Capítulo 7
– Mamá, hice algo realmente tonto. – dijo Izuku apenas atravesó la puerta. Al ver su expresión triste y derrotada, Inko inmediatamente se sintió preocupado.
– Oh, cariño, ¿qué sucede? – preguntó amablemente.
– Le dije a Melissa que la amo. – dijo Izuku.
– ¿Qué? – dijo Inko cautelosamente. Su preocupación se evaporó en un instante, y tuvo que esforzarse por no dejar escapar una risa divertida.
– Pensé que volvería a I-Island. – dijo Izuku rápidamente. – Y que ya no la volvería a ver. Así que le dije que la amaba. ¡Y peor todavía, me puse a murmurar todas las razones!
Izuku dejó salir un chillido mortificado, y se dejó caer en el sofá.
– ¿Y qué te dijo? – Inko se sentó en el otro lado.
– Me dijo que volverá en dos semanas, y que se quedará a vivir aquí para asistir a la UA. – dijo Izuku. – Y también, que usará ese tiempo para pensar en lo que le dije. Pero luego me besó. Fue en la mejilla, pero aun así.
Los ojos de Inko se ensancharon ligeramente, y no pudo evitar sonreír.
– ¿Qué hago? – preguntó Izuku. – Quiero decir, no debería hacer nada, ¿verdad? No quiero presionarla o tratar de influenciarla. No más de lo que ya lo hice.
– Deberías pensar en lo que tú quieres, y en lo que harás dependiendo de la respuesta de Melissa. – le dijo Inko. – Si ella te dice que no está interesada, ¿estarás bien con eso? ¿Querrás seguir siendo su amigo?
Inko dudaba que eso sucediera, basándose en la interacción que había visto entre su hijo y la chica norteamericana. Pero si Melissa rechazaba a Izuku, Inko tendría algunas palabras para la rubia por darle falsas esperanzas a su hijo.
– O si Melissa dice que siente lo mismo, ¿cómo cambiará eso su relación? – continuó Inko. – ¿Qué es lo que buscas, y qué harás por ella, si Melissa quiere ser tu novia?
Izuku frunció el cejo.
– Tienes razón en que no deberías presionarla. – dijo Inko. – Pero eso no significa que debas quedarte en silencio y no hacer nada. Ella ciertamente merece tiempo, y el derecho de tomar su propia decisión. Pero eso no significa que debería dejarte colgando para siempre, o que no puedas cambiar de opinión. Y mientras tanto, deberías actuar normal. Igual que como estaban antes de esto.
Izuku asintió, y dijo suavemente: – Pero no voy a cambiar de opinión.
– No esperaría que lo hicieras. – dijo Inko, habiéndose anticipado.
...
Luego de su entrenamiento matutino en Dagobah, Izuku se dio una ducha en el vestidor del Centro de Mando, y se cambió a sus ropas de calle. Toshinori regresó de su patrulla matutina (dos robos y un gran danés que se subió a un árbol, de alguna manera), y los dos se fueron en auto al aeropuerto.
Melissa llegó para encontrarse con ellos. Esta vez no sólo trajo su mochila, la cual Izuku se dio cuenta que no se había llenado a toda su capacidad cuando la trajo aquí el día seis. Ahora la mochila estaba a punto de reventar, y además venía arrastrando un par de maletas con ruedas grandes y pesadas tras de sí.
La chica le dio a su tío un abrazo rápido, y luego se giró hacia Izuku. Al principio parecía que también iba abrazar al chico, pero de pronto se detuvo. Dudó por un momento, y finalmente extendió su mano, e Izuku la aceptó dándole un apretón.
Ambos adolescentes se sonrojaron, y Yagi frunció el cejo.
Levantaron su equipaje y lo metieron en la cajuela, y ataron su mochila en el techo. En el tiempo que había pasado con Izuku antes, había ajustado sus sensores para evitar que reaccionaran a Izuku o al Echo Morfer.
Se metieron en fila al auto, y All Might condujo entre el tráfico.
– Entonces, ¿cómo está Dave? – preguntó Toshinori. Sintió que sería el tópico más seguro para hablar de momento.
– Está... bueno, tan bien como podría esperarse. – se rio Melissa. – Me ayudó a empacar, incluso mientras intentaba convencerme de quedarme. Y preguntó cómo te está yendo, tío Toshi. ¿Por qué no le has contado que tu herida ya está curada?
– Porque no estoy seguro de lo que le voy a decir. – Yagi se encogió de hombros. – Dave no cree en la magia, menos de lo que tú lo hacías antes de conocer al clan Dai.
Melissa asintió.
– Él cree que los Rangers fueron reales, pero no tan fuerte o minuciosamente como nosotros, antes de que tuviéramos pruebas. Cree en ellos, pero no es un verdadero creyente. Así que ¿cómo se supone que le explique que la bruja espacial Rita me quitó una maldición que impedía que mis heridas sanaran, y luego las sanó por completo? Se le haría muy difícil de asimilar. Si se lo cuento, Dave exigirá saber cómo me recuperé, ¿y se supone que debería mentirle? Si le digo que fue un nuevo Quirk o máquina, Dave querría ponerlo a prueba.
– Sí que lo haría. – Melissa asintió.
– Le he dicho que me siento mejor. – dijo Toshinori. – Y seguro lo habrá visto en las videollamadas, probablemente por eso te preguntó. Pero no pienso decirle que estoy curado hasta que esté seguro de que creerá la verdad, o pueda encontrar una versión de eventos que sea honesta pero que despiste, y que Dave pueda aceptarla. Si te conviertes en una Ranger y eliges compartirlo con él, tal vez sea una opción factible.
Melissa sacudió su cabeza. Y así lo hizo Izuku. Sus ojos se encontraron, y luego desviaron la mirada.
...
– ¿Dave les dijo algo a ti o a Izuku? – preguntó All Might cuando él y Melissa estaban solos, luego que Izuku se fue por esa noche. El muchacho le había ayudado ayudando a cargar y desempacar sus maletas un poco.
– Papá no habló con Izuku. – murmuró Melissa. – Al menos no es que ninguno de los dos me haya dicho nada. Y como dije, trató de disuadirme de venir aquí un par de veces. ¿Por qué?
El héroe resopló burlonamente y sacudió su cabeza.
– Los dos estaban tan incómodos hoy estando cerca uno de la otra que resultaba doloroso. Divertido, pero doloroso. Pensé que Dave podría haberle "pedido" a Izuku que se alejara de ti. Sería eso, o que ustedes dos tuvieron algún tipo de encuentro.
Notó que la chica dio un respingo ante su declaración final.
– ¿Melissa? – inquirió enfáticamente.
– Yo... – empezó a hablar pero luego dudó, no queriendo avergonzar a Izuku. Luego dijo con voz suave: – Tío Toshi, Izuku gusta de mí.
– Y el sol es caliente y el océano está lleno de agua. – dijo Toshinori. No había sarcasmo en su tono, era una simple declaración de los hechos.
– Y él también me gusta. – dijo ella. – Pero yo le gusto desde hace mucho más tiempo y probablemente más. Y no estoy segura si deberíamos estar juntos, ya que somos amigos y trabajaremos juntos, e Izuku será un héroe profesional un día, y puede que yo también lo sea. Y de todas maneras lo estaré apoyando. Y además...
– Melissa. – All Might levantó una mano y asumió su tono de héroe. – ¿Alguna de esas cosas realmente importa? ¿Cuánta gente se junta en la escuela o en la oficina? ¿O acaso esos argumentos son sólo una excusa porque estás nerviosa?
– Yo... no lo sé. – dijo ella.
– No soy del tipo de persona que da consejos sobre romance. – añadió Toshinori. – No he tenido ninguna relación a largo plazo desde que regresé a Japón. Pero en mi experiencia, de lo que he visto y escuchado, es realmente muy raro encontrar a alguien que te guste. Y más raro todavía que a esa persona también le gustes. Tómalo como quieras, después de todo, no todas las relaciones de "me gustas" florecen para convertirse en amor, pero lo hacen, y la relación dura... es increíble.
Había un deje de arrepentimiento en su voz.
– Así que ¿crees que debería decirle a Izuku que sí? – dijo Melissa.
– No. – dijo All Might. – Mi consejo es que deberías ver a esa gente que te rodea. Ver lo que los hace felices. Piensa en lo que te haría feliz a ti, y decide qué harás.
Hizo una pausa y luego agregó: – Y tal vez deberías hablar con Izuku. No estoy seguro de qué se habrán dicho ustedes dos, así que tal vez ayude hablar de nuevo, o más, en persona.
Melissa decidió tomar eso en consideración.
...
La última semana completa de agosto pareció moverse demasiado rápido, y el inminente regreso a clases de los adolescentes pesaba sobre ellos. Pero el héroe, el Ranger (en entrenamiento) y la genio en entrenamiento volvieron a su patrón anterior. Izuku y Melissa se relajaron, pero seguían dudosos de tocarse o mirarse demasiado uno a la otra.
Hasta el viernes, el día 25. Las clases se reanudarían el lunes. Y mientras los chicos hacían su entrenamiento de limpieza y practicaban karate (el judo estaba fuera de la mesa por el momento), All Might pasó la mayor parte del día luchando contra un par de villanos gemelos con Quirks complementarios. Les ganó, pero estaba exhausto para cuando volvió al Centro de Mando.
– Hey Izuku. – dijo Melissa sin titubear. – ¿Deberíamos ir a cenar por nuestra cuenta? ¿Dejar que el tío Toshi tenga algo de tiempo a solas?
– Lo apreciaría mucho. – gruñó el héroe.
– Seguro. – Izuku estuvo de acuerdo.
Izuku descargó a Tommy, y los adolescentes abandonaron el edificio Yagi. El chico peliverde se metió las manos en los bolsillos, para no sentirse tentado. Melissa notó dicha acción, y se detuvo para mirarlo.
– ¿Esto es una cita? – preguntó ella, con un ligero temblor en su voz.
– Si quieres que lo sea. – dijo Izuku suavemente. – De lo contrario, será sólo una salida como amigos, igual que antes.
– Muy bien. – ella parecía aliviada. – Entonces, no es una cita.
– Ok. – Izuku estuvo de acuerdo, relajándose también.
Melissa se puso al lado de él, y ambos comenzaron a caminar de nuevo.
– Tal vez la próxima. – murmuró tan quedamente que ni siquiera el oído potenciado del Ranger pudiera oírla.
...
– ¿Qué es esto? – Melissa miraba sombríamente la pantalla.
Luego de la cena, Izuku la llevó a un café con teatro privado. Una versión mayor de los viejos cafés de manga, sólo que en lugar de prestar libros o discos de video, los pequeños cuartos tenían enormes pantallas de televisión, ratones de movimiento, y servicios de streaming tanto para libros como videos. Esta no era la fuente de la confusión y la no tan disimulada revulsión de Melissa. Más bien, eso era por lo que había en la pantalla.
– Sé que realmente no te gustan estos shows. – dijo Izuku. – Y si estuviéramos en una cita, yo no haría esto. Pero si vas a pasar tiempo con tus amigos, y todos quieren jugar al béisbol y tú quieres jugar al básquetbol, entonces te toca jugar al béisbol. Tal vez así luego ellos querrán jugar al básquetbol la próxima vez, o elegirán jugar básquetbol porque son tus amigos. – Se rascó detrás de la nuca tímidamente y agregó: – O eso he escuchado.
»Como sea, no te gustan estos shows de los Rangers. – continuó, repitiendo su punto inicial. – Pero no creo que les hayas dado una oportunidad. El primero que viste fue "esa" serie, y a casi nadie le gusta, incluyéndome a mí. No te gusta que Bakuryuu Sentai Abaranger haya usado el metraje de las noticias de Dino Thunder, pero hasta el mismo Dr. O dice que el resultado no es tan malo. Y sé que crees que esos shows sólo se burlan o se aprovechan de Rangers, pero estás viendo algo que se hizo hace más de doscientos años con lentes de leyes y visión modernas. Lo cual no es totalmente justo. Después de todo, yo no creería que los que hicieron el show querrían arriesgarse a hacer enfurecer a los Rangers. No creo que quisieras alienar, juego de palabras intencional, al único grupo capaz de detener a un monstruo gigante de destruir tu casa o tu estudio. Además, los shows iban dirigidos hacia los niños de esa era, así que para nuestros estándares parecerán tontos y cursis, ¿verdad?
Los murmullos de Izuku se detuvieron cuando tomó un respiro, y notó que ella estaba asintiendo ligeramente.
– Creo que los shows son interesantes, como un vistazo a los pensamientos de la gente sobre los Rangers mientras estuvieron activos. Aunque fuesen una versión ficticia, son un reflejo de la realidad. Y esta serie en particular es notable. Estaba ambientada en el futuro cercano del año 2025...
Ambos adolescentes sonrieron ante la idea de que, en algún momento antes que nacieran sus abuelos, era de alguna forma "el futuro".
– Tiene lo que efectivamente habría sido un grupo de vigilantes cambiando a una organización de defensores sancionados por el gobierno. Tiene toda clase de personas, con superpoderes y apariencias variadas. Si reemplazáramos la idea de "alienígenas" con los Quirks, se parecería mucho al mundo en el que vivimos actualmente, ¿no?
– Ok. – Melissa se rindió. – Tú pagaste por la habitación, y mi papá siempre me enseñó a actuar con lógica. Así que veremos los primeros tres episodios, y yo trataré de mantener una mente abierta. Y luego yo elegiré algo para que veamos. ¿Trato hecho?
– Hecho. – Izuku extendió la mano, y lo sellaron con un apretón. Luego dirigió su mano hacia la pantalla de nuevo y "tocó" el botón de reproducción.
– SPD Emergency!
...
Terminaron viendo los primeros cinco episodios. Melissa tuvo que admitir a regañadientes que era bastante bueno.
Luego ella obligó a Izuku a ver la película live-action de 2073 hecha en Estados Unidos de Hello Kitty como venganza.
...
– Muy bien, todos vayan a sus asientos. – ordenó Maijima Higari a sus estudiantes. – Sé que todavía se están despertando de su descanso y están emocionados de ver a sus compañeros de nuevo. Pero tengo un anuncio especial que hacer.
Los potenciales científicos enfocaron su atención en el héroe.
– Desde hoy, tendremos a una nueva estudiante uniéndose a nosotros. – les dijo. – Adelante por favor, Shield-san.
La puerta se abrió, dejando pasar a una chica muy hermosa, en buena forma y con ojos muy brillantes. Caminó hasta ponerse de pie junto a Power Loader, atrayendo miradas de sorpresa, suspicacia y duda de sus nuevos compañeros.
– Preséntate por favor. – Loader le inclinó su cabeza.
– Hola a todos. – dijo en perfecto japonés, casi sin acento. – Soy Melissa Shield. Pueden llamarme Melissa. Como habrán adivinado, soy norteamericana y no me siento cómoda con que me llamen por mi apellido. Me he transferido a la UA ya que tiene el mejor programa de estudios en Soporte para Héroes, y espero en particular aprender mucho de Majima-sensei. Un placer conocerlos a todos, por favor cuiden de mí.
Terminó su presentación haciendo el tradicional saludo japonés y una pequeña reverencia.
– ¿Alguien más aquí tiene preguntas para Melissa-san? – preguntó Loader, esperando controlar el caos que empezaba a burbujear, al menos un poco.
– ¿A qué escuela asistías antes? – dijo una voz que sonaba retadora desde la parte de atrás del salón. Eso desencadenó una serie de murmullos por toda la clase.
– Me transferí desde el I-Institute en I-Island. – Melissa sonrió ligeramente. – Si no hubiese solicitado transferencia, habría iniciado como estudiante de segundo año la próxima semana. Pero después de hablar con Nezu-sensei, acordamos que sería mejor si vengo como estudiante de primer año, para asegurarme de no perderme ninguna parte del currículum de la UA y estar con estudiantes de mi edad.
Eso los calló a todos. La mayoría se habrían cortado sus dedos de los pies por la oportunidad de ir al I-Institute. El hecho de que se había saltado algún año en alguna parte, y aun así había completado un año en el I-Institute eliminó cualquier duda que podrían haber tenido. En lugar de eso, muchos se encogieron en sus pupitres, sintiéndose intimidados, aunque unos cuantos parecieron tomar esto como un desafío.
Melissa estuvo agradecida de que nadie pareció conectarla con su famoso padre.
...
– Hmm. – Izuku gruñó sonoramente.
Septiembre comenzaba a ponerse más frío, pero Melissa e Izuku seguían limpiando Dagobah por unos noventa minutos cada mañana antes de iniciar sus respectivas escuelas. También continuaban viéndose en el Centro de Mando por la tarde para su entrenamiento de artes marciales.
All Might se sentía feliz de que, cualquiera que fuese la resolución a la pregunta de Melissa, la tensión se había ido, y los adolescentes habían vuelto a comportarse de manera normal.
– ¿Qué es esto? – preguntó Melissa, tomando la oportunidad para bajar por un momento el pesado reclinador motorizado que estaba transportando.
– Creo que es un láser. – respondió Izuku, un poco más literal de lo que Melissa había esperado. – Pero no creí que te pasarías por alto algo como esto mientras ibas de cacería de tesoros.
Melissa se encogió de hombros. – Ya he encontrado algunos tesoros menores. Y si esto estaba detrás de algo que pudiera bloquear mis escáneres...
Le echó un vistazo más de cerca.
– No es un láser. – dijo ella. – Es una catapulta electromagnética Colt 970. Tercera generación, si recuerdo correctamente.
– ¿Una catapulta electromagnética? – preguntó Izuku. – ¿Es decir un cañón de rieles?
– Efectivamente. – asintió ella. – Si de verdad es de tercera generación, debió ser manufacturado a principios del siglo XXII, justo cuando empezaron las eras de las calamidades con los Quirks. Pero si es así, está en muy buena forma, por lo menos en el exterior.
– ¿Deberíamos llevárnoslo? – preguntó Izuku. – ¿Para tus... proyectos?
– ¿Podemos? – dijo ella.
Izuku se inclinó sobre él. Era un arma para montarse sobre un tanque, avión caza o barco de guerra, así que era tan largo como dos veces la estatura del chico. El barril era lo bastante grande para que él cupiera dentro, y el cuerpo principal, que podía ver por encima de la arena, era del tamaño de un sedán pequeño. Y pesaba lo mismo que él sin moverse. Así que decidió ejercitar sus músculos para mover el cañón. Ligeramente.
– Podría moverlo en Modo White. – musitó Izuku. – O eso creo. Pero será difícil llevármelo todo el camino hasta el Centro de Mando. Y probablemente atraería la atención.
– Y a eso me refería. – argumentó ella. – No a si podemos moverlo, sino a si se nos permitiría moverlo. Sé que es basura, pero con las leyes de restricción de armas en Japón, no estoy segura de si nos permitirían llevarnos una catapulta electromagnética gigante.
Izuku estudió el cañón, pensando en ello. Había estado demasiado ocupado soñando despierto con cómo se vería montado en un Zord, como para considerar los aspectos legales.
– Cuando tengas dudas... ¿Dr. O? ¿Puede por favor mandarle un mensaje de texto a Toshinori? – dijo Izuku. Luego miró a Melissa y sonrió. – Seguiremos trabajando y dejaremos que los adultos con contactos legales se ocupen de eso.
Melissa se rio, y regresó con su enorme sillón. Izuku dio la vuelta alrededor del cañón y recogió una secadora.
...
– Ok, esto definitivamente es genial. – dijo Melissa. – ¿Pero cómo lo metieron aquí?
El cañón de riel ahora ocupaba la pared trasera del Centro de Mando, cuando los estudiantes llegaron a sus clases. Era aún más grande de lo que Izuku pensaba, y bloqueaba la puerta hacia el reactor en ese momento.
All Might sólo sonrió ante su pregunta.
– Umm, ¿qué vamos a hacer con él? – dijo Izuku.
– Primero, tenemos que verificar si funciona. – dijo Melissa. – Con ayuda del Dr. O. Puede hacerle un diagnóstico al 970, ¿verdad?
– La computadora del Centro de Mando definitivamente puede establecer una interfaz con él. – Tommy miró el cañón, frunciendo el cejo. – Pero sin software, o al menos algún manual... no hay mucha información sobre esta cosa online. Es hardware militar y al menos de un siglo de antigüedad.
– Ya nos las arreglaremos. – le dijo la rubia con confianza a los dos hombres adultos. – Si funciona, tendremos que hacerle algunas mejoras, y usarlo en uno de los Zords. O podríamos montarlo encima de la azotea de este lugar.
– No. – dijo All Might simplemente.
– Y si no hay forma de repararlo, lo desmantelaremos para usar sus partes. – dijo ella. – En última instancia, el alambrado de alta capacidad y la armadura debería sernos útil...
...
No había transcurrido ni un mes, pero los días empezaban a fusionarse entre ellos. Lunes a viernes; ejercicio, escuela, artes marciales, cena. Ocasionalmente, Inko venía para cenar con ellos, y algunas noches Izuku iba a casa en lugar de comer con ellos. Los sábados no se veían, descansaban luego del medio día de clase, y hacían su tarea semanal. Y el domingo hacían limpieza y artes marciales más intensivas.
Así, Melissa ni siquiera pensaba en la cita cuando se encontró con Izuku aquel domingo. Pero sí se dio cuenta cuando se fueron de la playa, que la estaba guiando hacia su apartamento, no al Centro de Mando.
– ¡Feliz cumpleaños, Melissa! – celebraron Inko, Toshinori e Izuku apenas ella puso un pie en el apartamento. Ella parpadeó.
– Esperen, ¿ya es octubre? – Ladeó su cabeza y parpadeó de nuevo, y sus ojos se ensancharon y frunció el ceño. – Tío Toshi, he cometido un terrible error. Tengo que transferirme al I-Institute, de vuelta a I-Island.
– ¿Qué pasa, Melissa? – preguntó él nerviosamente.
– ¡Tengo dieciséis y me mudé a Japón! – chilló ella. – ¡Lo que significa que tendré que esperar dos años más antes de poder conducir!
Ella soltó un grito forzado y exagerado, y todos se rieron de ella. A pesar de su queja, Melissa disfrutó de la pequeña fiesta. Inko se disculpó por no invitar a los compañeros de clase de Melissa, pero la rubia dijo que no era muy cercana con ninguno de ellos todavía.
Izuku le dio un juego de destornillador y pinzas, que venía con un brazalete electrónico que podía hacer tierra o magnetizar las herramientas.
El regalo de Toshinori para su sobrina era un osciloscopio portátil, e Inko le dio a la chica una sudadera con capucha con la marca de UA.
...
Izuku estaba en problemas, y lo sabía. Superado en número, rodeado, y ellos se estaban poniendo muy ansiosos. No estaba muy seguro de cuánto más podría controlar la situación.
Por fortuna, sonó una alerta. Saltó fuera del círculo y corrió hacia la puerta. La horda lo siguió de cerca, pero afortunadamente los refuerzos ya habían llegado.
La larga cabellera de la rubia estaba atada en una trenza muy precisa, y enrollada en un moño detrás de su cabeza. Esto dejaba sus orejas largas y puntiagudas visibles al mundo. Llevaba un conjunto de unitardo y botas. Las botas eran de negro artificial, y el unitardo era de algodón de peso medio. Así que, aunque se ajustaba a su cuerpo, no se veía cursi o deliberadamente sexy. El uniforme era mayormente negro, excepto las mangas y la mayor parte del torso que eran rojos, salvo por las hombreras negras. Tenía un collar apretado con adornos rojos. Del lado derecho del cuello había cuatro pepitas de oro. Un pin muy elaborado descansaba en su pecho izquierdo, parecido al logotipo de Nike invertido sobre un ovalo plateado. También llevaba un cinturón negro, con una herramienta gris de alta tecnología colgándole de cada cadera.
Izuku sentía que debería haber sabido de qué se había disfrazado, pero en ese momento se le estaba escapando.
– Melissa, gracias a los dioses que estás aquí. – le dijo, hablando en japonés esta vez.
Ella levantó una ceja y dijo: – Deberías dirigirte a mí como Capitana Shield cuando estamos de servicio, Zeo Ranger IV.
Aunque se esforzaba por mantener su expresión sin emociones, Melissa no pudo evitar admirar la forma en que el disfraz de Izuku se pegaba a sus músculos. Normalmente llevaba ropas holgadas, así que aunque podía ver la definición de sus brazos y piernas, estaba menos familiarizada con sus abdominales, pecho, hombros y trasero. Si Izuku no le hubiese dicho que su traje había sido hecho a mano por Inko, excepto por la máscara que compró en la tienda, ella habría creído que la reproducción perfecta del traje del Zeo Ranger era trabajo profesional. Desafortunadamente, Inko también le dijo que este sería el último año para este disfraz, a menos que dejara de crecer. Se lo había hecho dos años antes para la fiesta de Halloween de Aldera, y lo sacó este año y el anterior, pero el spandex ya estaba en su límite.
– ¿Quiénes son nuestros cadetes? – preguntó Melissa, mirando a los niños detrás y alrededor de Izuku.
– Este es Soji... – Izuku empezó a hablar, pero lo cortaron.
– No lo soy. – protestó el niño, señalándose el pecho. La mayor parte de los otros niños asintieron.
– Claro. – asintió Izuku, y procedió a identificar uno a uno a los niños por sus disfraces. – Ellos son All Might Edad de Bronce, All Might Edad de Oro, el Guasón, Imhotep, Godzilla...
La pequeña niña con el disfraz de kaiju gruñó y se señaló el lacito rosa amarrado en una de las púas de su espalda.
– Perdón, Lady Godzilla. – corrigió Izuku, y la niña siseó felizmente. – Ella es la Reina Titania, y finalmente tenemos a Samara.
– Excelente. – dijo Melissa. – ¿Están listos para partir, cadetes?
La mayoría de ellos asintieron, pero la niña con disfraz de fantasma de pelos enmarañados levantó la mano.
– ¿Sí, Cadete Samara? – Melissa decidió quedarse en su personaje.
– ¿Es usted una elfa, capitana?
Melissa levantó una ceja de nuevo, y luego respondió amablemente. – No, soy la hija de un vulcano y una humana.
– OK. – dijo la niña suavemente, claramente sin entender lo que quiso decir.
– ¿Están todos listos? – preguntó Melissa de nuevo. – ¿Comenzamos la misión?
– ¡Sí!
...
Luego de la era de las calamidades, la tradición del "truco o trato" había despegado en Japón. Los fabricantes de dulces y disfraces tomaron ventaja de la sacudida social para impulsar la versión norteamericana de la celebración.
En los últimos dos años, Izuku había ido a la fiesta de Aldera. En teoría, era para mantener a los estudiantes a salvo y lejos de los problemas, aunque en realidad servía para evitar que salieran por allí pidiendo dulces luego que la sociedad los juzgara demasiado viejos. Izuku lo odiaba. Odiaba estar atrapado en la escuela la noche de Halloween, rodeado por sus compañeros y profesores; sus atormentadores y habilitadores.
Así que este año se ofreció a llevar a los niños más pequeños de su edificio de apartamentos a pedir golosinas, lo que les daría a sus padres un descanso. Izuku le preguntó a Melissa si quería venir también. La joven de inmediato aceptó la oportunidad. Los padres ofrecieron pagarles por sus servicios de niñera, pero los adolescentes decidieron negociar pidiendo llevarse una porción de los dulces, una oferta que los padres aceptaron con gusto.
La primera parte del atardecer lo pasaron visitando los cuatro edificios en el complejo de apartamentos. No todos los hogares estaban entregando dulces, pero hubo suficientes para sacar un buen cargamento inicial. Luego se empezaron a mover por la calle hacia las casas individuales y dúplex. Por el camino se cruzaban con otros grupos, intercambiando saludos con los padres o hermanos mayores.
Y entonces, Izuku y Melissa fruncieron el cejo. Ambos intercambiaron miradas, y un deseo de llevarse a los niños en otra dirección. Excepto que fue demasiado tarde.
Tres hombres jóvenes iban caminando hacia ellos. El trío llevaba uniformes de Aldera, porque a diferencia de Izuku consideraban que disfrazarse por Halloween era "patético", aunque también era porque no recibieron permiso de sus guardianes para no asistir a la fiesta. Así que fueron, pero cuando su víctima principal no estaba allí, se aburrieron rápidamente, de modo que se salieron de allí temprano, contando en que sus chaperones estarían demasiado ocupados para notarlo. Y sólo su líder, en sus momentos de más calma y autoconciencia, se dio cuenta cómo había cambiado Izuku en los últimos seis meses, al punto que tratar de acosar al nerd era una pérdida de tiempo. Por supuesto, la mayor parte del tiempo no estaba ni calmado ni autoconsciente, así que sus fútiles intentos habían continuado.
Bakugou les lanzó una mirada asesina a Izuku y Melissa. Sus secuaces se percataron de su expresión, y empezaron a avanzar hacia Izuku, pero no se dieron cuenta de que este vio a los niños pequeños y estaba dudando.
– ¿Todavía usando ese traje tan estúpido, Deku? – preguntó Dedos Largos.
Sólo que en realidad no estaba mirando a Izuku, sino que intentaba comerse a Melissa con los ojos. Ella se sintió tentada a darle una mirada de asco, pero prefirió mantenerse en su personaje. No quiso darle la satisfacción de responderle, y más importante aún, no quería que los niños se sintieran incómodos.
– ¿Y quién es ella? – dijo el acosador en tono lascivo. – Pareces estar demasiado buenota para andar con un nerd de mierda como Deku. Nosotros podemos llevarte a un lugar mucho más divertido.
Intentó agarrarla del hombro, pero en el último momento, su mano se desvió ligeramente hacia abajo.
Y luego, su mundo empezó a dar vueltas. Un dolor seco le recorrió toda la espalda, y un dolor más agudo le quebró la muñeca y hombro derechos. Dedos Largos se dio cuenta que estaba en el suelo, mirando hacia arriba donde la rubia le plantaba su bota en el hombro para darle la vuelta, y le torcía el brazo en total extensión, apretándole con fuerza la muñeca y el dorso de la mano.
Melissa hizo presión, obligándole a abrir los dedos. Con su otra mano, atrapó su insignia comunicadora cuando esta cayó de la mano, y volvió a colocar el pin magnético en su pecho izquierdo.
– El robo y el acoso no serán tolerados. – dijo en un tono monocorde, como un vulcano. – Y tu declaración es ilógica. El Comandante Midoriya es un mejor hombre, y una mejor persona, de lo que tú nunca podrías aspirar a ser. Y estoy aquí con él por elección propia, así que es improbable que puedas ofrecerme algo de mayor interés.
Dedos Largos trató de moverse, pero Melissa presionó su mano con más fuerza, e incrementó el porcentaje de su peso que concentraba en su hombro. Las dos acciones combinadas agudizaron aún más el dolor en la extremidad del abusador. Éste se dio cuenta que ella podría dislocarle el hombro si quería, o si hacía un movimiento en falso, él mismo podría hacerlo accidentalmente.
– Ja. – Bakugou ladró una risa, levantando un poco la tensión. – Nada mal, rubia. Podrías aprender algo de ella, Deku. – Le lanzó una mirada a Dedos Largos y a su segundo secuaz, que se había congelado luego de que Melissa lanzó a su compañero. Bakugou les gruñó, mucho menos divertido. – Vámonos de aquí.
Le hizo un gesto con la cabeza a Melissa, que soltó al prisionero. Dedos Largos corrió en busca de protección de su jefe, antes de ponerse de pie y lanzarle a Melissa una mirada desafiante pero débil. Y hecho esto, los tres abusones se alejaron de allí.
...
– ¿Qué diablos fue eso, Bakugou? – se quejó Dedos Largos una vez que se alejaron al otro lado de la calle y dieron la vuelta en una esquina. Katsuki le echó una mirada asesina, y rápidamente agregó en un tono más respetuoso: –...-san.
– Podría hacerte la misma pregunta, tarado. – espetó el adolescente explosivo. – ¿Cuál era tu plan exactamente? ¿Noquear a Deku y esperar que su chica se fuera contigo? ¿Y qué hay de los mocosos que venían arrastrando? ¿Ibas a dejarlos tirados o qué? ¿Tratar de averiguar dónde viven y llevarlos a casa? ¿Y qué pasaría si las pequeñas mierdas empezaban a llorar y atraían la atención de los policías? ¿Qué harías entonces?
Dedos Largos se veía apropiadamente avergonzado. Y entonces, una pequeña explosión junto a su cabeza lo sacudió.
– ¡Y con MIL DEMONIOS, te dije que dejaras de robar MIERDA! – rugió Bakugou. – Voy a convertirme en un héroe, así que no puedo dejar que me metas en problemas con tu estúpida mierda. Hazlo de nuevo y te dejo tirado, ¿entendiste?
Dedos Largos asintió rápidamente.
– Bien. – gruñó Katsuki. – Ahora vámonos.
Se sentía especialmente molesto de que ninguno de sus secuaces había notado la verdadera razón por la que la rubia lo atacó.
...
Melissa le tocó el bíceps a Izuku y lo miró fijamente a los ojos. Ni siquiera habían transcurrido cuatro meses de entrenamiento moderadamente intenso con All Might, y el Echo Ranger había mejorado su habilidad para leer el lenguaje corporal. Ella reconoció que Dedos Largos intentó manosearla mayormente para distraerla de robarse su insignia comunicadora, aunque el pervertido también tenía muchas ganas de darse un gusto. Pero ella no lo lanzó solo para detenerlo, sino para proteger a Izuku.
Porque se dio cuenta que la postura de Izuku había cambiado. Se había agachado ligeramente, con los dedos curvados en puños muy apretados. Si Melissa no hubiese usado judo para ponerlo en la acera, Izuku estaba preparado para usar Muay Thai para mandar a Dedos Largos hasta el callejón adyacente, y muy probablemente después al hospital. La chica no le importaba nada el abusón, especialmente las cosas que Izuku había mencionado y que Inko le contó con detalles. Pero Melissa no quería que Izuku se metiera en problemas por esto, así que ella tuvo que actuar.
– Las reacciones emocionales son peligrosas y contraproducentes. – dijo ella manteniendo su tono vulcano, y miró hacia el puño de él, atrayendo su mirada. Izuku la miró a los ojos, y asintió con gratitud, abriendo sus dedos.
– Eso fue genial. – dijo la Reina Titania, saltando junto a Melissa. Los niños no parecían haber entendido el significado tras el intercambio de sus guardianes.
– ¿Es verdad que usted es mejor que el Green Ranger, Capitana? – preguntó All Might Edad de Oro.
– No. – dijo Melissa, en su tono neutral. – Esa declaración también es incorrecta. Casi todas las técnicas de autodefensa que conozco, las aprendí del Comandante Midoriya. Él posee habilidades mucho más avanzadas que la mayoría de estilos de combate sin armas.
Los niños se giraron para ver a Izuku con admiración y orgullo. Por suerte, su máscara ocultaba su sonrojo.
...
Octubre llegó a su fin. Noviembre enviaba un inusual frente frío hacia Japón. El trío se veía forzado a usar ropas muchos más pesadas para ir a Dagobah. La playa estaba mayormente limpia. Melissa usaba un pesado rastrillo para sacar la basura de la arena, mientras Toshinori e Izuku hacían doble equipo para mover un rastrillo industrial, del tipo que normalmente se le colocaba a una retroexcavadora. Lo estaban usando para dragar el océano alrededor de la playa.
Pero sus tardes seguían iguales que siempre. Artes marciales y a veces yoga, y luego trabajaban en otros proyectos. Así que a mediados del onceavo mes, Izuku se quedaba meditando, tratando de enfocar sus poderes de Ranger, su energía de la Red Morfósica. Empezaba a prepararse para hacer prácticas de Zords. All Might había obtenido acceso a una cantera de rocas abandonada que podrían utilizar, aunque no sería sino hasta después de año nuevo. Acorde con el héroe, tenía algo que ver con propósitos de impuestos.
La concentración del chico se vio interrumpida por un chillido de rabia. Se paró de un salto, y vio a Melissa mirando furiosa su libreta, antes de borrar frenéticamente la página.
Él se le acercó y echó un vistazo. La página en la que Melissa no estaba trabajando tenía los trazados de cuatro de los juegos de fragmentos de Monedas de Poder. Las dos monedas de Pterodáctilo, el Girocóptero, y el Hada Mística. Los contornos estaban en bolígrafo, y Melissa había dibujado líneas a lápiz entre ellas. Y al fondo de la página había un boceto estelar de un pterosaurio robot, con rotores de helicóptero instalados en lo que serían las membranas de sus alas.
El chico miró la otra página. Las otras seis monedas estaban dibujadas allí, pero Melissa había borrado las líneas a lápiz conectándolas. Y ahora, estaba furiosamente borrando un boceto de un delfín mecánico con un caparazón de tortuga... ¿de mochila? ¿O quizás de casco?
– ¿Qué pasa? – preguntó cautelosamente.
– Nada funciona. – gruñó ella. – No logran encajar. Tengo que alinear los fragmentos de las monedas en la posición correcta, para que puedan formar una moneda completa. También tengo que averiguar cómo las diferentes fuentes pueden fusionarse en una fuente y Zord nuevo.
Pasó la mano encima de su libreta y gritó: – ¡Meh! ¿Qué se supone que debo hacer aquí? Los voladores encajan fácilmente, las monedas encajan bien, e incorporar el Lightning Gyro en los dos Pterodáctilos fue fácil. Incluso el Hada Mística encajaba. Pero aquí, parece que no importa cuando intente rotar o alinear los fragmentos de monedas, siempre quedan algunas grietas. Y en términos de un nuevo Zord... tengo un auto de carreras, un tren de transporte médico, un submarino, un delfín, una tortuga, y el dios Genbu, que también es una tortuga, más o menos. Cuatro de ellos encajan bien en el tema del agua, pero eso deja fuera al Wind Chaser y al Med Rescue. O si no... Wind Chaser, Med Rescue, y Sub Driver son todos máquinas, mientras que la tortuga y el delfín son animales, y Genbu es un espíritu divino que adopta la forma de un animal...
– Hmm... – Izuku se puso a pensar. – Bueno, Genbu es un dios guerrero, pero también el tipo de guerrero que protege a otros. Los delfines suelen rescatar a la gente, y Med Rescue literalmente lo tiene en su título. ¿Quizás podría ser una especie de vehículo de rescate?
– Eso... eso tiene potencial. – Melissa miró los trazos de los fragmentos de su moneda de nuevo. Y negó con su cabeza, adoptando una expresión sombría. – Bueno, aunque esto es importante, me estoy distrayendo del hecho de que no puedo hacer que las monedas Pink/Yellow logren juntarse. Los dispositivos que he construido, basándonos en las notas del equipo Echo, no parecen estar funcionando. Es como si me faltara algo. Está mucho más cerca, ya que logré descubrir cómo alinearlas, y se me ocurrió la idea del Ptero-Gyro Zord. La resonancia es mucho más alta, y las matrices de la Red Morfósica parecen alinearse bien. Pero al último segundo se derrumba, y puedo ver que si trato de forzarlo con más energía, en el mejor de los casos resultará un fracaso y tendré que encontrar la forma de separar las monedas parcialmente fusionadas. Y en el peor, las destruiría por completo, quedándome con una pila de trozos de metal inútiles. Algo me falta, lo sé. Pero no puedo ver qué es. Esperaba que trabajar con la Moneda Pink/Blue me ayudaría a ver el problema, pero hasta ahora...
Dejó de hablar, y terminó clavando su lápiz violentamente en la página por la rabia.
– Tal vez, necesitas otro punto de vista. – Toshinori se unió a su conversación, luego de terminar de llenar el papeleo para el último caso de All Might. – Si estás llegando al límite, y mis sugerencias y las de Izuku no ayudan, deberías buscar a alguien más.
– ¿Como Ali? – preguntó ella. – Pero ella dijo que el clan Dai no sabe mucho sobre las Monedas de Poder o el Proyecto Echo Project, y los otros no quieren que ella o Telos me ayuden.
– En realidad, estaba pensando en Dave. – dijo Yagi suave pero firmemente. – O posiblemente Nezu.
– No. – dijo Melissa inmediatamente. E Izuku sacudió su cabeza, estando de acuerdo y rechazando la sugerencia del héroe.
– Sé que quieren mantener el círculo pequeño. – les dijo Toshinori. – Pero Dave ha estado trabajando contigo en esto desde el principio. Quizás incluso más, si recuerdo algunas de nuestras conversaciones cuando estábamos en la universidad. Y Nezu es tu profesor, y posiblemente la persona más inteligente que existe.
– ¿Y qué les diré? – preguntó ella. – No puedo exactamente contarles sobre el Echo Ranger o de dónde saqué todas estas notas e ideas. Porque entonces me harían preguntas. Y ya esto no es sólo mi proyecto o mi secreto. Izuku es quien está en mayor riesgo entre más se esparza todo.
– No te voy a obligar, no es mi lugar. – dijo Toshinori. – Pero quizás valga la pena considerarlo.
Melissa suspiró. – Sí, quizás. Después de que intente con la sugerencia de Izuku.
...
– ¡Melissa-san!
Sanji, su compañero de clases sin cejas, la saludaba con la mano. Según decía, sus cejas se quemaron en un experimento fallido, pero los rumores decían que se las afeitó para evitar cualquier posible conexión con cierto personaje de manga. El chico estaba con un pequeño grupo de sus compañeros de clase, esperando junto a la puerta.
– Hey. – dijo elocuentemente cuando ella se detuvo. – Um, un grupo de nosotros vamos a salir mañana. Ya sabes, hacer actividades de grupo para no quedarnos solos en víspera de Navidad. ¿Quieres venir?
Melissa sabía que en Japón la víspera de Navidad era posiblemente la mayor noche de citas en el año. Y los solteros montaban fiestas para conmiserarse por no estar en relaciones. Ella también sabía que Sanji estaba enamorado de ella, pero no había tenido el coraje de declarársele de frente.
– Lo siento. – La rubia levantó una mano, dándole la mejor expresión de disculpas que tenía. – Pero mañana saldré con mi novio.
– Espera, ¿tienes un novio? – protestó Shera, tratando de no sonar celosa ni suspicaz. – Pero nunca nos dijiste eso.
– No preguntaron. – Melissa se encogió de hombros ante la otra chica. – Lo que pasa es que él todavía está en su último año de secundaria, así que me preocupaba que la gente empezara a hablar. Quiero decir, sólo es nueve meses más joven que yo. Tengo mis dedos cruzados para que entre a la UA el próximo año, pero incluso si termina en otra escuela, nadie se quejará de que una estudiante de segundo año salga con uno de primero. Pero si estás en niveles escolares diferentes, todos hacen un alboroto. Así que sí, mañana estoy ocupada.
Ahora, la mayoría del grupo se habían puesto celosos, ya fuera por el afecto con el que iban cargadas las palabras de Melissa, o por el novio sin nombre que se la llevó.
– Pero ¿podemos vernos después de las vacaciones? – dijo con una sonrisa amable. Luego se apresuró a irse, antes que nadie pudiera hacer más preguntas.
...
El 24 de diciembre cayó en domingo. A pesar de ser víspera de Navidad, Izuku, Toshinori y Melissa se reunieron en Dagobah en la mañana. En particular, los dos hombres habían sacado algo muy pesado de debajo del agua el viernes, y habían tomado la determinación de llevarlo hasta la orilla.
Luego de su cumpleaños, Melissa había comprado y modificado una pala de arena de alto nivel. Inspirada por las herramientas que Izuku le dio, decidió configurarla para que pudiese cambiar entre un detector de metales y un electromagneto. En este momento lo estaba utilizando para hacer una búsqueda de cuadrantes en la playa por si había algo que se les había escapado. Lo cual, durante el jueves, les llevó a encontrar una puerta del lado del pasajero de un camión casi intacta, y eso a su vez incrementó su determinación en la búsqueda sistemática.
Luego de asegurarse que nadie estuviera mirando, All Might y el Echo Ranger Modo White lograron finalmente dragar un "pequeño" aeroplano de cuatro plazas. Le faltaba casi toda el ala derecha, y el fuselaje estaba oxidado por su tiempo bajo el agua, pero fuera de eso estaba casi completo, incluyendo el motor. Ambos volvieron a cambiar a sus formas civiles, y con ayuda de Melissa, lo desmantelaron en partes más pequeñas para ponerlo en el basurero.
– Bueno, ese fue todo un proceso. – Toshinori se tronó el dedo una vez que terminaron. – Y puede que sólo sean las once, pero creo que deberíamos dejarlo por el día de hoy. Tengo planes para la tarde, así que mejor voy a darme una ducha para prepararme.
Melissa e Izuku intercambiaron miradas. Ambos creían que Toshinori estaba saliendo con alguien, pero no habían logrado hacerlo confesar y trataban de respetar su privacidad.
– ¿Ustedes dos tienen planes? – le preguntó a los adolescentes.
– En realidad – Melissa giró su atención hacia Izuku, incluso aunque el chico negaba con la cabeza – me preguntaba si querrías ir por algo de comer y pasar el rato juntos.
Izuku parpadeó ante la invitación, pero estuvo feliz de aceptar. – Claro.
– Yo también necesito ir a limpiarme. – dijo ella. – ¿Nos vemos en Ichiraku al mediodía?
– Suena bien para mí. – confirmó Izuku. Luego recordó algo: decidió traer consigo su regalo de Navidad especial para ella, por si las dudas.
...
Ambos se separaron, y fueron a darse un baño. Cada adolescente decidió ponerse algo de ropa que se viera mejor de lo normal. Aunque no lo habían discutido, cada uno de los adolescentes tenía expectativas muy especiales para el "encuentro". Además, se sentía más seguro, en caso de toparse con alguien a quien conocieran.
Almorzaron mayormente en silencio, saboreando los fideos mientras se sacudían de encima el cansancio de la mañana.
Y entonces, a petición de Melissa, regresaron al café teatro.
– Entoooonces... – dijo ella lenta y tentativamente, una vez que se quedaron solos en la sala – ... sé que mañana nos vamos a reunir de nuevo para pasar la Navidad con amigos y familiares. Pero tengo otro regalo que quiero darte hoy primero. Te lo quiero dar hoy porque es víspera de Navidad.
Izuku asintió, rozando con su mano la pequeña caja que tenía en el bolsillo de su abrigo.
– Dicho eso... esto es para ti. – Ella sacó un enorme sobre y se lo entregó. Izuku lo tomó, y la miró a ella en busca de confirmación. Ella asintió, sonrojándose ligeramente. El chico abrió el sobre con suavidad, cuidando de no romper el papel, y sacó la tarjeta.
Era una tarjeta hecha a mano. El exterior tenía un árbol de Navidad dibujado a mano, con lucecitas, ornamentos (algunos de los cuales incluían los cascos y emblemas de sus formas de Ranger), regalos debajo, y una estrellita encima. Desde los primeros bocetos que ella había hecho con Izuku luego de hacer mórfosis, él siempre se había impresionado con su talento. El árbol parecía sencillo, pero estaba hecho con experticia, e Izuku tenía la intención de atesorarlo. Abrió la tarjeta y la leyó.
Y su cara se deformó con confusión y preocupación. Dentro de la tarjeta había cuatro palabras muy simples, escritas en inglés: «I'm sorry, Izuku. Melissa.»
Él sólo podía asignar un significado a las palabras. Ella lo estaba rechazando. ¿Por qué otra cosa si no iba a disculparse con él?
– Lo siento, Izuku. – dijo ella en voz alta, mientras él todavía miraba la tarjeta. – Siento haber sido tan indecisa. Por haber sido tan insegura, tan inconsiderada. Siento mucho haberte hecho sentir inseguro, o cualquier otra emoción negativa. Siento mucho haberte hecho esperar, haber perdido todo el tiempo que podríamos haber estado juntos. Y lo más importante de todo, siento mucho, mucho, no haber hecho esto antes.
Él empezó a levantar la mirada mientras ella hablaba. Las palabras de la chica parecían romper su tristeza, pero antes de poder verla a los ojos, ella puso las manos en su rostro, con los pulgares en sus mejillas, y los demás dedos bajo sus orejas y alrededor de su nuca. Ella pudo haber dejado inmóvil su cara, pero su agarre era más para contacto y precisión.
Melissa besó a Izuku. No fue en la mejilla o en la frente. Fue un beso rápido y cuidadoso, y ella se retiró antes que él pudiera reaccionar, pero fue un beso muy cariñoso en los labios.
– Te amo, Izuku. – dijo ella llorando ligeramente. – También te amo. Quiero salir contigo en citas, no sólo salidas casuales. Quiero estar contigo, como tu novia. Quiero construir una relación contigo. Aprender lo que significa, juntos...
Y entonces, ella notó que él no reaccionaba. Y su inseguridad se encendió.
– A menos... a menos que me haya tardado mucho. Tal vez ya no estás interesado. Quizás ya te hayas olvidado de mí...
Izuku le había contado sobre algunos de sus compañeros de clases. Bakugou, el chico de ojos extensibles que todos asumían que era un pervertido, pero en realidad era tan serio como el que más. Y la chica peliazul de la clase de al lado, que estaba en primer lugar en el ranking de su año. Basándose en lo que Izuku decía, Melissa estaba segura de que la chica estaba enamorada de él, pero no se había dado cuenta. Pero ¿qué tal si la chica se había armado de valor y...?
Izuku la sacó de su introspección cuando su mano derecha se escurrió hacia la cintura de ella. Cuidadosamente la agarró por la parte inferior de la espalda, la apretó hacia él, y su brazo derecho se enredó alrededor de sus hombros y acercó sus rostros.
Este beso no fue ni rápido ni cuidadoso. Fue largo y apasionado. Melissa tuvo tiempo más que suficiente para reaccionar y corresponderle. Abrazó a Izuku también, presionándose contra ella.
Fue algo incómodo y torpe. Por poco se cayeron en cierto punto, pero Izuku tenía la fuerza y el balance para salvarlos. Sus narices se chocaron entre ellas durante la salvada. Finalmente, se quedaron sin aire, y se separaron.
Izuku y Melissa se miraron entre sí por un momento. Luego comenzaron a reírse. Izuku se limpió la baba de la comisura de sus labios, sin saber si era suya, de ella, o de ambos.
– Eso... no fue grandioso. – admitió él.
– No. – estuvo de acuerdo ella. – Pero fue lindo, porque fue contigo.
– Sí. – sonrió él.
– Y tengo toda la intención de practicar todo lo que necesitemos, hasta que nos salga bien. – dijo Melissa, dándole una mirada seductora.
– Definitivamente. – Izuku empezó a acercarse, luego se detuvo y la soltó, con cuidado de no dejarla caer. Ella parpadeó sorprendida. – No, espera, ahora recuerdo. Yo también tengo un regalo para ti.
Sacó una cajita de su bolsillo, envuelta en papel dorado y plateado.
– Hay un poco de historia detrás de esto. – dijo entregándosela. – Vino de la tienda de Zedd y Rita. Cuando lo vi, inmediatamente pensé en ti. Bueno, pensé en ForeverPink, porque esto fue antes de conocernos en la vida real. Pero sabía que tenía que conseguirlo para dártelo. Sabía que era una locura, que quizás nunca nos conoceríamos en la vida real, y que sería muy extraño si le enviaba a ForeverPink un regalo como este. Incluso ahora, espero que no sea demasiado raro...
Ella arrancó el papel, con mucha menos delicadeza que Izuku. Abrió la cajita de cartón, y adentro había un pequeño guardapelo de plata, un círculo perfecto de cinco centímetros de diámetro. La cara del guardapelo estaba dominada por una espinela rosa de seis lados, a cuatro centímetros horizontalmente. Tenía una cadena de plata, con dos alambres de titanio rosa en los extremos. Dichos alambres parecían potenciar tanto su apariencia como su fuerza.
Ella lo sacó, y miró la parte trasera. En ella había un pentagrama, pero los espacios entre el círculo externo y los lados de la estrella tenían inscripciones con pequeñas líneas y símbolos que parecían tableros de circuitos. Dichos circuitos estaban llenos de bronce. Miró adentro, pero el guardapelo estaba vacío.
– Vi la gema rosa, y los circuitos en la parte de atrás, y pensé en ForeverPink, que le encantaban las Pink Rangers y la tecnología. – dijo Izuku. – Y le pregunté a la señora Rita, a pesar de la estrella en el dorso, no es mágico. – Repitió entonces sus palabras anteriores. – Si no es demasiado raro... espero que te guste.
– No, me encanta. – Melissa sonrió felizmente. – Veo que pensaste mucho en él. ¿Quieres ponérmelo?
Le entregó el guardapelo a Izuku. Él se puso detrás de ella, y le apartó el cabello sobre uno de sus hombros. Deslizó su dedo por el cuello de ella, que tembló ante el contacto. El chico abrió el gancho, puso la cadena alrededor de su garganta, posicionando el medallón justo encima de su escote, y lo enganchó. Vio también como se deslizaba un poco más abajo.
– De verdad me gustaría besarte el cuello. – dijo suavemente.
– No me negaría. – murmuró ella.
– Pero creo que no debería. – agregó él. – Es demasiado pronto.
– Probablemente. – dijo ella estando de acuerdo. – Todavía no hemos tenido una cita de verdad.
– ¿Y esta no es una cita? – preguntó él.
– Supongo que sí. – Ella volvió a estar de acuerdo. – Pero aun así.
– Sí...
Algo le rozó ligeramente el cuello. Melissa no sabía si fue su dedo de nuevo, o sus labios. Pero entonces Izuku se alejó, y le dio la vuelta para encararla. Por un momento su cara se mantuvo de piedra, como si tratara de controlar un deseo imposible. Luego se relajó y le dio una pequeña y normal sonrisa.
– Entonces, ¿qué vamos a ver? – preguntó él en su tono usual. – ¿Una película de Navidad?
– ¡Oh, Duro de matar! – exclamó Melissa. Izuku le dio una mirada extrañada, pero ella asintió vigorosamente, con una expresión sincera. Así que él abrió el menú con un gesto, y empezó a desplazarse por las películas.
...
Al día siguiente, justo después del mediodía, los Midoriya llegaron al edificio Yagi, que estaba cerrado por las fiestas, a diferencia de la mayoría de Japón. Toshinori los dejó entrar, e intercambiaron algunos regalos baratos pero pensados con cariño. Luego jugaron un juego de baile en el Nintendo Destiny de Yagi. Tras las primeras rondas, Inko pidió que pararan, para poder empezar a hacer la cena. Toshinori ofreció ayudarle, tanto por estar en su casa como para dejar a los chicos a solas. Luego de unas pocas rondas más, la parejita colapsó en el sofá, quedándose dormidos.
Inko no pudo evitar notar cómo Melissa se acurrucaba con Izuku, cómo se agarraban de las manos, y el pequeño brillo alrededor del cuello de Melissa, que Inko había visto en cierta tienda de antigüedades.
– Ya casi es hora. – dijo con cariño, murmurando para no molestarlos ni avergonzarlos. Toshinori se rio suavemente estando de acuerdo con ella.
...
Cuando regresaron al Centro de Mando el día 26, había un pequeño árbol de Navidad con tres regalos debajo de él, que no estaban antes. Y también, en la pared al lado de la holo-cámara de Tommy, había cuatro fotos pegadas a la pared. Una de los Mighty Morphin' Power Rangers, una de los Zeo Rangers, una de los Dino Thunder Rangers, y la última mostraba a Tommy y Kat con cabellos blancos acompañados de sus hijos y nietos.
All Might dijo que no sabía nada de esto, y parecía estar molesto de que alguien hubiese irrumpido en el Centro de Mando, pero Tommy los convenció de que no se preocuparan, ya que era sólo un viejo amigo que había venido a darles una visita y divertirse un poco.
...
Cinco personas estaban de pie en la entrada de una playa fría. Una playa fría, pero decididamente limpia, y bien iluminada pese a lo rápido que iba cayendo la tarde.
Naturalmente, los primeros tres eran Izuku, Toshinori y Melissa. También habían invitado a Inko para unírseles en la pequeña celebración. El quinto individuo era Tsukauchi Naomasa, un amigo de Toshinori, y miembro del Departamento de Policía Metropolitana de Tokio. Se encontraba aquí en capacidad formal como oficial de policía.
– Me cuesta creer que hayas hecho todo esto en un año, Toshinori. – dijo el detective, viendo la arena limpia y totalmente despejada de basura. – Ni siquiera fue un año completo.
– No puedo llevarme todo el crédito. – El hombre más alto negó con su cabeza. – Fue un esfuerzo de equipo. Y francamente, Izuku y Melissa pusieron más esfuerzo en ello que yo. Y no estaría aquí de no ser porque Izuku empezó con el proyecto y me inspiró a ayudarle.
– Eso es cierto. – dijo Tsukauchi con un deje de humor. Su Quirk le permitía saber cuándo alguien estaba mintiendo. Era bastante útil para trabajo policíaco, pero también problemático debido a las limitaciones y las expectativas de otras personas.
El policía observó, oficialmente, cómo Izuku y Toshinori colocaban en su lugar el monumento de granito y bronce pulido autorizado por el alcalde y el gobernador de la prefectura.
«15 de enero de 2238. La ciudad y la prefectura de Tokio reconocen los esfuerzos civiles voluntarios de Yagi Toshinori, Melissa Shield, y Midoriya Izuku en limpiar las secuelas del naufragio del HTV Shang Tzi, y el abuso público de dicho naufragio. Les agradecemos por hacer que la Playa Municipal de Dagobah esté limpia y sea utilizable de nuevo.»
La dedicatoria estaba escrita tanto en japonés como en inglés. Izuku y Toshinori habían excavado un agujero de medio metro en el punto donde Tsukauchi les indicó, utilizando la pala magnética de Melissa. Luego colocaron el monumento en la tierra, Melissa recuperó su herramienta, y echó la arena excavada alrededor del espacio que rodeaba la piedra, para sellarlo.
En eso, una camioneta pickup se detuvo frente a la playa. El conductor los miró algo molesto y dudoso, aunque trató de disimularlo y bajó su ventana.
– ¿Qué está pasando? – preguntó con cautela.
– Estamos colocando una conmemoración. – dijo Tsukauchi, girándose para mostrar deliberadamente su placa de policía en su abrigo. – Para celebrar que la playa está limpia.
Todos a excepción de Inko notaron un televisor destruido y un viejo colchón en la parte trasera de la camioneta. Luego Tsukauchi señaló, no hacia la piedra conmemorativa, sino a la nueva adición a la playa.
Era un poste de aluminio de unos diez metros de alto, con un arco de luces en la parte superior. A un metro por debajo de eso, había una cámara fija, y otro metro debajo de ésta había una segunda cámara, sólo que esta se movía de lado a lado. A siete metros del suelo había una tercera cámara, que también oscilaba. Y a seis y cinco metros, había plataformas para nidos de pájaros o ardillas.
Finalmente, a metro y medio del suelo, había una placa sobre el poste de cámaras.
«La playa municipal Dagobah es un parque público, no un basurero. Los quebrantadores serán juzgados con todo el peso de la ley. Las cámaras de seguridad han sido proveídas gracias a las donaciones de All Might y Ryukyu y monitoreadas por la Asociación de Héroes y el Departamento de Policía Metropolitana de Tokio. Que tengan un buen día.»
El conductor echó una mirada alrededor, y vio que había once postes con cámaras. Diez alrededor de los límites del parque, y uno junto al muelle en el medio de la playa.
– Huh, qué bien. – El conductor casi sonaba sincero. – Bueno, gracias, y tengan un buen día.
Puso a andar su vehículo de nuevo y se alejó.
– Y bien... – dijo Toshinori – ¿Empezamos?
Izuku abrió un contenedor de jugo de manzana, y se lo dio a Melissa, antes de abrir otro para sí mismo. Toshinori destapó una botella de champán, aunque atrapó el corcho antes que saliera volando. Tenía consigo unas tazas de cobre en lugar de copas de cristal, en las que vertió un poco para cada adulto, y se las pasó.
– Por un trabajo bien hecho, en múltiples niveles. – dijo mientras levantaba su taza. Todos brindaron y se bajaron sus tragos.
Melissa tembló, y se acercó a Izuku. Éste le puso el brazo alrededor de la cintura y la atrajo hacia él.
Inko miró a su hijo, a su novia, al misterioso agente de seguros y al investigador. Y los comparó a como se veían cuando conoció por primera vez a Toshinori y Melissa. Todos estaban en mejor forma. Melissa e Izuku habían crecido, e Izuku incluso estaba más alto que Melissa. Los ojos de Toshinori ya no se veían tan oscuros y hundidos como antes. Y aunque ninguno de ellos tenía la constitución y masa muscular de All Might, todos se veían en buena forma.
No era que eso la desanimara, pero empezaba a arrepentirse de no pedirles unirse a ellos. ¿Cómo se vería ahora, si lo hubiese hecho?
Aun así, se sentía orgullosa de Izuku por sus esfuerzos, y por el reconocimiento permanente que había conseguido. Todavía tenía sus dudas de si pudiese entrar al curso de héroes de la UA, pero ahora empezaba a dudar también de su propia incertidumbre.
...
El resto de enero y febrero se les fue volando rápidamente. Con la playa ya limpia, se enfocaron más intensivamente en las artes marciales, e incluso añadieron pesas de entrenamiento al régimen. Empezaron con pesas pequeñas, por seguridad, pero pronto se les hicieron demasiado ligeras, a comparación de lo que solían levantar cuando limpiaban la playa. Así que comenzaron a incrementar regularmente su carga. Por fortuna, All Might tenía cientos de kilogramos de pesas de entrenamiento, aunque los adolescentes no se pasaban de usar unas cuantas decenas para su entrenamiento.
Los nuevos tortolitos tuvieron un muy agradable día de San Valentín, mezclando costumbres japonesas y estadounidenses. Y mayormente pasaron el tiempo disfrutando de la compañía del otro, e incrementando sus habilidades y talentos en el proceso.
...
Echo Ranger 1, Modo White, se encontraba de pie al fondo de un acantilado que parecía sitio de excavación. No pudo evitar que se le hiciera familiar, como de alguno de esos videos de peleas de los Rangers que había visto. Aunque la mezcla de cuarzo y feldespato era más ligera que el granito en la mayoría de esos videos.
La cantera estaba cerrada, y estaban planeando demolerla, rellenando los huecos en el suelo y suavizando los riscos afilados, pero All Might sugirió que él y un aprendiz podrían ayudar aplanando algo de ella en el entrenamiento. Tras algunas discusiones sobre daño y riesgos potenciales, la compañía aceptó la oportunidad de ahorrarse algo de dinero aparte de decir que ayudaron al Símbolo de la Paz.
Los humanos habían dejado a Tommy en el Centro de Mando, pero la IA se encontraba presente por videollamada. Estaba observando todo desde la tableta de All Might, a la que Melissa le había mejorado los altavoces para que pudieran oír a Tommy a una distancia razonable o sobre cierto nivel de ruido.
Y Toshinori y Melissa estaban a una distancia muy razonable de Izuku.
– Respira profundo. – dijo Tommy. – Siente la energía de la Red, fluyendo desde el Morfer, por todo tu cuerpo. Recuerda la cara de la Moneda del White Tiger. Enfócate en el tigre, en tu conexión a la bestia. Los grandes colmillos, las garras afiladas, las poderosas patas. Recuerda, este es tu Tigerzord. No el mío, ni el de Casey, ni tampoco el Folding Tiger o el Gosei Tiger. Hemos reunido un grupo de componentes, y todos se unirán por tu voluntad y el espíritu primigenio del tigre. Así que imagina al tigre en tu mente, como tú lo quieres. Como tú lo veas. Y ensámblalo.
Habían escogido iniciar con el Echo Tigerzord. Sólo había dos Zords de tipo braquiosaurio en el pasado, así que la conexión sería más tentativa, y el tamaño masivo del Brachiozord y su poder podrían hacer más difícil para que Izuku lograra invocarlo. Y aunque había muchos Zords de tipo tigre y dragón, al final del día los dragones venían en muchas formas diferentes, mientras que un tigre era simplemente un tigre. Fuera del Gosei Tiger, que era más un tanque con una cabeza de tigre, pero Izuku trataba de no pensar mucho en eso.
Izuku controló su respiración. Juntó sus manos, tratando de canalizar la energía de la Red Morfósica a través de sus brazos, como había escuchado que lo hacían los maestros del chi con sus poderes.
En su mente, se imaginó un tigre bengalí mecánico gigantesco. Blanco con rayas negras, pero con los ojos y garras de un color verde brillante.
Izuku aspiró profundamente. El poder se sentía como si saliera de él a la fuerza.
El cuerpo del Echo Tigerzord era más delgado que el del White Tigerzord de Tommy; en la mente de Izuku se veía más cerca a la forma de un tigre vivo. O quizás al Jungle Pride Red Tigerzord.
Izuku tosió. Se le empezaba a dificultar respirar y mantenerse de pie. Era como sus primeros días en Dagobah.
Y luego, sin quererlo empezó a imaginárselo con orugas de tanque en lugar de patas traseras. Eso lo haría ir más rápido, pero no se veía ni se sentía bien.
Izuku apenas oyó el grito de Melissa detrás de él, ya que se vio ahogado por un rugido de decepción y casi regaño a docenas de metros por encima de su cabeza. Tuvo que separar sus manos, y se encontró con sus miradas arriba de él.
– Lo vimos parcialmente. – le dijo su novia. – La cabeza, las patas delanteras y la mayor parte del cuerpo. No estaba completo y era parcialmente intangible, pero estaba allí.
Ella giró la Tablet, para mostrarle el video que había tomado.
– ¿Qué pasó? – preguntó Tommy. Izuku se quitó el casco, revelando el sudor que chorreaba entre sus cejas.
– Fue muy agotador. – El chico peliverde jadeaba. – Fue peor que la primera vez que hice mórfosis, y se me hizo difícil concentrarlo. Primero estaba pensando en su Tigerzord, Dr. O. Luego pensé en lo que usted me dijo, y empecé a pensar más en un tigre real. Luego me fui totalmente por la tangente, y empecé a imaginar algo parecido a un híbrido mitad tigre, mitad tanque.
Izuku sacudió su cabeza, tanto para sacudirse el sudor como para enderezarse, y volvió a ponerse el casco sobre su cabeza.
– Hagámoslo de nuevo. – dijo.
– Yo creo que no. – contraatacó All Might de inmediato. Miró hacia la Tablet en busca de confirmación, y se sintió ligeramente avergonzado al recordar que no podía ver a Tommy y Tommy tampoco podía verlo a él.
– All Might tiene razón. – La IA estuvo de acuerdo. – No querrás terminar lastimándote, y potencialmente retrasar el resto de tu entrenamiento. Y aún tenemos tiempo.
Izuku se veía listo para discutir, pero Melissa le dijo: – Haber llegado tan lejos en tu primer intento fue increíble. Y... ¿tal vez podamos trabajar en ello de manera diferente? Si quieres puedo hacer dibujos de tus ideas, así tendrás una visión más firme de cada Zord.
Izuku de repente tuvo una visión diferente. Sentado, hombro con hombro junto a ella, presionándole de cerca, inclinado sobre una página, echándole miradas a su rostro de reojo, mientras trabajaban juntos. Y entonces recordó también lo asombroso que se veía su diseño para el Ptero-gyro.
Exhaló profundamente, y dejó que el cansancio que estaba intentando ignorar se asentara en sus músculos.
– Poder fuera.
...
Domingo, 4 de marzo. Ocho días antes de que Izuku tomara el examen de entrada a la UA. Luego del entrenamiento matutino, durante el almuerzo, Tommy pidió a Izuku su atención.
– Izuku, creo que ya es tiempo. – dijo la IA. – Tu entrenamiento básico ya está casi terminado, y ya no necesitarás más seguir entrenando en sueños. Y sin duda querrás tener todo el poder del Morfer, así que, a partir de hoy, me quedaré aquí en el Centro de Mando.
Izuku parecía decepcionado.
– Aún podrás verme aquí. Podemos intercambiar mensajes de texto y hablar por teléfono. – le dijo Tommy, dándole una ligera sonrisa. – Y todavía no conoces todo lo que yo, pero las técnicas de los maestros te tocará aprenderlas en persona, en la vida real. Así que seguiré entrenándote, sólo que no tanto como antes. Además, por lo que escuché en línea y de Toshinori, estarás muy ocupado una vez que inicies en la UA.
– Lo entiendo, Dr. O. – dijo el chico. Melissa le tomó de la mano.
– Ahora, entonces... – dijo Tommy. – Creo que es tiempo de que comience a enseñarte el Gojushiho Sho.
Los ojos de Izuku se ensancharon de la emoción.
Esta historia continuará...
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