una conversación ajena.

... ¿Cómo? ¿A~a que te refieres con eso? Pregunta sin entender el contexto de la frase, y no quiere sacar conjeturas por si solo.

Jimin, molesto por verse forzado a declarar uno de sus eventos más doloroso, y frustrado por la lentitud de su pareja, grita:

— ¡¡Eres un idiota, Jeon Jungkook!! — lo empuja, tratando de apartar al lobo de su camino, no lo consigue, así que opta por simplemente rodearlo y correr de regreso a la cabaña.

Jungkook, por su lado, viendo el estado tan vulnerable en el que se encuentra Jimin, decide que es mejor no molestarlo más.

Aún así, ¿Iba a ser papá? ¿Que significa eso?

Levanta la vista, entonces todos los ojos que les veían, repentinamente tenían otras cosas mejores que ver, y se apartaban. Conecta miradas con Cripx, buscando en él una respuesta.

— Ay, las generaciones de ahora son cada día más inferiores al Omega, sin poder entender un entre-líneas tan simple. — suspira el Alfa de la manada.

— Pobrecito chico... — se lamenta la rubia por Jimin. — Si tiene oportunidad, jefe, por favor dígale que yo no estaba coqueteando con su pareja.

— Creo que eso es lo que menos perturba la mente del chico, Kala. — responde el ojiverde.

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