Capítulo 39

EMMA.

Estoy a dos minutos de caminar hacia el altar y ya he vomitado unas tres veces de los puros nervios, es más, ahora mismo estoy en el baño, lavándome los dientes, después de haberme zampado medio kilo de helado de crema y galletas, dulces ha sido todo lo que he logrado comer hoy, pero apenas recuerdo que tendré una boda y posterior a eso, una muy apasionada noche de bodas, se me calienta la sangre.

Estoy cachonda y nerviosa en partes iguales.

— Emma ¿Ya estás lista? — preguntó Luther por tercera vez consecutiva— Ya nos pasamos por veinte minutos y de seguro a Blaz se le saldrá un pulmón por la boca de los puros nervios.

Suspiré y escupí la pasta, asegurándome de retocar el labial, mirando mi reflejo en el espejo, me veo bien, pálida y ojerosa, pero bien, bastante decente para no haber dormido nada anoche gracias a mi despedida de soltera, la niña se quedó con la anciana, así que todas disfrutamos una increíble noche de desenfreno, alcohol y baile.

— Sí, ya estoy lista — abriendo la puerta— ¿No has escuchado que la novia siempre llega elegantemente tarde? Sería una deshonra para las novias si llego a la hora.

— Sí, pero veinte minutos tarde, cuando vives a cinco minutos del lugar, y caminando, es un poco exagerado, hermana.

— No me digas nada, las chicas esperan fuera con la princesa y no me dicen nada.

Sujetándome el vestido para no pisarlo, caminando hacia la sala para reunirme con él, se ve increíblemente guapo en ese conjunto de bermudas y camisa blanca, abierta, mostrando sus sexys abdominales que ha cultivado por años viviendo la mala vida.

Mi hermano es muy guapo, debería conseguirse una chica, o chico, lo que sea, no quiero que esté por siempre solo.

— Las chicas están intentando explicarle a Leonor, otra vez, que las flores tiene que lanzarlas en lo que caminan por el pasillo, pero se está divirtiendo lanzándolas por todas partes ahí fuera, mientras las chicas recogen los pétalos, los dejan en la canasta y entonces la niña los vuelve a tirar.

Carcajee, sin duda eso es algo que mi princesa haría, es una niña, tiene apenas dos años ¿En qué cabeza cabe que lo haga bien a la primera? Se verá tierna caminando por el pasillo y ya, a todos nos gustan los niños y las bodas.

— Vamos entonces, antes de que se acabe todos los pétalos — recibiendo el ramo que me entregó— Es el día más feliz de todos ¿Sabes? — enganchando mi brazo al suyo, comenzando a caminar— Y es perfecto porque viniste, gracias por venir, sé que tienes muchas obligaciones allá.

— Bueno, mi jefe directo me dejó venir porque mi pequeña hermana es la prometida de su hermano, somos familia, y gracias a este ultimo tiempo, nos llevamos bien, apenas se enteró del compromiso, me sacó un boleto, estoy agradecido de que me considere como familia.

Saliendo fuera, viendo como efectivamente, Leonor toma un puñado de pétalos y los lanza mientras corre descalza por la arena, riendo por sus travesuras, escapando de Gabi y Emilia quienes intentan que sigamos teniendo pétalos para que ella sea la niña de las flores.

— ¿Mi sobrina preferida está lista para hacer feliz a su tía? Te ves preciosa, mi amor.

Viéndola lucir un vestido blanco con mangas de farol y encaje, de corte cuadrado al frente, y en la espalda un gran, gran listón que cubre casi toda la piel, y falda de campana, va con el cabello recogido en un alto moño y bonitas mariposas pequeñitas pequeñitas adornando los mechones, se ve hermosa, preciosa, maravillosa, la puta octava maravilla.

— ¡Tía!

Dejó de correr para mirarme, ahogando un grito, cubriéndose la boca con sus manitos, esa era señal suficiente para saber que me veo bien pinche hermosa.

Yo también soy la octava puta maravilla con mi vestido ajustado de encaja y bonito escote. Decidí dejarme el cabello suelto y hacerme bonitas ondas, un pequeño velo sólo para las fotos, porque me niego a molestos atuendos para bailar post boda, y descalza, porque usar tacones en la playa es para que se me quiebre un tobillo, y definitivamente quiero llegar entera al altar para casarme con mi maldito abogado.

— ¿Me veo linda, cielo?

Acuclillándome para quedar a la altura de la pequeña que sostiene su canastita y viene hacia mí, acuclillándose las veces necesarias para recoger los pétalos que tiró.

Le llegó una leve señal de cordura a mi pequeñita.

Ninda.

Dijo al llegar conmigo, abrazándome por el cuello con fuerza.

Adoro a esta niña como si fuese mía, la vi luchar por vivir, la vi crecer y cambiar ¿Cómo no voy a amarla?

— Perfecto entonces, a casarse, que el tío Blazie tendrá tres infartos por lo bajo si llego más tarde. Vamos, vamos, niña de las flores.

La bajé sutilmente y me robé un par de pétalos de las flores que encontraba por ahí en lo que caminamos hacia el improvisado altar en medio de la playa, una corona de vegetación marca el lugar, flores, palmeras y demás tipos de plantas verdes de bonitas hojas, dos antorchas bien iluminadas a cada lado, estaba atardeciendo.

El camino se delimita por dos bonitas líneas extensas de vegetación y flores, ni siquiera el viento mueve la decoración, todos se encargaron de que todo quedara perfecto para vivir mi experiencia de la mejor manera posible.

Y como si eso fuera poco, se extendió un camino de pétalos rojos para guiar mi camino, sillas revestidas de blanco a los costados para los invitados, antorchas encendidas cada treinta centímetros para que las fotos quedaran divinas, un impresionante fondo entre el mar, las palmeras, el sol, el cielo de todos los colores posibles...

Todo es perfecto, todo, incluido mi sexy prometido en bermudas y camisa abierta, un collar de flores en su cuello que va perfecto con la corona en mi cabeza a la que sujeté el velo, somos dos novios de torta hawaiana, dos sexys novios.

— ¡Llegó la novia!

Gritaron por ahí, haciendo que Blaz dejara de mirar en todas direcciones mientras apoyaba las manos en sus caderas y respirara como si estuviese a punto de parir, el hombre está nervioso.

— ¡¿En qué cabeza cabe que yo no iba a llegar, Blazie?! — le grité— ¡Eres mío! ¡Soy loca, obsesiva, posesiva y muy, muy celosa! ¡Te marqué desde hace mucho tiempo y no pienso dejarte ir nunca, prepárate!

Eso logró calmar sus nervios, viendo cómo se relajó su postura y tomó aire otra vez, recibiendo una palmada de Leone, su padrino, para darle ánimos.

Me gustaría saber si le da ánimos por sus nervioso o por mi obvia falta de tornillos, podría ser ambas, podría estarle diciendo "Animo, te metiste tú solito en esto" o "La loca la elegiste tú" o un montón de cosas por el estilo, de Leone podría imaginarlo, es más, casi lo escucho en esta cabeza esquizofrénica que me habla más veces de las que debería admitir frente a un terapeuta como si fuese una persona totalmente ajena a mí, o personas, en ocasiones nos sentamos a tomar el té para hablar sobre temas serios y tomar decisiones importantes mientras Miriam pone la tetera.

— Emm... Emma, han puesto la canción dos veces y pareces perdida en el espacio.

Dijo Emilia, empujándome sutilmente con el codo.

— Lo siento, las voces de mi cabeza me estaban diciendo que debería caminar y otras que aún no es tiempo, entonces estaba pesando si ya era hora o no, y si el pastel estaba lo suficientemente húmedo, entonces divagué y pensé si mis flores se marchitarían pronto o durarían hasta que lanzara el...

Luther me cubrió la boca y carcajeó bajo, negando.

— Sigues divagando cuando estás nerviosa, hermanita — quitando su mano lentamente— Estará todo bien, te ves perfecta, todo es perfecto y te aseguro que mamá está mirando todo desde el cielo justo ahora. Y efectivamente ya es hora de caminar, tienen un bonito piano por ahí que ha tenido que parar dos veces porque tu mente y tu cuerpo no estaban en el mismo espacio.

Carcajee avergonzada, mirando a los invitados y a mi novio de torta, pidiendo disculpas, siendo recibida por largas carcajadas amistosas y buenos deseos, los nervios son más que justificados justo ahora.

— ¿Lista, rubia?

Preguntó Gabi con la niña en brazos, apoyando su mano en mi hombro.

— Muy lista, roja, hagamos esto.

— Te deseo lo mejor, felicidades, hermana.

Me dijo esta antes de dejar a la niña en el piso y darle por ultima vez las indicaciones de lo que tenía que hacer, caminando por el pasillo hasta colocarse en el altar junto a Emilia, ambas son mis testigos, mis hermanas, mientras que mi hermano me entrega al altar ¿Podría pedir más? Claro que sí, un mocosin como mi sobrina, y entonces ya tendré todo.

— Ahora cariño — le susurré a Leonor— Toma pétalos y tiralos al piso hasta llegar a papi y mami.

Giré el rostro con rapidez al reconocer esas dos palabras y ponerles rostro, efectivamente papi y mami estaban aquí, mis propios papi y mami, en primera fila, saludándome con una enorme sonrisa al darse cuenta de que por fin los vi... bueno, ellos no me parieron claramente, pero Grace y Marcel me trataron siempre como si fuese su hija, y eso lo valoro mucho, les tengo mucho cariño.

— Ahora sí que esto es perfecto — sosteniéndome mejor de mi hermano— Luther, llévame ahí que quiero ser la señora Fischer, pero ya.

— Pero claro hermana, será todo un gusto —besando mi coronilla— Vamos allá. Ahora princesa.

Le dijo a la niña, quien tomó puñados de pétalos y en vez de lanzarlos al piso, se los lanzó a la gente y comenzó a reír, traviesa como siempre mi niña, pero eso no hizo enojar a estas personas en lo más mínimo, es más, tomaron los pétalos y se los lanzaron de regreso, casi se convierte en una batalla campal, pero afortunadamente logré llegar al altar, viendo a la niña ser atrapada por Grace, llorando a mares al sostenerla.

Su primera nieta ¿Cómo no va a estar feliz? Yo estaría saltando en un pie, y que se siente cuando sepa que estamos todas en campaña, porque tendrá más nietos en camino, muchos niños, todos tendremos niños, yo quiero niños, quiero...

— ¿Fantaseando de nuevo, rubia?

Preguntó Blaz, tomando mi mano libre, la que no sujeta el ramo, besando el dorso, sonriéndome cálido.

— Es que estoy nerviosa — admití— Mi cabeza es un caos en estos momentos, muchos temas diferentes se entrecruzan y me pierdo.

Avergonzada, decir que estoy loca es mucho más fácil que explicar que tengo TDAH, trastorno de déficit de atención e hiperactividad, es crónico y empeora en situaciones como estas.

— Bueno, entonces, cada vez que te pierdas, te guiaré de regreso ¿Qué me dices, rubia? ¿Tenemos un trato?

Sonreí tímida, mirándolo con amor.

— Me pregunto a veces ¿Dónde encontré tan apuesto y arrogante abogado? Pensé que me quedaría sola toda la vida por las cosas que me vi obligada a hacer, y los problemas en mi cabeza, y no, aquí estás, quieres quedarte, y eso es... es grandioso.

Dándole el ramo a Emilia para poder darle la otra mano, me emociona todo esto, me emociona mucho.

— Bueno, yo también soy afortunado de que una mujer tan bonita y perfecta me eligiera, que no me tema, me acepte, me comprenda y me ame tal y cómo soy, un simple y torpe hombre sin nada para ofrecer, mi apellido no es como el apellido Lehmann, no tengo el prestigio de mis hermanos, ni la cantidad de dinero que ellos manejan, no soy tan temido ni tan conocido, pero aún así, rubia, todo lo que tengo, es tuyo.

Las lágrimas afloraron más rápido de lo que creí que harían en esta ceremonia, estaba por responder cuando Leone carraspeó y señaló a quien oficiaría la boda con la cabeza, no pude evitar sonreír avergonzada.

— Lo siento, supongo que estamos un poco ansiosos.

— No te preocupes, para el amor no hay reglas, protocolos u orden, lo importante está ocurriendo justo ahora, los votos, por favor, continúen.

Sonreí agradecida, mirando a mi prometido sin soltar sus manos.

— Blaz, prometo siempre acompañarte y apoyarte, estar contigo en las buenas y las malas, en las peores también, porque son en esas en las que uno ve la clase de gente con la que se junta y con quienes cuenta, y yo me di cuenta en ese momento, cuando te arriesgaste para protegernos, a todas, que yo tenía que casarme contigo, en ese momento lo supe y he mantenido ese pensamiento todo este tiempo "Tengo que atrapar a ese hombre", pero creo que lo supe antes, supe que tenía que hacerte mío en medio de nuestros muchos revolcones, o las citas que ambos le decíamos salidas obligadas — carcajee— O los desayunos juntos, los baños juntos, las noches en las que nos quedábamos despiertos, mirando la ciudad mientras bebíamos vino, copa tras copa, fingiendo que esos momentos no existían mientras nos tomábamos de la mano y yo me apoyaba en tu pecho, disfrutando de tu calor y tu cercanía, era una tregua, un momento que fingíamos no recordar al día siguiente. Ambos lo sabíamos, sabíamos que había algo, ni siquiera buscábamos otras personas, nos bastaba con nuestra propia compañía, pero fuimos cobardes, temíamos salir lastimados, ya nos habían lastimado lo suficiente, el amor no era para nosotros o eso solíamos decir hasta que ya no pudimos escondernos más, no de nosotros, se nos notaba demasiado y ese accidente... —negué lento— La idea de perderte me aterró, y dejarte sin que supieras que tenía sentimientos por ti, también me aterró. Ahora no pienso desaprovechar ningún momento, te diré siempre que te amo, que quiero compartir mi vida contigo en la salud, la enfermedad, en medio de una guerra, nada importa, quiero que sepas que voy a estar para ti siempre, sin importar lo que pase a tu alrededor, siempre voy a estar para ti, recordándote que te elegí y que seguiré haciéndolo.

Soltó mis manos y acunó mi rostro para besarme con tanta emoción que no pude evitar continuar llorando, sin duda, esto está siendo perfecto.

— Emma, llegaste a mi vida para poner todo de cabeza, casi me dejas sin la posibilidad de tener hijos ¿O acaso no recuerdas lo que hiciste cuando me metí en tu apartamento para ir a buscar las cosas de la roja? Vi mi vida pasar en esos momentos, y creo que fue ahí que me enamoré de ti, estoy loco, lo sé — sonrió amplio— Pero fuiste la primera en mirarme sin temor, me retaste, y desde entonces... no me negué ninguna oportunidad de verte, Emilia siempre rompía algo en tu casa, hacía que nadie pudiera ir a solucionarlo y no te quedaba de otra que llamarme a mí, eso me ponía feliz, pasar tiempo contigo aunque estuviéramos peleando todo el tiempo, eso me bastaba, y nuestras noches de sexo en las que fingíamos odiarnos mientras lo hacíamos, las noches en las que salíamos sólo los dos, aparentando que nada sucedía entre nosotros, y mis noches favoritas, aquellas en el balcón, tú, yo y la botella de vino, comportándonos como una pareja, permitiéndonos ser nosotros mismos... — acomodando un mechón de cabello tras mi oreja— Oh Emma... no tienes idea cuantas veces quise decirte cómo me sentía, pero le temía al rechazo, le temía al hecho de que estuvieses jugando conmigo, que yo fuese uno más de tus objetivos para un plan mayor, temía que dejaras lo que teníamos por haberte pedido más, pensé que resignarme y conformarme era lo mejor que podía hacer, pero tu valentía esa noche... tu confesión... supe entonces lo estúpido que fui, perdimos tiempo, y no quiero volver a perder tiempo nunca, quiero confirmarte mis sentimientos todo el tiempo, reírme de tus bromas y tus momentos de poca cordura, quiero... quiero despertar todas las mañanas contigo, que las noches de pareja y vino en el balcón se multipliquen, mostrarnos como pareja frente a quienes nos rodean, no quiero ocultarme más, quiero que seamos felices, acompañarte en tus momentos buenos, los malos, los peores, cuando estés enferma, triste o decaída, quiero... quiero estar siempre contigo, ser tu persona, porque te amo, tal y como eres, toda tú. Te amo.

Fui yo quien le acunó el rostro para besarlo ahora, disfrutando de sus caricias lentas en mi cintura, su calidez envolviendo mi cuerpo.

Todo es perfecto justo ahora.

Perfecto.

— Blaz Fischer ¿Acepta usted a Emma como su esposa para amarla, respetarla y cuidarla, hasta que la muerte los separe?

Sólo Emma, porque el apellido de mi padre me avergüenza, y lo odio.

— Acepto.

Dijo mi hombre.

Gabriela me entregó el anillo que tomé con dedos temblorosos y lo deslicé por el dedo de Blazie con mucho cuidado para no tirarlo al piso, depositando un beso sobre él después.

— Emma ¿Acepta usted a Blaz Fischer como su esposo para amarlo, respetarlo y cuidarlo, hasta que la muerte los separe?

Sonreí amplia, asintiendo.

— Claro que acepto.

Leone le entregó el anillo a Blaz y sin mayor retraso, este lo deslizó por mi dedo, depositando un beso después.

Y como dicta la ley hawaiana, con nuestras manos unidas, se colocaron flores encima, y tocaron la caracola de mar en las cuatro direcciones cardinales para llamar a los dioses y guías divinos con la intención de bendecir esta unión.

— Por el poder que me confiere la isla — dijo quien oficia la boda— Los declaro, Marido y Mujer. Por favor, todos reciban al señor y la señora Fischer.

— ¡Lo hicimos Blazie!

Me lancé hacia adelante, consciente de que tiré las bonitas flores, perdón a todos, rodeando su cuello con mis brazos, besándolo esta vez con un poco más de intensidad, nuestro primer beso de casados, y sabe a Gloria.

Podrías pensar que todo termina aquí en cuanto a ceremonias... pero no, hay una pareja que no tuvo matrimonio y está casada, y hay otros que apenas y se pusieron los anillos antes de comenzar a correr en contra del reloj, así que... es una ceremonia triple.

Blaz y yo intercambiamos lugares, esta vez con Hans y Emilia, quienes se pusieron bajo el arco de flores, en el centro del circulo de flores y vegetación, tomados de las manos, los anillos los portamos Leone y yo, Blaz y Gabi van a ponerles las flores.

Será una tarde increíble para todos.

— Bueno bueno, señorita quisquillosa, iremos a lo importante, los votos matrimoniales, porque cometí una locura por amor y ya estamos casados, pero, de todas maneras, quiero que sepas cómo me siento respecto a ti — esto va a estar bueno, el miradas de apareamiento hablando de romanticismo es cosa nueva— No es secreto para nadie que tu hermano me contrató para tu seguridad, para Leone, eras lo más importante y eligió al mejor, yo — Don humilde haciendo aparición, abran paso, señores— Y al comienzo, mi sentido del deber predominó. Vigilarte, limpiar tu camino, sacar de las calles a quienes te amenazaban sin que te dieras cuenta... ya sabes, mantenerte ajena a las atrocidades de este mundo, verte sonreír era mi mayor alegría, pero... ya no me llenaba mirarte a la distancia, me volví ambicioso, quería protegerte de cerca, quería... quería verte y... lo conseguí, claro, siempre consigo todo lo que quiero, sólo no pensé que la princesita fuera tan adicta a ciertas prácticas, vi tanta cosa que comencé a ponerme celoso, tú tenías sexo con todo lo que te gustaba, te encantaba ser la dominante, chicos y chicas hacían fila por ti, y yo debía mantenerme al margen siempre, siempre como tu sombra, sufriendo por lo que le provocabas a mi cuerpo.

Eso, Don apareamiento, exponla más, esta comunidad la ve como un lindo angelito, preséntales a satanás, rompe ilusiones.

— Entonces pensé en lo que les gusta a las mujeres, que las ignoren, lo difícil, los arrogantes e idiotas, y justamente eso fui, entonces te llamé más y más la atención, las circunstancias nos hicieron pasar más tiempo juntos, nos conocimos en realidad, conocí a la Emilia que se oculta bajo los flashes y la actividad pública, hablamos cómo dos personas civilizadas, olvidamos los cargos, dormimos juntos sin nada más de por medio, me permitías abrazarte por las noches y eso derretía poco a poco el frío en mi interior, yo ya te amaba cuando me acerqué la primera vez, pero que tú me ames... eso es todo un privilegio, algo que me hace sentir importante y feliz, y quiero seguir sintiéndome así, siempre. Acompañándote en todas tus aventuras, protegiéndote, no importan las circunstancias, no importa si mi cuerpo ya no puede más, no importa la cantidad de dinero que tengas, siempre estaré a tu lado, siempre.

Si va a demostrar su amor como lo lleva haciendo desde que llegó aquí, juntaré dinero y le haré una vaginoplastía a mi amiga, porque esa perra va a quedar deforme luego de tanto mete y saca en los matorrales.

Emilia de todas maneras encontró todo muy tierno y romántico, se ve emocionada con su vestido al viento, hecho por las mujeres de aquí, nada costoso y excesivo como le gustaba tanto antes, pero sigue siendo exclusivo y hecho especialmente para ella por las mujeres nativas.

Un vestido de hombros descubiertos, de puño, con volantes de encaje, más arriba de la rodilla, de encaje sobre tela blanca, y bajo los pechos, una línea que va desde el frente hasta la espalda de piel descubierta, lleva una corona de flores rosa en la cabeza, y se ve como la octava puta maravilla del mundo, hermosa, maravillosa, espectacular.

— Hans... Sé que te hice sufrir mucho tiempo con mi indecisión, pero estaba tan asustada de ser usada y desechada... te sorprendería la cantidad de veces que me botaron, sé que me veía como alguien que lo tenía todo, y puede sonar algo malagradecido, pero todo lo que quería... era amor — se sinceró— Todo el mundo me repelía en cuanto se enteraban de mi apellido, no conseguía sexo a menos de que pagara por él, y ser dominante... bueno, es mejor pisar que ser pisoteado, me criaron así porque ser una Lehmann... es difícil, tienes renombre, prestigio, poder... pero todo eso es tan solitario, Hans... — acariciando las manos de su hombre, mirándolo como cachorro abandonado, Em se sintió sola mucho tiempo— Yo necesitaba un igual, alguien con quien compartir la carga, con quién hablar sobre mis problemas y cómo me siento al respecto, necesitaba amor, validación, alguien que me viera como persona, conociera todas mis falencias y me amara a pesar de todo... y sin saberlo, tuve todo eso conmigo por años, tú — se ve tan feliz mi rubia hermana...— Me comprendes mejor que nadie, me escuchas, me cuidas, me acompañas... tú tienes todo lo que yo podría desear, lo tienes todo, y no podría pensar en otra persona para pasar el resto de mis días. Y por si tienes dudas aún, si me hubieras preguntado si quería casarme contigo, te habría dicho que sí, porque sabía que, nadie me iba a querer, respetar y apoyar tanto como tú.

A estas alturas ya estaba llorando, la mujer preguntó si estaban dispuestos a casarse y toda esa vaina, mientras se hace el intercambio de anillos y la emotiva ceremonia de las flores y la caracola llama Dioses, todo fue perfecto.

Y ahora, viene el turno de quienes llegaron al altar, pero no tuvieron la oportunidad de decir sus votos, esa noche pasaron muchas cosas, ojalá Lucifer pudiese estar aquí hoy y ver lo feliz que somos todos, después de todo, ese animal era de apoyo emocional para todos, nos dio terapia felina más de una vez a todos los alemanes presentes.

— Bueno, roja, ambos sabemos que no teníamos preparados ningún voto bonito y romántico como el que acaban de decir nuestros hermanos.

— Es cierto, lo nuestro era un poco más crudo y... bueno, ya sabes, nuestras circunstancias, nuestro amor nació del odio y los favores, de las deudas por pagar — tomando el marcador que ocultó en su brasier— ¿Habrá algún día en que logre pagar mi deuda?

Leone se lo quitó y pinchó su dedo, abriendo la tapa y marcando su pulgar en el interior, devolviéndoselo.

— No hay deuda, no hay favores que pagar, no hay odio, roja, dejemos eso atrás, pero no olvidemos quienes somos — mirándola con tanta intensidad que me baja el bochorno, quiero ir a revisar los matorrales con Blaz ahora— Somos los malos que gozan de más privilegios que los buenos, somos todo aquello definido como incorrecto, poco sano, y enfermizo si ponemos a una persona normal a evaluar nuestros inicios, pero ¿Qué nos interesa lo que opine el resto? Todo lo que importa es que yo quemaría el mundo por ti, mataría por ti, robaría por ti, y destruiría a todo aquel que tenga incluso la osadía de pensar en arrebatarte de mis brazos, juro aquí frente a todos que jamás pienso dejarte ir, ser el esposo tóxico y posesivo que tanto te encanta, marcar cada rincón de nuestra casa y follarte hasta que ya no puedas más, hasta que te acostumbres a la forma de mi miembro en tu interior, y no puedas vivir sin mis embistes — vi a más de una abanicarse, esto se está transformando en novela porno a pasos agigantados— Te juro aquí y ahora hacerte tan feliz que no sabrás cómo vivir sin mí, Gabriela.

Sujétenme que me estoy yendo.

Señores mamá y papá, cúbranse los oídos por favor, que mi amiga tiene los ojos tan brillantes y las mejillas tan sonrojadas, que de seguro va a responder con chorradas aún más perversas.

Debería ser comentarista, a todo el mundo le gustan mis comentarios, soy la más graciosa, la más alocada, la más boca suelta, la...

— Leone ¿Cuándo yo te he pedido que cambiaras? ¿Podrías recordarme? — casi disocio en medio de la respuesta morbosa, casi— Nunca te temí, nunca me oculté, nunca quise otra cosa, siempre me gustó lo que me ofreciste, lo poco correcto, lo insano, lo profano, ese es nuestro mundo, y puede que hayamos comenzado con el pie izquierdo, con mentiras, pero todo valió la pena ¿No? Porque al igual que tú, yo daría mi vida por ti, quemaría por ti, mataría por ti, por tu bienestar, arriesgaría mi vida una y otra vez si fuese necesario, y no creas que el único tóxico y posesivo aquí eres tú — sujetándolo por el cuello de la camisa abierta, acercándolo a ella de un tirón— Pobre de ti si volteas a ver a otra alguna vez, pobre de ti si llegas con perfume de mujer, pobre de ti si veo labial sobre tu ropa o tu cuerpo, lo digo en serio, Leo, si decidiste ser mío, espero que lo seas en toda la extensión de la palabra, porque yo no sé compartir y no pienso hacerlo nunca, porque me encargaré de que tu pelvis siempre esté dolorida gracias a mis sentones — ya sabía yo ¿Te lo dije o no? Morbo y más morbo— Me preocuparé siempre de dejar una marca visible en tu cuerpo para que quién se acerque sepa que ya tienes dueña, y te cobraré la palabra, marcaremos cada rincón de nuestra casa y me darás otro hijo, tú me prometiste una familia grande y feliz, para comer todos juntos en una mesa repleta de personas a quienes queremos, risas, niños y a ti, eso es todo lo que deseo en esta vida ¿Vas a cumplírmelo, amor?

Antes del "Acepta usted bla bla bla" y esa chorrada de promesas, sus bocas se unieron como dos imanes y se pusieron los anillos por inercia, yo no sé si lanzarles las flores por la cabeza o lanzarles agua caliente a estos dos perros en celo, si yo creí que Emilia y Hans eran cosa seria con lo del sexo y lo perros pegados que estaban, estos dos les estaban haciendo la competencia pero cabrón.

— Oye Blazie — susurré a mi esposo, sin perder de vista a la pareja que se come la boca frente a nosotros— No podemos perder.

— ¿De qué hablas?

Susurró de vuelta, sin captar nada.

— Siempre tan torpe —rodé los ojos— Míralos, de seguro tendrán mucho sexo sin protección, de Emilia ni hablar, esa ya debe estar embarazada, hay que ponerle más empeño al mete y saca.

Me miró de reojo, sonriendo malicioso.

— ¿Quieres que te rompa el culo, señora Fischer?

— Dime señora de nuevo y te romperé el culo yo, jugando a no saber dónde tienes la próstata, querido.

Sonriendo inocente, viendo como se le contrae el rostro de la preocupación.

— Estás loca, Emma, no pienso prestarte el culo, eso si jamás.

Tembló.

Carcajee bajo y medio voltee para quedar frente a él, estirando mi mano derecha hacia él.

— Un gusto, mi nombre es Emma Fischer, tengo veinticinco años, felizmente casada y tengo TDAH, no estoy loca, sólo tengo déficit de atención e hiperactividad, mi mente es una cosa bárbara, pero logro centrarme la mayor parte del tiempo si tengo alguien que me regrese al mundo real ¿Serás esa persona, esposo?

Sonrió enternecido, estrechando su mano con la mía.

— Seré tu persona ahora y siempre, rubia loca. Seré siempre tu maldito abogado, hasta el ultimo de mis días.

Y sí que tuvimos que ir a buscar unos matorrales, porque yo no iba a perder, es más, cinco minutos después, Gabi se arremangó su vestido largo de encaje y blanco para follar, no se dieron cuenta de nosotros a pocos centímetros, tuve que gritarle que veía su bonito y blanco culo desde aquí, y que se buscara otro matorral, pero resulta que Emilia ya se había ganado el espacio dos matorrales más allá.

— ¿Es que ninguna conoce los cuartos? ¿Dónde quedó la decencia? Mira que uno ya no puede follar tranquilo porque siempre te encuentran, que mal educadas son mis hermanas.

— Linda... estamos follando en los matorrales también —me recordó Blaz, besando mi hombro— Y aún no termino, así que finjamos que nadie más existe y bésame la boca para evitar hacer ruido, sabes que eres exquisita y estar dentro de ti es mi lugar favorito.

A esto me refería yo, ahora sólo puedo pensar en mi sexi maldito abogado que está llenándome por dentro.

Benditas las bodas y sus morbosos discursos. 





~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~

BUENAS BUENAS BBCITAS!!

CUAL FUE SU DISCURSO FAVORITO?

PORQUE CONOCIENDOLAS CÓMO LAS CONOZCO, YA PUEDO IMAGINARLO JAJAJAJAA

SOY LA ÚNICA QUE AMA CUANDO NARRA EMMA? 

ES QUE ELLA ES TAN REFRESCANTE CON SUS COMENTARIOS, LA ADORO

Y BLAZIE LA ENTIENDE TAN BIEN

ES QUE ESE HOMBRE PUEDE CONMIGO, ME ENCANTA

LO BUENO ES QUE GRACE Y MARCEL PUDIERON ASISTIR, NO FALTÓ NADIE, TODOS LOS IMPORTANTES FUERON A LA BODA

BODA TRIPLE

TODOS TUVIERON SU MOMENTO YA QUE SE LES FUE ARREBATADO ANTES

SIN DUDA, AMO LAS BODAS

NOS LEEMOS EN EL SIGUIENTE CAPÍTULO HERMOSAS 

250 COMENTARIOS Y REGRESAMOS

BESITOS EN LA COLA


Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top