Capítulo 41

BLAZ.

Me crucé de brazos para intentar parecer más serio e imponente, a pesar de que las tres mujeres que están sentadas frente a nosotros en la mesa se ven mucho más imponente aún teniendo una mocosa de dos años encima y un gato grande que acarician como típicas mafiosas, llevan el ceño fruncido y parecen querer matarnos en cualquier momento.

— Por supuesto que no.

Sentenciaron a la vez, ni siquiera se lo pensaron, ni siquiera procesaron dos segundos la información y ya parecen querer matarnos.

— Yo se los dije.

Suspiró Leone, reposando la espalda sobre la silla, rendido.

— Pero Emilia ¿No quieres vivir sólo conmigo? Sexo en la cama y en todos los rincones de la casa, te compro un perro, o un gato, lo que quieras, podríamos follar hasta que nos salga una mini Leonor ¿Qué me dices?

Intentó convencerla Hans, al parecer, sigue pensando que no ha tenido suficiente de ella y quiere encerrarla en casa para tener su propia luna de miel a solas.

— Sí quiero, pero no ahora — dijo sincera, estirando la mano para tomar la suya— Te conozco y no vamos a dejar la casa en un buen tiempo y yo quiero ver a mis hermanas, quiero ver a las niñas, y tenemos tradiciones, comemos juntas siempre, todas las comidas, ya pasamos por momentos aterradores y no quiero perderme momentos, quiero vivir todos los momentos.

Explicó, acariciándole el dorso de la mano con su pulgar.

— ¿Y qué hay de nuestros momentos?

Preguntó él.

— ¿Acaso no lo hemos tenido? Porque he pasado contigo cada minuto desde que fuiste a buscarme, así que no me digas que no te presto la suficiente atención.

— Es que yo no... no entiendo por qué se necesitan tanto — dijo Hans— No entiendo qué fue lo que pasó o lo que vivieron, me cuesta ser empático, me cuesta... compartir.

Ay hombre, si sigues por ese camino te van a dejar como eunuco.

— Emilia... está bien, muéstrale — dijo Gabriela sonriéndole— Muéstrale lo que pasó, es más, yo también quiero verlo, veámoslo todos para que ellos logren comprender por qué no queremos perdernos de vista ¿Sí? Hay mucho que yo me perdí y quiero verlo.

— Es un poco... difícil de ver, Gabi, yo creo que mejor no veas eso, te hará mal.

Dijo esta, estirando su mano libre para tomar la suya, mirándola con temor, no quiere herirla.

— Déjame ver ¿Sí? Necesito saber por lo que pasaron mientras yo no estaba. De esa manera, Hans y Blaz entenderán mejor la relación que tenemos.

— Bien, está bien — suspiró esta, resignada— Cuando la niña se duerma, lo veremos ¿Te parece?

— Sí, está perfecto de esa manera, gracias por dejar que yo lo vea.

— Así, estos brutos entenderán porqué nos da miedo separarnos, aunque sea por un rato — dijo Emma, mirándome— Te amo, pero no quiero perderlas de vista.

— Y yo lo entiendo, Emma, pero todos necesitaremos nuestro propio espacio llegado el momento.

Respondí intentando ser cuidadoso con mis palabras.

— Llegado el momento, claro.

Y luego se levantaron como si nada a pasear por el lugar para conocer las instalaciones, mientras nosotros nos quedamos en el comedor a mirarnos como unos idiotas.

— Te lo dije.

Mencioné a Hans quién no parecía contento con los resultados.

— Tuve fe — suspiró— Pero veo que tendré que ir por mis cosas a casa para quedarnos aquí, les advierto que voy a follar mucho, así que no se estén quejando después.

Leo y yo nos miramos y soltamos una larga carcajada, este sólo piensa con el pito, está en la fase de negación, no la supera, quiere a Emilia para ella todo el tiempo.

Pobre... tendrá que conformarse con vivir aquí, Em se le escurrirá entre los dedos cada tanto y pasará tiempo con la niña que son sus ojos, así que... suerte para él.

***

Luego de comer, Leonor dio cuatro vueltas y se quedó frita, dándonos el tiempo suficiente de sentarnos frente al enorme televisor de pared completa, viendo la cantidad de videos que hay en esa memoria, Leone se puso tenso de inmediato, para él no es grato repetir estos momentos y me da lastima que deba hacerlo por nosotros, más bien, por Hans que simplemente no entiende las razones de las chicas para mantenerse juntas.

Decidieron comenzar a mostrarnos desde que Gabriela cayó al hospital por primera vez, luego decayó, decayó y tuvo la niña prematura... después de eso, no despertó y Leonor estaba en riesgo vital, las empeoraban todo el tiempo, Gabriela sufrió un paro, no había buen pronostico para la niña, pensaban que se moriría, pensaban que ambas se morirían...

Joder que fuerte... si fuera Emma y nuestro futuro hijo yo no aguantaría poder verlo, saber que me necesitaron y no pude estar ahí, ya entiendo a Leo, se lo está pasando horrible viéndolo otra vez.

Emilia apareció en el video ahora, estaba en la cafetería del hospital, se sujeta la cabeza y suspira temblorosa, está llorando, tiene los ojos rojos y húmedos, el rostro hinchado, parece haber llorado un montón.

Emma llegó junto a ella pocos segundos después, colocando entre ellas un vaso pequeño de café y unas galletas pequeñas, no se ve mejor que Emilia, lleva la misma cara y el cabello notoriamente sucio, ambas no parecen haberse duchado en unos días.

— No nos queda mucho dinero — dijo Emma— Tendremos que ahorrar ¿De acuerdo? Mitad y mitad — señalando lo que tenían sobre la mesa— No es mucho, pero calmará el hambre.

Sonriendo triste.

Dos segundos después el rugido del estómago de Emilia llenó el silencio, esta se cubrió la panza con vergüenza, sonrojándose.

— Lo siento — se apresuró a decir— Es que no hemos comido nada hoy y ya es de noche, yo... me acostumbraré rápido, ya verás, he hecho dietas muy complicadas, esto no es nada.

Se dio ánimos y al mismo tiempo, intentó convencer a Emma.

— Comételo tú — dijo Emma— Igual no tengo tanta hambre —sonrió— Iré a ver a la niña, dejó de respirar de nuevo y sé que los doctores dijeron que ya irá mejor con el ventilador, pero... me pone ansiosa.

— No, estás loca — dijo Emma— Esto es para las dos, hay que compartir, ni siquiera somos tan grandes, tenemos estómagos pequeños, es más que suficiente, a comer.

Y claramente no fue suficiente para ninguna, y mientras veían a la niña a través del cristal, conectada a tanta máquina, llena de agujas y apenas visible con esos parches sobre los ojos y los monitores... la panza les sonó a ambas, el hambre las consume, se ven apagadas y más delgadas...

Y nosotros no estuvimos ahí.

— Joder...

Soltó Hans pasándose la mano por el rostro y el cabello, inclinándose hacia adelante, debe dolerle el pecho tanto cómo a mí en estos momentos, yo algo sabía de lo mal que lo pasaron, pero... ver la desesperación, el hambre y las condiciones en las que estaban viviendo me está matando.

Gabriela comenzó a llorar cuando se enteró de que vendieron la casa para pagar las facturas del hospital, las chicas tenían dos trabajos cada una para pagar los gastos médicos, no había muebles, no tenían comida, y estaban durmiendo en la sala de espera del hospital, no tenían dónde ir y prácticamente vivían de la caridad de los nativos, cada vez estaban más apagadas, Gabriela se estaba muriendo y la niña no mejoraba.

¿Cómo pudieron soportar una carga cómo esa solas? Ya veo por qué estaban... distintas cuando las encontramos, ya entiendo por qué les apenaba dejar la casa, a pesar de pequeña y poco amoblada ese fue su hogar y pelearon con uñas y dientes para conservarla...

— Ven aquí, amor, estoy orgulloso de ti.

Abrazando a Emma por los hombros, acercándola todo lo posible, viéndola llorar mientras recuerda los momentos difíciles que vivieron.

— No tienes idea del miedo que tenía a diario, todo el día pensando que podrían llamar para avisar que una de las dos estaba muerta... tenía tanto miedo... estaba aterrada...

Admitió tomando asiento sobre mí, abrazándome por el cuello.

Hans y Emilia estaban igual, y el ex guardaespaldas no dejaba de disculparse por no ponerse en su lugar, él no entendía... pero ahora sí.

— Aguantaste muy bien, amor — besando su mejilla, acariciándole el cabello— No tienes idea lo orgulloso que estoy...

El siguiente video muestra a Gabi con el tubo en la boca y conectada por todas partes, tiene la bata sobre el pecho, los electrodos y el hecho de que ya la han reanimado antes le impide al personal vestirla cómo es debido en caso de... tener que actuar otra vez, todos piensan que morirá pronto, el doctor les está diciendo ahora que la esperanza de que sobreviva no es mucha y que deben estar preparadas para lo peor.

Gabriela está pálida mirándose en la pantalla, parece muerta, tiene la piel cenicienta y no reacciona, debe ser difícil mirarse mientras te estás muriendo.

— Bueno, bueno ¿Qué saben esos idiotas? — dijo Emma, secándose las lágrimas, intentando sonreír— ¿Morirte? Eso jamás, mi cielo — le dijo a Gabi, acariciándole la mejilla con cuidado— Vas a salir de esta, Leonor se pondrá bien y dejaremos este tonto hospital, ya verás, nos reiremos de esto en el futuro — dijo mientras continúa llorando y le tiembla la voz— Volveremos a nuestra pequeña casa y esperaremos a que esos tontos vengan por nosotros.

— Y cuando nos encuentren — prosiguió Emilia, llorando también— Se burlarán por la pequeña casa que tenemos, el insensible de Leo dirá que su baño es más grande — riendo entre lágrimas— Y Blaz nos regañará por los pocos muebles que tenemos, mientras que Hans se lamenta por el hecho de que tengamos sólo dos cuartos y las tres comparamos uno en una cama pequeña.

— Pero entonces les diremos que no es que no tuviéramos dinero, es que nos gusta estar juntas nada más, las noches son frías, el pretexto perfecto para decir que dormíamos en una cama de plaza y media juntas ¿No?

Complementó mi esposa entre lágrimas.

— Bueno, espero que logremos recuperar la casa para ese entonces, porque si ellos llegan y Gabi... se va, entonces yo no sé qué voy a hacer, qué les diremos ¿Qué carajos vamos a hacer? Emma... ¿Qué...? ¿Cómo lo vamos a hacer? Es que no nos está dando el cuerpo, dos trabajos es demasiado, estoy postulando a un tercero, pero... ¿Cómo? ¿Cómo lo haremos? Alguien tiene que estar aquí en caso de malas noticias... ¿Cómo...?

Emilia se rompió y Emma fue hasta ella para abrázala con fuerza, frotándole la espalda, rompiéndose también.

— Si algo le pasa a Gabi o a la niña, me muero... — dijo mi esposa— Es... difícil mantenerse optimista, no miremos el futuro ¿Sí? Vivamos el día a día, resolveremos las cosas sobre la marcha, tú tranquila, podemos hacerlo, podemos con todo esto.

— Gabi por favor... por favor no nos dejes, me muero si algo te pasa, me muero si a la pequeña Leo le sucede algo... yo ya no puedo más con la desesperación — estirándose para tomar la mano de mi cuñada— Por favor despierta... por favor sólo... vive y nosotras nos encargaremos del resto...

Leone se secó rápidamente las lagrimas que se le escaparon mientras Emma y Emilia discuten sobre si es correcto llamarlo para decirle que Gabi se está muriendo, no deja de apretujar a Gabriela a su lado, besándola y abrazándola, de seguro, la necesidad de sentirla debe ser insoportable, debe sentirse muy culpable por todo lo que pasó en su ausencia.

— Ya basta... por favor... ya entendí — dijo Hans con el rostro contraído de dolor— Ya entendí... sólo... quítenlo por favor, no soporto verlas sufrir, no sé cómo pudieron vivir bajo tanta presión, no quiero verlas llorar... por favor... no más...

Miré a las chicas y asentí, dándole la razón a Hans, yo tampoco puedo seguir viendo.

Luego de haberlo tenido todo, vivir así debió ser difícil y doloroso, ya veo por qué las rubias están mucho más maduras, sobre todo Emilia que siempre fue una princesa mimada, ella lo dio todo, dejó de comer y buscó trabajo por todas partes, dejó los pies en la calle por sus hermanas.

Las entiendo tanto ahora...

— Admito que me hacía falta ver esto para entender su nueva relación — dije— Lamento no... haber estado ahí, debieron estar muy asustadas.

Me disculpé.

— Sí, fue difícil, pero cuando se trata de tu familia, nada es lo suficientemente difícil — dijo Emma, estirando su mano hacia Gabi que no dejaba de llorar— Volvería a hacerlo mil veces si las cosas pueden salir así de bien.

— Emma tiene razón, lo que hicimos fue por amor, Gabi es nuestra hermana, Leo nuestra sobrina, no me arrepiento de nada, y me ayudó a crecer, ya estaba bien de vivir en una burbuja, fue un golpe de realidad que necesitaba, y afortunadamente salió todo como esperábamos.

— Chicas son las mejores, gracias por no dejarnos... yo no sabía... no sabía nada...

La pelirroja estuvo rodeada en menos de tres segundos por ambas rubias, teníamos un festival de llanto entre manos, Leo fingía que no estaba llorando, Hans se sobaba el pecho con el rostro contraído de dolor y yo... yo sigo sintiéndome culpable, sobre pensando demasiado las cosas, me encantaría haber estado ahí, apoyarlas económica y moralmente... con dinero las cosas son diferentes, quizá se les hubiese hecho más llevadero... quizá...

Suspiré.

— Nunca más —dije— Nunca más nos vamos a separar.

Sentencié.

— ¿Te lo firmo? ¿Hacemos un marcador? — dijo Leo, viniendo hacia mí junto con Hans— Lo que sea, pero solas y desprotegidas nunca más.

— No hombre, me siento horrible ahora —dijo Hans— Nunca más cuestionaré su relación, nunca más, esta fue una terapia de shock que no quiero repetir.

Admitió, y yo estoy de acuerdo, espero nunca más tengamos que ver la crudeza de estos videos, dejemos lo malo en el pasado y miremos hacia el futuro, es todo lo que quiero.

***

Dos semanas después, se repite la escena, estamos los seis sentados en la mesa, la bebé de brazos cruzados al igual que ellas, y el gato mirándonos desde una esquina con los ojos entrecerrados, juzgándonos.

— ¿Y ahora qué hicimos?

Preguntó Hans, el más valiente de los tres, ya casi tirándose de los pelos por el silencio y la cara de juicio de todas, incluso de Leonor.

— Tienen que hacerse responsables de sus actos, eso pasa.

Sentenció Emilia, mirándolo.

— Pero ¿Qué hice, rubia? Si no me dices qué hice, no esperes que adivine, no tengo una bola de cristal, aunque debería comprarme una para entenderte.

Pobre hombre, lo compadezco.

— Tú no te rías, que también tienes que hacerte responsable.

Dijo Emma igual de molesta.

— ¿Qué carajos hice? ¿Fue porque no bajé la tapa del inodoro? ¿O por que olvidé sacar la ropa sucia? Sé que me dijiste que lo hiciera, pero lo olvido, mujer lo siento, sé que nos pusimos de acuerdo para ponérselo más fácil a la señora Liesel, pero no estoy acostumbrado, intentaré recordarlo la próxima vez.

Leo miró a Gabriela, sonriendo culpable, estirando su mano hacia ella, al ver que la pelirroja no tenía pensado corresponderle, la recogió, apoyándola en su regazo.

— ¿Yo también estoy castigado?

— Papi malo.

Dijo Leonor, eso se lo dijo todo.

Somos hombres castigados.

— ¿Qué hicimos?

Consultamos a coro, casi me reí, me hubiese reído si no fuese por la seriedad de las tres, bueno, las cuatro... y el gato.

— Esto.

Dijeron las tres al mismo tiempo, dos segundos después, tres test de embarazo sobre la mesa, uno para cada uno.

Uno...

Para...

Cada...

Uno...

— No me jodas, Emma — tomándolo, viendo las dos líneas dibujadas— ¡No me jodas!

Parándome tan rápido que tiré la silla, sonriendo tanto que me duelen las mejillas.

— ¡Hazte responsable, Fischer! ¡Vas a ser papá!

Poniéndose de pie sonriente, viniendo hacia mí.

No dudé en rodear la mesa y sostenerla por la cintura, haciéndola girar, bajándola y besando sus labios sin soltarla a ella o al test.

— Me haré responsable, claro que me haré responsable — llenándole la cara de besos— Toda la vida, siempre, siempre me haré responsable, mujer, no tienes idea de cómo te amo...

Ella carcajeó y rodeó mi cuello con sus brazos, dejándose mimar.

Voy a ser padre, carajo ¡Seré padre!

***

LEONE.

No me lo podía creer, seré padre otra vez, otro pequeño con sus rasgos y los míos juntos, otro pequeño que me dirá papá y será mis ojos y mi vida completa.

— ¿No me estás mintiendo? — consulté tomando el test, sonriendo cómo idiota— ¿Es cierto? ¿Totalmente cierto?

Tomó dos más y los dejó frente a mí, sonriendo amplia.

— Es totalmente cierto, seremos padres otra vez — colocándose de pie con Leo en sus brazos— Y no tienes idea de lo feliz que estoy ante la idea de que podamos vivir juntos el proceso, te extrañé la primera vez, me alegra saber que será diferente ahora.

— ¡Seré padre, seré padre otra vez!

Yendo hacia ella, abrazándola con delicadeza, tomando a la niña para que ella no hiciera fuerza, besándola en la boca, las mejillas, la nariz, regalándole un beso a Leo en su frente también, escuchándola reír.

— Escuchaste cariño, mami tendrá un bebé, aquí está tu hermanito pequeño — le expliqué, tocando la panza de mi esposa— Serás la hermana mayor.

La pequeña arrugó la nariz y negó, afirmándose a mi cuello.

— Ya hablé con ella y la idea no le atrae mucho — explicó Gabi— Cree que la dejaremos de lado, pero le explicaremos y con el tiempo comprenderá que mamá y papá la querrán mucho mucho mucho — acariciando el cabello de nuestra hija— Eres la mayor, mami y papi te quisieron mucho más tiempo, ahora tú también tendrás a alguien con quién jugar, y a quién cuidar, tu hermanito va a necesitar de su gran hermana fuerte y hermosa para que lo cuide ¿No?

Bueno, si se lo pone así, Leonor parece un pelín más emocionada, pero no la terminamos de convencer, con el tiempo la idea le gustará más, estoy seguro.

— No voy a alejarme, preciosa — hablando a la pelirroja, captando su atención— Viviremos juntos este proceso y todo saldrá bien ¿De acuerdo?

El miedo a que se repita lo que con Leonor me carcome, espero que la historia no se repita y sea un suceso feliz y tranquilo.

Quiero que mi máxima preocupación sea vivir con tres embarazadas y sus antojos, nada más.

Luego de tener nuestro momento, felicité a Emma y mi hermano por su buena noticia, me hubiese encantado hacer lo mismo con Hans y Emilia, pero estos rápidamente se fueron a un cuarto para celebrar por su cuenta.

De seguro son dos, a nadie le sorprendería si tienen dos bebés, porque comen, duermen, respiran y follan, nada más, esos siguen pegados en su luna de miel, pero... me alegro, me alegro de que todos tengamos nuestros finales felices, ya nos lo merecíamos, vivimos demasiada mierda cómo para seguir en la miseria, ya es tiempo de vivir, vivir nuestras propias vidas con la capacidad de mirar el futuro con optimismo.



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BUENAS BUENAS BBCITA! 

HEMOS REGRESADO, Y CÓMO HUELEN, YA SE VIENE EL FIN 

HEMOS LLORADO Y REIDO MUCHO

GRACIAS POR TANTO, PERDÓN POR TAN POCO

SON LAS MEJORES DE LA VIDA

Y CÓMO PUEDEN VER, HABRÁ BEBÉS

YA ENTENDIERON POR QUÉ LA NECESIDAD DE ESTAR JUNTAS

HANS ENTENDIÓ Y DUDO QUE PONGA EL TEMA SOBRE LA MESA OTRA VEZ

LEONE SIGUE SUFRIENDO AL VER LAS IMAGENES

ENTIENDO AL POBRE AL DECIR QUE TEME QUE PASE LO MISMO CON ESTE BEBÉ

HABRÁ SALTO EN EL TIEMPO EN EL PROXIMO CAPÍTULO

BESITOS EN LA COLA

NOS LEEMOS A LOS 200 COMENTARIOS

LAS AMOOO

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