Capítulo 7: Castigadas
(Mientras escribía este capítulo tenía de fondo una canción que se llama Troublemaker de Olly Murs, suelo escribir con música porque me ayuda a ponerme en situación, si os gusta la idea, podría poner en cada capítulo la canción que he usado)
Narra April:
Nos reunimos en las escaleras junto al Gran Comedor e hice las presentaciones pertinentes, mis amigas miraban sonrientes a Neville, cuyas mejillas se habían enrojecido ligeramente.
-Umbridge bajará pronto a cenar- comencé diciendo-, cuando aparezca pondremos en marcha el plan.
Neville asintió y se aseguró de que nadie miraba mientras se cubría con la capa de invisibilidad.
-Ya viene- nos avisó Ali desde las escaleras.
Hannah y Bonnie se encontraban apoyadas en la pared junto a las puertas del Gran Comedor. Me aseguré de que Umbridge pudiera vernos mientras caminaba hacia ellas, al pasar frente a Hannah, ella estiró ligeramente sus piernas, haciéndome tropezar.
-¡¿Qué diantres te pasa?!- pregunté molesta mientras me giraba para encararlas.
-Eh, cálmate sangre sucia- respondió Bonnie sacudiendo su largo cabello rubio con aires de superioridad.
-Cállate y no te metas rubita- dije empujándola.
-No le hables así- masculló Hannah apuntándome con su varita.
-¡Expelliarmus!- exclamé sacando con rapidez mi varita y haciendo que la de Bonnie saliera volando.
Hannah lanzó sobre mí un hechizo que hizo que mi pelo se volviera morado.
-¡Basta!- exclamó Umbridge-. Las tres- dijo señalándonos-, a mi despacho.
En cuanto se dio la vuelta para guiarnos, las chicas y yo intercambiamos una mirada de complicidad y una pequeña sonrisa.
Al llegar, me aseguré de entrar la última y dejar la puerta abierta el tiempo justo para que Neville entrara tras nosotras, pero sin que Umbridge se percatara. Su despacho era rosa al completo y, desde los platos colgados en la pared, decenas de gatitos nos observaban.
Traté de centrarme en lo que la directora decía y no prestar atención a mi mochila, que se encontraba en el suelo junto a su silla.
-Es la segunda vez que le llamo la atención en un día, señorita Williams- me reprendió.
En ese momento vi como mi bolsa se abría, Neville debía darse prisa.
-No debería castigarlas a ellas- dije rápidamente, tratando de atraer la atención de Umbridge-, empecé yo.
-Me da igual quien empezase- contestó cortante-. Vosotras dos- añadió señalando a mis amigas-, estaréis castigadas una semana. Y tú, por impertinente, dos.
Con un rápido vistazo, comprobé que mi mochila estuviera cerrada de nuevo.
-Está bien, no lo volveremos a hacer ¿podemos marcharnos ya?- pregunté poniéndome en pie con rapidez, estaba realmente nerviosa, si nos pillaban si que estaríamos en un lío.
Umbridge frunció el ceño y me miró con reprobación, pero asintió.
Salimos de su despacho y nos metimos en el primer aula vacía que encontramos, donde Alison nos esperaba expectante.
-¿Cómo ha ido?- preguntó.
-Genial- respondió Neville sonriente saliendo de la capa.
-Siento que tengáis que estar castigadas una semana por mi culpa- me disculpé tras abrazarlas con fuerza.
-No pasa nada, una semana se pasa volando- dijo Bonnie haciendo un gesto de despreocupación.
-Además, somos tus amigas- añadió Hannah.
-Oye, ¿cuándo volverá mi pelo a su color normal?
-No lo sé, la verdad, es la primera vez que uso este hechizo- respondió con una pícara sonrisa-. Pero seguro que Madam Pomfrey puede hacer algo.
-Bueno, ¿bajamos a cenar?- preguntó Ali-. Me muero de hambre.
-Id vosotras, antes debo hacer algo.
-Vale, pero no te metas en más líos- me advirtió Hannah guiñándome un ojo.
-Encantada de conocerte, Neville- se despidió Bonnie desde la puerta.
-Tienes mucha suerte de tenerlas- dijo él cuando se hubieron marchado, acercándose a mí y abrazándome por la cintura-. Aunque no tanta como yo de tenerte a ti.
Neville era tan tierno a veces, que hacía que me temblasen las piernas con aquella clase de comentarios. Me puse de puntillas y rompí la distancia que nos separaba. Poco después me separé con suavidad de él.
-Debo darle el espejo a Snape, no quiero tenerlo ni un minuto más en mis manos y, si no me doy prisa, me voy a quedar sin cenar.
-Nos vemos luego- dijo dándome un último beso.
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