Enfermedad
Viajamos por tren para llegar a la mansión. El Teniente los dos cabos encargados en manejar los autos fueron en otro vagón durante en camino vi extraño a Sesshomaru pero no quise tomar importancia, al llegar después de ocho horas y medio de viaje en tren viajamos media hora en auto para llegar a la mansión en el camino Sesshomaru empezó a toser estaba oscureciendo, hacía frío.
Toque sus manos y las tenía frías. -Oye tú, estás enfermo. Afirme cuando toque su frente ardía en fiebre.
Una vez llegamos afuera había una fila de sirvientes. -No, salgas
Espera aquí.
Observe bien la fachada de cada quien y eran seis sirvientas dos jardinero un mecánico.
-Buenas noches, Soy Liliana Sra. -Liliana ve a preparar la cama del General tiene fiebre el Teniente me miro. -Iré a buscar un medico. -El médico más cercano está de vacaciones no se esfuerce.
-Le mire molesta por el comentario vi la entrada y dos mucamas correr.
Entramos caminando muy rápido hasta la habitación era muy fría los ventanales era demasiado grande por lo que permitía que hiciera más frío. Corre esa cortina me dirigí a una de las chicas mientras yo corría la otra pregunte. -Funciona la chimenea. -Sí, Sra.
-Traiga la maleta gris la chica que solo esperaba orden salía. -Liliana mande prender esa chimenea. -Enseguida.
-Tranquila no pasa nada. - Desabróchate ese saco termine ayudándole mire a un cabo entrar con la maleta y las dos chicas que aun no sabía su nombre, se dirigían a prender la chimenea llevaban unos cuantos troncos. -Cabo ¿Por qué no va ayudarle a las dos señoritas? -Enseguida Sra. Tome la maleta saque su pijama y bata. Liliana entro dudosa. -Pasa, ¿de casualidad tienes un botiquín? -Sí, Sra.
-Tráigalo y poco de agua en un recipiente. -Sí. Sra.
Gire para ver a Sesshomaru -Tú, no me digas eso, porque cuando tienen fiebre sube mucho...
Lo ayude a cambiar y metí a la cama volví tocar su frente seguía igual lo cubrí con una sabana. Liliana entro con el botiquín allí encontré un termómetro de mercurio lo coloque en su axila. Y más molesta me dirigí a las dos chicas y el cabo que reían. Al no poder prenderla.
-Es divertido el juego verdad saque de mi cosmetiquera un algodón y lo impregne de uno de mis aceites que tenia y me dirigí a la chimenea y quite a los tres extendí la mano para recibir los cerillos y el cabo me los cedió.
En cuestión de dos minutos coloque cuidadosa dos troncos y debajo el algodón prendido entregue los cerillos al cabo. -Termine de subir las maletas. Dije en tono de orden y regrese enseguida tome un poco de alcohol y derrame en el agua saque una pequeña toalla deje que se sumergiera mientras retire el termómetro dije al ver el resultado.
-Vez te lo dije 39.5 tienes como no me voy a preocupar. Exprimí la toalla y coloque fomentos. Mire de nuevo el botiquín y encontré Aspirina. -Perfecto -Liliana necesito que me traiga una jarra de un litro de agua y quiero que diluya media cucharada de sal y dos de azúcar. Y un vaso para beber.
Liliana y las dos chicas salieron. - ¿Qué diablos es eso que dices?
-Eso, te lo vas a tomar, has de saber lo que pasa cuando alguien tiene, fiebre. -No, la verdad no. -Una persona con fiebre pierde líquidos eso ayudara a que no los pierdas tan fácil. -De pronto, una de las chicas dijo. -Sra. No es más fácil darle a beber Coñac o whisky.
-Eso suena mejor, me caes bien. -Tocio - No, porque el alcohol solo ara que se deshidrate más rápido y para eso sirve esta pastilla. - ¿Esa no es para dolor? -Sí, también pero no solo sirve para eso también baja la fiebre, y si tiene algún dolor que lo más seguro que si se le quitara. Sesshomaru reía al ver que ella lo conocía bien. Liliana entro con una charola y vio que le dio a tomar un poco de esa agua y la pastilla.
- ¿Sra. Necesita algo más? Liliana -No vayan a descansar. -Como diga yo esperare afuera si es que me necesita.
Una vez estando solos fui a ver el fuego y atice. -Kagome, dónde aprendiste todo eso. -En el convento recuerdas allí hay muchos niños que enferman y esas dos monjas que desaparecieron las marcas me enseñaron además me prestaban libros tome una silla y la lleve junto la cama retire el fomento de la frente y di a tomar el agua.
-Sabe raro pero te ayudara. Dio unos tragos volvió a recostarse. Coloque el fomento tardo una hora en que la fiebre bajara y se quedara dormido, la noche seria larga vi las maletas y me dispuse a desempacar. Pasando de la media noche volvió subir y volví colocar los fomentos y tomo un poco más del agua regrese a desempacar cuando vi que volvió a dormir.
En la mañana aun sentada en la silla me recosté en los hombros para descansar un poco me ardían los ojos por no dormir. Poco después el Teniente llego con un Dr. Lo reviso y dijo que estaba a punto de tener bronquitis. -Sra. La felicito supo bajar la fiebre, que siga tomando de esa agua hasta la noche, y si vuelve la fiebre allí están esas pastillas también, debe alimentarse rico en vitaminas, y le dejo antibióticos, no puede asistir una semana al trabajo.
- ¡Qué...! -Tocio - Está loco -Tocio. -Tengo que ir a trabajar.
- Sí, General pero tiene que tener encuentra que es bronquitis si no se cuida después puede ser neumonía. Le avisare al Teniente, tome el antibiótico como le eh dejado escrito y se recuperara. -Gracias doctor. Sí, hasta luego salió dejándonos solos. -Hey mírate aun traes la misma ropa de ayer. No dormiste -Si un poco. Ven primero voy a ver que te traigan algo de comer, no tardo Salí Liliana estaba sentada afuera.
-Liliana. -Sí, Sra. -Enséñame la cocina donde está. -Puede pedir lo que quiera nosotras se lo traeremos. -Si un desayuno para mi esposo además quiero ver la casa con luz. -Por supuesto vamos. Dijo la dama de llaves
Al bajar por las escaleras, el Teniente subía. - ¿Teniente? -Si Sra. -Gracias. -No hay porque era mi deber.
-Aun así le debo una. Quiere algo para tomar un té, café o un desayuno. -Un café sería bueno gracias. -Are que lo lleven. -Gracias es muy atenta.
Liliana me esperaba. -Vamos Liliana observe al bajar una gran araña muy bonita de cristales que reflejaban muchísimo la luz. -Sra. como desayuno para el general, podemos darle Gelatina, te, jugo y unos blanquillos como desee. -Sí solo no le pongan sal a él le gustan revueltos, llévele te, ponga aparte el azúcar y la sal, aparte un café para el teniente. También conociéndolo en el transcurso de la mañana el pedirá fruta. -Si Sra. ¿alguna que hay que omitir? -Si aborrece la papaya y mamey.
Entramos a la cocina y allí estaban dos sirvientas. -Sra. ellas son las encargadas de la cocina las mire de pies a cabeza recordando que toda esa gente era muy déspota y recordé lo que dijo Lahm y de un modo y cuando yo estaba en la cocina con Hitomi y mamá. -Si ustedes estarán aquí no las quiero ver despeinadas y sin cubrir su cabello.
-Sra. pero a nosotras no... -Ya dije y Liliana te encargo que cada vez que ellas entren a la cocina. -Sí, Sra.
-Dales las indicaciones, Salí de la cocina y fui al comedor era tan grande como la mansión de la Sra. Kagura, note que la mesa estaba preparada para que uno se sentara a comer y los sirvientas solo llegaran a servir, esa idea no era de mi agrado porque igual recordé cuando en la casa del Sr. Taisho nos hacían hacer la mismo y en las noches cuando limpiábamos veíamos pasar algún animalillo sobre los cubiertos, y bajillas siempre critique eso, decía que era una mala maña.
Vi el orden de los cubiertos y estaban al revés tome una servilleta amarilla de las que estaban puestas de tela tampoco el amarillo gusta me di un masaje en las sien respire profundo me pregunte ¿Cómo hago esto? -Sra. dígame Sra. dijo Liliana al ver que no me agrada algunas cosas. -Lo primero es saca esas servilletas amarillas odio el amarillo úsalas para la limpieza si lo deseas, quien es la que arreglo esto. -Apunte la mesa - las mucamas mi Sra. y yo. Bien escucha van a recoger los cubiertos platos vasos copas y las van a lavar y guardar de nuevo en un lugar de la cocina, ya vi que los tiene abajo y en lo alto quiero que su localización sea al revés.
-Sra. pero allí tenemos las latas. -Ya dije entiéndelo arriba se mantienen la bajilla libre de polvo al menos mas. Si no te gusta no te necesito. 'Por Dios me estoy volviendo odiosa' pensé. -Otra en las orillas de los muebles quiero limpien y en la orilla limpien con aceite de clavo eso es un repelente de cucarachas y otros animalillos.
- ¿Y eso, donde lo consigo? -En un frasco con tapa pones un poco de aceite de cocina un puñado de la especie clavo machacado dejas que se concentré entre más concentrado usas menos aceite, además te menciono la colocación de los cubiertos esta incorrecta. Ve la diferencia. Dije cuando termina de colocar los cubiertos del orden que decía.
-No quiero que los recojan estos, aun quiero que tu y las demás se lo aprendan el orden correcto. -Sí, Sra. ¿entonces a qué hora se pondrán los cubiertos? -Quince minutos antes de cada comida desayuno o cena. -Si lo entiendo. Salí del comedor, dirigí a la sala junto Liliana del otro lado había otra puerta que me guio a otra sala tranquila regrese a la puerta pregunte. -Tiene biblioteca este lugar. -Sí, Sra. la llevo.
Enseguida la seguí allí me di cuenta que había doble escaleras. Pero no subimos fuimos a una corredor del lado derecho pude ver que por debajo de la escaleras había una puerta seguí caminando había tres puertas las dos primeras eran oficinas la siguiente en la esquina estaba la biblioteca desde el momento que abrió la puerta el olor fuerte a humedad di una vista rápida.
-Luego regresare a ver qué se puede hacer esa humedad no es buena para los libros.
-Sí, Sra. - ¿Dime que hay allí? Apunte a la puerta. -es un salón para los caballeros. Hice a un lado a Liliana abrí allí había una mesa de billar una mesa una sala pequeña y cómoda al fondo había otra puerta pero rápido Liliana se interpuso. -No Sra. no puede entrar. - ¡No! ¡No! Aquí yo mando no tú, quítate o te vas
Abrí la puerta encontrando una cama en las paredes había fotografías de mujeres semis desnudas y desnudas en poses
Exponiendo sus atributos y partes. El lugar estaba impregnado a un olor de un desodorante que disfrazaba el aroma de sexo había un baúl pero no quise abrí en las esquinas de la cama se encontraban esposas fijadas. -Sra. No debería a ver visto esto, el Coronel que vivía aquí traía mujeres con sus amigos las metían por esa puerta. Salí del cuarto y vi la puerta que guiaba al jardín trasero.
-No, quiero saber más información sobre ese cuarto. Subí las escaleras distraída por mi molestia solo alcance escuchar que menciono 17 Habitaciones me detuve de golpe antes de entrar y hice la seña de alto. Sabes que tráeme un té para que me relaje, no dormido, búscame en la siguiente habitación, si no estoy con mi esposo.
Toque la puerta y entre. - ¿Qué haces? -Conociendo de tu casa. -Nuestra, diría yo.
Al acercarme note que tenía a un lado una charola con la comida.
-Por favor deja a un lado esto. Pude ver que lo único que había cómoda y tomado era el té y gelatina. Lo mire seria. -Recuerdas ¿qué fue lo que dijo el Dr.? Debes comer bien.
Los dos me miraron mi expresión seria. -Oye cómo le haces para verte enojada y levantar la ceja y... tan linda. Sesshomaru reía. -No es gracioso, ¿Por qué no quieres comer?
- No, paso. Menciono con una cara de asco. -Está bien bebe el jugo o tomas esa agua. Ya que no te gustaron yo te los voy a preparar y te los vas a comer. -Así, si por que ya se como los haces.
El Teniente reía pregunto. - Una pregunta ¿aquí quien es el General? -Creo que es ella contesto Sesshomaru con risa, Teniente ¿quiere más café?
-Me miro luego su tasa bacía su expresión parecía que dudaba. -Sí, por favor coloco la taza en la charola, Sesshomaru reía por lo bajo pero se convirtió en tos.
- ¿Sra. Desea algo? Una de las dos chicas pregunto. -Si volveré hacer esto y quiero que vean, tenía mucha grasa y tenía mucha sal a él no le gusta así normalmente él le pone a su gusto. -Lo sentimos Sra. No sabíamos. -No les dijo Liliana. -No Sra. -Bien de eso me encargo yo. Prepara una taza más de café. Para el Teniente.
-Sra. yo lo hago usted se puede quemar. -No yo lo haré para que vean deben de entender que el General es exigente. Además no tengo miedo al calor de una estufa, a ¿caso se imaginaban que era como otras que solo mandan hacer sin saber como lo hacen? Pues les cuento que no.
Dije mientras ellas anonadadas veían como lo preparaba, mientras se cocinaba repetí las indicaciones que Liliana no les menciono nada. Una de ellas me mostro el frasco con los clavos, de especie. -Sra. Para qué sirve eso.
-Esto se coloca una muy ligera capa en las orillas de la alacena es un repelente por ahí no sirve pero dentro de 10 día lo podrán usar guárdenlo yo vendré a enseñárselo solo recuérdenmelo. Cuando vi había otra charola con el café, y tres platos de fruta, tome un pequeño plato y di a comer un poco de lo que había preparado.
-Pruébenlo y así es como lo come el General
De pronto ingreso a la cocina la chica que intento prender la chimenea vi a las tres detenidamente. - ¿Cómo se llaman? -Momiji. - Izayoi. -René - ¿Y las otras chicas que no se ha presentado? - Botten. -Luego hablaremos. -Sra. Permítame yo lo llevo dijo la chica llamada René.
Encogí los hombros al momento que me aleje dándole espacio. Una vez afuera de la recamara toque y abrí la puerta y recibí de René la charola. Esta vez la deje en una mesita entregue primero al teniente su Café. -Teniente ¿desea un poco de fruta? -Si claro. El se acerco y tomo el plato lleve enseguida deje la deje la charola y a Sesshomaru.
- Los dejo. -No, a donde intervino Sesshomaru. -No quiero molestar en su plática. -No es necesario Sra. El Teniente dijo. -No ven siéntate a mi lado, los dos aun me seguían viendo con esa mirada.
-Estamos platicando que al convento donde estabas seguiré enviando dinero, Aome él es mi gran amigo de la infancia él sabe todo de ti. -Lo mire asustada. -Ah... no entiendo por eso me miran los dos así. -Rieron - Sra. Yo llegue a jugar con usted.
Lo mire detenidamente y note que su mirada no cambiaba, me arrodille en la cama la noticia que temblaran las rodillas de pronto lo reconocí sorprendida me fui para atrás pegándome la cabeza solté la risa. Abrí los ojos y Sesshomaru se levanto estaba a mi derecha y el Teniente a mi izquierda me levantaron mientras seguía riendo, cuando calme la risa dije.
-Tú eres el pequeño Miroku, ya entendí porque esas miradas. -Si soy ese. -Recuerdo que de pequeños la hacíamos llorar con esa mirada. -Sí digo que sigue teniendo el mismo efecto. Comente.
-Sí, nos dimos cuenta además de que te fuiste de espalda se te olvido eso. Sesshomaru apunto el plato de frutas. Después mire el plato de Miroku estaba vacío, sentí que mis ojo ardían y poco a poco se llenaron de lagrimas las enjuague y pude ver que él había terminado y entre los dos comían la fruta que era para mí. -Ustedes dos nunca sacian su hambre, quiere más fruta la iré a pedir. -No, así está bien.
Bostece tome la charola el deje en la mesa. Al sentarme junto Sesshomaru, el rompió el silencio. - Antes los tres teníamos sueños. -Sí, lo recuerdo. Respondí triste. -Miroku ¿cuál era el tuyo? Sesshomaru pregunto. -Ja ja yo quería ser Dr., de perros arquitecto payaso o un misionero. -El rio. - Yo, quería ser Chef como mi padre lo era recuerdo que los dueños de los mejores restaurantes lo buscaban.
- Si, si lo recuerdo. - Otro sueño que querías ser, un niño siempre sueña. -Miroku noto que no quería hablar.
- ¿Miroku tiene razón no solo eso fue?
-Ahí... era yo quería ir a la universidad para volverme escritora. Pero ya ven, ese sueño no lo disfrute. Los dos se miraron en silencio. Miroku intento ocultar si bostezó.
- Es verdad, no ha dormido. -Sí, en el auto pero estoy bien, sabes te admiro por todo lo que has pasado -Intente sonreír. - Una pregunta ¿Dónde vivirás?
-No, se preocupe yo me quedare en uno de los cuartos de los cabos allá afuera.
Mire a Sesshomaru seria.
- ¿No vas a permitir que se quede en esos cuartuchos o sí? Es de la familia. Sonriente contesto.
-Ya hablaste.
-En un minuto regreso. Pediré que traigan sus cosas, en una de las habitaciones. -No, es necesario. -Ya dije.
-Págame. Sesshomaru extendió su mano, los mire y vi que saco su cartera.
-JA JA apostamos yo a que no lo dejarías. Salí de la habitación y fui en busca de la primera de las chicas allí encontrando a la chica que no se presentaba, estaba sentada en la silla afuera. - ¿Tú qué haces? -Buenos días Sra. La dama de Llaves me dijo que esperara por si algo se necesitara. -Bien Dime tu nombre y edad. -Botan y tengo 17
-Lleva esto a la cocina y diles que preparen para la comida verduras y un caldo de pollo y a ti que te ayude traer las cosas del Teniente Miroku y las acomodas en la habitación que encuentres abierta. Sí, Sra. Posiblemente le agrade la habitación que está pasando de las escaleras hay una muy similar a la de ustedes y tendrán privacidad.
-Perfecto, si la habitación esta fría prendan la chimenea.
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