Capítulo 9
Richard despertó al sentir unos cálidos labios besar su mejilla. Sonrió aún con los ojos cerrados.
Richard: Creo que nunca me cansaré de esto...
Amelia: Me alegra, porque yo siempre pienso besarte cada día de mi vida.
Richard: No suena tan mal...
Amelia: Claro, a menos que encuentres a otra chica que te llame la atención.
Richard abrió los ojos y observó a una de chica de pelo corto castaño, ojos negros y con una gran sonrisa que estaba acariciando el pelo de Richard. Simplemente llevaba un largo camisón para dormir, por lo que tenía sus piernas al descubierto.
Richard: Creo que no planeaba pasar mi vida con alguien más.
Amelia colocó su mano en la mejilla de Richard.
Amelia: Solo tú y yo, hasta el fin de los tiempos.
Richard: Bueno, estaría Azahar. Pero siempre podremos fingir como si no estuviera.
La chica comenzó a reír. Richard podría pasar toda la eternidad escuchando aquella risa.
Azahar: (dentro de la mente de Richard) ¿Si sabes que estoy aquí?
Richard: (pensando) Dame algo de privacidad, pesado...
Amelia dejo de reír y sonrió.
Amelia: Ay Richard, eres de las pocas personas que sabe hacerme reir.
Richard: Bueno, las personas siempre dicen que soy alguien especial, supongo que lo dirán por alguna razón, ¿o no?
Amelia: Que no se te suba a la cabeza, sabes que no actuó igual contigo cuando estamos solos.
Richard: Precisamente por eso, estos momentos lo son todo para mí.
La chica se inclinó y lo besó en los labios. El sabor de su boca era uno de los mayores placeres que Richard tenía en su vida. Dios, solo Amelia sabía como hacerse apreciar. Mientras se besaban, Amelia acarició el pecho desnudo de Richard. Ella se separó de Richard por unos instantes para verlo a los ojos.
Amelia: Nunca creí que amaría a alguien tan fuerte en mi vida, hasta que te conocí, y convertiste mi vida en un cielo.
Richard: Amelia, tu eres un ángel. Tu ya pertenecías al cielo antes de conocerme, tan solo me llevaste contigo. Y no me arrepiento de ello.
Amelia: Realmente no hubiera podido pasar más tiempo sin tenerte conmigo.
Richard: Y yo siempre te ofreceré mi corazón cada segundo que esté contigo.
Richard se fijó en el cielo a través de la ventana.
Richard: ¿Qué hora es exactamente?
Amelia: Ni la menor idea, pero solo quería volver charlar con mi chico precioso.
Richard: Pues no me quejo de ser despertado por mi chica hermosa.
Amelia: (alzando una ceja) No soy tu chica, Lancaster.
Richard: En efecto, porque tú no eres propiedad de nadie.
Richard y Amelia volvieron a besarse en los labios de forma apasionado. Tan solo los primeros rayos del sol entraban por la ventana mientras la aeronave viajaba a través de las nubes.
Richard: Realmente quiero pasar el resto de mi vida contigo...
Amelia: Y lo harás, mi amor, yo siempre estaré a tu lado, por siempre...
Amelia se tapó la boca debido a un bostezo. Usó el pecho de Richard a modo de almohada.
Amelia: La verdad es que me encuentro algo cansada, puede que me duerma un rato más.
Richard: (pasando una mano por su pelo) ¿Solo me despertaste para volverte a dormir?
Amelia: Tu también puedes dormirte, al fin de cuenta nos veremos de nuevo al despertar. Y siempre estás presente cuando sueño.
Richard sonrió con ternura.
Richard: Supongo que eso es algo que tenemos en común...
Amelia: Te amo, Richard...
Richard: Yo también te amo, Amelia...
Él acarició el pelo de Amelia hasta que se quedó dormida nuevamente. Richard se volvió a sentir cansado y tras darle un beso en la cabeza a la chica, él también se quedó dormido. Amelia era la chica de sus sueños, realmente deseaba que aquel momento no terminara, que durara toda la vida...
...
En la posada, Richard desplegó el mapa de Imperio del Sol en la mesa. Para ser desiertos tan extensos, había muchos lugares marcados en el mapa(1).
(1. Se que muchos se burlarán del mapa que hice. Pero es que soy un mal dibujante, por lo que hice lo posible para que se pudiera ver el territorio de Imperio del Sol. Si saben de alguien al que le pudiera pedir un mapa en condiciones, lo agradecería mucho. Solo para aclarar, las líneas rojas son rutas de tren, y los puntos rojos son estaciones).
Richard: ¿Segura que no sabes exactamente el lugar?
Elena: (bajando la mirada) Lo lamento, no soy capaz de recordar el nombre del lugar.
Aisha: ¿Algún detalle del que puedas acordarte?
Elena hizo memoria, realmente su mente se había fragmentado por las múltiples cosas que le habían sucedido. Aunque tras excavar un poco en su cabeza, logró dar con una posible pista.
Elena: Ellos habían dicho algo de un lugar donde había cascadas...
Richard: (viendo el mapa) De acuerdo...
Tras examinarlo por unos momentos, Richard señaló un punto en el mapa.
Richard: Pues el lugar más cercano a donde te pudieron haber encontrado son las Cataratas Terreas.
Elena: ¡Es allí! Lo acabo de recordar, el lugar al que se referían eran las Cascadas Terreas.
Richard: Excelente. Entonces será mejor ponernos en camino a Redspot.
Elena: ¿Redspot?
Richard: Si fueramos directamente a las Cascadas Terreas desde aquí tardaríamos una eternidad, sin mencionar el hecho que los que tienen a tu hermana estarán en constante movimiento para llegar allá. Si vamos a Redspot podremos tomar un tren a Jacketown y de allí la distancia al lugar es muy corta. Por no decir que inclusive llegaríamos antes que esos mercenarios.
Elena: A Redspot pues.
Richard se puso de pie.
Richard: De acuerdo, será mejor irnos preparando para iniciar esta travesía.
Profesor Hudson: Richard, ¿puedes ir por mis bitácoras de viaje? Necesito recordar cierta información sobre el lugar.
Richard: Por supuesto profesor, voy con Aether para buscarlas entre las cosas.
Mientras Richard se retiraba, Elena sentía una gran alegría en su interior ante el hecho de que podría ser capaz de rescatar a Celia.
Aisha: ¿Lista para ver a tu hermana de nuevo, Elena?
Elena: Sin dudas, muero por salvarla de las garras de ese maldito Gilal.
Richard frenó de golpe. Ese nombre, hace una eternidad que no había vuelto a escucharlo.
Richard: (girando a ver a Elena) ¿Dijiste Gilal?
Elena: (confundida) Sí... Sus matones llegaron a referirse a él de ese modo.
Richard: El nombre del que tiene a tu hermana... ¿No será Arthur James?
Algo en la cabeza de Elena hizo click, aquel nombre fue escuchado por los oídos de Elena en el pasado. De la boca de un pobre hombre a un lado de ella, un hombre cuya cabeza explotó por un arma de fuego y cuya sangre salpicó el rostro y ropa de Elena para horror de esta. Apretó las manos.
Elena: Sí, ese era su nombre...
Ella se fijó en el rostro de Richard. Era la primera vez que lo veía adolorido, sin seguridad en sí mismo, sin aquella sonrisa que siempre estaba en su rostro...
Richard: Imposible.
Elena: ¿Richard?...
Richard: (serio) Arthur James está muerto. Yo estuve presente cuando él murió.
Elena: Pues no lo está... él tiene a mi hermana...
Hubo un momento de silencio muy incómodo, Elena no comprendía qué sucedía. Richard cruzó los brazos.
Richard: (hablando consigo mismo) Así que el Gilal está vivo...
Richard se dio la vuelta y se alejó despacio.
Elena: Richard...
Richard: (sin voltearse) Necesito un momento a solas...
Richard salió por la puerta. Elena simplemente no comprendía qué había sucedido.
Elena: ¿Qué pasó?
Aisha: Yo... no lo sé. Es la primera vez que veo al maestro Lancaster de esta forma.
Profesor Hudson: No me extraña, tú nunca llegaste a vivir ese momento con nosotros...
Ambas voltearon a ver al profesor Hudson. Se veía triste, parecía que el asunto también le era doloroso.
Elena: ¿Profesor?
Profesor Hudson: Yo también pensé que nunca volvería a escuchar de ese nombre en mi vida, pero parece que el destino tenía otros planes.
Elena: No entiendo...
Profesor Hudson: Arthur James causó un antes y un después en la vida de Richard y en la mía.
Aisha: ¿Tan dolorosa fue la marca de ese hombre en ustedes?
Profesor Hudson: Ese hombre mató a mi hija...
Elena se llevó la mano a la boca.
Aisha: (sorprendida) ¡¿Qué?!
Profesor Hudson: Sí, mi hija. Amelia Hudson, la mujer que Richard más amaba en este mundo...
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top