Capítulo 12

En cuanto las clases terminaron el miércoles 2 de mayo, una chica salió trotando de una de las aulas del curso de Soporte. Unos cuantos de sus compañeros de clase parpadearon, ya que ella trotaba más rápido de lo que ellos podían correr. Ciertamente era más rápida de lo que ellos creían que era a primera vista.

Por supuesto, ellos no sabían que ahora era mucho más fuerte físicamente de lo que solía ser la semana anterior.

Rápidamente cruzó el edificio, y subió hasta el piso superior. Aminoró un poco la marcha antes de llamar a una puerta pesada, y un momento después, ésta se abrió.

– Buenas tardes, Director Nezu. – lo saludó Melissa. Ya que estaba aquí por asuntos de la UA, en lugar de asuntos relacionados con los Rangers, revirtió a hablar en japonés, y en tono muy formal. – Quería hablar con usted.

– Muy bien, puedes pasar. – le dijo él. – Te he estado esperando. Ya sé por qué estás aquí.

Ambos entraron de inmediato.

– Por favor toma asiento. – la invitó, mientras regresaba a su escritorio.

La chica Shield cogió una de las sillas simples que estaban en el lado opuesto, y deslizó su mano derecha dentro del bolsillo de la chaqueta de su uniforme.

– Así que – el oso-ratón cerró sus ojos y se reclinó sobre su silla – entiendo que ahora que tienes tus poderes Ranger, quieres transferirte al curso de Héroes. Sin embargo, sería un problema para los dos si yo permitiera eso sin una justificación razonable. La gente hará preguntas. En vez de eso, te recomiendo que sigas practicando con Midoriya-kun por los próximos dos meses. Si puedes ganar en el festival deportivo, derrotando a todos los estudiantes de segundo año en el Curso de Héroes, entonces nadie podrá argumentar en contra de que te transfieras al Curso de Héroes.

Abrió sus ojos y la miró. Ella lo estaba viendo con confusión, mientras sostenía un minidisco USB YY frente a él.

– Me parece que no estamos en la misma página, Sensei. – le dijo ella suavemente. – No tengo intenciones de transferirme al Curso de Héroes.

– ¿Ah no? – Nezu frunció el cejo.

– Claro que no. – confirmó ella. Al ver el shock en su cara, ella le explicó. – Sí tengo intenciones de perseguir una Licencia de Héroes, eventualmente, pero de momento hay problemas con eso. Si de pronto empiezo a mostrar mis poderes Rangers tan pronto después de Izuku, será muy sospechoso. Si espero, puedo decir que he estudiado los poderes de Izuku y fui capaz de replicarlos. Lo cual es verdad, pero no de la manera que la gente lo pensará. O quizás, tal vez yo sea como All Might. Echo Pink será una heroína con una identidad secreta, mientras que Melissa Mido... es decir, Shield, será sólo una fabricante de objetos de soporte moderadamente conocida.

Ella se encogió de hombros. – Porque en última instancia, sí quiero y planeo convertirme en una fabricante de objetos de soporte. Haré equipamiento para mí misma y para Izuku, a la par de encontrar formas de hacer que la tecnología Ranger pueda ser utilizable por todos. Así podré ayudar a más personas, personas a las que nunca conoceré, y después de que me haya ido.

Nezu asintió.

– Tal vez le pida a Izuku que me ayude a sacar mi Licencia Provisional cuando esté en la universidad. – dijo ella. – O quizás el próximo año... en el calendario, luego de que me acostumbre más a mis poderes. Pero por ahora, como usted dijo, debo trabajar en mi entrenamiento, en ambas áreas, sin presionarme demasiado. Si gano en el festival deportivo, eso está bien, pero no lo haré una prioridad por encima de todo lo demás que tengo en las manos.

– Eso tiene sentido. – Nezu estuvo de acuerdo. Luego frunció el cejo al mirarle la mano, que ella había retirado mientras hablaba, todavía sosteniendo el disco. Decidió igualar su tono al cambiar el tema. – En ese caso, ¿por qué estás aquí, Shield-kun?

Ella puso el disco en el escritorio, y lo deslizó hacia él, antes de inclinar su cabeza.

Nezu conectó el disco en su segunda computadora. Ésta no estaba conectada a la red de la UA, por múltiples razones. Un momento después, una serie de archivos se abrió automáticamente en la pantalla, archivos que reconoció al instante.

– Ah. – La sonrisa volvió a su cara. – Has venido aquí por la calificación de recompensa.

– La tomaré. – dijo Melissa sombríamente. – Pero no. Inserte mi nombre y la fecha de nacimiento de Izuku, en el formato de fecha apropiado. Con guiones y sin espacios.

Nezu obedeció. Los archivos originales se cerraron, y uno nuevo se abrió. Los ojos negros del ratón-perro se ensancharon de sorpresa y preocupación.

– Esto es... son los archivos de registros y horarios de profesores y estudiantes. – dijo casi jadeando.

– Ni siquiera soy la mejor hacker en mi clase. – asintió ella. – Sólo soy la primera que descubrió lo que Maijima-sensei estaba implicando.

Nezu consideró eso por un momento, y luego la adolescente volvió a empezar.

– Por eso fue que vine a hablar con usted. – dijo Melissa. – Entiendo un poco lo de invitar a la clase de Soporte a hackear el sistema, pero ocultar los archivos reales detrás de un segundo sistema con el mismo tipo de seguridad nominalmente... no me siento cómoda con ver mi información, la de Izuku, o especialmente la de All Might en ese lugar.

– Nunca ha sido un problema antes. – argumentó defensivamente el director.

– Quizás no, pero sólo basta con una vez. – dijo ella. – Algunos de mis compañeros pueden ser... algo distraídos. Puede que haya alguien cuya familia necesita dinero de repente, etcétera. Quizás ni siquiera sea por propósitos malvados.

Nezu lo consideró. – No me gusta sospechar de mis estudiantes, especialmente dado el proceso de investigación que hacemos antes de aceptar a cualquiera. Pero podrías tener razón. Y puedo ver por qué tus circunstancias únicas te harían mucho más sensible a esto. Pero déjame darle la vuelta a esto, Shield-kun. ¿Tienes alguna sugerencia para mejorar la seguridad de nuestra red?

La chica sacó un segundo disco.

...

– Esto es genial. – se rio Melissa. El sudor chorreaba por su cuerpo y goteaba de su nariz. Izuku la observaba con una combinación de orgullo y atracción mientras ella hacía flexiones parada de manos, y se dejó caer de espaldas. – 30... La semana pasada apenas... podía hacer una sola flexión de pino... y ahora... necesito parar. Pero 30 está bien...

Dio una voltereta para ponerse de pie como una gimnasta experta.

– 50. – terminó Izuku. Él también cambió de posición de manos a ponerse de pie, aunque con mucha menos gracia que su novia. Estaba más cerca de la mesa, así que cogió la toalla y se la pasó a Melissa, que la atrapó y comenzó a secarse la cara.

– Aún no soy tan buena como tú. – dijo ella notando que, aunque casi le duplicó en las flexiones verticales, estaba sudando mucho menos.

– He tenido mi Morfer por mucho más tiempo que tú. – replicó Izuku. – Y no habría podido hacer una sola flexión de pino apenas a seis días de haber conseguido mi Morfer, mucho menos hacer mórfosis ese mismo día.

– He hecho lo mejor para mantener el paso con tu rutina. – le recordó ella. – Y me has enseñado mucho.

– Los dos se han ayudado mutuamente, y han recorrido un largo camino. – intervino Tommy. – ¿Qué van a hacer ahora?

– Hmmm... – Izuku pensó por un momento. – ¿Podría por favor activar el programa de entrenamiento T-5, Dr. O?

– Programa completado. – les dijo Tommy un momento después con una ligera sonrisa. – Pueden entrar cuando estén listos.

Los adolescentes ingresaron a la sala de entrenamiento. Parecía que habían salido afuera. Ante ellos se expandía un enorme campo de hierba, brillante y cálido, con una ligera brisa.

Dicho campo no estaba totalmente vacío. Había una mesa frente a ellos, sobre la cual había una pistola y un arco, réplicas exactas del Dragon Blaster y el Ptero-Bow. Adicionalmente, a unos cien metros de distancia había cuatro objetivos vagamente humanoides.

Los dos Rangers en entrenamiento recogieron sus armas respectivas.

– ¿Por qué no mejor hacemos el nivel seis? – preguntó Melisa mientras probaba la tensión en la cuerda de su arco. – El nivel cinco realmente no es un desafío para ti, y yo puedo mejorar más rápido en las dificultades mayores.

– Quizás. – dijo Izuku. – Pero tú misma dijiste que sólo disparabas de vez en cuando, y por diversión. No puedes esperar ser una arquera de combate en apenas una semana. Dijiste que el nivel cinco no es un desafío para mí, pero sigue siendo más difícil que las zonas de tiro improvisadas que pusimos en Dagobah. Y tampoco es como que yo haya sacado una puntuación perfecta en este curso.

– Pues intentémoslo. – urgió la rubia.

– Melissa, ¿sucede algo? – preguntó él.

– No realmente. – dijo ella. – Sólo estoy algo molesta con lo laxo que está siendo Nezu sobre los problemas de seguridad con la red de la UA. Fui a verlo el miércoles, para que tuviese los días de la Golden Week libres para implementar más medidas. Pero pasó la mayor parte del jueves y viernes aquí, y ni siquiera lo mencionó.

Luego miró su reloj y añadió. – Y además, tengo esta sensación de que necesito alcanzarte más pronto que tarde.

– Bueno, supongo que mucha gente suele dispararles a objetivos como una forma de ventilar la tensión. – Izuku la miró. Algo en su expresión decía que había algo más que quería decirle, pero en lugar de eso, hizo la solicitud. – ¿Podemos subir al nivel seis, Dr. O?

– De acuerdo.

El sol desapareció, y unas nubes cubrieron el cielo virtual. Luego comenzó a llover. No era un diluvio torrencial, sólo lo suficiente para que sus manos se pusieran resbaladizas y obscurecerles ligeramente la visión. Sus objetivos también se movieron de cien a sólo ochenta metros de distancia. Izuku inclinó su cabeza hacia Melissa.

– Comenzando primera ronda. – ordenó ella.

Los muñecos empezaron a moverse. En lugar de moverse lentamente a 1,5 metros por segundo en una ruta oval simple, los objetivos se movían a 2,5 metros por segundo en un patrón más parecido a un anillo mobius. Ambos tenían veinte disparos, pero sólo quince segundos.

Melissa levantó su arco, y una flecha de energía apareció en él. Izuku levantó su pistola y colocó el ojo entre las dos dagas gemelas.

– Tres, dos, uno... – La voz de Tommy hizo la cuenta atrás. – ¡Comiencen!

...

Luego de cinco rondas de prácticas de tiro, y una sutil pero notable mejora de parte de ambos adolescentes, ambos regresaron a la sala principal.

Se sentaron en el suelo con las piernas cruzadas, y sus rodillas accidentalmente hicieron contacto. Ambos tuvieron que hacer un esfuerzo por no mirarse entre ellos, con esas ropas ajustadas de entrenamiento que llevaban puestos. No porque no quisieran mirar, o que el otro mirase, sino porque tenían que concentrarse.

– ¡Iniciar Mórfosis! ¡Echo Ranger One, Modo Black!

– ¡Iniciar Mórfosis! ¡Echo Ranger Two, Modo Blue!

Ahora completamente cubiertos, se sentían igual de atraídos uno por la otra, aunque por razones ligeramente diferentes. Ambos se agarraron de las manos, entrelazando sus dedos. Empezaron a circular su energía, cada uno desde la mano derecha hacia la izquierda del otro, esparciéndola por sus cuerpos. Ambos estaban ejercitando un músculo superhumano virtual.

La joven pareja sentía que era mucho más que eso. Podría haber sido su imaginación, aunque por otro lado, ambos sabían que la magia era real. Ambos, Melissa e Izuku, creían que había más que sólo el poder de la Red Morfósica fluyendo entre ellos, a través de ellos. Afecto, atracción, deseo, pero también esperanza, amabilidad, apoyo y fe. Cada uno quería que el otro se hiciera más fuerte, tanto como compañeros en poder, como compañeros en el amor.

Izuku al tener más experiencia regulaba el flujo, para que Melissa no se cansara demasiado, o se sintiera abrumada. Melissa le iba siguiendo el ritmo, confiando en él y apreciándolo. Los pechos de ambos se levantaban y descendían al unísono, con sus latidos sincronizados, al punto que se sentían casi como si estuvieran haciendo una transfusión de sangre a través de sus palmas junto con la energía morfósica.

Luego de darles unos minutos para ayudarlos a incrementar y estabilizar sus conexiones, Tommy subió el volumen de los altoparlantes del Centro de Mando a su máximo. Era tiempo de poner a prueba su concentración.

– ¡BABY SHARK, DOO DOO DOO DOO DOO-DOO! BABY SHARK...

...

El lunes 7 de mayo era un día lluvioso y cálido. La mayoría de los estudiantes de la UA echaron a correr para llegar a la escuela antes que el clima fuese a empeorar.

– Muy bien, todos siéntense. – les dijo Aizawa a sus alumnos por puro instinto.

Excepto que ya todos estaban sentados y escuchando en silencio.

– De acuerdo. – Sacudió su cabeza. – Tengo una tarea para ustedes el día de hoy. Les toca elegir a sus representantes de clase.

Levantó la mano cuando los estudiantes empezaron a murmurar.

– No me importa a quién elijan. – les dijo. – La UA no prescribe un método, y tampoco me importa cómo lo hagan ustedes. Sólo necesitan tener un delegado y un vice delegado antes de que termine la orientación, y no me despierten hasta entonces.

Y con eso, volvió a su saco de dormir en la esquina y se dejó caer dormido casi al instante.

– ¿Cómo deberíamos decidir esto? – murmuró Momo. – ¿Con una competencia?

– ¡¿Oh, como vencidas?! – intercedió Kirishima, algo forzado pero suavemente. Ya había aprendido de la manera difícil que no debían despertar a su profesor.

– ¿Quizás algo más equitativo? – dijo Jirou sarcásticamente. – O de lo contrario bien podríamos decidir por estatura o peso.

– Oooh... – intervino Hagakure. – ¿Qué tal un test online, como de "Cuál presidente norteamericano eres tú"? Quien obtenga el mejor gana.

Todos se giraron para verla con confusión, diversión o molestia. Al menos, tanto como podían ver a alguien invisible.

– Debería ser por votación. – insistió Iida. – Vivimos en una sociedad democrática, y es la forma más justa.

– ¿No van a terminar votando todos por sí mismos, kero? – preguntó Asui.

– Tal vez no. – musitó Izuku. – Sí, estar en el consejo estudiantil se ve bien en tu resumen, y puedes interactuar con tus senpais y profesores que son héroes profesionales. Pero también te toca sacrificar dos horas de tu tiempo después de la escuela tres días a la semana, como mínimo. Durante festivales y otros eventos, pueden ser hasta tres o cuatro horas, cada día. Tal vez haya gente que no quiera sacrificar tanto.

Luego hizo una pausa y se encogió de hombros. – O tal vez, ¿algunos honestamente creen que otros harían un mejor trabajo?

...

– ¿En qué estaba pensando? – se quejó Izuku con su novia. Ya se había vuelto costumbre que se vieran para el almuerzo, e ignorar a cualquiera que los mirara. Sólo que hoy las miradas eran peores, ya que una tercera persona se les había unido. Yaoyorozu Momo se había sentado en una de las dos sillas vacías en la mesa más pequeña y privada.

Con esto ya las facciones de rumores empezaban a chismorrear. El grupo que pensaba que Melissa e Izuku estaban saliendo (ya fuese porque eran una linda pareja que pasaba mucho tiempo juntos o porque querían sacar a la chica Shield del mercado) se encontraba confuso y molesto ante la aparente invasora. La segunda facción más grande, los que pensaban que no había forma de que los dos estuvieran saliendo (mayormente porque querían a Melissa o a Izuku para ellos), tomaron esto como un signo de que tenían razón, que la rubia y el peliverde sólo eran amigos.

Por supuesto, muchos de los estudiantes no sabían nada o no les importaba, estando más concentrados en sus propias vidas y deberes de clase. Además, estaba la pequeña facción de un estudiante y medio que asumirían que esto significaba que las dos chicas estaban con Izuku, y lo odiaban aún más por eso.

Ahora, Melissa podría haber objetado que Momo se les uniera sin preguntar, si no fuese por el hecho de que su novio estaba extrañamente deprimido, y enfocado totalmente en la rubia.

– Bien podría haberles dicho "Hey, esto no será fácil, ¿por qué no me lo echan encima?". Bueno, a mí y a Yaoyorozu-san. – continuó el joven, señalando vagamente a su compañera de clases.

– Izuku, ¿de qué estás hablando? – preguntó Melissa amablemente.

– Representantes de la clase. – le explicó él. – Aizawa-sensei nos puso a elegir a los representantes de la clase hoy. Y les recordé a todos que ese puesto les quitaría mucho de su tiempo libre. Así que por supuesto decidieron hacerlo por votación.

– ¿Y ganaste? – preguntó Melissa.

– Midoriya-san recibió ocho votos. – proveyó Yaoyorozu. – Yo recibí cuatro, Iida-san recibió dos, y otros seis estudiantes probablemente votaron por sí mismos, porque sólo tuvieron uno cada uno.

– ¿Bakugou fue uno de ellos? – preguntó la chica Shield con desdén.

– Sí. – confirmó Izuku.

– Lo suponía. – Melissa rodó los ojos.

– Pero Midoriya-san, eso significa que otros siete estudiantes piensan que tú puedes hacer el trabajo. – Yaoyorozu trataba claramente de consolarlo.

– Ocho. – contraatacó él.

– ¿No votaste por ti mismo? – La chica de pelo negro parecía sorprendida.

– Por supuesto que no. – dijo Melissa, cariñosamente divertida.

– En realidad voté por ti. – le dijo Izuku a su compañera. – Estaba entre tú o Iida-kun, pero me preocupaba que él fuese demasiado estirado.

Las dos chicas asintieron, Yaoyorozu porque conocía al velocista, y la chica Shield basándose en lo que Izuku le había contado sobre la clase 1-A.

– Espera, ¡esto es grandioso! – Una bombilla metafórica se encendió encima de la cabeza de Melissa. Aunque si hubiera estado en la clase 2-H bien podría haber sido una bombilla literal.

– ¿Grandioso que tengamos menos tiempo juntos? – Izuku frunció el ceño.

– No, todo lo contrario. – le dijo la rubia rápidamente. – Nadie en la clase 2-G quiere ser el representante. Diablos, no creo que nadie en las clases de Soporte quiera hacerlo. La mayoría prefieren pasar su tiempo en el laboratorio. Y todavía no hemos hecho elecciones, así que si me ofrezco de voluntaria...

– Es casi seguro que te elegirán. – El rostro de Izuku se iluminó.

– Y podremos pasar todo ese tiempo juntos. – Ella le sonrió felizmente.

– Melissa, eres brillante. – dijo él mientras la tomaba de las manos.

Mientras tanto, a lo largo y ancho de la cafetería, un número de billetes de distintas denominaciones de yenes empezaron a cambiar de manos.

– Y con eso también puedo conocerte mejor, Yaoyorozu-san. – añadió Melissa. A pesar del ligero atisbo de celos, la joven Shield sabía que la otra muchacha no había hecho nada malo (más allá de tener un gusto cuestionable en su traje de heroína). Parecía muy agradable y Melissa siempre estaba abierta a tener más amigos.

– Eso me gustaría. – Yaoyorozu sonrió ligeramente.

...

– Majima-sensei.

En el quinto período, Power Loader regresó a la clase 2-G para sus lecciones de ingeniería mecánica, pero antes de que pudiera comenzar con la clase, Melissa lo llamó directamente.

– ¿Sí, Shield-kun?

– Hablé con otros estudiantes hoy, y me dijeron que acababan de hacer su elección de representante de clase. – le dijo. Oyó que dos de sus compañeros de clase gruñían. – Y me preguntaba cuándo vamos a hacer la nuestra.

– Normalmente, los cursos de Soporte en segundo y tercer año no nos molestamos. – dijo el profesor. – A no ser que la clase cambie, mantenemos a los mismos representantes.

– Pero la clase sí cambió. – le recordó él. – Yo me uní después de las elecciones del año pasado.

– No fueron lo que se dice unas elecciones. – recordaba Sanji sin cejas. – Nosotros construimos robots ro-sham-bo. Y los perdedores consiguieron el trabajo.

– ¿Estás diciendo que quieres ser la representante de la clase, Shield-kun? – preguntó el héroe profesional con confusión.

– O vice representante. – dijo ella. – No soy selectiva.

– Hecho, puede tener mi puesto. – dijo una chica de cabello castaño corto.

– No. – argumentó un chico de cabello naranja. – ¡Te supero en rango, así que puede quedarse con mi puesto!

– ¡Primero que llega, primero que se sirve! – espetó la chica. – ¡Y de todas maneras el año pasado tú perdiste!

– Cálmense todos. – Majima-sensei levantó sus manos. – Este no es momento de...

– Si Shield-san quiere ser representante, yo puedo ser vice representante. – ofreció el admirador de Melissa.

– ¡Vendido! – gritaron los ahora libres burócratas al unísono.

Melissa hizo una ligera mueca, pero intentó consolarse. Quizás, si le mostraba a Izuku lo suficiente, Sanji por fin entendería el mensaje.

...

– ¡Tú! ¿Puedo hablar contigo por favor?

– ¿Yo? – espetó Melissa, confusa.

El martes por la mañana, la entrada a la UA se encontraba bloqueada por una multitud de gente, que llevaban desde teléfonos normales a cámaras de video de calidad profesional y micrófonos. Muchos de ellos llevaban insignias de redes locales o noticieros importantes.

– Sí. – El apuesto hombre de veintitantos arrastró a su camarógrafo para que la filmaran. – ¿Podrías contarnos, en tus propias palabras, qué se siente tener a All Might como profesor? ¿Consideras el héroe número uno está a la altura en el salón de clase?

– Lo siento. – sonrió ella educadamente. – No estoy en el curso de Héroes.

– ¿En serio? – intervino el camarógrafo. – Si no estás en el curso de Héroes, deberías incursionar en el modelaje. Te pagarían mejor y serías más famosa que la mayoría de los héroes a excepción del top 10....

Izuku se interpuso en frente de Melissa, mayormente bloqueándola de la vista de la cámara mientras fulminaba a su operador con la mirada. De esa forma, el reportero giró su atención hacia el muchacho.

– ¿Tú sí eres parte del curso de Héroes, muchacho? – le preguntó a Izuku.

– S... sí. – Izuku inmediatamente sintió que temblaba cuando la atención se desvió hacia él.

– Grandioso. – continuó el hombre. – Entonces ¿podrías darnos tu opinión sobre All Might como profesor?

– No debería, realmente. – dijo Izuku. – La UA no ve eso con buenos ojos.

– No te preocupes. – El reportero intentó restarle importancia. – Podemos censurar tu rostro y voz.

– ... No es como que nadie querría ver eso de todos modos. – dijo el camarógrafo, lo que le ganó una mirada peligrosa de Melissa.

EYES ON MEEEEEEE! – Un rugido ensordecedor y a la vez familiar sacudió a toda la multitud. Todos se giraron esperando ver a Present Mic, sólo para ver al Director Nezu sentado sobre los hombros del héroe profesional. Izuku no estaba seguro de qué tan bien otros podrían leer al ratón-perro, pero tras observar al director trabajando con Melissa en la Moneda Echo Pink, ambos adolescentes podían ver que su diminuto aliado estaba peligrosamente furioso.

– Buenos días. – Nezu se dirigió a la prensa con brevedad. – Ya he oído lo suficiente para saber por qué todos ustedes están aquí, y eso lo discutiremos después, esta misma tarde. Pero por ahora, ustedes les están estorbando a mis estudiantes en su camino a clases, y acosándolos en general. Y ya conocen la política de la UA sobre entrevistas no autorizadas ni supervisadas de los estudiantes. Si veo a cualquiera de ustedes hablando con cualquiera de mis estudiantes después de esto, o si las grabaciones de esto se llegan a publicar, les voy a revocar las credenciales de prensa para la UA a todos los involucrados. No sólo a los que están aquí, sino a cualquier organización para la que trabajen. Lo que significa que no tendrán acceso a ninguno de los festivales, conferencias de prensa, o graduaciones de la UA. Durante, digamos, ¿unos cinco años?

Luego su sonrisa se estrechó aún más, y añadió. – Por cada estudiante.

La multitud de prensa se puso o roja de rabia, o pálida del miedo. Perder su propio acceso era una cosa, pero perderlo para sus colegas y jefes les costaría sus trabajos y cualquier oportunidad de conseguir empleo en el futuro.

Todos bajaron sus cámaras y micrófonos, y la horda se dividió como si fuera el Mar Rojo, permitiéndoles a los estudiantes entrar a toda prisa al campus.

– ¡Esperen! – dijo una mujer con cuatro orejas de elfo al darse cuenta de algo. – ¡Aunque los estudiantes estén fuera de los límites, el resto del personal no lo está!

Docenas de miradas hambrientas cayeron sobre Present Mic y Nezu.

...

– ¿Qué fue todo eso? – les preguntó Aoyama a sus compañeros al ingresar al aula. – Toda esa gente, y todas esas cámaras, ¿acaso hay un evento del cual moi no escuchó al respecto?

– ¿Supongo que no estuviste allí cuando el Director Nezu les tiró la ley encima? – le preguntó Kirishima al chico francés.

– ¿Non? – La confusión de Yuga se incrementó.

– Alguien le filtró a la prensa que All Might estaba enseñando aquí. – explicó Hagakure en tono cuestionador. – Supongo que todos querían venir aquí tratando de buscar la exclusiva.

– Y entonces Nezu-sensei y Mic-sensei descendieron sobre ellos como águilas sobre sus presas. – declaró dramáticamente Tokoyami. – Y destruyeron el espíritu de la prensa.

– Más bien, trataron de hacerlo. – Bakugou ladró una risa. – Los paparazzi se les echaron encima a ellos.

– Lo cual es parte de su trabajo. – Aizawa venía arrastrándose por la habitación, con aspecto más cansado de lo usual. – Y no debería tener que recordarles, pero basándome en lo que vi allá afuera, necesito recordarles. Ninguno de ustedes debe hablar con la prensa a menos que sea en capacidad autorizada por la UA, con un profesor presente. Si intentan algo, díganles que se vayan al cuerno. Tendrán clases para lidiar con la prensa en segundo y tercer año, pero incluso entonces no tienen permitido interactuar con ellos libremente. Si violan esta regla, la UA los castigará, y puede que yo decida echarlos de mi clase. ¿Lo entendieron?

Casi todos asintieron rápida y pesadamente. Todoroki sólo lo consideró, sin mostrarse impresionado, y Bakugou soltó un resoplido arrogante.

...

Yaoyorozu se sentó con Izuku y Melissa para el almuerzo de nuevo. A diferencia del día anterior, ahora se les había unido un cuarto estudiante.

– Izuku, Yaoyorozu-san, él es Motoro Sanji. – dijo Melissa. – Mi compañero de clases en 2-G y desde ayer mi vice-representante de nuestra clase. Sanji, él es Midoriya Izuku, mi novio, y representante de la Clase 1-A, y ella es su vice-representante, Yaoyorozu Momo.

Momo parpadeó en shock ante la abierta admisión de Melissa. Estaba casi segura de que Midoriya y Shield estaban juntos, pero la pareja era bastante reservada con respecto al asunto. A pesar de eso, no se le escapó que Motoro-san daba un respingo de dolor ante la declaración, y se dio cuenta de por qué Shield hizo la declaración abierta.

– ¿Asumo que esto significa que tuviste éxito en convertirte la representante de la clase 2-G, Shield-san? – preguntó Momo para estar seguro.

– Sí. – Melissa parecía divertida. – Cuando dije que estaba interesada, los antiguos representante y vice-representante casi se agarraron a pelear por quién renunciaría para que yo tomara su lugar. Y por favor, llámame Melissa. Shield-san es mi padre, y como norteamericana me siento más cómoda cuando me llaman por mi nombre. Además, algunos de mis compañeros de clase me han dicho que mi nombre es más fácil de decir.

– Sólo si tú me llamas Momo. – replicó la chica más joven, dispuesta a cimentar la amistad que la chica Shield había propuesto el día anterior.

– Claro, Momo-chan.

– ¿Puedo preguntarte algo, Melissa-san? – Momo empezó a hablar con cuidado. – Ya que tu apellido es Shield, ¿estás emparentada con David Shield? ¿El famoso fabricante de objetos de soporte y amigo cercano de All Might-sensei?

– Lo estoy. – replicó Melissa simplemente. Luego decidió, por pura amistad, añadir: – Soy su hija.

– Espera. – se quejó de pronto Sanji. – ¿Eres la hija de ese David Shield? ¿Por qué no se lo has dicho a nadie?

– Soy la hija de un David Shield. – dijo Melissa alegremente. – Hay más de una persona con ese nombre. ¿Y por qué no le dije a nadie? Bueno, se lo dije a Izuku, pero nadie más preguntó.

Su voz de pronto se tonó tajante. – Además, parte de la razón por la que me transferí a la UA fue para ser yo misma, no la hija de un padre famoso. En I-Island, eso era todo lo que a la mayoría de la gente le importaba.

Izuku le agarró la mano y la apretó ligeramente. Melissa le dio una sonrisa triste.

– Perdón. – dijo Motoro. En parte porque genuinamente se arrepentía, y en parte porque pensó que tal vez eso disminuiría cualquier daño que hubiese podido hacer a la relación.

– Eso...

Cualquiera que fuese la respuesta de Melissa, se vio interrumpida por una alarma que empezó a sonar. En un abrir y cerrar de ojos, toda la cafetería cayó presa del pánico. Los estudiantes saltaron fuera de sus asientos y corrieron hacia las salidas como una avalancha de lodo humana. El clamor de miedo se veía puntuado por gritos de dolor mientras los frágiles cuerpos de los adolescentes eran empujados contra muebles y paredes mucho más duras.

Izuku y Melissa también se pusieron de pie, pero se mantuvieron firmes y silenciosos. Su falta de pánico ayudó a Momo y Sanji mantener su compostura. Se dejaron arrastrar por la corriente, pero moviéndose de manera mucho más metódica, ayudando a los que tropezaban. Momo sabía que Izuku era fuerte y resistente, pero no se esperaba lo mismo de Melissa. Y Sanji se sorprendió de cómo la marea humana se dividió y ralentizó su flujo alrededor de ellos, incapaces de forzar a la pareja.

Las cosas empeoraron una vez que salieron al corredor. El estrecho espacio estaba aplastando a los estudiantes, que se tropezaban mientras se recuperaban.

– Momo, ¿puedes hacerme una corneta? – preguntó Izuku. – ¿O incluso un megáfono antiguo?

Su expresión era más dura de lo que la chica de pelo negro la había visto antes, y Melissa tenía una sonrisa emocionada y orgullosa en su rostro.

La chica Yaoyorozu pudo hacerle el amplificador electrónico, y se lo entregó. Les hizo un gesto, y Melissa se tapó las orejas, a lo cual Momo y Sanji rápidamente la imitaron.

– ¡CÁLMENSE TODOS! – gritó Izuku. Sus pulmones potenciados produjeron sonido suficiente como para que Melissa dudara que le hiciera falta el megáfono. Con él, podría hacer que Present Mic se sintiera orgulloso.

La multitud se detuvo, tanto como de dolor aural como de deseo de hacer caso.

– Todos somos estudiantes de la UA. – continuó Izuku. – ¿Honestamente creen que podrán manejar a los villanos si una simple alarma los hace correr en estampida como ganado? Aquí no hay explosiones, ni sonidos de batallas. No veo que haya humo ni siento ningún calor. Por todo lo que sabemos, esto podría ser una prueba, una prueba que estamos fallando.

Cualquier temor remanente se derrumbó bajo la lógica de Izuku y la vergüenza de los estudiantes.

– Ahora, cómo todos ustedes habrán de saber – continuó, bajando el volumen ligeramente – en el evento de esta alarma, debemos regresar a nuestras aulas con calma y en orden, y esperar instrucciones de nuestros profesores u otro personal de la UA. Así que ayuden a todos los que se hayan caído a levantarse, formen filas y vuelvan a sus clases.

Izuku notó que no todos sus compañeros de clase estaban presentes. Se preguntó si se habrían saltado el almuerzo para estudiar, como él hacía frecuentemente en Aldera. Aunque eso fue antes de la rutina de ejercicio de Tommy, ya que ahora Izuku no podía permitirse perder los nutrientes y las calorías. Y más importante aún, Izuku tenía una persona especial con quien quería pasar su tiempo.

O quizás, sus compañeros de clase se encontrarían en el baño.

– Son los de la prensa. – dijo Asui-san. Había saltado y se colgó de una pared para dejar más espacio y por su propia seguridad. Eso le daba un ángulo único para mirar por las ventanas.

– ¿Qué cosa? – demandó saber una voz entre la multitud.

– Algo sucedió en la puerta, y la prensa intenta meterse. – dijo de nuevo, esta vez con más fuerza.

– El Director Nezu prometió darles una entrevista esta tarde. – recordó Melissa. – Deben haberse puesto impacientes ahora que literalmente pasó el mediodía.

Eso apropiadamente sirvió para calmar a la turba, y la mayoría de ellos se veían avergonzados de haber entrado en pánico por unos simples reporteros. Siguiendo el consejo de Izuku, comenzaron a ordenarse rápidamente para volver a sus clases. Más de unos cuantos de ellos se empezaron a mover sus quijadas para intentar aliviarse el dolor y presión en sus orejas.

– Y tú creyendo que no podrías manejar ser un representante de clase. – se burló Melissa de su novio. Luego se le acercó a susurrarle al oído. – Eso fue muy ardiente, Izuku.

Toda su compostura se hizo trizas, y terminó poniéndose más rojo que un tomate.

...

– Aoyama, detente por un minuto. – le indicó Aizawa. La última campana señalaba el final de este día tan extraño. El apático profesor llamando a uno de ellos normalmente sería el evento más notorio, pero hoy era un distante tercer lugar.

– ¿Oui, sensei? – El chico rubio se detuvo con una mirada de sorpresa.

Unos pocos estudiantes también se detuvieron a mirar, pero Eraserhead les indicó que se fueran. Una vez que el par se quedó a solas, el héroe de aspecto somnoliento se aseguró de que todas las puertas estuvieran cerradas.

– ¿Para qué quería verme, sensei? – preguntó el chico. – ¿Es por mis deberes?

– No. – dijo Aizawa directamente. Analizó al adolescente con su mirada, y finalmente le dijo: – Lo que quiero saber es por qué te colaste dentro de la sala de profesores. Durante el almuerzo. Mientras la destrucción de la puerta y la estampida por la prensa tenía a todos distraídos. Y también me gustaría saber qué planeas hacer con ese disco portátil que tienes en tu bolsillo.

Aoyama intentó agarrarse el cinturón. En cuanto se movió, los pelos de Aizawa se erizaron violentamente, y la presión constante en el estómago del muchacho desapareció.

No le quedó más alternativa que levantar sus manos sobre su cabeza.

Esta historia continuará...


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