Capítulo 1
En cuanto aterrizó en el aeropuerto, el chofer de su padre lo llevó hasta su casa.
—Bienvenido, hijo.
—Hola padre.
—Mi amor, ¿cómo estás? —lo saluda su madre con un beso y un abrazo.
—Estoy bien, mamá y tú?
—Bien amor. ¿Jennie no vino contigo?
—No puede aún. Renunció a su empleo, pero trabajará hasta fin de mes y luego vendrá.
—¿Quieres descansar antes de salir con tu padre? Te preparé una habitación.
—Gracias mamá, pero alquilé un apartamento.
—Deberías comprar un apartamento, ya que te quedarás aquí al menos dos años.
—Sí, tal vez lo haga —le responde a su padre.
Jungkook y su padre van a hacer un recorrido por los negocios de la familia. Una cadena de clubes nocturnos repartidos por todo el país y en esa ciudad hay tres de ellos. El más lujoso será manejado por Jungkook, el hijo mayor de los Jeon, pues su padre viajará al otro extremo del país para encargarse de otros negocios.
Al llegar al club nocturno "Euforia", Jeon es presentado a los empleados como el nuevo gerente.
—En la tarde haremos pruebas para contratar a nuevos bailarines, debería venir —le comenta el coreógrafo.
—No creo ser un aporte para esa actividad, pero vendré a observar.
—De acuerdo.
—Ven hijo, te mostraré la oficina que ahora será tuya.
Ambos entran a la oficina y se encierran durante varias horas.
Más tarde, al salir, su padre le recuerda que asista a las pruebas para contratar a los nuevos bailarines.
—¿Cuántas personas contrataremos?
—Solo dos por ahora, una mujer y un hombre.
—Entiendo.
Jungkook se sienta junto a su padre en un sofá que se encuentra al fondo del salón, lejos del escenario, y observa atento las audiciones de los postulantes. Cada uno de ellos se presenta y luego realiza un baile. El coreógrafo del lugar, Hoseok, es quien decidirá a quienes contratar.
Al principio, Jungkook muestra algo de interés en las presentaciones, pero pronto comienza a aburrirse. El baile no es lo suyo.
—Debo ir a terminar algunos asuntos pendientes, mi vuelo sale mañana a primera hora. Nos vemos en casa por la noche —le avisa su padre al ponerse de pie.
—Me voy contigo.
—Deberías quedarte, las nuevas contrataciones son importantes para el negocio. Y así de poco te irás introduciendo en todos los procesos del club.
—Está bien, lo haré. Nos vemos en la noche, entonces.
Ya van unos treinta minutos de audiciones y muchos bailes de hombres y mujeres han pasado por el escenario. Hasta ahora ninguno ha sido particularmente sobresaliente.
—Vamos a dejar las audiciones hasta aquí. Gracias por haber venido —vocifera el coreógrafo del lugar.
—¡Por favor déjeme subir! ¡Por favor! —grita un delgado joven de cabellos rubios que acaba de entrar al club.
—Ya terminamos con las audiciones, lo siento.
—Deme cinco minutos, por favor.
—Debiste haber venido más temprano —le dice Hoseok, el coreógrafo.
—No pude venir antes.
—Eso es un mal presagio, ¿no crees?
—¿Ah?
—Si llegas tarde a la audición, es probable que llegues tarde al trabajo también.
—No, yo tuve un problema...
—Lo siento chico, pero no —le reitera en coreógrafo.
El chico baja la cabeza y se va.
Esa tarde, el club Euforia contrata a dos bailarines.
Por la noche, en casa de los Jeon, Jungkook y su familia se reúnen para cenar y también para despedirse. Más tarde, Jungkook se instala en el apartamento que rentó.
Al día siguiente, Jungkook llega muy temprano para ver si en peña sus nuevas funciones como gerente del club, pero alguien lo detiene en la entrada.
—Hola, ¿tú trabajas aquí?
—Sí. Um, tú eres...
—Yo vine ayer a audicionar, pero no pude hacerlo.
—Porque llegaste tarde.
—Sí, llegué tarde. Tuve un problema y no conseguí llegar a tiempo.
—Ya contratamos a los bailarines que necesitamos.
—¿Verdad?
—Así es.
—Pero no creo que sean tan buenos como yo —le dice el joven.
—Bueno, eso nunca lo sabremos porque no te vimos bailar.
—Podrían verme ahora.
—No lo creo, como te dije antes, ya contratamos a los bailarines que necesitamos.
—¿Puedo hablar con el jefe de aquí?
—Yo soy el jefe.
—¡¿Tú?! Digo, ¿usted?
Jungkook se ríe.
—Por favor deme una oportunidad, realmente necesito el trabajo. Si tú, digo, usted es el jefe, puede tomar esa decisión sin preguntarle a nadie, ¿cierto?
—Yo...
—O dígame con quién debo hablar.
—Claro que yo tomo las decisiones, pero no tengo tiempo para verte bailar ahora.
Jimin aprieta sus labios y suspira.
—¿Otra vez tú? —dice Hoseok al bajarse de su auto.
—Viene a audicionar —le dice Jungkook burlándose del chico.
—¿Saben qué? Olvídenlo —Jimin se gira y comienza a caminar para que sala calle.
—¡Espera! —le grita Jungkook.
Entonces, se gira nuevamente hacia Jungkook.
—Si quieres bailar, baila.
—¿Qué?
—Entra y baila. Nosotros te observaremos.
—Pero... —Interrumpe Hoseok.
—¿En serio? —pregunta nuevamente el chico.
—Entremos —les dice Jungkook a ambos.
Entonces el bailarín entra casi corriendo y se prepara para su presentación.
—Disculpe, pero ya contratamos a los bailarines —le susurra Hoseok.
—Lo sé, solo deja que el chico baile o lo tendremos todos los días aquí.
Minutos después, Jungkook y Hoseok, se sientan al frente del escenario para ver bailar al insistente chico.
—¿Cómo te llamas? —pregunta el coreógrafo.
—Me llamo Jimin.
—Puedes comenzar Jimin —le dice Hoseok.
—Traje mi música.
—Colócala entonces.
—De acuerdo.
Jimin por fin puede mostrar la pequeña coreografía que preparó para la audición que dura poco más de dos minutos.
—¡Bailas muy bien! —le dice Hoseok.
—Gracias.
—¿Qué opina Jungkook? —le pregunta el coreógrafo.
—¿Ah? Sí, estuvo bien.
—Solo bien —le pregunté chico levantando las cejas.
—Muy bien, de hecho.
—Es una lástima que ya hayamos contratado a las personas que necesitamos —acota Hoseok.
—Tal vez podamos contratar a un tercer bailarín.
—No podemos Jungkook, ya completamos todos los turnos.
Jimin mira atentamente a Jungkook, esperando que él finalmente lo contrate.
—Hace un rato me dijo que usted es quien toma las decisiones aquí—le dice Jimin alzando nuevamente sus cejas.
—Mi opinión también importa —dice Hoseok.
—No quise decir eso.
—Sí, Hoseok, tu opinión es importante, pero la última palabra siempre la tendré yo.
Jimin queda perplejo ante los dichos de Jeon Jungkook, quien desde ya está adoptando su rol de jefe ante Hoseok. Aunque, por otro lado, traga saliva ante el incómodo momento, no obstante, se siente seguro con el respaldo de ¿su nuevo jefe?
—¿Entonces lo contratará? —pregunta Hoseok.
—Sí. Lo contrataremos.
—Gracias, Sr. Jungkook —le dice Jimin.
—Empiezas hoy a las 5 y por favor, llega a tiempo —le pide Hoseok.
—Sí, aquí estaré. Muchas gracias a usted también.
—¿Eres mayor de edad? —le pregunta Jungkook.
—Por supuesto estoy mayor edad, ¿Acaso me veo más joven?
—Sí, te ves como un adolescente.
—Tengo 19.
—Adiós Jimin, nos vemos más tarde —se despide Hoseok y se pone de pie.
Entonces Jimin toma sus cosas y se retira del lugar con una enorme sonrisa.
Esa noche, la más reciente contratación del club Euforia, llega a tiempo y entra al vestidor en donde se encuentra con los demás bailarines que lo observan como un bicho raro.
—¿Eres nuevo también?
—Sí, me contrató el Sr. Jungkook.
—Pensé que ya no quedaban vacantes.
—No quedaban, pero él hizo una excepción conmigo.
—¿Audicionaste? —le pregunta otro bailarín.
—Sí, audicioné hoy en la mañana.
—Oye chico y estás seguro de que puedes hacer este trabajo.
—Claro, ¿por qué no podría?
—¿Tienes experiencia?
—Solamente bailé en el colegio.
Todos ríen.
—¿Y experiencia haciendo lo otro?
—¿Lo otro? —pregunta Jimin.
—No lo sabes, ¿verdad?
—¿Saber qué?
—Que deberás intimar con los clientes.
—¿Qué? ¿Intimar con los clientes?
—O con las clientas, depende de lo que te guste.
—Yo no, yo no sabía. Nadie me dijo nada.
—Si no quieres hacerlo, aún estás a tiempo para renunciar.
Jimin sale del vestidor y busca a Hoseok.
—¿Dónde está el Sr. Jungkook? —le pregunta al encontrarlo en el pasillo.
—¿Qué necesitas, Jimin?
—Necesito hablar con él.
—Él aún no ha llegado.
—¡Mierda!
—Mejor ve a cambiarte, ya vamos a abrir.
Jungkook
Jimin
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