capitulo 4

La oscuridad de la noche se fue desvanecido gradualmente con el pasar de los segundos, dándole la bienvenida a los rayos amarillos del amanecer. Esos que se filtran por la ventana de la habitación de un sudoroso Lex, no estaba descansando sino que estaba en una especie de sueño uno muy vívido don él podía observa a una lamentable persona ensangrentado siendo arrastrado por el pasillo de un abandonado almacén.

Su respiración a penas era audible con la mirada hacia abajo, él ya se había cansado de pedir clemencia porque entré mas lo hacía mas despiadados se volvían.

‹¿Qué está pasando aquí? Sé que esto no es real, pero el piso bajó mis pies esta frío, ¿cómo es posible que eso? ¿Si lo estoy viendo significa que me quieren advertir de algo? No puedo quedarme solo viendo, sea un sueño o no tengo que ayudarle.> Lex sin miedo penso en ir y liberarlo pero sus pies estaban pegados al piso, no podía moverse.

No creía que fuera parálisis de sueño porque ya había experimentado algo así, era muy diferente a lo que esta viviendo en este instante.

—No vengas.—Desgaste es lo único que su voz trámite.

—¿Qué?—¡¿Me puede ver?!—¿Me hablas a mí?—Se señala asimismo, él solo asistió aún con la mirada en el piso.

‹Esto ya no se puede considerar algo normal o mas bien en nigún momento lo fue. Estoy consciente que desde que tengo estos ojos me han pasado cosas extrañas.› Sería la primera vez que Lex experimenta eso el ser visto y que le hablen en sus sueños o pesadillas.

—Vete antes de que venga.—Tiembla.

—¿Quién vendrá?—Tengo que averiguar un poco mas.—¿Dónde está este lugar.

—Esta viniendo.—Susurra.—¡Huye!—Levanta su rostro dejando atónito a Lex.

Ese joven se le había arrancando sus ojos y ahora solo tenía dos profundos agujeros donde una vez estuvieron sus bonitos ojos, de ellos se desbordaba únicamente sangre.

—¡No dejes que te atrape!

Lex despertó transpirando tras ser sorprendido de esa manera, no esperaba ni se imagino que esa persona ya estaba muerta. No tuvo miedo pero no podía negar que fue horrible de ver y sobre todo, ver directamente esos agujeros.

—¡Maldición!—Exclama, frotando su rostro.—Eso fue mucho mas extraño de lo que he estado viviendo.—Se sienta sobre a cama mientras se servía un vaso de agua.

‹¿A qué le tenía tanto miedo? ¿Quién era ese alguien que con solo escucharlo venir se alteró? Yo, no vi nadie mas que las personas que lo arrastraban, fue tan repentino que no me fije alrededor si había alguien más.› Suspira.

Abraza sus rodillas acomodando su rostro ahí mismo mientras observa el amanecer, pensando en que si esa persona de su sueño existe ya nunca podrá volver un amanecer así. Lex no dudaba de que ese sueño es mas que eso por todas las cosas extrañas que ha vivido al poseer sus ojos a los que cataloga como maldición.

—Eh.—Se extraña al ver la ventana abierta.—¿No cerré la ventana anoche?

Busca en sus recuerdos si lo hizo o no cerrarla y resulta que si lo hizo pero no le metió seguro, entonces concluyó que el viento la abrió ya que está fuerte, sin embargo no estaba a gusto con esa conclusión.

—¡Demonios!—Se exalta al escuchar sonar su celular, contestando sin leer el nombre en la pantalla.—Aló.—Responde irritado porque es muy temprano para despertarse.

—¿Te desperté?—Pregunta con miedo, sabia el carácter de su cliente.

Se escucha mucho mas irritado de lo habitual y no creo que sea por la hora que le llamo, hemos hablado anteriormente a las dos de la mañana y no me maldijo, ¿no me recortará el sueldo de mis honorarios, verdad?

—Si es así lo lamento...

—No, no fue así.—Rechina sus dientes.—Esperó que me llames porque tienes muy buenas noticias, Artemio.—Bosteza—Si no es así entonces darte por muerto y buscaré en otro lugar, uno que si rinda frutos.

—¿Me vas desechar asi sin más?—Pregunta con dramatismo.—No me llames Artemio ya te dije que me digas solo "Aret."

—Ya te dije que te cambies el nombre sino te gusta, y sí, Si no encuentras nada te tiraré no voy a estar pagándole a un inútil...

—¡Oye!—Siempre de insensible ni sé cómo nos hicimos amigos cuando los dos tenemos diferentes personalidades.

Él y Lex se hicieron buenos amigos al coincidir en el mismo grupo del juego que jugaban, al principio Lex lo ignoraba a él como a todo el grupo o mas bien no le gustaba hablar solo respondía con un "mmm o ujun" cada vez que le pedían hacer algo y los de su grupo no les molestaba.

Creían que era alguien tímido o con problemas para socializar aun por medio de una pantalla y mientras fueran bueno jugando era mas que suficiente no tenía que hablar si no quería. No obstante, Artemio era diferente. Él hablaba hasta por los codos y no había momento en que no sofocara a Lex hasta el punto en que el ya nombrado, le disparó en el juego.

Solo asi sintió paz y nadie se enojó porque también habían pasado por lo mismo. Se sintieron vengados con el gesto de Lex. Sin embargo, Artemio tampoco se enojo y siguió yendo por Lex hasta que este se rindió y le pidió que se callara. Desde entonces son buenos amigos.

—No me atreverá a llamarte tan temprano sino tuviera buenas noticias.—Añade.—Me desvele toda la noche...

—Soltarlo entonces no le pongas tanto misterio.—Como si supiera lo que diría a continúa decidió interrumpir.—Para eso te pago, no lo haces de a gratis.—Se pone las pantuflas.

Camina hacia el baño a la lavarse la cara, cepillarse los dientes porqué siente su boca muy amarga y odiaba esa sensación al igual que ir al odontólogo. Mantener la boca abierta no es el problema sino que las herramientas de odontología, o cuando los dedos bajo los guantes toca ahí es donde le da asco.

—Es verdad pero en la manera que lo dices es muy despiadado, también necesito descasar. ¿Sabes?—Soltó un suspiro.

Sé que lo dice solo para molestar porque nunca me cambiaría por otro investigar asi sea profesional, a Lex no le gusta hablar con desconocidos tampoco confía rápidamente en las personas. A mí me tocó un año y medio el ganarme su confianza y sé que solo es un 70% pero estoy conforme eso es mejor que nada.

—Encontré la información que me pediste y mira que si fue complicado pero lo hice.—Su voz era orgullosa pero también se escucha muy cansada.—Darme un cumplido.

—¡En serio!—Casi se le cae el cepillo.—¿Como se llama?

Por fin sabré quien era y como se veía la persona que me donó estos ojos que no han hecho mas que solo lastimarme, sabré si ya estaban malditos o si soy yo el que está maldito.

No digo que no estoy agradecido porque lo estoy pero, si resulta que esa persona también veía cosas raras y aún así me los donó juró que iré a revivirlo y matarlo nuevamente por ser tan desgraciado. De igual manera quiero compensar a su familia por si tiene.

—¿Donde está sepultado?

—Una pregunta a la vez.—Si que esta emocionado, es la primera vez que lo escucho tan energético.—Es mejor que nos reunamos, la información es un poco delicada para decirla por teléfono.

—Mejor di que quieres conocerme.—Hablo con desagrado.—Eso no pasará.

—¡No seas un maldito avaro!—Saca su frustración—Nos conocemos desde hace tres años y aun no te dignas verme a la cara—Bufa.—No importa si eres feo o si tienes la joroba de un camello, te seguiré queriendo...

—Solo cierra la boca en serio que eres tan irritante.—Solo esperaré que se conecte al juego y lo iré a matar varías veces así me pongan una restricción.—Si te llego a ver....

Temo que tu estés tan podrido como las personas que he conocido, no quiero ver lo que escondes o los colores a su alrededor mas si llego ver el rojo o negro... Son los peores colores porque el rojo no es de enamoramiento, es para identificar a depredadores sexuales como a los pedófilos y color negro los que han quitado incontables vida por diversión, los Psicópatas, Psicópatas, todos los que se encuentra en esa categoría de asesinos.

La manera en que descubrió que el color rojo significaba eso fue a una traumática experiencia, una donde casi fui llevado por una persona con ese intenso color rojo a su alrededor.

Por eso mientras no lo vea en persona a mi amigo podremos seguir siendo amigos aunque lo sé, también sería un autoengaño porque estaría tratando con una mala persona. Sin embargo, hay ese algo que me dice que Artemio no es así.

—¿Si me llegas a ver que?....¿Te gustare?—Se burla.—Lo sé, soy muy guapo pero...

—¡Deja de decir estupideces!—Froto sus brazos.—Aparte de feo narcisista.—Sale del baño.—Estoy seguro que me gustan las chicas, asi no fuera el caso estoy seguro que no eres mi tipo.

—Si tu lo dices.—Su voz sigue siendo burlona—Coff... En lo que estábamos. ¿Nos vemos en un café o restaurante?—Sugiere.—¿Ya debes de estar en la ciudad?

Lex lo medita un momento, tiene bastantes dudas. Mira sus ojos que se reflejan el espejo, son tan llamativos que si las personas los ven creerían estar tocando y viendo el sol brillando tan intensamente.

—Bien.—Acepta.—Mas vale que tus colores no sean repugnantes.—Susurra.

—¿Qué?

—Nada. Me envías la dirección.—Finaliza la llamada, a los segundos recibe un texto con el lugar y la hora.

Lex tira el celular en la cama para volver al baño y tomarse una ducha que duró exactamente veinte minutos, volviendo a salir de la ducha con una toalla atada en su cintura y, ya con su cabello seco. Solo le tomo unos segundos el vestirse con ropa casual nada “llamativa” según él. Pero era difícil que con su apareció no hiciera llamativa a cualquier prenda.

‹Me cansó un poco en quitarme y ponerme los ojos de contactó y aveces en las que quisiera no usarlos. Pero, si no lo hago las personas me miran con curiosidad, otras con asombro al punto de querer tocarme sin mi consentimiento. Si así era en el campo cuando salía, en la ciudad sería peor.› De solo pensarlo es cansado e incómodo para Lex.

—¿Dónde están?—Busca en su mochila—¿Los deje en casa?—Lo invade el nerviosismo.—¡No... estoy seguro que los traía conmigo!—¡Eliot!—Sale de la habitación—¡E-Elitot!—Esta teniendo un ataque de ansiedad.

—¿Que pasa?—Viene arreglado su camisa deportiva tenía pensado en ir a trotar.

—¡Yo... yo, olvide mis...!—Su voz temblorosa no le dejaba hablar bien.—Si no los tengo entonces...



                             ••••••• Flashback ••••••••


Petando los pequeños charcos de aguas que encontraba en el camino, con sus botas amarillas de mismo color que su capa para la lluvia yacía el adolescente Lex de lo mas emocionado. Él estaba regresando de la secundaria dejando a su hermano atrás.

‹Tengo la edad que tengo pero me emociono patear charcos de agua como un pequeño niño, no lo puedo evitar cuando tan solo hace unos meses estuve postrado en la cama, recuperándome de la operación de córneas pero ahora puedo salir, jugar, conocer el mundo.› Lex venía tan concentrado en lo que hacía que no se dió cuenta de la persona adelante, chocando entre sí pero el que cayó al suelo fue Lex.

—¡Ay!—En ese instante la capucha de su capa cayó, descubriendo su rostro.

—¿Te encuentras bien?—Preguntó la otra persona.

—Sí, lo estoy.

—Permíteme ayudarme.—Le ofrece su mano.

—Gracias, señor. Pero puedo hacerlo por mismo...—Su cuerpo se quedó petrificado al tener tan cerca al hombre de mediana edad, observando con ojos lascivos a Lex pero principalmente sus ojos.

—Que peculiar color.—Lame sus labios.—Asi que eso es lo que escondidas todo esté tiempo, valió la pena esperar pacientemente para este día si mi obsequio era ver estos ojos.

—¿M-Me estuvo espiando?—Tengo miedo, quiero huir pero mi cuerpo no se mueve.—¿Qué quieres de mí...?—Fue entonces que lo azotaron horriblemente con ese intenso color rojo.—¡Aaahh!—Era un gritó tan desgarrador.

Lamentos que le eriza la piel a cualquier que los escuché y es que para Lex, era como si le estuvieran haciendo lo mismo que le hicieron a todos esos chicos.

—¡Detente!—Suplica.—¡Aléjate de ellos!—Solloza.—¡Aaaah!—Su cuerpo temblaba tanto que ese hombre se asustó, tenía pensado llevarse de igual manera a Lex pero en eso llegó Elliott todo desesperado. De una sola pata lo lanzó lejos a ese hombre. Al ser gemelos había sentido que su hermanito estaba en peligro.


                         ••••••• Fin del flashback ••••••••


Desde entonces Lex no volvió a ir a la secundaria, no salir más allá de las puertas de su hogar. Descubrió de la peor manera que había mas colores mas allá del amarillo, verde, que solía ver. Que el rojo no de enamorados sino que para idénticar a depredadores y lo peor que al tocar esos colores también podía sentirlos y sobre todo observar entre borroso los recuerdos de las personas a las que torturaban o mataban.

Ese también fue el punto sin retorno de no volver a tocar a nadie ni a su familia, Lex no quería volver a experimentar ese sentimiento tan sofocante que no lo dejo dormir por dos largos meses. Cada vez que cerraba sus ojos escuchaba los gritos de las víctimas de ese hombre que por supuesto fue a la cárcel. Esa es una de las razones por las que Elliott quiso ser policía, para atrapar a depredadores como asesinos.

—¡Cálmate!—Tenia tiempo de no tener un ataque de ansiedad.—Tranquilo—Lo abraza sin pensar en las consecuencias—¿Lex?...—Intenta alejarse.

—Estoy bien.—Mentira, estoy mucho mas mareado y es que ese color gris es muy fuerte. Su preocupación es casi dolorosa.

—Me disculpó—Apreta sus puños—Lo hice sin pensarlo, solo quería tranquilizarte.

Tenía tantos años sin poder abrazarlo y ahora que lo pude hacer, estoy feliz pero mi hermanito está sufriendo para poder suprimir las emociones que le transmití.

—Ya estoy bien—Suspira—Sobre los ojos de contacto...¿Qué haré?—Son lentes creados especialmente, no puedo usar otros. No quiero salir asi a reunirme con Artemio. Los lentes de sol podrían caerse con el mínimo movimiento.

—Mamá, me llamo ayer en la noche.—Comunica.—Me informo que los dejastes en la mesa de la sala de estar.

—Tendre que usas lentes de sol.

—Sí, solo será un día antes de que lleguen.—Tranquiliza.—Nuetra madre ya los envío por el correo.

—Entiendo.—Gira su cuerpo para ir a su habitación—No desayunaré contigo, me reuniré con un amigo.

—¿Con Artemio?—Lex solo asintió.—La motocicleta está en el estacionamiento subterráneo por si la quieres usar.

—Bien.—Entro a la habitación.

Elliott sonrió con alegría tras escuchar a su hermanito con respecto a querer salir. Esta alegre que después de tantos años Lex por fin intentará interactuar con su único amigo Artemio. Por supuesto que Elliott lo investigo anteriormente no iba a permitir que su hermano confiará en algún loco. Sin embargo, resultó que Artemio si era de confiesa.

Sin que lo conozcan en personalmente para la familia Wolfe, Artemio es una persona muy querida por ellos. Gracias a su ayuda Lex tiene con quién desahogarse. Lo que no saben es que le está ayudado a Lex el encontrar la tumba, información de la persona que le dono los ojos.

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